miércoles, 6 de febrero de 2013

EL ANACORETA Y NUESTRAS HERIDAS


Acababan de ver el telediario. El Anacoreta se giró hacia su joven seguidor y dijo:

- Es curioso. Nadie acepta ser culpable de nada. Todos, en cambio, creen culpables a los demás. Solemos ser muy claros juzgando a los demás, pero juzgarnos a nosotros nos cuesta mucho. Nos resulta muy difícil vernos tal como somos.

Apagó la televisión y siguió hablando:

- Sin embargo es muy importante saber tocar nuestras heridas; conocernos tal cual somos. Es bueno replegarnos de vez en cuando en nosotros mismos, y ver nuestros fallos. No para quedarse en ellos y dar vueltas constantemente en nuestra miseria, sino, para reconociéndolos, poner remedio y seguir caminando hacia adelante.

Luego sonrió levemente y añadió:

- Tampoco es bueno estarle recordando constantemente a los demás los fallos que han cometido sin querer ver lo mucho bueno que hacen. Las heridas, las nuestras y las de los otros, son para superarlas. No para quedarse apegados morbosamente a ellas. Las heridas, las nuestras y las de los demás, son para curarlas. No para hurgar en ellas.

Volvió a sonreír y concluyó:

- Suerte que el que nos juzgará el último día será Él...

Joan Josep Tamburini

No hay comentarios: