miércoles, 21 de octubre de 2009

LA IGLESIA ANGLICANA, ESE EXTRAÑO ANIMAL: UNOS APUNTES PARA COMPRENDER A LOS ANGLICANOS.


La definición que da título no es mía, se la oí a un obispo anglicano mientras vivía en Londres, en una de las clases del Saint Pauls Theological Center donde cursé estudios durante un trimestre.

En general, se puede decir que la iglesia anglicana es casi tan desconocida como la mayoría de las iglesias protestantes entre los católicos, por lo que me voy a aventurar a esbozar unas notas acerca de la misma.

En la catedral de la Iglesia Española Reformada Episcopal de la calle Beneficencia de Madrid, hay un cartel a la entrada que viene a decir: ven a la iglesia anglicana, pues estamos en el medio entre los católicos y los protestantes, la cual es una formulación muy interesante para el propósito de este artículo.

Como se habrá oído, la iglesia anglicana se denomina Comunión Anglicana, la cual es una especie de federación de iglesias que históricamente nacen de la iglesia que comenzó Enrique VIII. Es en palabras de la omnisciente wikipedia una fraternidad amplia de 38 provincias autónomas e interdependientes que están en plena comunión con el Arzobispo de Canterbury, siendo una de las comuniones cristianas más numerosas del mundo, con aproximadamente 73 millones de miembros.

A esta comunión no se le pueden aplicar categorías jerárquicas como las que conocemos en la Iglesia Católica, pues aunque teóricamente están todos bajo el obispo de Canterbury, la práctica y el drama de esta comunión eclesial es precisamente que al ser lazos más bien de hermandad, cada cual hace lo que quiere, lo que está provocando unas tensiones insoportables para muchos con el tema de las ordenaciones de mujeres y de homosexuales.

Lo interesante es que la Comunión Anglicana se declara Católica y Reformada, y proclama el credo de Nicea tal como lo conocemos (iglesia una, santa, católica y apostólica).

Haciendo un repaso histórico somero e incompleto, la Iglesia Anglicana nace de las veleidades matrimoniales de un rey, Enrique VIII, en 1534, pero muy pronto engancha con la reforma protestante, aunque hace una declaración de fe que la distingue de Lutero y de Trento mediante la proclamación de los 39 artículos en 1563.

Durante mucho tiempo la iglesia anglicana adopta formas y costumbres protestantes, a la par que se extiende por todas las colonias inglesas. Posteriormente, ya en el siglo XIX se da un movimiento de aproximación a la Iglesia Católica, encabezado entre otros por Henry Newman, llamado el Movimiento de Oxford, que hace retomar costumbres y formas católicas a una parte de la Iglesia Anglicana.

Esto escenifica la diferencia entre lo que se conoce como High Church (catolicizante) y la Low Church (protestantizante), y ahí es donde radica el galimatías que supone una iglesia que ni es protestante ni es católica y participa a la vez de elementos de ambas. Para muchos anglicanos, representa también una forma de catolicismo no-papal, y para otros, una forma de protestantismo sin figuras fundadoras tales como Martín Lutero o Juan Calvino.

Al respecto, es interesante la frase del Deán Henry Forrester (México, 1906): «Católica, aunque no romana y Evangélica, aunque no protestante».

A día de hoy en la Iglesia Anglicana podemos encontrar desde misas en latín, usando el misal tridentino, hasta servicios genuinamente protestantes, pasando por misas siguiendo The common prayer book que es el sustituto del misal romano que rige entre ellos, o misas utilizando el vigente misal romano de 1970.

Pero muchos sólo utilizan este libro litúrgico para bautizos y confirmaciones, haciendo el resto de las celebraciones de su iglesia al modo protestante evangélico, de manera que en las iglesias low church, muchos protestantes se siente como en casa, y de hecho consideran a los anglicanos, al igual que los católicos, como una iglesia reformada más.

Para ilustrar la confusión con una anécdota, al principio de vivir en Londres, junto con mi compañero de piso y su mujer, que es el delegado de evangelización de Nueva Delhi, nos pasamos unos cuantos domingos asistiendo a misa a una parroquia donde se celebraba el año de San Pablo, había estatuas de Lourdes, y el misal era exactamente el romano. Cuál fue nuestra sorpresa al descubrir que era anglicana; lo único que nos hizo sospechar es que se ponían de rodillas para las peticiones, y después de la comunión seguían de rodillas durante la oración final.
Dicho todo lo anterior, se entiende por qué la Iglesia Anglicana es una animal extraño. Si se quiere estudiar y conocer cómo son las iglesias cristianas, es un sujeto de estudio apasionante, pues recoge en su seno una buena parte de las tendencias que históricamente han surgido en el occidente cristiano. Conocer a la Iglesia Anglicana es como hacer un máster intensivo de ecumenismo cristiano, dada la cantidad de caras que esta iglesia tiene.

Desde el punto de vista católico, a diferencia de las Iglesias Ortodoxas, que son consideradas católicas, se duda de la apostolicidad de la Iglesia Anglicana, pues en algunos casos se rompió la sucesión apostólica en las ordenaciones de obispos y existe una bula de León XIII de 1896 declarando las ordenaciones anglicanas nulas.

Esto nos deja en una situación de una cierta indefinición, pues los anglicanos serían una comunidad eclesial, no una iglesia separada, pero no podemos obviar el hecho de que se duda de la sucesión apostólica, pero no significa que se haya roto completamente, sino en ciertas líneas.

Comentando el tema que es portada, la aceptación de 500.000 fieles anglicanos en la Iglesia Católica, el Concilio Vaticano II y el decreto sobre ecumenismo auspició la Declaración conjunta firmada en 1966 por la que católicos y anglicanos se comprometían a buscar soluciones, pero la ordenación de mujeres rompió esta vía abierta para una vuelta a una comunión entre las dos iglesias.

Posteriormente la ordenación de homosexuales, especialmente de un obispo episcopaliano en los Estados Unidos, creó tal revuelo y controversia que a Conferencia de Lambeth de 2008 (que viene a ser un sínodo decenal de la Comunión anglicana) vino a establecer una prórroga congelando el tema de las ordenaciones de homosexuales, en aras de no romper más la ya maltrecha comunión.

Las tensiones siguen, y en la Iglesia Anglicana para muchos es un momento de sálvese quien pueda, y dentro de este contexto hay que entender la migración a Roma de diócesis enteras.

Eso sí, espero que este artículo sirva también para poner en relieve la complejidad de los anglicanos, y recordarnos que la Iglesia Anglicana ha dado muchos frutos y tiene una tradición digna de ser estudiada, pues es probablemente la iglesia cristiana más compleja que existe. Ellos se ponen como ejemplo de cómo pueden convivir dentro de su seno tendencias eclesiales tan dispares. Quizás no es el camino ideal para el ecumenismo que todos nos volvamos anglicanos en este sentido, pero creo que sí que es interesante reflexionar acerca de su idiosincrasia para aprender más de nosotros mismos.

Al fin y a cabo eso es lo que le pasó a Henry Newman, el cual tras ser tildado de católico por su Movimiento de Oxford, acabó cardenal de la Iglesia Católica. Pero recordemos que también existió gente como C.S. Lewis de quien tanto hemos aprendido con sus libros el cual vivió y murió anglicano.
Juan Alberto Barrera

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