¡NADIE MÁS FUERA DE MIS SACERDOTES Y MINISTROS PUEDE TOCAR MI HOSTIA SANTA!
FEBRERO 15/2013 - 8:15 A.M.
LLAMADO URGENTE DE JESÚS SACRAMENTADO A SUS SACERDOTES Y MINISTROS Y AL MUNDO CATÓLICO EN GENERAL
Mis hijos predilectos, mi amado rebaño, que mi paz esté con vosotros.
Qué tristeza siento al ver que muchos de mis sacerdotes y ministros ya no ejercen mi ministerio sacerdotal, han delegado en mis hijos laicos la potestad de repartir mi cuerpo y mi sangre. ¿Quién os dijo pastores de mi rebaño, que los laicos pueden ejercer mi ministerio sacerdotal?. Acordaos de mis palabras cuando instituí el sacramento de la eucaristía en mi última cena con mis discípulos: Tomó pan, lo bendijo y dando gracias al cielo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío. Y luego tomó el cáliz, diciendo: Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros. (Lucas 22, 19. 20).
Sólo a vosotros que sois los representantes de mis apóstoles, se os ha dado la potestad de repartir mi cuerpo y mi sangre. Nadie más fuera de mis sacerdotes y ministros puede tocar mi Hostia Santa. Os lo repito: Sólo manos consagradas de mis sacerdotes y ministros pueden repartir mi santa comunión. Mis hijos laicos jamás podrán suplantar a mis ministros, porque de hacerlo cometen sacrilegio. Mis hijos laicos deben de participar en mi Iglesia llevando a cabo otras funciones, pero nunca suplantando en mi ministerio sacerdotal a mis sacerdotes y ministros.
Hijos predilectos, este ultraje que se viene cometiendo a mi divinidad constituye una falta grave que va en contra de mi evangelio y doctrina de mi Iglesia. Esto no proviene de Mí, esto es obra de mi adversario y sus agentes del mal, infiltrados en el interior de mi Iglesia. El cielo llora conmigo viendo todos los ultrajes que se están cometiendo contra mi divinidad de parte de muchos de mis predilectos. Mi adversario se burla de Mí, en muchas de mis casas al ver la forma como soy ultrajado por muchos de vosotros.
Cada ultraje a mi divinidad son azotes que recibo de parte de mis amados; ¡parad ya de ofenderme, no sigáis ultrajándome! Recapacitad pastores de mi rebaño, recapacitad pueblo mío, para que mañana no tengáis de qué lamentaros. Porque en verdad os digo: De la forma como me tratéis, seréis también vosotros tratados cuando os presentéis ante Mí. Os aseguro, que así como no tenéis misericordia conmigo, así también no habrá para vosotros misericordia cuando os llame a pediros cuenta de vuestras acciones. Corregid pues vuestra actitud, mis amados hijos, para que mañana cuando lleguéis a la eternidad podáis ser justificados. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está ceca. Jesús Sacramentado, El Amado, que no es amado.
Dad a conocer mi mensaje en todas mis casas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario