ANGELES Y DEMONIOS
¿Ángel o Demonio?
Ángel.
Un Ángel es un ser etéreo presente en muchas religiones, cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Actúan típicamente como mensajeros, según se cree en las tres principales religiones monoteístas.
Dentro de muchas ideologías y culturas, los ángeles son criaturas de protección y pureza, el que ha sido destinado a su alma gemela. Puede ser éste una persona común y corriente, el que nos brinda confianza, alegría y seguridad a nuestras vidas. Es dictado con el número 431 que pertenece a la edad de la estrella del norte a la que se asocia el ángel.
Ángeles en el Cristianismo.
Origen.
Los ángeles en la tradición cristiana parten de lo que se ha dicho sobre ellos en la religión judía; por tanto, son seres creados por Dios para su servicio, que actúan como enviados o mensajeros para los hombres. La palabra proviene del latín angelus, derivado a su vez del griego άγγελος, ánguelos, que significa mensajero. En el Antiguo Testamento se emplea ángel para traducir la palabra hebrea מלאך, mal; que también significa mensajero. De acuerdo a los teólogos cristianos de la Edad Media, los ángeles están organizados en varias órdenes o Coros Angelicales.
Jerarquía.
La clasificación más influyente fue creada por un autor desconocido cuyas obras nos han llegado atribuidas a Dionisio Areopagita (le llamamos, por eso, Pseudo-Dionisio Areopagita). El teólogo en cuestión vivió entre los siglos IV y V d. C. (en el Areópago-Grecia) y expuso su doctrina angelológica en su libro La Jerarquía Celeste, según el cual los ángeles se dividen en tres grupos: el primero compuesto de serafines, querubines y tronos, el segundo compuesto de dominaciones, virtudes y potestades, y el tercero compuesto de principados, arcángeles y ángeles. Los serafines están en la cima de la jerarquía y rodean el trono de Dios, son de color rojo y su atributo es el fuego. Los querubines simbolizan la sabiduría divina y son de color azul y oro. Los tronos representan la justicia divina y llevan toga y bastón de mando. El segundo grupo es responsable de los elementos naturales y de los cuerpos celestes, los dominios y los poderes llevan corona y cetro; las virtudes se refieren a la "Pasión de Cristo", y llevan a veces flores o símbolos de María. El tercer grupo establece la relación con la humanidad. Los principados protegen a las naciones, los arcángeles son mensajeros de Dios; en fin, los ángeles protegen a todos los humanos.
Ángeles en el Cristianismo.
Jerarquía.
La postura oficial de la Iglesia Católica se fija en el concilio del año 745 en Roma, y el de 789, en Aquisgrán, los cuales rechazaron el uso de nombres de ángeles, salvo aquellos citados en la Biblia: Miguel, Gabriel y Rafael. La Iglesia ortodoxa griega y la Iglesia ortodoxa copta reverencian, no obstante, también a Uriel. Pero además existen muchas otras fuentes documentales y tradicionales que se refieren a otros ángeles: Baraquiel, Alamiel, Letiel, Laeiel. En el Apocalipsis Nova de Amadeo de Portugal se mencionan a Uriel, Sealtiel, Jehudiel, Barachiel.
Iconografía.
Una diferencia notable con las otras religiones, es que en el catolicismo se dispone de un registro abundante de cómo se ha imaginado a los ángeles a través del tiempo. Generalmente se trata casi siempre de niños, jóvenes varones, o seres asexuados. En la Edad Media, los ángeles no eran representados de forma aislada, a excepción de algunas obras como San Miguel Arcángel, que encontramos como Juez de las Almas en la pintura flamenca, italiana y española. Es en el Renacimiento cuando los ángeles comienzan a ser pintados individualmente, práctica que se extiende durante el Barroco. La escuela sevillana de pintura, en especial Zurbarán y sus discípulos, contribuyó también de forma importante a la iconografía de los ángeles. Es preciso destacar también que cuando los conquistadores españoles impusieron la religión católica a los habitantes de América, estos encontraron en los ángeles unos sustitutos ideales para sus antiguos dioses, por lo que su culto llegó a ser muy popular. Más tarde, en el Barroco, aparecen en América los ángeles arcabuceros, en los que los ángeles aparecen representados como soldados de lujosas ropas holgadas...
Siete Arcángeles.
El prefijo Arc - denota un rango mayor que ángel, en este caso el de jefes o también puede ser usado para darle la connotación de príncipe.
El sistema de siete arcángeles es una vieja tradición de las religiones abrahámicas. La referencia más cercana a este sistema aparece en Enoch I en donde se citan a los siete arcángeles como Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Raguel, Zerachiel y Remiel. Siglos después Pseudo-Dionysius da la denominación de siete arcángeles a Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Chamuel, Jophiel, y Zadkiel. El papa Gregorio I enumera como siete arcángeles a Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Selaphiel, Jegudiel, y Barachiel. En la angelología, las diferentes fuentes no están de acuerdo en las identidades y nombres de los siete arcángeles. Varios sistemas ocultos asocian a cada arcángel con uno de los tradicionales siete cuerpos celestes - el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno - pero hay desacuerdo sobre a qué arcángel le corresponde cada astro.
Los siete arcángeles figuran en algunos sistemas de magia ritual, cada arcángel es interpretado con un sello específico.
Ángeles en Judaísmo.
Aunque los israelitas eran un pueblo monoteísta, vivían rodeados de otros pueblos de tradición politeísta, y sin duda sus creencias ejercieron un fuerte influjo sobre los judíos. Resultó entonces muy útil convertir a cualquier ser “divino” en un servidor del único dios que adoraban, formando así una “corte celestial”, similar a la de los reyes de esa época. Posiblemente por influencia mesopotámica, se empezó a representar a estos ángeles con alas; el influjo de la religión mazdeísta, basada en los principios del mal y el bien como explicación de todas las cosas también contribuyó sin duda a configurar los ángeles como parte “del bien”, mientras que las potencias malignas encajaron de modo natural como “ángeles malos” o ángeles caídos; y por tanto servidores del mal. Recordemos que los israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia desde el año 597 a. C. hasta el 538 a. C.
Desde muy temprano se les atribuyó el papel de intermediarios entre la divinidad y los seres humanos, posiblemente porque su aspecto de “hombres con alas” parecía apropiado para moverse tanto en el ámbito divino como en el humano, pero no olvidemos que esta es la forma en que los artistas les representan, puesto que los ángeles vendrían a ser espíritus invisibles, incluso rayos de luz que todo lo observan, del mismo modo que pueden aparecer en la Tierra como si fuesen seres humanos, animales e incluso objetos. Así, ya para los persas un ángel fue el encargado de revelar “la verdad” a Zoroastro, y este modelo se va a repetir una y otra vez en el judaísmo (ángel Gabriel con Abraham), cristianismo (ángel Gabriel con la Virgen María), e islam (ángel Gabriel con Mahoma).
A lo largo de los siglos, los ángeles judíos van evolucionando, en un principio se los menciona como seres tan parecidos a varones humanos que podían ser confundidos con ellos, para ir luego paulatinamente tornándose más espirituales, y cumpliendo funciones más especializadas (ángeles que solo sirven a la divinidad, ángeles mensajeros, ángeles que castigan, etc.).
Demonio.
En la religión, folklore, y mitología demonio (o el daemon, el dæmon, o aún el daimon) es el estado supernatural que se ha descrito generalmente como espíritu malévolo. Se representa a un demonio con frecuencia como fuerza que pueda ser conjurada o ser controlada. El buen demonio en uso reciente es en gran parte un dispositivo literario (e.g., demonio de Maxwell), aunque las referencias a los buenos demonios se pueden encontrar en Hesiodo y Shakespeare. En el lenguaje común, para demonizar una persona se le dice que es el mal, o es la fuente de mal.
Usos etimológicos.
Sinónimo de diablo.
Demonio también es un sinónimo de diablo. De la raíz del verbo griego διαβάλλω (diabálló), que significa, entre otras cosas: calumniar, falsear, mentir. Véase el contexto circunstancial que determina el significado que califica al portador del nombre, de lo que se deduce que de entre todas las acepciones posibles calumniador, falseador, mentiroso, es la apropiada. A través del latín, el griego ha dado origen al español «diablo».
Expresión de la maldad del ser humano.
La expresión Demonios también es usada para indicar aspectos malignos o miedos del ser humano, generados a través de su conducta o instintos y que hacen daño al mismo individuo o a otras personas; refiriéndose a ellos como demonios interiores del ser humano, o su mente.
Conclusión.
Este mundo vive en una guerra, la guerra del bien contra el mal, una guerra en la que nosotros los seres humanos buscamos el camino a la felicidad, algunos la encontramos en las virtudes como la generosidad y la tolerancia, otros en los placeres corporales que proveen algunos vicios como el alcohol o las drogas o simplemente en la posesión y atesoramiento de bienes materiales, la única diferencia es que a la larga cuando la vida se termina nos enfrentamos al verdadero Señor Justo, quien nos dará únicamente lo merecido por nuestras acciones en la tierra, a unos el cielo, a otros el infierno, pero a fin de cuentas, lo merecido; pero esta no es una guerra del ser humano consigo mismo, es una batalla donde intervienen ángeles y demonios, seres creados perfectos y muy inteligentes, seres que nos inspiran pensamientos y actitudes, los ángeles buscando acercarnos a Dios y los demonios intentando alejarnos de la felicidad del mismo.
Los ángeles caídos, ángeles que se atrevieron a dudar de la magnificencia de su creador y que pagan por sus pecados en el infierno de su conciencia por el resto de la eternidad. El demonio es simplemente una criatura mas de la creación del señor, un ser muy inteligente y persuasivo capaz de definir los puntos débiles de los seres humanos con el fin de alejarlo de la felicidad que se obtiene cuando se camina por el camino de Dios, el demonio no puede hacer nada que Dios no le permita pues si pudiera todo el mundo estaría inmerso en un mar de desastres y confusiones, un mundo donde no se sabría la diferencia entre el bien y el mal. Dios es un padre amoroso que nos permite la tentación para ganarnos el lugar en el cielo al escoger el camino correcto y para darnos la libertad de escoger nuestro propio camino.
Los ángeles en cambio, seres que buscan nuestro bienestar, seres virtuosos que buscan guiarnos hasta el cielo donde gozaremos con ellos de la felicidad máxima que nos trae el verdadero y único Dios, nuestro creador, felicidad que solo se alcanza por meritos alcanzados en vida, el seguimiento de las enseñanzas de Cristo y el cumplimiento de los mandamientos.
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