Resulta obvio afirmar que en el aspecto religioso, estamos atravesando a casi todos los niveles, - (personal, familiar, social, eclesial y global) - una dura, profunda y generalizada crisis de fe, que amenaza, cual riada o maremoto, incontenibles, anegarnos a todos, arrastrando cuanto habíamos construido hasta el presente.
Pocos son los católicos españoles que se crean libres y seguros en las circunstancias actuales y permanezcan “firmes e inconmovibles como una roca” ante las embestidas del consumismo, del hedonismo, del indiferentismo, materialismo, laicismo, agnosticismo, del relativismo o del ateismo etcétera.
Son tiempos recios y nada fáciles, para que en medio de las borrascas de la vida, no dejarse arrastrar por esas poderosas corrientes que nos invaden desde el propio hogar, hasta el último rincón, donde se desenvuelve nuestra corta existencia humana.
El caso es que no hay alternativa posible para los creyentes, cristianos o católicos que fluctuamos por el proceloso mar de la vida. O nos asimos, con todas las fuerzas de la fe, a la oración, los sacramentos a Dios, Padre de N.S. Jesucristo, a la Madre de Dios, Mª Sma María, y al Magisterio oficial del Papa - visión profética de S. Juan Bosco - o desapareceremos irremediablemente en el abismo del mal, de la corrupción o del nihilismo.
Emitamos un urgente SOS al cielo, esperando que el Todopoderoso nos eche un cable, pues dice la Biblia que “el auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”.
Miguel Rivilla San Martin
1 comentario:
Yo pido a Jesucristo, a San Benito Abad y a San Miguel Arcangel, que vengan en auxilio de los afligidos.
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