Resulta hipnótico el Cristo, contemplado y vivo en la Hostia.
Divina esencia resucitada en cada hombre que le ama.
Y el alma mira, y en el amor se abisma y se confiesa.
Eucaristía consagrada en la Cruz.
Dios se desangra.
¡Qué Hostia tan blanca!
¡Qué infinito misterio el de mi fe!
Divina esencia resucitada en cada hombre que le ama.
Y el alma mira, y en el amor se abisma y se confiesa.
Eucaristía consagrada en la Cruz.
Dios se desangra.
¡Qué Hostia tan blanca!
¡Qué infinito misterio el de mi fe!
Guillermo Urbizu
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