En el
Cielo veremos a Dios cara a cara – y la fe entonces desaparecerá.
En el Cielo
poseeremos a Dios – entonces la esperanza desaparecerá.
En el
Cielo amaremos a Dios como Él se ama a sí mismo – entonces el amor permanecerá.
La fe, la
esperanza y el amor en la tierra – y la Visión, la Posesión y la Unión con Dios
en el Cielo – no son dos vidas separadas que vivimos, simplemente dos etapas de
la misma vida.
En la
tierra se nos da la Fe — para ver a Dios ahora.
En la
tierra se nos da la Esperanza — para poseer a Dios ahora. En la tierra se nos
da el Amor — para crecer en la unión con Dios ahora.
El Reino
de los Cielos comienza ahora .
Debo
aceptar el poder sanador de la Penitencia, el Sacramento de la Reconciliación,
como el ungüento para mis arraigadas faltas.
Debo comenzar
ahora – para que todo el Cielo viva en mí.
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