jueves, 17 de diciembre de 2020

A NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO

Madre Inmaculada, ya que estás otra vez con tu Hijo, y reinas con él en el cielo, mientras nosotros quedamos en esta tierra poblada de precarias alegrías y de preocupaciones cada vez mayores, ayúdanos a hacer de este tiempo de Adviento una espera eficaz que nos santifique y nos consagre al servicio del prójimo.

No se aguarda cruzado de brazos al Señor.

La acción y la oración deben llenar nuestra vida. Y cuando llegue nuestra hora y tengamos que atar nuestra gavilla para presentarla al Señor: Madre, quédate a nuestro lado. Ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

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