CUANDO DIOS ME LA PONE FÁCIL...

La sabiduría de los padres la heredan los hijos. Cuando los padres hablan a sus hijos de Dios… es otra cosa.

El día de ayer recibí una llamada.
-“Por favor, me comunica con el hno. José”
-“Él habla” – respondí.
-“Hno., lo llamo de parte de una amiga mutua porque deseo que Ud. pida por una amiga enferma… está con metástasis, ya no le funciona casi ningún órgano de su cuerpo… ¿Cuándo podría orar por ella?”
Quedamos en encontrarnos en la puerta principal del Hospital Militar el día de hoy a las 5pm.

No acostumbro a ir sólo a ningún sitio a orar por alguien, así que llamé a la sub-coordinadora del grupo para que programara quien podía acompañarme. Por la hora sabía que era difícil porque la mayoría estaba trabajando. Efectivamente ella no pudo conseguir a nadie, pero me dijo que intentaría cambiar su hora de almuerzo y descanso para acompañarme… y lo logró.

Algo anormal sucedio: Se nos acercó una señorita y nos perguntó:

-"¿Saben si hay alguna iglesia cerca? ¡Quiero confesarme!"

En ese momento me hubiese gustado ser sacerdote. ¿Quien se acerca a desconocidos a preguntar por una iglesia cercana y, sobre todo te diga que quiere confesarse?. Le dimos varias iglesia cercanas y se retiró en un taxi. Ya el Señor nos estaba diciendo algo.

Nos encontramos con la amiga de la enferma a la hora indicada. Mientras nos dirigíamos al cuarto me contó que su amiga tenía un hermano sacerdote que hacía dos semanas había estado con ella, pero que tuvo que viajar a Canadá. Entramos y a la enferma la estaban revisando. Esperamos un momento y entramos. En el cuarto se encontraban tres amigas más. Sin programar nada ya se había formado un pequeño grupo para orar.

Saludé a la enferma – que estaba consiente – la que me recibió con una amplia sonrisa.
-“Así que tiene un hermano sacerdote” – le dije.
-“Sí… ¿Es usted sacerdote?”
-"No… no lo soy, pero estoy en el Ministerio de Sanación y vamos a pedir a Dios por su recuperación”
Ella accedió de muy buena gana.

Terminada la oración conversamos un poquito.
-“Eliana… estás llena de luz” – le dije.
-“Sí… así me siento”
Una de las amigas dijo:
-“Estás coloradita… tu cara está que arde”
La verdad es que ella, yo y más de una ardíamos… síntoma de que nuestra oración había llegado al cielo.

Es muy difícil hablar directamente con una persona que sólo confía en que Dios la sane y la salve a través de la oración, sobre todo sabiendo la verdad de la gravedad de su enfermedad… aunque eso es un punto muy importante a favor del enfermo… su fe.

Normalmente los que están con metástasis (cáncer generalizado) no viven más de 15 días... máximo un mes, pero sentí la necesidad de hablar claro. En más de una oportunidad, después de haber sido diagnosticado metástasis en un enfermo al que fuimos a orar, Dios le regaló hasta tres años y medio más.

-“Eliana… ¿y si te vas al cielo?” – le pregunté.

Sin perturbarse me respondió.
-“Eso dependerá de Dios”
-“Pedirás por mí si eso sucede?” – le dije.
-“Hno... por usted será el primero que pediré”
Sin saber cómo ya estabamos hablando de su partida.

La verdad es que se siente muy bien cuando en el medio de un dialogo está Dios. Le dejamos el encargo a sus amigas que llamen al Capellán del Hospital para que le ponga los oleos de enfermos y de paso la confiese y le de la comunión.

Le impuse el Escapulario de la Virgen del Carmen. Ella y sus amigas aplaudieron el gesto, hasta me preguntaron si tenía más Escapularios… lamentablemente sólo tenía uno para Eliana.

Algo me olvidaba, hoy, 24 de setiembre es la festividad de Nuestra Señora de la Merced (Merced = gracia – misericordia) y una imagen de Ella estaba colgada en el cuarto. ¿Coincidencia? Al final de la oración pedimos a Nuestra Señora de la Merced que interceda para su recuperación.

¡Qué bonito sería que todas nuestras visitas sean así: con el enfermo en medio de Jesús y María! A nuestro grupo “Sí Señor” le toca ahora orar por ella y esperar la voluntad de Dios.
Bendiciones por casa.

José Miguel Pajares Clausen
Grupo Católico de Oración por los Enfermos “Sí Señor”
24 de setiembre 2009