Hoy es jueves, Señor, y al saber que me estás esperando me he sentido indigna de ese amor, de ese beneficio...
Yo te amo, Señor, pero a veces siento que soy avara de ese amor... que no pienso, que no reparo, que si he conocido lo que es amarte... ¡sea posible que no lo grite a los "cuatro vientos"! Y no solo que no lo grite sino que guarde silencio a veces por respeto humano, porque no se sonrían burlonamente, por no entrar en discusión... porque no me tachen de "mocha"... ¡Qué gran cobardía! ¡Perdón, mi amado Jesús!
El Papa Benedicto XVI nos lo pide. La Iglesia nos lo pide y Tú mi Jesús Sacramentado, nos lo pediste desde hace muchos siglos... pero no nos animamos a dar la respuesta con decisión, con una postura radical y valiente.
La respuesta tiene que ser ahora y desde este momento.
Tenemos un serio y grave compromiso, como hijos de Dios, de ser verdaderos apóstoles. Este compromiso me enfrenta primero, con los más cercanos, con los seres que me rodean, con las personas que forman mi familia y mi entorno.
En todo momento, tu nos pides, Señor, que estemos "en pie de lucha", que quiere decir que no deje pasar la ocasión para acercarme a quién pudiera sentir o pensar que me necesita.
Solemos decir: "No, yo no me meto... yo no digo nada, cada quién su vida"... Es cierto que a veces no es fácil abordar o penetrar en la forma de vivir de las personas, pero si están muy cerca de nosotros, tal vez no sea tan difícil buscar la ocasión para poder brindarle, a esa persona, nuestro apoyo y consuelo, hablándole de Dios, del amor que nos tiene, de que trate de encontrar o recuperar esa fe que no se sabe en qué momento se perdió.... y orar, orar mucho por esa persona, ante Ti, ante este misterio de amor que nos brindas diariamente ¡oh, Tú mi Jesús Sacramentado!
Tú nos oyes siempre y la oración puede no cambiar las cosas... pero si cambia los corazones y la forma de ver las cosas.
Ya no podemos decir: "Eso hay que dejárselo a los sacerdotes". Los sacerdotes son pocos y la mies es mucha.
No dejes que lo olvidemos... ha llegado nuestro momento.
Si estamos convencidos de que tenemos la VERDAD, en nuestra religión católica, es indispensable que esa VERDAD, la trasmitamos con el mismo ardor, con muchísimo más ardor que invitamos y casi empujamos a los amigos animándolos para que vayan a ver una obra de teatro o película, que nos pareció excelente o que no se pierdan un paseo o lugar sensacional porque los queremos y deseamos que disfruten tanto como nosotros lo disfrutamos...
Seguirte a Ti, mi Jesús, es una aventura tan maravillosa para el ser humano que en ello hemos de poner toda la fuerza de nuestra existencia.
Seguirte a Ti, mi Jesús, es participar de la verdad sublime de sabernos hijos de Dios y herederos del Cielo... pero no para nosotros solos...
No tengo que tener miedo o reparo de hablar de Dios, de Ti, Jesús, de la Santísima Virgen a los demás... Hay tanta ansia en el corazón de los hombres y mujeres de encontrar un camino... y nosotros les podemos hablar te ti, del único Camino, del que dijo: "Yo soy la luz, Yo soy el camino, la verdad y la vida, quién cree en mí no morirá". ¡Qué triste no compartir, no participar a los demás de esa grandeza de amor que ciega la vista por ser más luminosa que el mismo sol...!
Hemos de ser valientes con nuestra fe y proclamarla.
Ayúdanos, Jesús para hablar con los que nos rodean, de esta "gran experiencia" que aún en medio de los sufrimientos o infortunios, nos traerá la paz en nuestro diario caminar por la vida.
Nota: Este artículo me hizo recordar algo que sucedió hace años en una reunión de oración en casa de una amiga que quedaba frente a un parque.
Estábamos reunidos orando, cuando en un momento dado se me ocurrió decir en voz alta: ¡QUIÉN SE ATREVE A SALIR AL PARQUE Y GRITAR JESÚS… YO TE AMO! Se produjo una estampida… todos salieron corriendo a gritar ¡JESÚS YO TE AMO!... menos yo, que con la sorpresa no atiné a moverme.... o ¿tuve verguenza?
José Miguel Pajares Clausen
4 comentarios:
Ahora que estoy en plena conversion católica, he podido sentir la presencia de Jesus y la Virgen en vivo y en directo ( a través de teofanía, y con el olor a incienso que percibi cuando estuve rezando mi primer Rosario ), pero que dificil es decir a otros, inclusive a nuestros amigos JESUS YO TE AMO!, es mas a veces veo personas que hasta en misa se averguenzan de levantar las manos cuando se reza el Padre Nuestro, o de cantar, o inclusive de arrodillarse.... yo era asi, timidamente lo hacia y tenia "roche" de hacerlo, imagínense que en ese tiempo me hubieran dicho que salga a gritar al parque Jesus yo te amo!!, no lo hubiera hecho. En cambio ahora, rezo, canto, aplaudo, alzo las manos y alabo al Señor y a nuestra Madre. En esta lucha contra el maligno, entre mas rezo a Dios, mas rezo el Rosario, mas me jode el demonio ya me di cuenta... pero no importa, mis dolores mi cansancio, mi sufrimiento se lo he ofrecido a Dios como un corderito que se entrega para ser sacrificado, algo bueno llegara alguna vez en mi vida, y si no llega, igual, nunca dejare de amar a Dios y a mi Madre.
Veo que tambien hay personas que llegan a tal punto de enamoramiento que si, salen a gritar al parque te quiero, te amo... (el nombre de su amada/o), sin embargo tenemos a veces verguenza de decir eso a Cristo Jesus en público, seguro la gente nos diria que estamos locos, pero a Dios le agradaríamos mucho.
José Antonio
Arequipa Peru
JOSÉ ANTONIO ME PIDIÓ QUE PUBLICARA SU COMENTARIO... POR ESO SALE CON MI TÍTULO
TAREA CUMPLIDA J ANTONIO
Es maravilloso poder alabar a Dios con todo el corazón...y decirle que lo amamos...
Dios te colme de bendiciones José Antonio....
Gracias Hermano José por compartir todos tus escritos..llegan al corazón...Dios te siga bendiciendo...
Un saludo para los dos...
Silvia Cristina
GRACIAS POR TU COMENTARIO
BENDICIONES POR CASA
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