martes, 14 de enero de 2014

SOY HOMOSEXUAL, NO GAY

«SOY HOMOSEXUAL, NO GAY»: TESTIMONIO DE JEAN-PIER EN LA MANIFESTACIÓN PRO-FAMILIA DE ROMA

Refutando a los lobbies del homosexualismo político.

El sábado 11 de enero en Roma tuvo lugar una manifestación en defensa de la familia, la primera organizada por La Manif Pour Tous Italia (www.lamanifpourtous.it) en la que participaron más de 4.000 personas.

Publicamos a continuación de forma íntegra el discurso de Jean-Pier Delaume-Myard, francés, un hombre con sentimientos homosexuales y que se define como homosexual, pero que está en contra de redefinir el matrimonio y de que se entreguen niños a parejas del mismo sexo, privándoles de la posibilidad de crecer con un padre y una madre.

DISCURSO DE JEAN-PIER DELAUME-MYARD,

Roma, 11 de enero de 2014

Queridos amigos, ¡buenas tardes a todos! Desgraciadamente no tengo la suerte de hablar vuestro bello idioma, por lo que os ruego que me permitáis hablar en francés. Soy muy feliz y es para mí un honor estar aquí en Italia, junto a vosotros, con La Manif pour Tous Italia.

Lo que nos reúne hoy aquí es el valor fundamental de la familia. Nosotros mismos formamos una bonita y gran familia que va más allá de las fronteras nacionales, porque la familia es una y universal.

Que se hable de esto aquí, en vuestro país Italia, como en el nuestro Francia, o en otros países europeos o en todo el mundo, no importa. De hecho, me gustaría recordar a mi amigo Bobby que lucha como nosotros en los Estados Unidos contra los lobbies gais porque no queremos que la mujer sea considerada una mercancía, no queremos que los niños sean privados voluntariamente de un padre o de una madre, o de ambos.

Conozco un poco Italia. He tenido ocasión de venir varias veces, en circunstancias distintas. La primera vez fue en 1981, después de una grave enfermedad que me había trastornado durante mi adolescencia. Para dar gracias al Señor por haberla superado fui a San Damiano, dónde aún vivía Mama Rosa que había visto a la Virgen María. Después tuve la suerte de venir a Roma para participar en una audiencia privada con el Papa Juan Pablo II. Pero he venido también en otras ocasiones. El vínculo que me une a Italia es también de tipo afectivo; de hecho, viví 8 años con un amigo italiano.

En el mes de noviembre de 2012, en Francia los medios de comunicación anunciaron que todas las personas homosexuales estaban a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo y que todos los homosexuales querían hijos.

En realidad me estaban robando mi voz, estaban robando nuestra voz, de nosotros homosexuales que no habíamos pedido nada de todo esto.

Por este motivo decidí coger papel y bolígrafo como un simple ciudadano y escribir en el sitio web de una conocida publicación semanal francesa: Le Nouvel Observateur.

Ese artículo, titulado “Soy homosexual, no gay: ¡detened esta confusión!” dio la vuelta rápidamente en la red con más de 110.000 visitas.

En el artículo escribo, entre otras cosas, que “no estoy orgulloso de mi orientación sexual, no más de lo que un hetero lo esté de la suya».

Quiero recordar claramente que “los gais hacen referencia a una cultura, a un estilo de vida. Necesitan que su carnicero, su panadero, su kiosquero sean gais. Quieren vivir con otros gais… Yo, como homosexual y como individuo de una nación, he elegido siempre habitar y actuar sin preocuparme de la orientación sexual de mis vecinos o de mis compañeros de trabajo”.

En el artículo planteo también una pregunta importante: “¿Por qué quieren una ley en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo? ¿Para las personas homosexuales o para los centenares de “gais” que viven en las zonas chic de París?”.

Después de esto hemos fundado un colectivo llamado HomoVox (www.homovox.com) que reúne a centenares y centenares de homosexuales que se oponen a la ley sobre el matrimonio gay.

He tenido la posibilidad de dar un testimonio en video y la he aceptado de buen grado. Después de tantos artículos y testimonios, el 25 de enero de 2012 me reuní con el Presidente de la República Francesa.

Cuando le dije que la ley sobre los matrimonios gais era en realidad el árbol detrás del cual se escondía el bosque de la maternidad subrogada y de la reproducción medicamente asistida, él me respondió: “No soy para nada favorable a esto y me expresaré en contra”.

En Francia tenemos serias dudas sobre esta cuestión. Sabemos que en ocasión de la presentación de la próxima ley sobre la familia, en marzo, algunos diputados de la actual mayoría depositarán enmiendas en favor de la reproducción medicamente asistida y de la maternidad subrogada.

Como homosexual, desde el principio de mi compromiso, no trabajo en favor de un partido político y menos aún en favor de una comunidad; a mí no me gusta el comunitarismo. Combato en conciencia y con todas mis fuerzas para que cada niño tenga un padre y una madre.

Si yo fuera heterosexual, habría perseguido el mismo fin, es decir, ¡el de la racionalidad!

Mi compromiso no tiene nada que ver con mi orientación sexual.

Me he comprometido porque si uno tiene un mínimo de compasión por los seres humanos, ciertamente no se puede aceptar que un niño se quede sin puntos de referencia sociales.

Me he comprometido porque si dentro de veinte años me encontrase con un chico o una chica, hijo de una pareja del mismo sexo, no quiero que me reproche por haberle privado de la posibilidad de tener un padre o una madre, como cada niño, hijo de una pareja divorciada, de una pareja de hecho o casada. ¡Para todos son necesarios un padre y una madre!

Me he comprometido porque mi deseo de tener hijos no tiene que tener como consecuencia la llegada al mundo de un niño sin el afecto materno.

Me he comprometido porque, como persona responsable, no quiero tener que responder un día a mi hijo, cuando me pregunte quién era su madre, que su identidad no es distinta al número de un cheque.

En Francia, La Manif Pour Tous no sólo es víctima de discriminación, sino que es objeto también de graves violencias por parte de la policía o de duras condenas judiciales. Estoy pensando en Nicolas, un joven de 23 años detenido el 19 de junio de 2013 por llevar puesta una sudadera de La Manif Pour Tous en los Campos Elíseos y condenado a ¡dos meses de cárcel!

Las Autoridades de mi país no han querido oir la voz de una petición que había recogido ¡700.000 firmas!

En Francia la ley que abre al matrimonio de las parejas del mismo sexo ha sido votada deprisa a mano alzada en su segunda lectura ¡con el fin de preservar la paz social!

En Francia las más altas autoridades han declarado que éramos 300.000 personas, cuando en realidad se han manifestado más de ¡un millón de ciudadanos!

Quisiera también aprovechar esta ocasión para dar las gracias de parte de La Manif Pour Tous a uno de vuestros connacionales, Luca Volontè, antes Presidente del PPE en Estrasburgo.

Gracias a uno de vosotros, queridos amigos italianos, el comité de los ministros del Consejo de Europa ha planteado con fecha 23 de abril de 2013 una pregunta al Gobierno francés acerca de la gestión de las manifestaciones en favor de la familia y ha pedido con insistencia al Gobierno que dé explicaciones. Cosa inédita en la patria de los derechos del hombre. Gracias Sr. Luca Volontè.

Si mañana en Francia o en Italia se aprobaran la maternidad subrogada o la reproducción asistida, desgraciadamente no seremos nosotros quienes pagaremos las consecuencias. Las pagarán, ante todo, los mismos niños, privados del derecho legítimo a la filiación directa. Les privaremos del derecho a tener un padre y una madre.

Pagarán las consecuencias los mismos homosexuales, porque son estas mismas leyes las que están creando la homofobia, no los que se manifiestan.

Hoy no tenemos necesidad de llevar puesto una vestido de novia para tener los mismos derechos.

El deseo de tener un hijo es una realidad singular y dolorosa. Yo lo sé. Pero nosotros homosexuales no pedimos a la sociedad un bricolaje legislativo para cambiar la realidad.

La política del gobierno francés no tiene otro objetivo más que el de matar a la Familia. El gobierno “familiafóbico” mata a la familia.

La Manif Pour Tous en Francia sigue pidiendo la abrogación de la ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Además de la necesaria abrogación de dicha ley, proponemos que se reconozca la filiación en el seno de la familia. Un niño no es una mercancía de trueque ni carne de cañón; es un ser humano que tiene el derecho de conocer el origen cultural, geográfico, social y religioso de sus padres.

En lo que respecta las próximas elecciones europeas, recordaremos a los candidatos la importancia de las decisiones que están llamados a tomar. Los candidatos deberían firmar una carta en la que declaran proteger a la familia y respetar a las personas.

Os invitamos a hacer lo mismo en Italia porque estamos convencidos de que la familia es el lugar mejor para crecer y ser educados.

Estamos convencidos de que la familia es la célula base de la sociedad y que la familia asegura el futuro y el progreso del país.

El 21 de octubre pasado publiqué un libro titulado HOMOSEXUAL contra el matrimonio “para todos”. Esta publicación ha sido censurada por los medios de comunicación por la presión ejercida por el lobby LGBT.

Este lobby me acusa de ser un traidor porque no pienso igual que los dos mil gais de París. Es una actitud completamente homofóbica por su parte. Significa que un homosexual no puede ni pensar ni actuar autónomamente.

Más grave es el hecho de que he recibido amenazas de muerte en la web. ¿Quién es homófobo, La Manif Pour Tous o ellos?

Nosotros ciudadanos italianos o franceses, hombres y mujeres razonables, homosexuales o heterosexuales, proseguiremos nuestro camino de hombres responsables que quieren dejar tras de sí un planeta donde los hombres con H mayúscula no sean un bien comercial.

La denominada libertad, querida por algunos, no debe condenar al hombre y su diversidad. El derecho a la diferencia debe seguir siendo la única libertad del ser humano. ¡La naturaleza es la única que puede vigilar!

Por eso, La Manif Pour Tous os da las gracias por haber creado La Manif Pour Tous Italia. Os agradezco de corazón vuestra calorosa acogida. Gracias a todos, nos volveremos a ver pronto, con ocasión de una gran manifestación europea. ¡No renunciaremos nunca!

(Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)

Jean-Pier Delaume-Myard / Tempi.it

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