viernes, 26 de agosto de 2011

LA BIBLIA VS EL PERDÓN



Mareo 6, 12: Perdónanos nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. 13. Y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal. (Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, por siempre, Señor) 14. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros.
Mateo 18, 21:Entonces Pedro se acercó y le dijo:
-“Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces?
22 Jesús le dijo:
-“No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”
Lucas 17, 3: Mirad por vosotros mismos: Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale 4 Si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti diciendo: “Me arrepiento”, perdónale.
Efesios 4, 31: Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnias, junto con toda maldad. 32 Más bien, sed bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, perdonaos unos con otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Marcos 11, 25-26: Y cuando os pongáis de pie para orar, si tenéis algo contra alguien, perdonadle, para que vuestro Padre que está en los Cielos también os perdone a vosotros vuestras ofensas.
1 Corintios 13, 4: El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. Elo amor no es ostentoso, ni se hace arrogante. 5 No es indecoroso, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal.
1 Pedro 4, 8: Sobre todo, tened entre vosotros un ferviente amor, porque el amor cubre una multitud de pecados.
Gálatas 6, 1: Hermanos, en caso de que alguien se encuentre enredado en laguna trasgresión, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
2 Corintios 2, 5: Si alguno a causado tristeza, no me ha entristecido sólo a mí, sino en cierta medida (para no exagerar) a todos vosotros. 6 Basta ya para dicha persona la represión de la mayoría. 7 Así que, más bien, debierais perdonarle y animarle, para que no sea consumido por demasiada tristeza. 8 Por lo tanto, os exhorto a que reafirméis vuestro amor para con él. 9 Porque también os escribí con este motivo, para tener la prueba de que vosotros sois obedientes en todo. 10 Al que vosotros habéis perdonado algo, yo también. Porque lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vuestra causa lo he hecho hoy en presencia de Cristo; 11 para que no seamos engañados por satanás, pues no ignoramos sus propósitos.
Génesis 45, 4: Entonces José dijo a sus hermanos:
-“Acercaos a mí, por favor”.
Ellos se acercaron, y él les dijo:
-“Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis en Egipto. 5 ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme me vendido acá, porque para preservación de vida me ha enviado Dios delante de vosotros. 9 Apresuraos, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto como señor de todo Egipto. Ven a mí, no te detengas. 10 Habitarás en la zona de Gosén, y estarás cerca de mí, tú, tus hijos, los hijos de tus hijos, tus rebaños, tus vacas y todo lo que tienes. 11 Allí proveeré para ti, pues todavía faltan cinco años de hambre; para que no perezcáis de necesidad tú, tu casa y todo lo que tienes”.
50, 19: Pero José les respondió:
-“No temáis. ¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios? 20 Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso. 21 Ahora pues, no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos”.
Así los confortó y les habló al corazón.

¿CÓMO PERDONAR?
Liza tenía nueve años cuando uno de sus familiares ingresó a su habitación una mañana y como si se tratara del objeto más deseado para satisfacer su enferma necesidad sexual, empezó a acariciarla hasta palpar toda su intimidad. Por varios años ella vivió con ese recuerdo perdido en su interior y sólo se reencontraba con la escena cuando discutía con su pareja, llenándose de cólera y rencor. Tomó la decisión de buscar ayuda y después de una corta terapia y voluntad, logró desprenderse del dolor, perdonar al hombre, dejar de culparse a sí misma y estabilizar la relación con su pareja.

PERDONAR ES SU RESPONSABILIDAD
La dificultad para perdonar se da porque: hacemos un juicio duro de la persona que nos hizo el agravio y no finalizamos la problemática, su comportamiento y situación emocional; no vemos que infancia tuvo, cómo fue su juventud. Los elementos básicos para perdonar son: la empatía y espiritualidad.

CINCO CLAVES PARA EL PERDÓN Y LA LIBERTAD
1.Hacer conciencia: Requiere recordar y analizar quién fue el agresor y por qué.
2.Validar el acto: Consiste en conversar con una persona de confianza, objetiva, capaz de escuchar, analizar la situación y dar un buen consejo. De preferencia debe recurrir a un profesional.
3. Compasión: Significa esforzarse para ver al agresor como un ser humano, tratar de comprender lo que lo llevó a causar daño. Esto no significa sentirse superior y con derecho a juzgar y culpar porque sería caer en un círculo vicioso.
4. Humildad: Es necesario eliminar el orgullo que actúa como una barrera antes de ceder el perdón.
5.Perdonarse a sí mismo. Significa reflexionar sobre los errores propios, ya se hayan cometido conscientes o inconscientemente, perdonarse y superarlos. Este acto debe corresponder a un proceso de aceptación de sí mismo.

El paso más importante es tener compasión, pues debe cambiarse las imagen del agresor por la de un ser humano y, por lo tanto, los sentimientos y la reacción hacia este.

El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario. Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas. La declaración del perdón es la clave para liberarte.

LO PASADO, PASADO
Algunas investigaciones han encontrado que ciertas formas de cáncer y el resentimiento podían estar ligados. Si el resentimiento y el maullar el pasado constantemente causan o no cáncer no lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que el resentimiento, el nunca perdonar y olvidar, causan amargura, frustración, sentimientos de culpas, sentimientos de inferioridad, sentirse inadecuado, incapaz y a veces no amado.

Es importante deshacernos de la carga del pasado, dejar lo negativo del pasado en el olvido y perdonar a otros y a nosotros mismos. Si no somos capaces de perdonar y olvidar, estaremos llevando una carga innecesaria a lo largo de nuestras vidas.

El asesinato de un ser querido es terrible. Pero infortunios más comunes como una enfermedad grave, un divorcio o un desastre natural pueden también provocar un gran sufrimiento. Las personas que han sufrido un daño muy doloroso o que han causado dolor a otros y ahora se sienten culpables, se dan cuenta de que hacer las paces con el pasado es un gran desafío. Sin embargo es algo que debemos enfrentar si queremos vivir cada día en toda su plenitud, como Dios lo espera.

-“¡Qué la paz de Cristo reine en sus corazones; ustedes han sido llamados a encontrarla!” - Colosenses 3, 15.
-Preocúpese, no por lo que intento hacer y fracasó, sino por todo lo que aún le es posible hacer – Juan XXIII.
-La vida está sembrad con muchas espinas, y sé que no hay más remedio que atravesarlas lo más rápido posible. Cuanto más nos detenemos en nuestros infortunios, mayor es el daño que nos hace – Voltaire.
-Nos vienen pruebas de toda clase... pero no nos desanimamos; andamos con graves preocupaciones... pero no desesperados; perseguidos.. pero no abandonados; derribados... pero no aplastados – 2 Corintios 4, 8-9.

Perdonar es el primer paso hacia la sanación... es el dejar marchar la dureza que se tenía hacia una persona; soltando todas esas cosas que abrigábamos contra esa persona y soltándolas de ese vínculo... perdonar es un proceso que dura toda la vida y se va recibiendo la gracia en cada momento.

Perdonar no consiste en olvidar... consiste en recordar sin rencor... el tiempo se encargará del factor olvido.

CORRECCIÓN FRATERNA
Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo a uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano”.

Grupo Católico de Oración por los Enfermos “Sí Señor

José Miguel Pajares Clausen

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