30 años de la primera aparición de la Virgen en Medjugorje.
Hoy, 25 de Junio, hace 30 años que la Virgen se apareció por primera vez en Medjugorje (Bosnia, antigua Yugoslavia) a un grupo de seis chicos y chicas muy jóvenes. La Virgen hoy, como hace treinta años, busca especialmente a la gente joven. Son los más necesitados de ayuda para vivir la fe en un mundo especialmente frió espiritualmente.
Nuestra Página Religión en Libertad hacía ayer referencia a tal evento. Yo quiero aportar mi propia experiencia en víspera de salir hacia Medjugorje con un grupo de peregrinos, como hago todos los años.
Međugorje o Medjugorje (en croata: Međugorje, ‘Entre montañas’ y se pronuncia en español así: Médyugorie) es un pueblo de la parte suroccidental de Bosnia y Herzegovina, en el Cantón de Herzegovina-Neretva, situado a 200 msnm y a unos 25 km al suroeste de Mostar y cerca de la frontera con Croacia.
Medjugorje posee una población aproximada de 4.000 habitantes, de etnia croata en su mayoría, y un clima mediterráneo suave. En esta localidad, presumiblemente están aconteciendo las más recientes apariciones de la Santísima Virgen María, un hecho que ha atraído la atención de millares de personas en todo el Mundo. La Iglesia católica ya está estudiando este fenómeno, pero el número de peregrinos no cesa de aumentar.
Medjugorje posee dos grandes colinas, el monte Podbrdo, denominado hoy “Colina de las Apariciones”, fue el lugar de las primeras supuestas apariciones marianas. Y el monte Krizevac “Colina de la Cruz”, en cuya cima, el 15 de marzo de 1934, en conmemoración de los 1900 años de la muerte de Jesús, los parroquianos construyeron una gran cruz de concreto armado de 8,5 metros de altura. En ella fueron grabadas las siguientes palabras: «A Jesucristo, Redentor de la humanidad, como signo de nuestra fe, de nuestro amor y de nuestra esperanza, y en memoria del 1900 aniversario de la Pasión de Jesús»…
Las apariciones.
Al atardecer del 24 de junio de 1981, dos muchachas salieron a pasear por las afueras de Medjugorje, aldea perdida entre las montañas de Bosnia-Herzegovina, provincia de la antigua Yugoslavia. Una de ellas, Ivanka Ivankovic, había cumplido 15 años tres días antes, pero este aniversario había quedado ensombrecido por la prematura pérdida de su madre, fallecida hacía dos meses. Su amiga Mirjana, un año mayor, había venido a pasar las vacaciones con su abuela tras acabar el curso académico en Sarajevo. Mantenían una conversación intrascendente cuando, de improviso, Ivanka percibió frente a sí, a unos doscientos metros de distancia y en la ladera del monte, una figura femenina luminosa. Portaba un bebé en sus brazos y, a juzgar por sus gestos, parecía invitarlas a acercarse. Ivanka, sobrecogida, dijo a Mirjana —que se encontraba de espaldas a la visión—: «¡Mira! ¡La Gospa! ¡La Gospa!» (“Gospa” es el término croata que se refiere a la Virgen). Mirjana no se molestó en volver la cabeza; antes bien, creyendo que se trataba de una broma tonta, se limitó a ironizar: «¡A nosotras se nos va a aparecer la Gospa (la Virgen)…! ¡Ja! ¡Faltaría más!». Más tarde volvieron por el mismo camino con Milka, una amiga de 13 años, para ayudarla a recoger un rebaño de ovejas. Esta vez las tres vieron a la Señora. Se arrodillaron y rezaron. El rebaño volvió solo a casa. No obstante, las jóvenes, incapaces de mantener la serenidad ante tamaño portento, terminaron huyendo.
Al atardecer del 24 de junio de 1981, dos muchachas salieron a pasear por las afueras de Medjugorje, aldea perdida entre las montañas de Bosnia-Herzegovina, provincia de la antigua Yugoslavia. Una de ellas, Ivanka Ivankovic, había cumplido 15 años tres días antes, pero este aniversario había quedado ensombrecido por la prematura pérdida de su madre, fallecida hacía dos meses. Su amiga Mirjana, un año mayor, había venido a pasar las vacaciones con su abuela tras acabar el curso académico en Sarajevo. Mantenían una conversación intrascendente cuando, de improviso, Ivanka percibió frente a sí, a unos doscientos metros de distancia y en la ladera del monte, una figura femenina luminosa. Portaba un bebé en sus brazos y, a juzgar por sus gestos, parecía invitarlas a acercarse. Ivanka, sobrecogida, dijo a Mirjana —que se encontraba de espaldas a la visión—: «¡Mira! ¡La Gospa! ¡La Gospa!» (“Gospa” es el término croata que se refiere a la Virgen). Mirjana no se molestó en volver la cabeza; antes bien, creyendo que se trataba de una broma tonta, se limitó a ironizar: «¡A nosotras se nos va a aparecer la Gospa (la Virgen)…! ¡Ja! ¡Faltaría más!». Más tarde volvieron por el mismo camino con Milka, una amiga de 13 años, para ayudarla a recoger un rebaño de ovejas. Esta vez las tres vieron a la Señora. Se arrodillaron y rezaron. El rebaño volvió solo a casa. No obstante, las jóvenes, incapaces de mantener la serenidad ante tamaño portento, terminaron huyendo.
Mientras tanto Vicka, que acababa de levantarse de la siesta, se dirigía al encuentro de sus amigas Ivanka y Mirjana. Al llegar vio que éstas le hacían señas agitadas, como si algo extraordinario estuviera ocurriendo. «¡Mira! ¡Allí está la Gospa!», anunció Mirjana. Vicka se sintió indignada ante una broma tan irreverente; pero seguidamente, al ver con sus propios ojos la Aparición, huyó despavorida.
Se concentró entonces con Iván y su amigo, que vienen por el camino de recoger manzanas y les propuso ir, los tres, hasta el lugar de la aparición. Yendo hacia allá se cruzaron con las otras muchachas, que volvían agitadas y llorosas.
La Gospa seguía en la colina. Tapando y destapando al niño Jesús, les hacía señas para que se acerquen. Iván, que había dicho a Vicka que no tenían nada que temer, al ver la aparición también huyó a todo correr.
Nadie se atrevía a aproximarse a la visión. Eran ya las seis y media de la tarde.
Todos habían visto que se trataba de la Virgen, pero un impulso los lanzaba a la huida. Se preguntaban si en realidad se trataba de una aparición. No habían escuchado voz alguna ni sabían el porqué de la visita.
Ese día, el 24 de junio, los católicos conmemoran el nacimiento de San Juan el Bautista, el profeta que prepararía el camino a Jesucristo.
Al día siguiente, previo común acuerdo, cuatro de los chicos del día anterior y otros dos nuevos deciden ir a la misma hora y mismo lugar donde se había aparecido la Virgen, con la esperanza de volver a verla. Desde entonces, estos han de ser los seis videntes de Medjugorje: Ivanka Ivankovic, Mirjana Dragicevic, Vicka Ivankovic, Iván Dragicevich, Jakov Colo (de sólo diez años) y Marija Pavlovich, hermana mayor de Milka, a quien su madre no había permitido ir. Pese a que algunos de ellos tienen en común el mismo apellido, no guardan vínculo directo de parentesco. Ese día, 25, fue nuevamente Ivanka la primera en ver a la Virgen, quien ya no tenía al Niño en sus brazos.
Desde abajo de la colina parecía cercana, pero en realidad no era así.
Todos los chicos la vieron y partieron a gran carrera en dirección directa hacia donde Ella se encontraba. No les importaba ni lo escarpado y pedregoso del lugar, ni tampoco las grandes, agudas y abundantes espinas. En cinco minutos llegaron hasta la aparición. Vicka, a pesar de correr descalza, no sufrió ninguna lastimadura. Al encontrarse a unos dos metros, sintieron todos como una fuerza que los hizo caer, instantáneamente, de rodillas sobre el terreno lleno de piedras y de zarzas. Jakov cayó sobre un matorral de espinas, pero, según pudo comprobarse después, no sufrió daño alguno.
Ivanka, la primera en hablar, preguntó a la Gospa la Madre por su madre, recientemente fallecida. La respuesta de la Virgen fue: «Está bien, está conmigo». Mirjana le pidió una señal para que la gente creyera que ellos decían la verdad y que no habían enloquecido. La Virgen no les ofreció ninguna señal. Los videntes, en medio de una gran emoción que les hizo llorar por momentos, rezaron el Credo con la Virgen: siete padrenuestros (al unísono con ella), siete avemarías (sólo ellos) y siete glorias.
Finalmente Ella se despidió diciéndoles: «¡Adiós, ángeles míos! Id en la paz de Dios». Los chicos tenían la mirada fija hacia donde la han visto partir. La gente que esta allí no vio nada, pero se sentía emocionada.
Desde ese entonces nació en Medjugorje la práctica de la oración del Credo, los 7 Padre Nuestros, 7 Ave Marías y 7 Glorias. Cinco en honor de las llagas de Jesús, uno por el Santo Padre y una para pedir el don del Espíritu Santo.
En la tarde de aquel 25 de junio de 1981, después que los jóvenes regresaron a sus casas, descendió sobre Medjugorje una gran luz desde el cielo. El fenómeno fue visto por todos.
El primer mensaje.
Panorámica del monte Podbrdo, el lugar de las primeras apariciones de la Virgen María en Medjugorje.
Panorámica del monte Podbrdo, el lugar de las primeras apariciones de la Virgen María en Medjugorje.
Recién al tercer día la Virgen María les da su primer mensaje. La noticia de las apariciones se ha extendido más allá de los límites de la aldea y caseríos vecinos y en la colina se han congregado entre 2000 y 3000 personas para seguir los acontecimientos.
El piso está mojado y el terreno resbaladizo, difícil de escalar. Los chicos van acompañados de gente adulta. De pronto, todos los presentes ven un rayo de luz que por tres veces ilumina todos los alrededores. Para los videntes es la señal del sitio donde se encuentra la Virgen. Salen disparados, atraídos hacia un punto, sobre el monte Crnica, que se sitúa a unos 300 metros del lugar de las primeras apariciones (el monte Podbrdo).
Esta vez se hace ver por más tiempo, y si por momentos desaparece, después de la oración de los jóvenes reaparece.
Por consejo de algunas ancianas, los chicos habían concurrido a la cita ungidos de agua bendita. Cuando se encontraron delante de la Virgen, Vicka dijo: «En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” y le tiró el agua: «Si eres la Virgen quédate con nosotros, si no vete de aquí». La Virgen sonrió y se quedó en el lugar. Mirjana le preguntó cuál era su nombre, la Virgen respondió: «Soy la Dichosa Virgen María». Ivanka le preguntó a qué había venido y qué quería de ellos. «He venido porque aquí hay verdaderos creyentes. Deseo estar con vosotros para convertir y reconciliar al mundo entero».
Después del encuentro verán la misma luz que lo había precedido y, pese a ser pleno día, relatarán haber visto estrellas.
Durante todo ese tiempo previo y durante la aparición es tanta la gente que los rodea y tanto el calor que Ivanka, Mirjana y Vicka se desmayan.
Más tarde, cuando los chicos bajan del Podbro, la Virgen vuelve a aparecer, pero solo a Mirja. Esta vez la Gospa (la Madre) llora. Junto a Ella hay una cruz como iridiscente, y dice: «¡Paz! ¡Paz! ¡Paz! ¡Y sólo paz! Debe reinar la paz entre el hombre y Dios y entre los hombres». La primera palabra que la Virgen le dice al mundo es: «Convertíos!».
Los Mensajes.
Desde esa fecha del 25 de Junio, 1981 hasta el día de hoy, la Virgen María baja a la Tierra todos los días a hablar con los videntes que todavía pueden verla, este año se celebra el 30 aniversario de las apariciones, que se espera con mucha emoción el Medjugorje, el mensaje central que la Virgen María pide es el siguiente:
1. Oración con el Corazón (la oración preferida El Santo Rosario)
2. Lectura de la Biblia
3. Ayuno (Miércoles y Viernes)
4. Confesión
5. Santa Eucaristía.
Estas son las cinco piedritas para vencer el mal.
Desde esa fecha del 25 de Junio, 1981 hasta el día de hoy, la Virgen María baja a la Tierra todos los días a hablar con los videntes que todavía pueden verla, este año se celebra el 30 aniversario de las apariciones, que se espera con mucha emoción el Medjugorje, el mensaje central que la Virgen María pide es el siguiente:
1. Oración con el Corazón (la oración preferida El Santo Rosario)
2. Lectura de la Biblia
3. Ayuno (Miércoles y Viernes)
4. Confesión
5. Santa Eucaristía.
Estas son las cinco piedritas para vencer el mal.
EL próximo domingo vamos a Medjugorje un grupo de cerca de cuarenta sacerdotes y laicos para celebrar allí este acontecimiento, y asistir al XVI Seminario para sacerdotes. Ya llevo muchos años peregrinando a este lugar de Bosnia. La experiencia es muy gozosa. Realmente se encuentra allí uno con Dios y la Virgen María. Y soy testigo de innumerables conversiones de personas que fueron vacías de Dios, como simples turistas, y la Virgen María les salió al encuentro.
He tenido la oportunidad de estar varias veces con el P. Jozo, franciscano, el que estaba de Párroco allí cuando comenzaron las apariciones. El no creía a los niños, hasta que la Virgen se le apareció también a él, y se convirtió en su más autorizado propagador de la devoción a la Reina de la Paz. Todo ello le costó la cárcel en la antigua Yugoslavia, pero Dios le ayudó, y hoy, después de 30 años, sigue evangelizando a los peregrinos que se acercan a él con una fuerza espiritual que conmueve. Soy testigo de ello.
Les invito a ver este vídeo que les dará una día de quien es este P. Franciscano Croata con fama de santidad:
http://www.youtube.com/watch?v=K282NF5zUhI&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=K282NF5zUhI&feature=related
Juan García Inza
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