La concentración se convierte en contemplación cuando el hombre recogido alcanza a fijarse en su centro y esa operación se lleva a cabo de una manera suave y no rígida.
En cuanto huyen los pensamientos, comienza la contemplación... El espíritu original se derrama en el ser por la contemplación. Así, el texto sagrado pone en movimiento imágenes comparables a corredores que se encaminan hacia el centro. Cuando se efectúa la entrada al centro, conviene abandonar esas imágenes simbólicas, ellas han conducido hacia la orada interior pero no pueden penetrar en ella; de ahí la necesidad rigurosa de abandonar las imágenes que no son en realidad vehículos indispensables pero peligrosos para aquellos que avanzan en el camino de la perfección.
Poco a poco, el espíritu consciente se somete al espíritu original, que es lo que Lu Tsu llama el trabajo de fundación.
Se trata de las bases para la construcción de una morada de que habla el Evangelio (Cf. Mateo VII, 24). El apóstol Pablo dirá también: «He puesto el fundamento como un sabio arquitecto» (I Corintios III, 10).
La lectura de los textos sagrados requiere las mismas disposiciones que la oración cuando es considerada una toma de contacto consciente y no un estado; conviene entrar en su cámara y cerrar la puerta (Cf, Mateo 5, 6) es decir, interiorizarse en el interior, retirando la atención del exterior...
Los cantos sagrados... El hombre participa del ritmo y sobre la modulación de la melodía se acuerda la respiración: inspiración, espiración y retención del aliento. Así, el canto gregoriano sacraliza, hace que emerjan las energías latentes que esperan a ser llamadas para expresarse... Suprimiéndolo, en ciertos monasterios cristianos, se privan así de un orden y una medida introducidos por el canto de los neumas. De ahí los desórdenes psíquicos y las depresiones más numerosas que antaño y que hoy día afectan a numerosos monjes. No hay que olvidar que el canto gregoriano ejercía una función purificadora de carácter ascético concerniente a la respiración. Cierto es que el latín... su uso correspondía a una experiencia que tenía por objeto sacralizar al sujeto. En los cantos religiosos de la India, por ejemplo, la melodía y la utilización del sánscrito en cuanto lengua sagrada ejercen una función idéntica. Podría decirse otro tanto del canto hebraico en los templos judíos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario