EL DESENCANTO es un beneficio que Dios nos da para darnos cuenta y saber a qué atenernos o lo que debemos esperar de las personas que amamos, ya sean familiares o amigos.
Todos nos cuidamos de no meter la pata y cuidamos mucho nuestras actitudes ante las personas que amamos, pero cuando se sueltan los caballos, cuando se nos sale el demonio que tenemos dentro y la fregamos, y no sabemos cómo corregir lo que se nos salió del fondo, y no tratamos de ser humildes en reconocer nuestra falta, viene lo que podríamos calificar como orgullo o soberbia que nos hunde más.
Esta situación debemos explotarla para saber a qué atenernos, y que no todos somos perfectos, que todos tenemos un demonio que se nos sale cuando menos esperamos, y que muchas veces acaba con una buena amistad o relación familiar.
Si no sacamos provecho de una situación incómoda, le estamos dando puntos al demonio que piensa que ganó separando a personas que se aman.
Cuando alguien que amas se muestra realmente como es en el fondo, cuando se le descarrila el tren a alguien que nunca esperaste se comportara mal contigo, agradece a Dios QUE YA SABES A QUÉ ATENERTE.
Ahora tienes que poner en la balanza de tu corazón si eso malo es más que todo lo bueno de esa persona y decidir si continúas la relación o la cortas.
José Miguel Pajares Clausen
31 de Agosto 2013
sábado, 31 de agosto de 2013
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