Se acercó un religioso y le pidió un consejo al Anacoreta. El anciano, tras reflexionar unos instantes le dijo:
- Podría decirte muchas cosas, pero hoy se me ocurre esta. Hazte compañero de viaje y escucha humildemente a las personas. Los hombres están desorientados y el religioso, por encima de sus devociones, debe ayudar a dar sentido a la vida. No debemos creer que somos mejores porque somos consagrados. No debemos estar tan preocupados por nuestra perfección, que olvidemos a los demás.
Miró a los ojos al religioso y concluyó:
- Hazte compañero de viaje. No temas mancharte con el polvo y el barro del camino. Así nosotros y los demás descubriremos, que Jesús camina a nuestro lado
Joan Josep Tamburini
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