viernes, 26 de agosto de 2011

EXORCISMO - LIBERACIÓN



DEFINICIONES: Exorcismo, Liberación y Sanación son resultados del mismo proceso de arrepentimiento, oración, y entrega a Jesús. Nadie puede ser exorcizado, liberado o sanado de la influencia del demonio excepto en el Nombre y el Poder de Jesús. Nadie puede recibir ningún favor divino excepto a través de la bondad y gracia de Dios en respuesta a la oración.

EXORCISMO: Es el acto de ordenar al demonio o espíritus malignos que salgan de una persona, lugar o situación ordenándole por el Santo Nombre de Dios padre, Dios Hijo o Dios Espíritu Santo. Jesús como Hijo de Dios y como Dios, tiene toda la autoridad de Dios Supremo, poder que usó durante su ministerio de tres años y que delegó a sus discípulos, apóstoles y creyentes.

LIBERACIÓN: Es el resultado del trabajo de Dios en una persona a través de oraciones o de un exorcismo, que le saca del estado de influencia maligna.

SANACIÓN FÍSICA: Es el resultado milagroso de las oraciones hechas en gran fe que manifiestan un milagro de Dios.

SANACIÓN ESPIRITUAL: Es el resultado de renunciar al pecado, entregarse totalmente a Jesucristo y recibir el regalo de la paz.

INFLUENCIA Y POSESIÓN DEMONÍACA
Según la información del Nuevo Testamento, el demonio tomaba posesión de una víctima y en algunos casos causaba locura, ceguera o mudez. No quiere decir que todos los locos, ciegos o mudos estaban poseídos por el demonio, sino que en algunos casos el demonio causaba estas enfermedades. Muchas enfermedades mentales no tienen que ver absolutamente nada con influencia demoníaca, por esta razón hay que mirar otros síntomas que son comunes en las personas influenciadas o poseídas por el demonio. Muchas posesiones suceden en personas inocentes que son víctimas de la maldad de otras personas, inclusive familiares. En otros casos de influencia y posesión demoníaca, la victima ha contribuido a su estado por causa de su desobediencia a las leyes de Dios y su curiosidad por lo oculto.

POSESIÓN
Es común en casos de aquellos que están poseídos el tener ciertos signos supernaturales tales como el producir una voz grotesca de tono bajo imposible de ser imitada por seres humanos, suelen mostrar fortaleza superior a cualquier ser humano, conocen los pecados de las personas presentes si no han sido confesados, conocen el futuro, leen la mente y muestran mucho orgullo al hablar, pueden hablar cualquier idioma con total facilidad.

Los poseídos por el demonio se llenan de odio y blasfemia por todas las cosas santas, emiten sonidos furiosos, se mueven y actúan con conducta muy extraña, tienden a herir su cuerpo o a mutilarse, entran en periodos de trance, vomitan y hacen funciones biológicas como si fueran animales, se vuelven una amenaza para los familiares y aquellos que están a su alrededor, pues pierden contacto con la sociedad. En otras palabras, reciben el nombre de locos y generalmente la gran mayoría terminan en un sanatorio mental donde son dopados de por vida sin ninguna ayuda espiritual. Tanto la influencia demoníaca, como la posesión por malos espíritus, pueden suceder por varias causas:
· Maldiciones de los padres muchas veces desde el vientre de la madre.
· Casos de incesto o de abuso sexual en la niñez.
· Victima de hechizos, brujerías, odios, mal de ojo, vudú, etc.
· Participación en cultos de satanismo, brujería, espiritismo, magia, yoga, ouija, clarividencia, adivinaciones, superticiones, amuletos, encantaciones, cristales, nueva era, (new age), literaturas, películas (cine) y exhibiciones impuras, violentas o satánicas, etc.

INFLUENCIA DEMONÍACA
Es un estado más leve de posesión demoníaca. Aquel que sufre la influencia del demonio, resulta haciendo cosas malignas sin explicación. Puede resultar blasfemando de Dios sin saber por qué lo hace; puede escuchar voces que le llevan a hacer cosas indeseables; puede obsesionarse con el suicidio y terminar matándose o matando a otra u otras personas.

Estas personas se pueden especializar en cometer cualquiera de los pecados capitales que son: orgullo, avaricia, envidia, ira, lujuria, glotonería, y pereza. Esto lo hacen influenciado por el malvado, como un escape a su frustración, y por la pérdida del Temor de Dios. En otras palabras todavía pueden darse cuenta, por su conducta, de que algo está mal y que pueden hacer algo al respecto. En algunos casos pierden el coraje al tratar de obtener liberación porque sienten que el enemigo los maltrata y no los deja en paz. Algunos van a la Confesión, pero aún no llevan el arrepentimiento suficiente para poder orar por ellos mismos y ser liberados.

Otros son personas del mundo que no conocen a Dios. La influencia demoníaca puede empezar por interés en lo oculto, consultas de horóscopos, leída de manos, predicciones del futuro, tabla de ouija, brujería, hechizos, mal de ojo, maldiciones de otras personas, odios, espiritismo, magia, yoga, péndulo, comunicación con espíritus a través de medios, clarividentes, cartas, adivinaciones, supersticiones, cristales, nueva era, literaturas, cines y exhibiciones impuras, violentas o satánicas, etc.

LIBERACIÓN DE INFLUENCIA O POSESIÓN
El poseído pierde finalmente el control de sus facultades mentales en cuanto a llegar a una espiritualidad que le permita orar por sí mismo, pues el demonio ha recibido dominio de esta persona totalmente. Tan sólo la oración profunda de liberación hecha por otras personas creyentes o un exorcismo oficial de la Iglesia lo puede liberar.

Aquel que está siendo influenciado por el demonio todavía tiene oportunidad de orar por sí mismo o de pedirle a otros que oren por él: primero que todo tiene que arrepentirse de su pecado, ir a la Confesión con un corazón contrito y rogar la misericordia divina a través de la Preciosísima Sangre de Cristo y del Poder del Santo Nombre de Jesús que ha garantizado liberación en su Nombre. Mucha preparación, oración y lucha se requiere para superar al demonio, pero no es imposible. Bendito sea el Señor que nos ha dado muchos medios para librarnos de la maldad del enemigo.

ORACIÓN DE ARREPENTIMIENTO
¡Oh Señor Todopoderoso!
Dios de nuestros antepasados, de Abraham, de Isaac, de Jacob, y de sus justos descendientes.
Tú que hiciste el Cielo y la Tierra con todo su orden, quien encadenaste el mar por tu Palabra de Comando, que confinó lo profundo y sellaste con tu terrible y glorioso Nombre, en quien en todas las cosas se estremecen y tiemblan ante tu poder, porque tu esplendor glorioso no se puede aguantar, y la cólera de tu amenaza para los pecadores es incalculable, sin embargo, inmensurable e inalcanzable es tu misericordia prometida.
Tú eres el Señor Altísimo de gran compasión, continuo cuidado, y muy misericordioso que te aplacas ante el sufrimiento humano.
¡Oh, Señor! De acuerdo a tu gran bondad, Tú has prometido arrepentimiento y perdón a los que han pecado contra Ti, y en la multitud de tus misericordias, has designado el arrepentimiento para los pecadores, para que puedan ser salvados.
Por lo tanto, Tú, ¡Oh Señor, Dios de los justos!, nos has designado el arrepentimiento para los pecadores porque Abraham, Isaac y Jacob, no pecaron contra Ti, pero Tú has designado el arrepentimiento para mí, que soy un pecador, porque los pecados que he cometido son más en número que la arena del mar; mis trasgresiones son multiplicadas, ¡Oh Señor, son multiplicadas!
No soy digno de mirar para arriba y ver la inmensidad del Cielo debido a la multitud de mis iniquidades. Me siento pesado, como atado con muchas cadenas de hierro, y por eso soy rechazado debido a mis pecados, y no tengo ningún alivio; he provocado tu cólera y he hecho lo que es malvado a tu vista, creando abominaciones y multiplicando ofensas.
Ahora doblo la rodilla de mi corazón implorando tu amabilidad. He pecado Señor, he pecado, y reconozco mis transgresiones. Honestamente te imploro, perdóname. ¡Oh, Señor, perdóname! No me destruyas con mis transgresiones, no estés enojado conmigo para siempre, o guardes maldad para mí; no me condenes a las profundidades de la Tierra, porque Tú, Oh Señor, eres el Dios de los que se arrepienten, y en mí, Tú manifestarás tu bondad; porque, indigno aún soy como yo soy, Tú me salvarás de acuerdo a tu gran misericordia, y yo te alabaré continuamente todos los días de mi vida, porque toda la multitud del cielo canta tu alabanza, y tuya es la Gloria por siempre ¡Oh Señor!. Amén.

Grupo Católico de Oración por los Enfermos Sí Señor

José Miguel Pajares Clausen

1 comentario:

victor adolfo dijo...

¡Jesucristo, Señor Nuestro!
Yo te pido que bendigas y protejas a todos los ministerios de exorcismo, liberación y sanación, de la Santa Iglesia Católica.