¡VENID A BEBER DE LA FUENTE DE MI MISERICORDIA Y OS ASEGURO QUE NO VOLVERÉIS A TENER SED. DEJADME ENTRAR EN VUESTROS CORAZONES Y OS DARÉ EL GOZO DE LA VIDA ETERNA!
DICIEMBRE 12 DE 2012 – 3:00 P.M.
LLAMADO DE JESÚS DE LA MISERICORDIA
Hijitos míos, paz a vosotros.
Bañaos en la fuente de mi misericordia y no temáis, mi misericordia es amor y remanso de paz para todos aquellos que se acogen a ella Todo lo que me pidáis en esta hora santa os lo concederé, si es para bien vuestro y salvación de vuestra alma. La fuente inagotable de mi misericordia es salvación para las almas que se acojan a ella; entregadme hijos míos en esta hora los pecadores del mundo entero y yo haré que vuelvan a Mí. Entregadme los moribundos y las almas que en más peligro estén de condenarse y yo no dejaré que se pierdan.
Entregadme mi Iglesia, mi Vicario y mis Ministros y os aseguro que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella y ninguno de mis fieles servidores se perderá. Cubrid vuestro ser físico, síquico, biológico y espiritual, con los rayos de luz que brotan de mi corazón amante; dejaos guiar por mí que soy camino, verdad y vida y la paz que andáis buscando os daré.
Hijos míos, aprovechad el tiempo que os queda para que reparéis por vuestros pecados y los pecados de vuestros familiares; entregadme en esta hora de mi misericordia vuestro árbol genealógico y yo lo iré limpiando de todas sus miserias. La fuente de mi misericordia es agua viva que calma la sed de todos aquellos que me buscan con sincero corazón. Venid a Mí, todos los que estéis cansados y fatigados que yo os aliviaré. Venid a beber de la fuente de mi misericordia y os aseguro que no volveréis a tener sed. Dejadme entrar en vuestros corazones y os daré el gozo de la vida eterna. Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; caminad conmigo y la paz de mi Espíritu estará con vosotros.
Hijos míos, la oración de mi misericordia dictada a mi sierva sor Faustina es de gran poder para la salvación de las almas; a toda hora y en todo instante decid: Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad, de tu amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y por los pecados del mundo entero. Cada que hacéis esta oración estáis abriendo las puertas de mi misericordia y muchas almas que están en peligro de condenarse son salvadas por vuestra súplica a mi Padre. Haced pues hijos míos, la coronilla de mi misericordia y mi paz y mi salvación daré al mundo entero.
Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca. Jesús de la Misericordia.
Dad a conocer este mensaje en todos los confines de la tierra.
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