El pionero de la industria automotriz y visionario Henry Ford dijo: «Todo el secreto de una vida exitosa es descubrir qué estamos destinados a hacer, y luego hacerlo».
El sueño de Ford nació de su interés por todo lo que fuera mecánico. Desde su niñez tuvo la pasión por estudiar y reparar maquinarias. Aprendió por cuenta propia sobre máquinas de vapor, relojes y motores a combustión. Viajó por el campo haciendo reparaciones gratuitas, solo para poner sus manos en alguna maquinaria. Se hizo mecánico y relojero. Trabajó como ingeniero nocturno en la Detroit Edison Company.
Ford se sentía intrigado por la idea del automóvil y le dedicó más y más atención a esto. En 1896, construyó su primer automóvil en el cobertizo trasero de su casa. Luego de esto, siguió pensando en cómo mejorar sus esfuerzos, y estudió el trabajo de otros constructores de coches, incluyendo a Ransom E. Olds, quien construyó el primer Oldsmobile en el 1900.
De su amor por las maquinarias y su curiosidad por el automóvil creció el sueño de Ford: la creación de un automóvil de bajo costo y de producción masiva. Hasta ese momento, los nuevos coches sin caballos eran un costoso artículo de lujo, solo al alcance de los ricos. Pero Ford estaba decidido a poner el automóvil al alcance de la persona común. En 1899, ayudó en la formación de la Detroit Motor Company. Pero cuando sus compañeros de organización pusieron obstáculos a la idea de fabricar su producto en forma económica para venderlo en forma masiva, dejó la empresa.
Sin embargo, mantuvo su sueño, y finalmente sus esfuerzos rindieron fruto. En 1903, organizó la Ford Motor Company y comenzó a producir el modelo “T”. El primer año la nueva compañía produjo seis mil autos. Pero ocho años más tarde producía más de 500.000. Además se las arreglaron para reducir el precio inicial de venta de US$850 a solo $360. El sueño de Ford era una realidad.
Quien tiene un sueño conoce a lo que tiene que renunciar con el propósito de avanzar.
Jhon C Maxwell
¿Cuál es el sueño que te quita el sueño en tu vida? ¿Hacía donde te diriges? Recuerda, los mejores sueños son los que Dios siembra en tu corazón, porque ellos siempre se convierten en realidad.
“El mundo de un ciego está limitado a lo que toca; el mundo del ignorante queda dentro de los límites de su conocimiento; el mundo de un gran hombre por los límites de su visión. Si su visión - su sueño - es grande, así será su potencial para el éxito”. Paul Jovey
Y tuvo un sueño, y he aquí, había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí, los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Gen 28:12
Después José tuvo otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Les dijo: Tuve otro sueño, en el que veía que el sol, la luna y once estrellas me hacían reverencias. Gen 37:9
Y ellos le respondieron: Hemos tenido un sueño y no hay nadie que lo interprete. Entonces José les dijo: ¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Os ruego que me lo contéis. Gen 40:8
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