¿Quiénes nos brindaron la posibilidad de que nosotros, como parte de la humanidad, pudiésemos caminar por esta Tierra? ¿Quién nos permitió nacer? ¡Nuestros padres!
¿Quiénes nos bañaron y vistieron y alimentaron y apagaron nuestra sed? ¿Quiénes cuidaron de nosotros en enfermedad y quiénes nos atendieron hasta que recobramos la salud? ¿Quiénes nos enriquecieron? ¡Nuestros padres!
¿Quiénes nos ayudaron a atravesar esos años de crecimiento? ¿Quiénes calmaron nuestros temores y secaron nuestras lágrimas y nos animaron a seguir adelante? ¿Quiénes dijeron: bien hecho? ¡Nuestros padres!
¿Quiénes nos vieron casar y tener nuestras familias? ¿Quiénes tomaron a sus nietos sobre sus rodillas para mostrarles su amor? ¿Quiénes les ayudaron a crecer? ¡Nuestros padres!
¿Y a quiénes hacemos eco en la canción de la vida? ¿La sinfonía de amor de quiénes transmitimos? ¿El gozoso refrán de quiénes sostiene nuestras almas? ¡Nuestros padres!
Doreen Ellis
Reflexión: Que nuestro deber es honrar y reconocer el trabajo de nuestros padres. La Biblia así lo dice, es un mandamiento con Promesa.
¡Reconoce, honra y agradece a tus padres como nunca antes lo has hecho!
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da. Éxodo 20:12
Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa), para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra. Efesios 6:1-3
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