EL ANACORETA Y EL ELEFANTE
"El circo había llegado a la ciudad y eso se notaba en los niños. El Anacoreta y su joven seguidor fueron a pasearse entre las casetas ya que uno de los equilibristas era un buen amigo del anciano. El Anacoreta se paró ante los elefantes. Esos grandes animales estaban atados con una cadena alrededor de una pata, unida a una pequeña estaca clavada en el suelo.
- ¿Cómo es que no se escapan si con un simple tirón harían saltar la estaca? - preguntó el joven seguidor.
El Anacoreta sonrió y respondió:
- Un cuento de Ceilán lo explica. Están tan acostumbrados a estar atados a barras de hierro bien sujetas, que ya no intentan liberarse, creen que no lo lograrán.
Luego miró a los ojos de su joven seguidor y concluyó:
- Lo mismo nos pasa a nosotros. Las cosas que nos impiden liberarnos y avanzar en nuestro camino espiritual son tan livianas como la estaca que sujeta al elefante. Un pequeño hilo nos inmoviliza y no intentamos luchar de verdad. Creemos que no lo lograremos, que es un camino imposible. El problema es, que ni siquiera intentamos empezar a andar.
Y siguieron paseando entre las roulottes y camiones del Circo..."
Joan Josep Tamburini
lunes, 5 de agosto de 2013
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