No pasamos por muy buenos momentos. Ni a nivel de Iglesia, ni a nivel de sociedad. La crisis planea sobre nosotros y hace que no veamos claro, ni nuestra Fe, ni nuestro futuro.
En este tiempo de Pascua, hemos leído un precioso texto de Lucas: los discípulos de Emaús. Ellos estaban desanimados. Ellos esperaban que...pero Jesús acababa de ser crucificado y todo se les había derrumbado. No sólo anochecía en el camino; se estaba oscureciendo su corazón.
Y allí suceden dos cosas, que en realidad son una, que devolverá la luz a su espíritu. Un caminante se une a su ruta y les explica las escrituras. Ya en la mesa, lo reconocen al partir el pan.
Nos preguntamos qué solución hay para revitalizar la Iglesia, para recuperar la luz de la Fe. Aquí tenemos la solución:
- Hacer nuestra la Palabra. Hacer que el Evangelio no sólo sea letra, sino que sea VIDA.
- Y partir el pan como Él lo hizo. Transformar los ritos y las ceremonias en COMUNIÓN. Compartir. Ser hermanos de verdad. Ser UNO.
Las dos cosas son una. Es hacer de Jesús el centro de nuestra vida.
Lo mismo sirve para la crisis de la sociedad. Hay que reflexionar en nuestro interior y, frente al egoísmo y la desigualdad, crear una sociedad fraterna e igualitaria.
Ciertamente es de noche. Pero la luz del alba está a nuestro alcance. Encendamos al menos, una pequeña lamparilla, aplicando esto al nuestro alrededor.
Joan Josep Tamburini
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