“……Gracias por haber respondido a mi llamada”
Es esta la frase más repetida por la Virgen en las apariciones de Medjugorje, la dice al final de cada mensaje. No sé si habrá habido muchas personas que haya reparado en ella suficientemente. Seguro que se pueden sacar muchas e interesantes conclusiones. A mi mente vino esta pregunta que me hice y que les comparto: ¿Querrá decir esta frase, entre otras conclusiones posibles, que la Virgen se ha aparecido o se aparece en otros países o pueblos del mundo, que se la ha rechazado, y que por eso agradece que en Medjugorje se acepten y vivan masivamente sus mensajes?
Dándole vueltas a esta pregunta, me vinieron a la mente las apariciones de Garabandal de los años 60, pues sabía que era una aparición que en España fue rechazada, pero que sin embargo ese rechazo presentaba para mi muchas dudas, pues sabía por ejemplo que la Madre Teresa mantenía correspondencia con una de las videntes y que incluso era la madrina de primera comunión de una de su hijas.
También me constaba que un buen amigo, ya fallecido, me dijo que se había confesado varias veces con el Padre Pío en su camino de vuelta a la fe, y que esté le había recomendado que cuando volviera a España, fuera a Garabandal porque allí estaba la Virgen. Muchos testimonios, más importantes que éstos dos, podrían dar los especialistas en esta aparición, pero a mí me bastaron para no aceptar lo que sobre esta aparición se había dicho negativamente, pues muchas cosas que la Virgen dijo se han ido cumpliendo inexorablemente con el tiempo. (Por ejemplo, la pérdida de vocaciones sacerdotales en España, impensable en aquellos tiempos de la aparición).
En consecuencia, decidí pedirle a Antonio Yague que me escribiera una articulo sobre esta aparición para transcribirlo en mi blog. Los tiempos en que estamos viviendo señalan para mí el final de un mundo tal y como lo hemos conocido.
El articulo:
Garabandal y el fin de los tiempos por Antonio Yague.
El nombre del pequeño pueblo de San Sebastián de Garabandal en las montañas cántabras hoy día es más conocido fuera de España que en nuestro país. Allí hace 50 años ocurrieron las apariciones marianas más importantes del siglo XX. Cuatro niñas de 11 y 12 años recibieron más de 2000 visitas celestiales durante cuatro años y medio. Los hechos contados por varios miles de testigos, hoy están al alcance de todos en el portal de Youtube en varias horas de video. Las enseñanzas espirituales y proféticas se han descrito en numerosos libros en multitud de idiomas, como en el publicado recientemente “Garabandal, 50 años después”, accesible en librerías y en la página:
www.garabandal.org.es
Garabandal y el fin de los tiempos por Antonio Yague.
El nombre del pequeño pueblo de San Sebastián de Garabandal en las montañas cántabras hoy día es más conocido fuera de España que en nuestro país. Allí hace 50 años ocurrieron las apariciones marianas más importantes del siglo XX. Cuatro niñas de 11 y 12 años recibieron más de 2000 visitas celestiales durante cuatro años y medio. Los hechos contados por varios miles de testigos, hoy están al alcance de todos en el portal de Youtube en varias horas de video. Las enseñanzas espirituales y proféticas se han descrito en numerosos libros en multitud de idiomas, como en el publicado recientemente “Garabandal, 50 años después”, accesible en librerías y en la página:
www.garabandal.org.es
Resumir en un breve artículo el contenido de aquellos hechos resulta imposible, por lo que aquí solo me referiré a uno de los aspectos proféticos que fue especialmente iluminado por las revelaciones de Garabandal, y que sin embargo es poco conocido. Con frecuencia al hablar de los aspectos proféticos allí revelados, se mencionan ampliamente tres hechos de repercusión global, aún por ocurrir, denominados Aviso, Milagro y Castigo, de los que es fácil encontrar más detalles en la red o en las publicaciones como la mencionada anteriormente. Sin embargo casi nunca he oído hablar del término fin de los tiempos, citado profusamente en la Sagrada Escritura, que gracias a Garabandal adquirió un significado relacionado con la generación presente y que a la luz de los acontecimientos resulta cada día más lleno de contenido.
Entiendo que hablar del fin de los tiempos desde una perspectiva católica es a priori políticamente incorrecto y que se me podrá calificar de herético, esotérico, fundamentalista y alarmista por quienes se arrogan un papel de intérpretes de los signos de los tiempos ya sea por su condición de sabios de este mundo, periodistas, economistas, autoridades, príncipes y cualquier tipo de guía de nuestra sociedad. A pesar de este hándicap, le sugiero estudiar sin prejuicios el tema, a la luz de las enseñanzas divinas, que a partir de Garabandal adquirieron un giro sorprendente y cercano.
En efecto, hasta entonces, el término era asignado a la Escatología y prácticamente desconocido en los ambientes espirituales. Por un lado, desde la reforma protestante los católicos relegaron la Sagrada Escritura a lectura reservada para clérigos. Por otro, tan sólo algunos santos como San Luis María Grignon de Montfort en el siglo XVIII mencionaban un término parecido en sus escritos: los apóstoles de los últimos tiempos. Pero las apariciones marianas del siglo XIX parecieron aprovechar la cita y en el secreto aprobado de La Salette (1846) ya se habla con profusión de estos señores del futuro, así como en el mensaje de octubre de 1917 en Fátima.
Pero fue en Garabandal donde se perfiló el término fin de los tiempos aparte del texto de la Sagrada Escritura. Todo comenzó en marzo de 1962 con una carta que el Santo Padre Pío escribió a las niñas videntes. En ella aseguraba: “A las nueve horas de esta mañana, la Santa Virgen me ha dicho que os diga: ¡Oh benditas muchachas de San Sebastián de Garabandal! Yo os prometo que estaré con vosotras hasta el fin de los tiempos, y vosotras estaréis conmigo en el fin del mundo. Y después, unidas a mí en la gloria del Paraíso”. Hasta dónde sabemos, es la primera vez que la Virgen distingue tres futuros conceptos que hasta entonces se pensaba eran sinónimos.
Un año más tarde, en junio de 1963, al morir el Papa Juan XXIII, las campanas de la iglesia comenzaron a tañer a muerto. Conchita, al oírlo tiene una sencilla y conmovedora conversación con su madre, en la que de nuevo aparece la distinción conceptual:
-“Ya solo quedan tres Papas y después ya viene el fin de los tiempos, que no es el fin del mundo”.
-“Entonces, ¿quiere decir que viene ya el fin del mundo?”
-“La Virgen no me dijo "fin del mundo", sino "fin de los tiempos".
-“¿No es lo mismo?"
-“Pues no lo sé”
-“¿De donde sabes que solamente quedan tres Papas?”
-“De la Santísima Virgen. En realidad me dijo que aún vendrían cuatro Papas pero que Ella no contaba uno de ellos”.
-“Pero entonces, ¿por qué no tener en cuenta uno?”
-“Ella no lo dijo, solo me dijo que uno no le tenía en cuenta. Sin embargo me dijo que gobernaría la Iglesia por muy poco tiempo”.
-“¿Quizás por eso no lo cuenta?”
-“No lo sé”.
-“Y qué viene después”.
-“Ella no lo dijo”.
Por último, al explicar un día Conchita el significado del Aviso y el Milagro decía:
-“El Aviso viene para purificarnos y prepararnos para el día del Milagro, como decía la Virgen María "a los buenos para acercarlos más a Dios, a los malos para advertirles que ya viene el Fin de los Tiempos". Después habrá una gran PAZ y el mundo entero se convertirá. La Iglesia y el mundo entero cambiarán tanto que no lo podemos imaginar”.
-“Ya solo quedan tres Papas y después ya viene el fin de los tiempos, que no es el fin del mundo”.
-“Entonces, ¿quiere decir que viene ya el fin del mundo?”
-“La Virgen no me dijo "fin del mundo", sino "fin de los tiempos".
-“¿No es lo mismo?"
-“Pues no lo sé”
-“¿De donde sabes que solamente quedan tres Papas?”
-“De la Santísima Virgen. En realidad me dijo que aún vendrían cuatro Papas pero que Ella no contaba uno de ellos”.
-“Pero entonces, ¿por qué no tener en cuenta uno?”
-“Ella no lo dijo, solo me dijo que uno no le tenía en cuenta. Sin embargo me dijo que gobernaría la Iglesia por muy poco tiempo”.
-“¿Quizás por eso no lo cuenta?”
-“No lo sé”.
-“Y qué viene después”.
-“Ella no lo dijo”.
Por último, al explicar un día Conchita el significado del Aviso y el Milagro decía:
-“El Aviso viene para purificarnos y prepararnos para el día del Milagro, como decía la Virgen María "a los buenos para acercarlos más a Dios, a los malos para advertirles que ya viene el Fin de los Tiempos". Después habrá una gran PAZ y el mundo entero se convertirá. La Iglesia y el mundo entero cambiarán tanto que no lo podemos imaginar”.
Gracias a esta información es más fácil darnos cuenta que tanto la Sagrada Escritura como la Virgen mencionan la palabra tiempo en plural y con ello claramente quiere señalar un tipo de tiempo y no todo el tiempo, toda la historia. El fin de los tiempos es un breve periodo de divisoria histórica que encaja con las palabras de nuestro Señor sobre una gran tribulación, como nunca hubo hasta entonces, ni después habrá (Mt. 24, 21), tras el cual se dará la restauración de todas las cosas (Act. 3, 21) que predicaba San Pedro el día de Pentecostés.
Lo preocupante es que la Virgen en Garabandal daba a entender que ese breve periodo llegará después de cuatro Papas, de los que uno tendrá un reinado breve. Al comienzo de ese tremendo periodo, dos hechos mundiales únicos en la historia, el Aviso y el Milagro, de los que quizá tenga ocasión de hablarles otro día. Al final del intervalo, un Castigo a la humanidad cuya intensidad dependerá de la respuesta de los hombres a Dios, pero que alcanzará proporciones diluvianas. Y después… otros tiempos radicalmente diferentes, a los que deseo que todos lleguemos, en que lo creado será liberado de la servidumbre de la corrupción (Rom. 8, 21).
Luis Lopez-Cozar
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