Aprendamos a compartir con Dios todos nuestros sufrimientos.
Dije: “Dios, me duele”.
Y Dios dijo: “Lo sé”.
Dije: “Dios, he llorado tanto”.
Y Dios dijo: “Para eso es que te di lágrimas”.
Dije: “Dios, estoy tan deprimido”.
Y Dios dijo: “Por eso es que te di el brillo del sol”.
Dije: “Dios, la vida es dura”.
Y Dios dijo: “Por eso es que te di a seres queridos”.
Dije: “Dios, mi ser más querido murió”.
Y Dios dijo: “El mío también”.
Dije: “Dios, es una pérdida tan grande”.
Y Dios dijo: “Vi al mío clavado en una cruz”.
Dije: “Dios, pero tu ser más querido vive”.
Y Dios dijo: “El tuyo también”.
Dije: “Dios, duele”.
Y Dios dijo: “Lo sé... pero estoy contigo”.
Pastoral Juvenil Monterrey
No hay comentarios:
Publicar un comentario