La secta de la cienciología se ha hecho especialmente famosa en los últimos años por uno de sus más célebres adeptos: Tom Cruise (a quien, por cierto, le ha costado ya dos matrimonio). Pero la breve historia de este «grupo religioso» se remonta unas décadas atrás, al periodo de la postguerra en los Estados Unidos. Es precisamente en ese periodo en el que está ambientada la película The Master, presentada mundialmente en el Festival de Cine de Venecia 2012, y donde se ha hecho con un premio de la crítica a la mejor dirección.
El periódico de la Santa Sede ha publicado una valoración significativa de The Master al que no duda en calificar de «bello, complejo, agudo, puntual y ejemplar». Es un juicio sobre una polémica cinta que aborda la oscura historia de la cienciología tocando «el nervio descubierto del difundido fenómeno del comercio hipnótico, malicioso y equívoco de una bien camuflada pacotilla religiosa, esa que en el film hábilmente inventa, modela y ofrece en el mercado de los débiles y de los fanáticos el doctor Lancaster Dodd», refiere L´Osservatore Romano (cf. I tunnel di Freddie Quell, 3-4 de septiembre de 2012, p. 5).
Es verdad, en The Master la cienciología no se llama así sino «La Causa»; Ron Hubbard, el inventor de lo que el artículo no duda en llamar «secta moderna» y «confuso aparato científico-filosófico», tampoco aparece como tal sino bajo el camuflaje cinematográfico del doctor Lancaster, pero la necesidad de apelar a las analogías no es para menos si se considera el poder del grupo al que pertenece Tom Cruise y otros famosos.
Jorge Enrique Mújica, LC
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