domingo, 17 de octubre de 2010

DONDE MANDA CAPITÁN NO MANDA MARINERO


Pasó ayer... no me gustó nadita.

Vivo solo porque yo quiero, mis únicos acompañantes son Chiki (mi poodle-perrito) y mis pajaritos (periquitos australianos). Uno de ellos, ayer, se veía muy mal. Le puse manos y se levantó, pero hoy día amaneció muerto. No me gustó nadita. Era el que más se acercaba a mi y se posaba en mi mano a la hora de la comida.

Pero lo que me llamó la atención, fue la actitud de sus compañeros (dos más), que no se inmutaron con la muerte de su compañero. Igual pasó cuando se murió el papá de Chiki (Tuki), creo que su pena duro muy poco, casi nada, como si el morirse fuera algo natural, algo que no aceptamos los animales racionales, o sea, tú o yo. Nosotros pensamos que deberíamos vivir para siempre y no es así, nuestra vida eterna viene después de esta vida, es algo para lo que debemos prepararnos.

¿Cómo nos preparamos? Primeramente, dejando nuestros papeles en regla. Debemos, en vida, dejar las cosas que tenemos, a los que queremos... tenemos que recordar que nada nos vamos a llevar.

A mí no me gustó nadita que se vaya el lorito o el papá de Chiki se fueran, pero me puse a pensar que nada es nuestro y el que decide quien se queda o se va es Dios... no se puede nadar contra la corriente.

¡Qué Dios les de un buen viaje! ¡Señor, Tú me los diste, Tú te los llevaste! Amén.

En el mensaje del viernes, Dios Espíritu Santo nos dijo que en esta semana, una persona conocida por nuestro grupo se iría al cielo... ojalá que se haya referido a mi lorito, aunque no creo.... tenemos a una seguidora de nuestro grupo (no miembro) que está muy mal, el cáncer se la está comiendo. Ella ya debería haberse ido hace tiempo, pero la misericordia de Dios la ha mantenido con nosotros.
José Miguel Pajares Clausen

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