¿POR QUÉ FRANCISCO TAMPOCO CONSAGRARÁ RUSIA?
Rezando estos días ante la imagen de la Virgen en Fátima, he pensado en la anunciada consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María que el Papa Francisco efectuará ante esta misma talla el próximo 13 de octubre.
Mientras oraba me ha asaltado esta pregunta: ¿Por qué no se consagra Rusia, en vez del mundo, como pidió explícitamente la Virgen de Fátima?
En mayo de 1982, L´Osservatore Romano publicó una entrevista con Sor Lucía en la que el padre salesiano Umberto Maria Pasquale le preguntaba por la consagración del mundo, a lo que la vidente de Fátima respondió rotunda:
"¡No, padre Umberto! ¡Nunca! En Cova da Iria, en 1917, Nuestra Señora había prometido: "Yo vendré a pedir la consagración de Rusia".
Más tarde, sobre la consagración efectuada por Juan Pablo II el 25 de marzo de 1984, L´Osservatore Romano reprodujo las propias palabras del Pontífice a la Virgen:
"Ilumina especialmente a los pueblos para los que Tú misma estás esperando nuestra consagración y confianza".
Si es cierto que Sor Lucía dijo al cardenal Law, de Boston, que la consagración de Juan Pablo II no se había hecho en comunión con todos los obispos del mundo, como pidió la Virgen, estaríamos como al principio.
Para colmo, si también es cierta la insistencia pública del padre Messías Coelho en que la consagración no se hizo correctamente, así como su acusación de que dignatarios vaticanos dieron instrucciones para que se dijese que la consagración había sido válida, estaríamos ante una gravísima omisión de proféticas consecuencias.
De ahí la enorme oportunidad histórica del Papa Francisco de consagrar ahora RUSIA, en lugar del mundo, al Inmaculado Corazón de María cuando la paz universal está seriamente amenazada.
José María Zavala
martes, 27 de agosto de 2013
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