sábado, 18 de abril de 2009

GARANTÍA


Una de las cosas que menos me gusta hacer, es ir a algún lugar y devolver o cambiar algún artículo que compré, verdaderamente me disgusta tener que hacer uso de las Garantías.

En una ocasión al trabajar en una constructora mi jefe me pidió que fuera a una reconocida tienda a cambiar una cámara digital que no le había gustado, y como era mi jefe no me quedó más remedio que ir.

Él me dio la cámara en su caja intacta y me dio un PAPELITO (garantía de compra) donde decía el precio de la misma y donde se estipulaba que si no estabas satisfecho totalmente con el producto que adquiriste o si algo no le funcionaba del todo tenías todo el derecho de ir a la tienda y cambiarlo por otro o de recuperar el importe que habías pagado por este.

Total que llegué a la tienda de artículos para oficina y papelería en general (muy grande por cierto y reconocida internacionalmente) y me acerqué a un mostrador que decía cambios y/o devoluciones, yo aún con un poco de pena me acerqué al mostrador y apenas iba a decirle al joven lo que acontecía, cuando él casi me arrebato la palabra y me dijo:
-“¿Va a devolver ese articulo? ¿Trae su nota de compra?… ¿quiere otro o desea que le reembolsemos su dinero?”

La verdad casi me quede muda… yo ya llevaba preparada toda una historia para casi hacer llorar al joven y persuadirlo de que me la cambiara, pero no fue necesario, la tienda no iba a comprometer su NOMBRE ni su prestigio de años por una simple cámara, así que tomé el dinero que me reembolsaron y salí de la tienda feliz.

De igual manera ocurre con Dios, El nos ha dejado varios PAPELITOS de garantía que van respaldados por SU PALABRA es decir que llevan el sello de SU PERSONALIDAD, y Él no comprometerá su esencia, ni Su prestigio de años (una eternidad para ser exactos) así que si Él nos prometió algo, ¡no dudes! él lo cumplirá y si estamos dudosos alguna vez sólo vayamos y veamos la garantía que nos dejó, y así podremos decirle:
-Tú lo dijiste, así que sé, que lo cumplirás
Eunice Rodríguez

He aquí algunas de sus promesas:
Juan 14, 27: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Juan 16, 33: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Salmos 50, 15: invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás.

Mateo 11, 28: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Filipenses 4, 19: Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Mateo 28, 20: He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

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