DICTADURA DE GÉNERO...

SU HIJO LE PIDE UNA MUÑECA ADOCTRINADO POR EL COMISARIO DE GÉNERO DE LA ESCUELA: «ES UNA DICTADURA»

Pianista en un bar gay, pero harto de ataques a la familia.

La actriz Frigide Barjot, figura carismática de las movilizaciones contra el ‘matrimonio’ gay en Francia, publicó en su página web (http://frigidebarjot.com) el interesante testimonio de Sébastien -no da su apellido por razones de seguridad-, un heterosexual casado y con hijos que ha decidido “emprender una cruzada” contra la teoría del género que el Gobierno francés quiere implantar en la enseñanza secundaria.

"TU HIJO TIENE ALGO QUE DECIRTE"

Las alarmas saltaron en casa de Sébastien pocos días antes de Navidad cuando su mujer le avisó que “había que resolver un asunto familiar importante”.

Cual no fue la sorpresa de Sebastián cuando su hijo Louis, de 6 años, le pidió una muñeca como regalo.

En un principio se lo tomó como una broma -“pensé que iba a anunciarme su salida del armario”- pero ante la insistencia y llanto del niño empezó a preguntarle por qué quería ese regalo y no otro. La respuesta del retoño le dejó de piedra.

-Es que niños y niñas son lo mismo; los juegos de los niños y los de las niñas son la misma cosa.

-¿Quién te ha dicho eso?

-El animador de la ARE [las charlas escolares sobre “Igualdad entre chicos y chicas”]

-¿Y eso qué es?

-Los talleres sobre los que el colegio no nos informó en la reunión de padres de la pasada vuelta al curso -le espetó Claire, su mujer.

DICTADURA DE GÉNERO, REEDUCAR A LA POBLACIÓN

Sébastien llegó a la conclusión siguiente: “Somos un pueblo homófobo y este problema ha de ser subsanado desde la más tierna infancia para reeducar a la población a través de medios más que dudosos: anulación de la diferencia entre los sexos y todo tipo de teorías del género. ¡Dictadura total!”.

Por eso Sébastien lanza un llamamiento a la opinión pública para “que despierte y se subleve” para proteger a una Educación Nacional que, según el, está a punto de pasar “bajo el control de las asociaciones homosexuales”.

Lo curioso es la profesión de Sébastien: pianista en un bar gay. Nunca es tarde si la dicha es buena.

J.M. Ballester Esquivias / ReL