lunes, 7 de diciembre de 2020

MAESTRA CELESTIAL

Es valioso pensar en María, la madre de Jesús. Una mujer sencilla, abierta a la acción del Espíritu Santo, preocupada por los demás y, sobre todo, dispuesta a hacer la voluntad de su Padre Dios. En ella Dios nos muestra que vale la pena creer. De alguna manera ella representa al pueblo bíblico que espera el cumplimiento de la promesa y la ve cumplida.

Por eso el papa Francisco en una reflexión mariana nos dice: “aprendamos a conservar la esperanza, a dejarnos sorprender por Dios y a vivir en la alegría. La esperanza, querido pueblo, es la virtud que debe permear los corazones de aquellos que creen, sobre todo, cuando las situaciones de desesperación a nuestro alrededor parecen querernos desalentar. No se dejen vencer por el desaliento, ¡no se dejen vencer por el desaliento! Tengan confianza en Dios, tengan confianza en la intercesión de Nuestra Madre María… en todo corazón devoto de María podemos tocar la esperanza que se concreta en la experiencia de la espiritualidad, en la generosidad, en la solidaridad, en la perseverancia, en la fraternidad, en la alegría, valores estos que, a su vez, hunden sus raíces más profundas en la fe cristiana”.

Hoy quiero invitarlos a confiar en el poder de Dios y creer que es posible salir adelante en medio de todas las dificultades. Dios tarda pero cumple, su tiempo no es el mismo nuestro, pero la experiencia de María nos asegura que nunca nos olvida, que responde con bendición a nuestras necesidades.

*REZO POR TÍ:*

Padre Dios, te suplico que derrames tus bendiciones sobre la vida de este hermano que me está leyendo, hazle sentir tu alegría. Amén.

*TAREA DEL DÍA:*

Anima a aquellos que están tristes y no tienen esperanzas. Muéstrales que es posible seguir creyendo.

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