domingo, 1 de septiembre de 2013

TODISIMO...

¡TODO MALO O TODO BUENO!

Víctor Sarat, C.P.C.R.

-Perdóneme, Padrecito, sí tengo la cabeza tan dura. Entiendo que la verdad es la verdad; entiendo que la verdad es UNA; entiendo que, por lo tanto, una sola religión viene de Dios.

Pero, ¿por qué, entonces, en las religiones falsas hay cosas buenas?

-Hombre, se lo dije ya; recuerde el cuento de la torta que se preparó con harina buena, huevos buenos, leche buena, etc…y toda se echó a perder por un elemento malo que tenía: una cucharadita de cianuro potásico.

- De acuerdo. Pero soy corto, en verdad, soy tonto…si quiere que le hable claro…, pero no veo cómo en una religión falsa puede haber cosas buenas. Para mí, es todo bueno o todo malo. No hay medias tintas posibles. ¿Qué me dice a esto?

-Escuche, Martín Fierro. Es natural, es normal, es necesario que en una cosa falsa subsista algo bueno; porque el error no puede subsistir de por sí; es un fallo, un hueco, que supone algo verdadero para soportarlo…Lo falso, que fuera intrínseca y absolutamente falso, sin ninguna apariencia de verdad, sería la nada.

La nada es nada ¿no es cierto?…

-¡Hum! Eso me parece mucha filosofía para mí…

-Lo entenderá fácilmente con una comparación. En mi pueblo natal, un bromista decía que iba a vender agujeros de queso de Gruyere, sin nada de queso. Quería vender tan sólo los agujeros.

-¡Esta es buena…! Para que haya agujeros se necesita algo de queso alrededor.

-¡Claro! ¿Lo comprende Ud. ahora?

-Lo del queso, sí… Prefiero comerme el queso más bien que los agujeros. Dejo los agujeros para el bromista de su pueblo… ¡A mí no me embroman!

-Pues bien, el error es un agujero que no existe si no está rodeado de alguna verdad.

-De modo que hay que tomar la verdad, y dejar el agujero al bromista que me quiere embromar…

-Exactamente, hombre. Ud. es un gaucho más listo de lo que parece.

-¡Bueno! Concretemos: un protestante me dice que hay que rezar a Dios y nunca a la Virgen, Lo primero es una verdad; lo segundo, un agujero…

-¡Ya estamos!

-Pero, perdone, Padrecito, vuelvo a mi dificultad. Si en las otras religiones hay cosas buenas, puedo ir a un culto protestante o espiritista, sacar de allí lo que es bueno, y rechazar al mismo tiempo lo que es malo.

-Y ¿cómo sabrá Ud. distinguir lo que es bueno de lo que es malo?

Para eso se necesitan estudios muy superiores.

-Tiene Ud. razón, sería algo muy peligroso.

-Ciertos católicos incautos, desobedientes, orgullosos, se dejan engañar de este modo. Escuchan a los evangelistas, mormones u otros. Ven que dicen cosas lindas; prueban el queso y dejan carcomer su fe haciendo en ella terribles agujeros…

-¡Lo que hace la imprudencia!

-Ya ve claramente ahora que no basta que una teoría tenga cosas buenas, elementos buenos. Deben ser buenos todos sus elementos. Bonum ex integra causa. Para que una cosa sea buena deben ser buenos todos sus elementos.

-Tiene Ud. razón, Padre. Pero aún no entiendo por qué. En una religión falsa, hay cosas buenas, verdaderas. ¿Cómo puede decir entonces: es falsa?

-Martín, Martín. No se haga Martín… Lutero. Fíjese bien. Malum ex quocumque defecto. Un defecto esencial cualquiera hace que la cosa entera sea mala. Recuerdo lo de la torta: harina, huevos, manteca, leche, azúcar… todo era bueno.

Pero, después de poner el cianuro potásico todo quedó envenenado, infectado, inutilizable. La torta no se puede comer. Y no se puede separar la harina ni los huevos, ni la leche ni nada bueno, del cianuro potásico mortífero.

-Ya, entiendo, ya entiendo… De modo que todo es malo, sí, a causa de un elemento esencial malo…

-Esto es.

-¡Si un mormón, un protestante, o un charlatán cualquiera…!

-Martín, respete a las personas…y la gramática…

-Deje, Padrecito… Digo que si alguno me viene a embromar con sus falsedades, le pienso decir: Lo que Ud. dice de Dios, del Evangelio, de la Biblia, de la oración y otros puntos parecidos es muy bueno, pero toda su religión de Ud. está emponzoñada y viciada y carcomida por los agujeros que el diablo hizo dentro. De modo que su religión es falsa. A pesar de los elementos buenos que tienen, su sistema es todo falso, todo malo…

Como la torta, que tiene huevos, harina y leche buena, y sin embargo queda toda infectada por el cianuro… Como el mismo diablo, que es inteligente, fuerte y listo (más bien: era), pero con su pecado de soberbia se ha hecho todísimo feo, todísimo malo, todísimo podrido, todísimo demonio…

-Muy bien, Martín Fierro.

-¿Verdad que hablo bien ahora y explico bien? Ud. tendrá que nombrarme profesor de filosofía.

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