Leo en don Francisco Fernández de la Cicogna que en la casa de los jesuitas de Manresa hay un curso sobre el eneagrama. Pues no, no me sumo a la protesta de don Francisco. Al contrario, a ciertas comunidades, conventos y provincias, lo que les recomiendo es que se dediquen a enseñar el eneagrama, el yoga, la meditación trascendental y todas las cosas orientales que puedan encontrar.
Hay conventos de distintas congregaciones cuya única solución es ir abriendo todas las escotillas, para que entre el agua lo más rápidamente posible. Y es que hay conventos que les ocurre como en esas malas muertes de teatro, en las que don Mendo no acaba de estirar la pata. Y así se aplica muy bien su monólogo:
¿De qué viviré? ¿Qué haré?
¿Dónde al cabo moriré?
¿Aquí o allá? ¿Qué más da?
¿Seré malo? No lo sé.
¿Seré bueno? ¡Quien lo sabe!
El monólogo es de Don Mendo, pero me viene a la mente algún que otro, candidato. En fin, menos eneagrama, y más exposición del Santísimo Sacramento. Menos yoga, y más espléndidas liturgias. Menos meditación trascendental, y más Kempis. Que conste que no deseo que ninguna congregación se sienta retratada en mis palabras. Lo dicho va por todas y por ninguna. Cada uno que se aplique el post en la medida de su buen entender e ingenio.
Sea dicho de paso, Don Mendo muere diciendo estas palabras: ¡Ved cómo muere un león cansado de hacer el oso!
Y pensar que mañana estoy invitado a comer con unos amigos jesuitas en su casa. Más vale que me lleve mi catador, o que coja porciones del centro de la bandeja.
PUBLICADO POR PADRE FORTEA
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