VUELVE LA POLÉMICA SOBRE KEVIN JENNINGS
La escabrosidad de los textos para niños de 12 años resulta insólita incluso viniendo de donde vienen: la Gay, Lesbian and Straight Education Network, que fundó el importante alto cargo de Educación en la Administración norteamericana.
Kevin Jennings fundó a mediados de los 90 la GLSEN (Gay, Lesbian and Straight Education Network) con un objetivo muy claro: «Educar a los profesores, a los estudiantes y al público en general sobre los perniciosos efectos de la homofobia y el heterosexismo». También para «desarrollar en la escuela climas en los que las diferencias [de orientación sexual] se valoren por su contribución positiva para crear una comunidad más vibrante y diversa».
Jennings se convirtió a partir de entonces en uno de los activistas más célebres del “lobby” gay estadounidense, con media docena de libros escritos para defender la homosexualidad en la escuela. Lo gay es más que una causa para él: también una forma de vida, pues no en vano formó parte de la Asociación de Hockey Gay y llegó a jugar en un equipo de hockey sobre hielo de esa asociación.
Por todos estos motivos, cuando en julio pasado fue nombrado por Arne Duncan (secretario de Educación, equivalente a nuestro ministro) como responsable en la Administración Obama del programa de seguridad en las escuelas, las protestas no se hicieron esperar. Medio centenar de congresistas pidieron su cese, ante los recelos que suscita el propósito de la GLSEN (aunque Jennings ya no dirige directamente la organización, sigue inspirándola) de hacer obligatorio en los currículos escolares la ideología de género y los temas de debate del colectivo homosexual y transexual. Esa organización centra su objetivo prioritario en la etapa infantil, hasta los 12 años.
Ahora desde la revista conservadora “First Things” se denuncia algo más: la recomendación de libros de carácter netamente pornográfico para lectura de niños de esa edad. El informe de Jim Hoft se refiere al centenar de títulos incluidos en la lista de la GLSEN y declara sin ambages su sorpresa: «No estábamos preparados para lo que encontramos. Fue un “shock”, nos quedamos atónitos, sin palabras». No esperaban encontrar textos «clasificados X» y de corte pornográfico en obras destinadas, unas de parvulario a 7 años, y otras de 7 a 12 años.
El blog que recoge el informe incluye textos suficientemente explícitos: descripciones de felaciones y masturbaciones, encuentros sexuales entre niños de 11 años, relaciones sexuales entre niños de 13 años y personas adultas, comentarios continuos sobre los órganos sexuales, elogios a la prostitución como forma de conocerse a sí mismo, incestos...
El informe señala que esta lista de libros no puede considerarse algo anecdótico, pues promover lecturas entre los niños para cambiarles la forma de pensar es uno de los objetivos principales de la organización de Jennings. Además todos estos libros (doce en total) fueron añadidos a la lista mientras Jennings era director ejecutivo de la GLSEN.
La importancia de esta denuncia, formulada el viernes en Estados Unidos, no reside sólo en la importancia del cargo que ocupa Jennings en la Secretaría de Educación, y por tanto en lo significativo que resulta desde el punto de vista de la orientación de la Presidencia de Barack Obama. También es importante por el carácter modélico que este tipo de iniciativas tienen en todo el mundo, dada la unidad de acción de los movimientos que promueven la homosexualidad en la escuela. En España, por ejemplo, una reciente campaña de la Junta de Extremadura fue denunciada por animar a los niños a masturbarse.
E.R./ReL
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