-El hombre sin religión es como caballo sin freno.
-Secretos en cuarto oscuro, Dios los oye como si tronara.
-Dios tiene un mirador en cada estrella y nos ve desde ella.
-Las limosnas nunca hacen pobre.
-Perdona lo involuntario aunque la ofensa sea grande; castiga lo voluntario, aunque la ofensa sea pequeña.
-Para subir al cielo hay un camino y nadie sube por él; el infierno no tiene puerta, pero el hombre la taladra.
-Si hay que hacerlo alguna vez, ¿por qué no ahora?.
-Sobre la cabeza de cada hombre hay un pedazo del cielo.
-El río Amarillo de cien mil pies, tiene fondo; pero el corazón del hombre no tiene fondo.
-El hombre que no tiene cara sonriente, que no abra una tienda.
-Una buena memoria no vale tanto como un buen pincel.
-Más vale aprender de viejo que morir necio.
-Un hombre obra la maldad y diez mil sufren el desastre.
-Más mancha una gota de aceite que mil toneladas de agua.
-Secretos en cuarto oscuro, Dios los oye como si tronara.
-Dios tiene un mirador en cada estrella y nos ve desde ella.
-Las limosnas nunca hacen pobre.
-Perdona lo involuntario aunque la ofensa sea grande; castiga lo voluntario, aunque la ofensa sea pequeña.
-Para subir al cielo hay un camino y nadie sube por él; el infierno no tiene puerta, pero el hombre la taladra.
-Si hay que hacerlo alguna vez, ¿por qué no ahora?.
-Sobre la cabeza de cada hombre hay un pedazo del cielo.
-El río Amarillo de cien mil pies, tiene fondo; pero el corazón del hombre no tiene fondo.
-El hombre que no tiene cara sonriente, que no abra una tienda.
-Una buena memoria no vale tanto como un buen pincel.
-Más vale aprender de viejo que morir necio.
-Un hombre obra la maldad y diez mil sufren el desastre.
-Más mancha una gota de aceite que mil toneladas de agua.
(Del libro de B.Martín Sáncheaz Diccionario de Espiritualidad)
Miguel Rivilla San Martín
No hay comentarios:
Publicar un comentario