Esto seguirá pasando si no ponemos fin a la promiscuidad y si no seguimos los caminos trazados por Dios.
Esta historia no es actual pero, sólo cambiando algunos adjetivos calificativos es actual. En los años 60’, y por supuesto antes se contagiaba la gonorrea, sífilis, chancro y otras enfermedades venéreas que se curaban con penicilina... y no pasaba nada. Ahora el mal tiene otro nombre... SIDA, pero para Dios sigue llamándose PECADO.
Les voy a contar una historia verídica de esa época. Debí haberlo hecho antes, quizá así hubiese colaborado para que esta enfermedad no se propague en CADENA... pero en esa época yo no estaba en el camino como lo estoy ahora, y lamentablemente los consejos nos entran por una oreja y nos sale por el...., no por la otra oreja.
Sucedió que había una familia, padre, madre, un hijo y una hija... ¡Ah!, perdón, me olvidaba de la “chola”, que actualmente, gracias al gobierno del presidente Velazco, se le llama “empleada del hogar”.
LA HISTORIA VERÍDICA.
Familia, esta, muy respetable en la localidad en que esto sucedió. Era la época en que el papá escogía a la “chola” que iba a trabajar en su casa.
¿Por qué razón?... les cuento: No era una época como la actual en que todos se “tiran” los unos a los otros, esta tenía que tener ciertas cualidades – aparte de saber hacer de todo en la casa: cocinar, limpiar, lavar la ropa, etc. -, tenia que ser agraciada, guapa en su tipo.
En mi caso, a mí me tocó una que fue mi ahijada, y que fue el brazo derecho de mi madre por muchos, muchos años... mis respetos a esa gran mujer “Martina” que se convirtió en mi familia, crió a mis hermanos y se bautizó para encontrarse con mi madre cuando muera.... todavía vive y nos comunicamos de vez en cuando. No me preguntes cómo debuté porque no te lo voy a decir... más bien pregúntate tú mismo, cómo debutaste sexualmente y respóndete tú mismo.
¿Por qué razón había esta selección?... les cuento: Papá disimuladamente buscaba una “chola” para que su hijito varón debutara haciendo el amor... perdón, que debute sexualmente, cosa que así se aseguraba que no le saliera “maricón” y se ahorraba el enseñarle “cómo se hace”, porque, casi siempre ellas ya venían con cierta experiencia por instinto o natural sexual desde niñas, y ellos también buscaban la suya... también podría ser para él... era un época un poco esclavizante.
Si el hijo o él preñaban a la “chola” le decía “CHAU” y que venga otra. Una forma muy conveniente de encarar responsabilidades, y la “chola” ni zapateaba, se iba contenta con el hijo del hijo del patrón o del patrón... así era en esa época, por eso muchos tienen apellidos notables. No me extrañaría que muchos congresistas de esta época no saben ni siquiera quién fue su padre, o de dónde viene su apellido.
Por supuesto que había otra forma para el debut del hijo... el amigo de papá que lo llevaba al burdel con su consentimiento... pero ¡cuidado!, tenía que ser el día en que el papá no iba al burdel... muy común es esa época. “Macho” era el que iba al burdel o tenía una “puta” consentida, que recomendaba para su hijo.... el futuro machazo.... yo diría al futuro malogrador de la humanidad.
Bueno, pasó que la “chola” tenía un enamorado que lo veía en su día libre – los domingos -, un soldado de esos que están con varias, que también salía los fines de semana y, antes de ver a la supuesta novia se iba primero al burdel (toda una semana en el cuartel aguantado).
De tantas idas y venidas al burdel, al soldado lo “quemaron” (así se decía antes cuando te pegaban una venérea). Este no se enteró de inmediato, porque los síntomas no aparecían de inmediato, aunque ya estaba infectado, y vivía normalmente sin siquiera sospechar que estaba contagiado.
Un buen día, que la familia había salido de “week end”, llegó el soldadito a visitar a su novia y... pasó lo que tenía que pasar. No había nadie en casa, y en la misma cama de los dueños de casa, cayó la presa y ¿qué pasó?... la quemó a la “chola”. La novia quedó contagiada.... pero tampoco sabía nada.
Resulta que el “hijo”, uno de esos días que convenientemente todos habían salido, se levantó “carretón”, fue a buscar a la “chola”, se abalanzó sobre ella y pasó lo inevitable. No hubo resistencia alguna de parte de ella, como si ya los esperara, porque el niño ya no era tan niño y era más guapo que su “soldado”, y además ¿quién se iba a enterar? Y pasó... otro quemado.
Esto no acaba aquí. Llegó el papá del “week end” borracho y en vez de meterse a su cuarto, se metió al de la “chola”. !Ojo!... la mujer se hacía la que no sabía nada... así era en esa época, sino se quedaba sin marido. ¿Qué pasó?... otro quemado. Luego se fue a su cuarto y su esposa que lo esperaba con ansias lo colmó de caricias y... ¿qué pasó?... la quemó.
Papá - en esa época era normal tener amante o amantes según la plata que tenía - a los pocos días la quemó, y la amante que tenía pareja, porque los dos vivían del papá, quemó al amante.
Como se pueden imaginar, el “amiguito secreto” tenía mujer, era casado. Y la cadena no termina... ¿Se salvaría la hija o cayeron en alguna otra cadena cercana?.
Este es el mundo amigos... el mundo de los que están lejos de Dios. Te toca a ti ¡romper cadenas!, no incrementarlas. ¿Cómo crees que el SIDA se ha difundido a nivel mundial? El SIDA se ha incrementado de la misma forma que en los 60’ se incrementaron las venéreas. Si el mundo vence al SIDA, ya saldrá otra enfermedad que se propagará rapidísimo como todas las anteriores, porque hasta ahora no entendemos que la única forma de salvar al mundo es siguiendo los DIEZ MANDAMIENTOS.
José Miguel Pajares Clausen
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