El periódico francés “Le magazine des voyages de peche”, en su 56º edición, publicó un asombroso reportaje: “Una maravillosa historia de amor”
Arnold Pointer, un pescador profesional del sur de Australia, cuenta como salvó de la muerte segura a un gran tiburón blanco hembra, cuando quedó prácticamente enredado en sus redes de pescar.
Ahora el pescador tiene un problema: el dice…
§ “Desde hace dos años, no ando solo. Ella me sigue a todos lados cuando estoy en el mar, y su presencia ahuyenta a los demás peces. Yo no sé ya que hacer para que no me siga más”
Es difícil deshacerse de un tiburón de 17 pies de largo, cuando los tiburones blancos son una especie protegida para su conservación, pero un afecto mutuo se ha establecido entre Arnold y “Cindy”
Arnold dice:
§ “Cuando paro el bote, ella viene a mí, da vueltas sobre su costado y me permite acariciarla; ella emite gruñidos, entorna los ojos, y mueve sus aletas de felicidad…”
¡INCREIBLE! Un hombre, un tiburón, y un agradecimiento de corazón por salvar una vida. Los seres humanos tenemos que aprender aún mucho de los animales y de la naturaleza.
2 comentarios:
A VECES QUISIERA QUE NO EXISTIERA EL "VIRUS DEL ORGULLO", ESO NOS DIFERENCIA DE ESTA TIBURONCITA Y DE LOS ANIMALES EN GENERAL... CUAN DISTINTO SERIA TODO SINO FUERA POR ESE "VIRUS", NO?
Así es... gracias por tu comentario.
Bendiciones
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