Un maestro quería enseñarles una lección especial a sus alumnos, y para ello les dio la oportunidad de escoger entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, uno de cuarenta y uno de treinta.
§ A los que escogieron el de treinta les puso una “C”, sin importar que hubieran contestado correctamente todas las preguntas.
§ A los que escogieron el de cuarenta les puso una “B”, aun cuando más de la mitad de las respuestas estuviera mal.
§ Y a los que escogieron el de cincuenta les puso una “A”, aunque se hubieran equivocado en casi todas.
Como los estudiantes no entendían nada, el maestro les explicó:
-“Queridos alumnos: permítanme decirles que yo no estaba examinando su conocimiento sino su voluntad de apuntar a lo alto”
¡Nuestra meta como seres humanos debe ser siempre apuntar a lo alto!, no solamente en nuestros proyectos de vida tales como profesión, estudios, negocios etc., sino también fijarnos la meta en aquello que tiene aún mas valor.
Salmos 93:4: “Dios en las alturas es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más que las recias olas del mar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario