Rosa del Corazón del Santísimo (ángel del grupo): El Ángel empezó liberando la casa. Ven Madres Santísima, ven que aquí están tus hijitos que te necesitan.
Bendita eres Madre Santísima, bendita eres; bendita eres Coronada Reina, bendita eres, Bendita eres Madre de Dios, bendita eres; bendita eres Madre nuestra, la luz de nuestros corazones.
Cierren sus ojos, hoy que aquí todos han entregado su corazón a la Madre nuestra, a la Reina del cielo, a la madre admirable, a la Madre bendita, a la Madre amable, que con su manto los protege y los cuida, todos ustedes hoy que están presentes, prepárense en oración con el corazón abierto.
Tu sabes como te necesitan, Madre en estos momentos en que la oscuridad está cegándolos por completo, anímalos con tu Amor, compadécete de tus hijos, necesitan esperanza, te necesitan a Ti, Madre, Madre, ven en su auxilio.
Hno. José: Bienvenida seas Madre Bendita. Gracias por estar con nosotros, Madre de Dios, Madre nuestra, bendita seas.
Nuestra Madre del Cielo: Nuestra Madre va liberando a algunas personas, luego dice: Buenas noches hijitos, ustedes son mis niños queridos, mis niños amados a los que yo he traído, cuantas veces, tantas veces, tantas veces, les he pedido un Rosario, por las almas, por sus familias, por sus amigos, por sus hermanos, por sus hijos, muchos de mis hijos, muchos de mis niños están siendo atormentados y una tormenta que no va a terminar, y no va a acabar pero ustedes tienen un arma muy grande, su amor, su fe, sus rosarios, el escapulario que se les ha impuesto los debe proteger y los va a cuidar, a cada paso que ustedes dan, yo siempre voy a estar con ustedes, aun cuando les parezca las penas muy grandes, aun cuando les parezca que se están cayendo y derrumbando, aun cuando crean que están solos y no hay nadie a su lado, allí estoy yo con ustedes, pero no me quieren ver, muchos no me ven, estoy detrás de ustedes llamándoles, pidiéndoles, escuchándoles, hablándoles, consolándoles, pero muchos endurecen su corazón, porque no quieren ver, si ustedes pudieran ver con los ojos del Padre, con los ojos de mi hijo, lo que sucede en este mundo con todas las personas y los muchos que son atormentados, ustedes pedirían, si ustedes pudieran ver las almas del purgatorios que están pidiendo, siendo atormentados uno tras otro, por algún error que alguna vez cometieron, ustedes solamente pueden pedir, ustedes tienen su arma y pueden pedir por sus hijos, sus hermanos, sus familias, pueden sacarlos del tormento y liberarlos con una oración, cada uno de ustedes tienen libertad para hacer lo que desean hacer y ustedes la decisión que tomen por una oración pueden pedir y ayudar a los demás, el Padre no va a ir en contra de la voluntad de nadie y no va a mover la mano si ustedes no se lo piden, si ustedes piden la protección de sus hijos, si ustedes piden la protección para sus familias con una oración, esa oración les va a ayudar a que puedan ser protegidos, ustedes nunca están solos, siempre he estado con ustedes, y si su tormento les parece grande, pues no lo es, porque hay otro que tiene un tormento mucho mas grande que el de ustedes, y esa oración, ese rosario los puede ayudar y los puede salvar, no sean egoístas, tantas veces, ese tormento y ese dolor que los atormenta ese dolor que sienten deben entregarlo, entréguenlo no para su bien, entréguenlo para los demás mi Hijo entonces recibirá ese dolor para ayudar a otra personas, esa es la voluntad de ustedes, esa es su misión, esa es su decisión si ustedes quieren ayudar a los demás, si ustedes quieren seguir, si ustedes quieren orar, pedir, pueden hacerlo en el silencio de su corazón, pero tienen que fortalecerse, si no se fortalecen se debilitaran, si se debilitan cada vez caerán, caerán mas fuerte, porque cada vez van a seguir siendo atormentados, tienen que fortalecerse, no olviden un rosario, un rosario no les quita mucho tiempo, para liberar a tantas almas, si pudiera mostrarlo, si pudieran sentir, muchos de ustedes van a recibir unos dones y van a empezar a sentir y a empezar a ver, pero se tienen que fortalecer, si ustedes no piden, si ustedes se debilitan, entonces quien lo hará, no olviden que siempre estoy con ustedes, siempre los voy a proteger, no olviden que mi Hijo siempre está a su lado y siempre los está cuidando.
Bendita eres Madre Santísima, bendita eres; bendita eres Coronada Reina, bendita eres, Bendita eres Madre de Dios, bendita eres; bendita eres Madre nuestra, la luz de nuestros corazones.
Cierren sus ojos, hoy que aquí todos han entregado su corazón a la Madre nuestra, a la Reina del cielo, a la madre admirable, a la Madre bendita, a la Madre amable, que con su manto los protege y los cuida, todos ustedes hoy que están presentes, prepárense en oración con el corazón abierto.
Tu sabes como te necesitan, Madre en estos momentos en que la oscuridad está cegándolos por completo, anímalos con tu Amor, compadécete de tus hijos, necesitan esperanza, te necesitan a Ti, Madre, Madre, ven en su auxilio.
Hno. José: Bienvenida seas Madre Bendita. Gracias por estar con nosotros, Madre de Dios, Madre nuestra, bendita seas.
Nuestra Madre del Cielo: Nuestra Madre va liberando a algunas personas, luego dice: Buenas noches hijitos, ustedes son mis niños queridos, mis niños amados a los que yo he traído, cuantas veces, tantas veces, tantas veces, les he pedido un Rosario, por las almas, por sus familias, por sus amigos, por sus hermanos, por sus hijos, muchos de mis hijos, muchos de mis niños están siendo atormentados y una tormenta que no va a terminar, y no va a acabar pero ustedes tienen un arma muy grande, su amor, su fe, sus rosarios, el escapulario que se les ha impuesto los debe proteger y los va a cuidar, a cada paso que ustedes dan, yo siempre voy a estar con ustedes, aun cuando les parezca las penas muy grandes, aun cuando les parezca que se están cayendo y derrumbando, aun cuando crean que están solos y no hay nadie a su lado, allí estoy yo con ustedes, pero no me quieren ver, muchos no me ven, estoy detrás de ustedes llamándoles, pidiéndoles, escuchándoles, hablándoles, consolándoles, pero muchos endurecen su corazón, porque no quieren ver, si ustedes pudieran ver con los ojos del Padre, con los ojos de mi hijo, lo que sucede en este mundo con todas las personas y los muchos que son atormentados, ustedes pedirían, si ustedes pudieran ver las almas del purgatorios que están pidiendo, siendo atormentados uno tras otro, por algún error que alguna vez cometieron, ustedes solamente pueden pedir, ustedes tienen su arma y pueden pedir por sus hijos, sus hermanos, sus familias, pueden sacarlos del tormento y liberarlos con una oración, cada uno de ustedes tienen libertad para hacer lo que desean hacer y ustedes la decisión que tomen por una oración pueden pedir y ayudar a los demás, el Padre no va a ir en contra de la voluntad de nadie y no va a mover la mano si ustedes no se lo piden, si ustedes piden la protección de sus hijos, si ustedes piden la protección para sus familias con una oración, esa oración les va a ayudar a que puedan ser protegidos, ustedes nunca están solos, siempre he estado con ustedes, y si su tormento les parece grande, pues no lo es, porque hay otro que tiene un tormento mucho mas grande que el de ustedes, y esa oración, ese rosario los puede ayudar y los puede salvar, no sean egoístas, tantas veces, ese tormento y ese dolor que los atormenta ese dolor que sienten deben entregarlo, entréguenlo no para su bien, entréguenlo para los demás mi Hijo entonces recibirá ese dolor para ayudar a otra personas, esa es la voluntad de ustedes, esa es su misión, esa es su decisión si ustedes quieren ayudar a los demás, si ustedes quieren seguir, si ustedes quieren orar, pedir, pueden hacerlo en el silencio de su corazón, pero tienen que fortalecerse, si no se fortalecen se debilitaran, si se debilitan cada vez caerán, caerán mas fuerte, porque cada vez van a seguir siendo atormentados, tienen que fortalecerse, no olviden un rosario, un rosario no les quita mucho tiempo, para liberar a tantas almas, si pudiera mostrarlo, si pudieran sentir, muchos de ustedes van a recibir unos dones y van a empezar a sentir y a empezar a ver, pero se tienen que fortalecer, si ustedes no piden, si ustedes se debilitan, entonces quien lo hará, no olviden que siempre estoy con ustedes, siempre los voy a proteger, no olviden que mi Hijo siempre está a su lado y siempre los está cuidando.
Hno. José: La bendición del Padre...
José Miguel Pajares Clausen
16 de Julio, 2010
16 de Julio, 2010
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