sábado, 25 de mayo de 2013

EL ANACORETA Y LOS CAMINOS DE DIOS

Volvían de una reunión de religiosos. El Anacoreta había permanecido en silencio todo el rato. Era evidente que no le había gustado. Por eso el joven seguidor le preguntó:

- ¿No te ha gustado lo que se ha tratado en la reunión?

El anciano esperó todavía un rato en responder:

- Me parece que en esta reunión no hemos sabido ver los caminos del Señor.

El joven quedó sorprendido, pero no se atrevió a preguntar, esperando que el Anacoreta siguiera hablando. Y así lo hizo:

- Si los religiosos sólo sabemos ver los caminos de Dios en lo oficial, lo ritual, lo obligatorio...nos estamos perdiendo una gran riqueza. La de darnos cuenta de que todo hombre o mujer, de que toda vida humana son caminos que llevan a Dios y que Dios se revela a través de ellos.

Miró al joven seguidor con simpatía y concluyó:

- Corremos el peligro de encerrarnos en nosotros mismos. De preocuparnos por la falta de vocaciones, el envejecimiento de nuestras comunidades. Estamos cayendo en la trampa de querernos asegurar un futuro partiendo de estas preocupaciones. Y así no vemos lo que Dios, a través de los hombres, nos está pidiendo. De lo que debemos preocuparnos, es de mirar cómo ser fieles hoy a nuestro carisma. Esto nos lo dictarán las necesidades de los hombres, no nuestra comodidad. Es a través de los hombres que descubriremos los caminos de Dios.

Joan Josep Tamburini

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