jueves, 13 de junio de 2013

CONFESIONES DEL INFIERNO AL MUNDO CONTEMPORÁNEO


Advertencia del más allá.

ESTE DOCUMENTO SERÁ PUBLICADO EN 10 PARTES – UNA DIARIA.

OCTAVA PARTE

LA REDENCIÓN DE LOS EVANGELIOS

B – Un día llegó el Apóstol Bernabé acompañado de otros, inclinándose delante de Ella, llamándole la atención por la necesidad de escribir los Evangelios. Invocaron largamente al Espíritu Santo y perseverando días enteros en oración. Rezar así ya no es común en los días de hoy, a no ser en circunstancias y lugares extremadamente raros. Así rezaron días enteros, llenaron el Cielo con oraciones, para saber quién sería el elegido para escribir los Evangelios. Y entonces la Santísima Virgen designó a Lucas, Juan, Marcos, y algunos más para escribir esa “porquería”. Como eso nos perjudico. ¿Pueden imaginar todo lo que sentimos, cuando salieron esos textos de Mateos, Marcos, Lucas y Juan? (rozna furioso). Pensar apenas que estos cuatros fueron escogidos por la Santísima Trinidad y por la Santísima Virgen en su terrible majestad. Ni el mismo Pedro fue encargado de hacerlo. Ni él. Él hereda la piedra que tenía la misión general de todo, y que la Iglesia fuera fundada sobre Él. Con todo, la redacción de los Evangelios fue confiada a los cuatros apóstoles ya mencionados.

E – ¡Di la verdad en nombre (...)!

B – Entonces el Espíritu Santo desciende sobre ellos en forma de una paloma, y fue así fueron escogidos. Todos cambian. Mas ahora no quiero continuar hablando.

E - ¡Tienes que hablar, en nombre del Padre (...)! , ¡en nombre de la Inmaculada Concepción tienes que hablar ahora; continúa Belcebú!

B – Cuando Bernabé y los otros fueron a visitar a la Santísima Virgen, Ella les dijo: “Deben contar en especial la vida de Cristo, ¿Comprenden?”, Es Él quién debe ser glorificado, y Él es quién debe estar siempre en el primer plano. Dejen que yo me apague. En cuanto a mí, relaten apenas la Encarnación y el Nacimiento de Cristo, que es indispensable dejen de lado el resto” Aunque ellos estuvieron al corriente y vieron cosas extraordinarias y elevadas, no pudieron escribirlas. Eso fue para ellos un sacrificio. Más Ella quería apagarse por humildad, para que el Hijo de Dios, o sea Jesús Cristo, sobre el cual la Iglesia fuera fundada, quedara en primer plano. Mas Ella, la Madre de Dios, es una gran señal de Dios, y en cierta medida simboliza también a la Iglesia. Él, Jesús, ama a la Iglesia como una esposa. Entonces para los Apóstoles no quedaran tristes, les dijo Cristo que más tarde habría todavía que hablar de Ella, a través de la humanidad o a través no se de quien (lanza gritos horribles).

E – María de Agreda.

B – (mirando para el Sacerdote): Adivinaste: María de Jesús de Agreda, de eso no debemos más que ustedes. Sí, nosotros maldecimos a esos libros, no tenemos que tener todavía obligación de confesarlo... * (rozna y grita ansioso).

E – ¡Continua diciendo la verdad y solo la verdad en (...)!

EL COMIENZO DE LA IGLESIA

B – En el maldito comienzo de la Iglesia fue dejado de lado. La Santísima Virgen y lo Apóstoles fueron los instrumentos. El papel desempeñado por Ella (apunta para arriba) fue decisivo; fue de un modo extraordinario. Nosotros nada pudimos hacer. Muchas veces se sumergían en la oración, día y noche, para los Apóstoles, para que ellos hicieran las cosas como deberían ser hechas. Para que nosotros no venciéramos, Ella rezó muchas veces día y noche. Y frecuentemente quedaba día y noche de rodillas, sin comer (rezonga desesperadamente). Es por eso que Ella ahora goza de un poder tan grande. Estas son verdades sublimes que nosotros somos obligados a revelarles. A nosotros bien nos gustaría que este libro saliera sin esta parte (gime como un perro).

E – ¡Continúa diciendo la verdad, en nombre (...)!

B – Nosotros no queremos decir estas cosas, no queremos... y también no queremos continuar hablando. Yo Belcebú, no quiero continuar hablando.

E – Tú, Belcebú, ¡tienes que continuar hablando en nombre de la Santísima Trinidad, en nombre la Inmaculada Concepción (...)!

B – Entonces Ella dijo que quería estar en segundo plano. Lo quería por humildad. De manera ninguna quería aparecer en lugar destacado, aunque fuese una criatura poderosa. Nosotros mismos tenemos que reconocerlo. Ella estaba y está a una enorme distancia, encima de nosotros, a una gran distancia de los ángeles. Y cuando yo digo, distancia, no me refiero a una distancia en leguas, mas a una distancia que se pierde en el infinito. Esto significa “tan lejos”, que hay una distancia gigantesca entre los Ángeles y Ella (gime). Es una criatura terriblemente majestuosa, mas quiso permanecer oculta... procede así para mostrarles a los hombres que también ellos deberían permanecer ignorados, como también ser humildes. Mas los hombres no proceden así. Nada hacen en relación a lo que Ella realizó y a lo que fue realizado gracias a Ella...

E – ¡Di la verdad, en nombre (...)!

B – Aunque los hombres no puedan nada, no sean nada, les gusta que hablen de ellos, en cuanto esta criatura, infinitamente predestinada, no querían que hablaran de Ella, por lo tanto se apagó y eso fue para nosotros muy ventajoso. Pues comenzaron a aparecer sectas (ríe con maldad) que no reconocerían a esta criatura, si Ella hubiera dicho abiertamente quién era, si los Apóstoles hubiesen relatados los milagros extraordinarios obtenidos por su intersección y todo eso figurase en los Evangelios, esas sectas no hubieran crecido como hierbas (suelta gemidos). Aparecerán entonces millones de sectas, sectas que combaten ferozmente a la Santísima Virgen, sectas que combaten a los Católicos, únicamente porque éstos reconocen a esta criatura predestinada. Ellas combaten a esta Mujer porque creen que de esta manera de proceder (de los católicos) pone a Cristo en segundo plano. No en tanto, Ella sólo sirvió a Cristo. Lo quiso Glorificar. Todo lo que hizo fue por Él y por Su Iglesia. Ella se mantuvo escondida y eso fue para nosotros una gran victoria. No en tanto, procediendo así, enseño la humildad, y eso constituyó para nosotros una gran derrota, mas eso sólo es conocido por los católicos. Por amor a Su Hijo Ella quiso quedar olvidada por que Él Reinase y tuviera un papel primordial. Lo mismo en lo que respecta a sus sufrimientos, sólo aceptó un papel de segundo plano, lo que era indispensable. Los Apóstoles, no en tanto, estaban constantemente viendo como Ella se humillaba, como todo preveía extraordinariamente, cuanto sufría y lo que era obligada a soportar y a padecer. Ella es muy poco engrandecida en los Evangelios, ¡si al menos no hubiera sido tan humilde! Más tenemos todavía esa ventaja que dio el origen a sectas. Más también eso fue permitido por Dios.

E – En nombre del Padre... De la Inmaculada Concepción, de la Rosa Mística, ¡tienes que hablar ahora Belcebú, tienes que decir toda la verdad!

B – A partir de ese momento aparecen la sectas. Y sus adeptos pensaban que María desempeñaba apenas un papel marginal, que fuera escogida apenas para receptáculo de Ese que está allá arriba (apunta para arriba), y que podría ahora desaparecer como una vieja...; no me dejan utilizar la expresión.

E – ¡Continúa diciendo la verdad, en nombre (...)!

B – Nosotros somos delicados, nosotros no usamos palabras “muy groseras”. Apenas los condenados humanos las dicen. Nosotros somos más delicados que esos. Debo agregar otra cosa que me ocurrió ahora. Cuando Judas fue obligado a hablar, el día 31 de Octubre, no fue Judas el que se rió por la boca de esta mujer (la poseída) Es que Judas nunca ríe. Como nosotros ya una vez dijimos, Judas está en el borde más sombrío. Él es la desesperación personificada. Cuando Judas fue obligado a hablar, no fue él el que se rió, por la boca de esta mujer, fueron los condenados humanos que se reían de malvados (grita). Es preciso que nunca se olviden esto: Judas nunca ríe. Nosotros teníamos que decir esto. Esta observación se refiere a Judas, en el 31 de Octubre.

E – ¿Ahora tienes otra cosa que agregar? ¡Continúa sobre las órdenes de la Santísima Virgen y de la Santísima Trinidad (...)!

B – Si, esta charla... Es que ahora llegó el punto en cuestión, mas no quiero decirlo, no quiero decirlo.

E – Habla Belcebú, ¡en nombre de la Santísima Trinidad!

ANA CATARINA EMMERICH* Y MADRE AGREDA **

B – A propósito del comienzo de la Iglesia, debo agregar que los Evangelios poco contenían sobre la Santísima Virgen, más tarde, inspirados por el Cielo, en visiones y revelaciones, grandes Santos, arrojaron mucha luz sobre la vida y obra de Esa que está encima (apunta para arriba). Una de los mayores, fue Catarina Emmerich, que ni siquiera todavía fue canonizada (ríe con malicia). Ella no sólo fue una de las almas más sufridas, más humildes, más visionarias, como es también una de las mayores Santas del Cielo. La otra es María de Jesús Agreda. Vivió en Agreda. Era Abadesa. Ya con sus padres se había retirado a un convento (rozna)... Tenía prometido, consagrarse a la vida religiosa. Ellos son los que obtuvieron de su hija, de su predilecta, la gracia de tener esas malditas visiones.

E – ¡Habla ahora, en nombre (...)! ¡Habla ahora sobre el punto esencial al que te referiste!

B – Como los Evangelios contienen muy poco sobre la Santísima Virgen, es su deseo, en los confusos tiempos que corren, que de los altos de los púlpitos se recomiende la lectura de los libros de María de Jesús de Agreda. Ellos no deberían faltar en ninguna familia católica. Todos deberían tener esos volúmenes (grita desesperado).

E – ¡Continúa hablando en nombre de la Santísima Trinidad! ¡En nombre de la Inmaculada Concepción en cuyo nombre tienes que hablar!

B – Ella quiere que los Sacerdotes digan que estos libros no tiene que faltar en ninguna familia Católica. Que igualmente deberían recomendarlos a los protestantes. Cuando los lectores verifiquen toda la riqueza de estos libros, no tardaran en comprenderla a Ella...

E – ¡Continúa en nombre de la Santísima Trinidad (...)!

B – Ella es una criatura elegida y predestinada, una criatura de una grandeza inmensa jamás conseguida por cualquier mortal. Los Sacerdotes deben hacer comprender a los fieles que es necesario hacer conocer estos libros, tan instructivos, por todo el mundo y sobre todo leerlos. Así podrán comprender nuestra derrota en toda su extensión y amplitud, tal como la grandeza y dignidad de esta criatura, que nos rompe la cabeza (rechina los diente). Ella quiere (lanza gritos horribles)... No quiero hablar, no quiero hablar (llora)... Es que no puedo auxiliar Aquella que está allá encima (apunta para arriba) mas sí aquel, el “viejo” (Lucifer) quiere. No quiero hablar.

E – Mas tú tienes que hablar en nombre (...), en nombre de la Inmaculada Concepción, en nombre de la Anunciación de la Santísima Virgen, en nombre de San Miguel Arcángel, ¡tienes que hablar!

B – Eso está afuera de nuestro campo de acción, ¡no y nada conozco! Nosotros tenemos la misión de seducir a los hombres. No queremos conducirlos al buen camino. Por estos libros los hombres serían conducidos a caminar por caminos mejores (grita).

E – ¡Continúa! Tienes que hablar en nombre de la Inmaculada Concepción, ¡en nombre de Nuestra Señora de Monte Carmelo! ¡Tú no puedes mentir! ¡Continúa!

B – En estos libros aprenderán como la Santísima Virgen vivió y murió. Para conocer los planes eternos de Dios, tanto cuando esos planes sean conocidos por los hombres, es ahí donde se encuentran fuentes dignas y seguras de fe. Ahí, los fieles verán el fundamento de todas las cosas.

E – ¡Continúa hablando, en nombre (...)!

B – Reconocerán en Ella (apunta para arriba) una criatura universal, terminarían por rendirse delante de tanta humildad y dignidad. Hasta nosotros le tememos, nosotros mismos tenemos que capitular delante de tales atributos. Cuanto más ustedes, criaturas humanas, ¡que no pasan todos de un poco de inmundicia! ¡No valen nada! Nosotros somos superiores...cuanto más Ella (apunta para arriba).

E – En nombre (...) ¡Continúa!

B – Si ustedes podrían contemplar un poco de su dignidad, se precipitarían inmediatamente en su búsqueda y en contra de mi voluntad, nosotros mismos fuimos obligados a verla. No deseamos que vengan a Verla, pues nosotros queremos que se precipiten para abajo y no vayan para arriba. También las personas instruidas, los académicos, deberían ser informados sobre esta María de Jesús Agreda, antes de que se juntasen los sacerdotes para combatir a los “tradicionalistas”.

E – ¡Continúa diciendo la verdad, en nombre (...)!

B – Igualmente “los tradicionalistas” están muy lejos, inmensamente lejos de concebir tal dignidad, a no ser de una manera aproximada, igualmente aunque lean estos libros. Más deben ser leídos por ustedes, en el nombre de Dios. Ustedes no pueden pasar si hacerlo, lo mismo los laicos. Y ustedes Padres, deben anunciarlo a todas las criaturas. Tengo que repetirlo. Es preciso proclamarlo desde los altos de los púlpitos. Esa que está allá encima, quiere que estos libros sean conocidos en los cuatro cantos del mundo. Hablaré enseguida de la Segunda. Catarina Emmerich, alma expiatoria. Tenía que estar siempre de espalda, tales eran sus dolores y sufrimientos. No tuvo nada que decir durante su vida, más cuando murió, todo Dülmen estaba en llamas: Cuando de todos lados concurrían carros de bomberos debieron haber visto en aquello, una señal del Cielo... más los hombres son estúpidos. ¿Qué saben los hombres? Nada comprenden... Son entupidos como cepos.

E – En nombre (...) ¡di la verdad!

B – Un cepo es todavía más inteligente. Aquí y allá, pueden parecer una hojita verde, más los hombres, esos, solo tienen basura y paja.

E – ¡Continúa, diciendo la verdad en nombre de la Inmaculada Concepción, en nombre de la Bien Aventurada Virgen María y de San Miguel Arcángel!

B – Esta Catarina Emmerich tuvo que hablar para la Iglesia, hizo vaticinios sobre la Iglesia y sufrió y rezó mucho por ella. Ya de pequeña, su capacidad de sufrimiento era enorme. Nosotros le teníamos un odio terrible. Tan pequeña y ya hacia la Vía Sacra, e imitaba a la letra, la humildad de Aquella que está arriba... ¡Ah!... es la cruz, cruz también, tal como Aquella que está arriba. Fue una gran Santa. Nosotros le temíamos mucho, por eso mismo queríamos destruirla, mas no lo conseguimos. Ella siempre hablaba, aunque sufriera dolencias mortales, mas sus dolores los ofrecía siempre a los otros, para que ellos pudieran conseguir la gracia de la conversión. Solo murió, cuando aquellos de allá arriba (apunta con el dedo para lo alto) verdaderamente lo quisieron, pues fueron Ellos los que recibirán su alma venerable, a su alma Santa... El Cielo. Hay en el Cielo muchos Santos, quiero decir Santos canonizados por Roma, que son menos Santos e menores que ella ¡Ah! ¡Como es horrible ser obligado a confesarlo!

E – Si, ¡continúa diciendo la verdad, en nombre (...)!

B – Si ella fuera canonizada, pensamos nosotros, entonces sus libros serán conocidos. En cuanto no lo fuera, todos sus libros no serán tan bien aceptados, es por eso que los Obispos no quieren oír hablar de ellos. Tal vez alguno que otro ya lo ha leído, mas eso son casos aislados, sin consecuencias. Debo todavía agregar que ella es una Santa poderosa en el Cielo (llora). Hace mucho que sus libros debían haber sido conocidos por el mundo entero. Es preciso que ustedes también lo prediquen desde lo alto de sus púlpitos. Y ahora no digo más nada (gime como un perro).

E – ¡Habla en nombre de la Inmaculada Concepción, de la Bien Aventurada Virgen María, en nombre de San Miguel Arcángel!

B – De sus libros, y sobre todo el volumen Vida y Muerte de la Venerable Catarina de Emmerich que debe ser difundido. Deberíamos atar esos libros a las espaldas de los niños para que aprendiesen a caminar como con la cruz que el Señor puso en su camino. Esta pequeña Santa, ya a los cuatro años hacia la Vía Sacra, lo mismo en la noche estando con los pies heridos, ensangrentados, todo era para la Gloria de su Rey Crucificado. De mañana la madre tenía que atarla y ni siquiera decía de donde venía, pues la pequeña nada decía (aúlla) Catarina fue un alma grande y sufrida. En su cuarto, el frió era glacial. Es que ella era muy pobre, e igualmente cuando sus sábanas estaban duras por el frío, en el medio de ello, ardía de fiebre, nunca pedía que la cambiaran. Ella quería vivir su Pasión y ofrecerla humildemente. ¿Dónde es que se ven hoy en día almas así? Religiosas compadecidas le sustituían las sábanas, pero Catarina no se los exigía, si continuaba así terminaría por morir de frió o quedaría entorpecida. Ella todo lo soportaba por su Señor Crucificado. Es inimaginable lo que ella hacía por Él. Ella es una poderosa Santa a la cual nosotros siempre tememos. Sentimos repugnancia por esas personas, que renuncian a sí mismas y siguen voluntariamente el camino de la Cruz y así todo ofrecen por los otros. Hay grandes Santos que hacen muchos milagros, que son considerados grandes a los ojos del Señor, que tienen el Don de leer en las conciencias, como ella también lo tenía, mas como les decía, aunque ellos puedan ser más conocidos, aunque a ellos recurran millares de personas, aunque sean grandes Santos, no se les puede comparar y no se les compara. Era un alma sufrida, humilde, apasionada por Dios. Dios la amó de una manera muy especial y es por eso que Él quiere que sea canonizada.

E – ¡Continúa hablando, en nombre (...)!

B – Ya hace mucho y no solo ahora, que ella debería haberlo sido. Se debe hablar a las personas de sus libros y de sus numerosas revelaciones y visiones. Es preciso que lo hagas por amor a la dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesús Cristo. Ella deseaba lo mismo que el Señor Jesús desea también. De sus textos, deben también citar en primer lugar La Dolorosa Pasión de Jesús Nuestro Señor. Este libro también no debería faltar en ninguna familia, sobretodo en alguna familia que se precie de ser Católica (gime). ¡Más basta de conversa ahora!

E – ¡Tienes que continuar, en el nombre del Padre (...) en nombre de la Inmaculada Concepción, de la Bien Aventurada Virgen María, de San Miguel Arcángel, de todos los Santos Ángeles, tienes que hablar Belcebú!

B – Jesús Cristo y la Santísima Virgen le concedieron a estas dos grandes Santas visiones y revelaciones para que llegue el conocimiento a los fieles. Estos deberán recibirlo con sus oraciones, seguirlas y transmitirlas para los demás. No se trata de una anécdota, mas es algo muy serio, muy grande, que ya fue profetizado por la Santísima Virgen, cuando le dijo a los Apóstoles: “Dios preverá, el Cielo preverá, para que en mi nombre, en su debido tiempo... (Gime como un perro)

E – ¡Di la verdad, en nombre (...)!

B –...venga a ser glorificado y conocido y que todo lo que debe ser revelado mi respecto, sea de mi debida altura”. Ahora ya es la altura. Estamos ahora en pleno Apocalipsis. Y Ella la Gran Señal. Es por eso que todas las personas deben leer estos libros, porque Emmerich, mas especialmente aun María de Jesús, hablan del Apocalipsis, de la Gran Señal, de la Santísima Virgen.

E – ¡Continúa diciendo la verdad, di todo lo que tengas que decir de parte de la Santísima Virgen, de la Inmaculada Concepción, de San Miguel Arcángel y de todos los Santos Ángeles y Arcángeles!

B – Si las personas leyeran estos libros (suelta gemidos) comprenderían fácilmente que la hora llegó. Comprenderían mejor el Apocalipsis y lo que está escrito en la Biblia. ¡Ustedes no pasan de grandes burros! Los hombres son inmensamente estúpidos, dejan que tesoros tan valiosos se pierdan, se les escapen, se les oxiden.

E – ¡Di la verdad, en nombre (...)!

B – Permiten que estos preciosos tesoros de valor infinito se pudran y queden escondidos. Y lo que debería quedar escondido es lo publicado (ríe burlonamente). Como por ejemplo las Biblias que de Biblias nada tienen, vida de Santos que de religiosos nada tienen. Ese género de libros están más dirigidos de abajo que de arriba (rechina sus diente malicioso) no pasan de charlatanerías. Hasta un burro o un caballo es más inteligente; de una manera o de otra, ellos sienten lo que su dueño quiere. Mas aquí (en el mundo) no es así. Solamente cuando ya es demasiado tarde es que ven lo que deberían haber visto antes y procedido de una manera diferente. ¡Ah! Para nosotros, estos escritos de Ana Catarina Emmerich y de María Agreda, son libros malditos, que desde hace mucho tiempo tememos y siempre temeremos. Nosotros, los de allá abajo, hace mucho tiempo, ni sé muy bien cuando, deliberamos para ver lo que podíamos hacer con ellos... y los hombres ni siquiera los leen (ríe sarcástico). Lo mismo aquellos que se dicen católicos, ¡mas no lo tienen en casa! (sus carcajadas se transforman en gemidos).

E – ¡Di la verdad en nombre (...), de la Inmaculada Concepción, de la Bien Aventurada Virgen María, de San Miguel Arcángel, San José, de todos los Coros de los Espíritus Bien Aventurados!

B – Deben informar a las personas. Todos los Padres, los “tradicionalistas” y lo mismo a los modernistas, que deben proclamar desde el altar que es necesario difundir estos libros por todas partes y lo más rápidamente posible, para que sean leídos. Si eso pasa y si su contenido puesto en práctica, todavía muchas almas se salvarían (gime horriblemente).

E – ¡Continúa, en nombre de la Santísima Trinidad!

B – Catarina Emmerich tuvo visiones sobre la Dolorosa Pasión de Jesús para que ella fuese conocida de un modo más directo y más profundo, pues los Evangelios no relatan sino fragmentos. Aunque los Apóstoles hubieran conocido más pormenores, resumían mucho. En las visiones de esta Gran Santa hay partes sintetizadas y resumidas que son horriblemente extensas para nosotros. Se aprende por ejemplo, la manera de conseguir un arrepentimiento perfecto, que desempeña un papel primordial en la Confesión. Se aprende a no ofender tanto al Señor, que tanto sufrió. Todos sus padecimientos son descriptos de una manera más profunda de lo que cualquier otro libro (gruñe). Estos libros deberían en todas las librerías, sobre todo en las católicas, que los deberían poseer en cantidades, y no apenas un ejemplar.

E – Belcebú. Di cualquier cosa sobre el sufrimiento secretos de Cristo en el Jueves Santo, ¡en nombre de (...)!

B – No nos agrada hablar de este asunto, más porque se está en la Cuaresma, Ella desea que al menos se digan algunas frases...

E – Entonces, ¡habla de los sufrimientos secretos de Cristo, como tú los vistes, en nombre de (...)!

PASIÓN DE CRISTO

B – Nosotros no miramos mucho, no queríamos ver nada de aquello. Girábamos como flechas a su vuelta y nos herimos unos a otros, llenos de cólera y rabia (grita). Naturalmente sabíamos de lo qué se trataba. Es claro que sabemos más de lo que se puede pensar. Mas a esa, a esta Emmerich, fue todo mostrado de un modo positivo. Ella vio por ejemplo, que en el Huerto de los Olivos, Nuestro Señor Jesús Cristo sufrió mucho más horriblemente de lo que se podía imaginar, igualmente durante toda su vida, varias veces sudó sangre de angustia. Nosotros, los demonios, lo perseguimos horriblemente en el Huerto de los Olivos. Él vio como nosotros en una multitud temerosa nos precipitamos sobre Él. Teníamos la forma de pecados, que los hombres cometerían más tarde. Era nuestro intento de conseguir que, por la visión de ese terror. El Hijo de Dios perdiese el coraje de soportar aquella Pasión. Él vio ese horror inmundo que le hizo salir sangre por los poros. En esos momentos de oscuridad y horror abominables. Él, pensaba en su Pasión, que era apenas de un hombre – Él era Dios, más para esa altura no se sentía más que un hombre – no llegaría para apagar y expiar un pecado tan grande. Me quise retirar, Tremía sobre la violencia del sufrimiento. Fue entonces que apareció un ángel con un Cáliz para fortificarlo. En la realidad, ese Cáliz, era la aceptación del sufrimiento. Al beber de ese Cáliz, Él confirmaba apenas que aceptaba la Pasión (gime). Gracias a eso, ustedes, pozos de inmundicia, veréis un día al Cielo, al que jamás nosotros tendremos acceso (furioso). Más tarde Cristo fue todavía flagelado. Durante la flagelación, su cuerpo fue herido y lacerado hasta los huesos. Cuando fue crucificado ya no tenía ni siquiera la mitad de sus cabellos. Se los habían arrancado a casi todos, lo que además fue muy bien hecho. Tenía una figura elegante y pies de viajante. A la fuerza de tanto andar a pié, tenía la piel dura y callosa. Al contrario, las manos eran muy, muy finas, demasiado finas para cargar una Cruz tan pesada. Si nosotros hubiéramos podido probar sólo un poco de su sangre derramada. Sólo una gota, entonces también deberíamos de adorarlo por toda la Eternidad. Pues, Él no lo permitió. Para nosotros, ya era demasiado tarde (gruñe). Después en la cruz, cuando fue suspendido, todo ofreció por ustedes. Hacer todo aquello por los hombres, atizó todavía más al infierno. Cuando estaba suspendido en la cruz, era como un gusano, como ya dijo Akabor: Ya no era hombre... por ustedes. ¿Porque es que Él hizo eso por ustedes? Por nosotros no lo hubiera hecho (suelta gemidos que conmueven). ¡Un gusano y no un hombre maltratado por todos (llora)! Era como si Él, hubiera tomado sobre Si todo el peso de los pecados de toda la humanidad; parecía ser el mayor de los criminales. Parecía que fuera abandonado y repudiado por Dios Padre, de tal modo, que sus verdugos Lo habían golpeado, picado, flagelado y por fin bañado en su sangre (remusga) ¡Y todo eso Él lo hizo por ustedes!¿Cuánto deben preocuparse los unos por los otros, para evitar que tantas almas fuesen al infierno? Él, que era Dios y no tenía pecados, realizó algo extraordinario, algo que jamás será realizado por cualquier mortal: Y Él sufrió torturas tan atroces, entonces ustedes deben pasar por toda la vida sobre el machado de carrasco. Y eso no sería mucho, no sería nada que no tuvieran merecido. Más los hombres no comprenden esto. Solo piensan en llevar una vida de gozo. A pesar de Su Muerte, con la Cruz y el buen ejemplo, y de tener que soportar tormentos infernales. Así. Él soportó tormentos infernales. Más durante poco tiempo. Nosotros mismos no lo odiamos, ¡lo admiramos por las cosas que hizo por ustedes! Jamás nos pasará por la mente que Él pudiese hacer tal cosa por la basura del mundo. Ya lo teníamos previsto, más nunca imaginamos que fuese una dádiva tan inmensa. Con todo eso, quiero todavía decir que es preciso insistir en la necesidad, durante la Cuarentena, de hacer penitencia en la unión de Cristo Jesús. Durante cuarenta días Él ayunó como ningún hombre, más ayunó y ayunará... el también sintió la dureza del hambre...

1 comentario:

radan100 dijo...

Sin Palabras a este testimonio de Amor.