Si Dios les da un hijo, denle gracias, pero tiemblen por el depósito que les confía, porque en adelante serán para él, la imagen de la divinidad.
Hagan que hasta los diez años, les teman…
Hasta los veinte los amen…
Y hasta la muerte, los respeten…
Hasta los diez años sean sus maestros…
Hasta los veinte sus padres…
Y hasta la muerte sus amigos.
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