Es seguro que casi todos los lectores tenéis alguna idea en cuanto a qué es un exorcismo, principalmente por el cine, la televisión y alguna que otra publicación de entorno esotérico.
Pero en realidad, muchos, la mayoría, lo consideran una ficción, una actividad caduca, más cercana e inscrita en la Edad Media que en este siglo XXI de la hipercomunicación y la tecnología. Nada más inexacto.
El Diablo, el gran Mentiroso, ha conseguido ganar una de las principales batallas entre el Bien y el Mal, entre la Luz y la Oscuridad: que los humanos hayamos perdido la fe en su existencia; de esta manera, desde la incredulidad, puede campear a sus anchas. Todo un éxito.
Pero la realidad es tozuda. Pese a que la demonología no se encuadra en lo políticamente correcto, ni en lo que entendemos como moderno, por científista y tecnológico, su presencia entre nosotros está más patente y real que nunca; hasta el punto de haber conquistado prácticamente todos los estantes del Poder, desde el político al religioso, incluyendo a las grandes Iglesias, como la católica.
El Diablo, los demonios, como ángeles caídos, y aquí podemos encuadrar a toda la cohorte celeste, desde arcángeles a querubines, están entre nosotros, espiritual y físicamente, acompañándonos, orientándonos, alejándonos de la Luz, e incluso poseyéndonos.
Los demonios tienen abierta desde eones una guerra entre el Bien/la Luz y el Mal/la Oscuridad. Y en esa guerra, nosotros somos parte implicada como regentes de este Plano Físico, de tránsito y evolución espiritual. Y entre otras escaramuzas tienen a la Tentación, la Circumdatio, la Influencia, la Infestación y la Posesión como armas de destrucción masiva; porque atacando a una persona, atacan a todo el género humano.
El Exorcismo es la acción de expulsar a uno o varios demonios del cuerpo de una persona, ya sea por Posesión, ya sea por Influencia o por simple Obsesión. Es la acción de orar, pero también de actuar como auténticos soldados de la Luz: con el Mandatum, con la orden taxativa de salida y abandono de su práctica caníbal de esa persona (canibal porque ángeles y demonios estamos hermanados)
Hoy nadie quiere hablar de exorcismo porque parece algo trasnochado, incluyendo a los propios sacerdotes ordenados; pero en realidad, ahora es cuando más necesitamos de Soldados de la Luz que con Fe férrea y sin miedo o temor, se enfrenten directamente a los demonios y les obliguen a salir del cuerpo de alguien, de abandonar su presencia en torno a una o varias personas.
Pero los Exorcismos no se practican solamente a una o varias personas, sino que, por causa de la Infestación, debe también trabajarse en lugares, casas, habitaciones; concretamente, tenemos mucha experiencia en lugares de trabajo, oficinas, fabricas, despachos; donde los demonios pululan con libertad, alimentándose de los pecados de las personas, de pecados que se alejan, en apariencia, de los Siete Capitales, pecados como trepar en el trabajo, el mobbing, el acoso sexual, etc.
Francisco Sánchez Caballero
Nota: Con el debido respeto al autor, éste se olvido decir que esto se logra “En el Nombre de Jesús”. JMPC
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