Empezaré dando infinitas gracias a Dios Todopoderoso, a Jesucristo Hijo Único de Dios por el inmenso amor que ha sentido por mi enfermedad.
Yo soy Genoveva Edelmira Araujo Barboza de 62 años, a quien pronosticaron cáncer al útero el 02 de noviembre del 2005. Al saber que tenía cáncer – dos tumores en el útero -, no sé qué sentí; me parece que no podía ni pensar y no quería ni hacerlo, estaba muy triste, confundida con mucho miedo al dolor, miedo a la muerte, quería rezar y no podía, empezaba y no podía terminar la oración.
Eran muchos meses que me sentía enferma con sangrado desde el mes de junio, y cuando me dijeron cáncer es cuando acepté la invitación de mi sobrina Rocío (perteneciente al grupo de oración) a ir a la oración de sanación y así fue que escuché Misa, y asistí al grupo de sanación con mucha fe, y cuando el hno. José rezó por mí, sentí una fuerza, una cosa inexplicable que me hizo sentir mejor y más alegre, más tranquila.
Durante mes y medio que esperé para la oración, asistí los días viernes, y conforme me imponían las manos y oraban por mí, sentí mucha mejoría, incluso mis exámenes de sangre, de colesterol, triglicéridos, presión alta, mejoraron... estaba todo normal.
Ingresé al Hospital con condiciones favorables. El hno. José me dijo: “Que te operen para Gloria de Dios, porque ya no tienes nada”, y rezó invocando al “Útero de la Santísima Virgen María” pidiendo a Dios que me curara y así lo sentí.
Luego llegó el día 13 de diciembre, el día que me operaron... yo estaba serena y con mucha fe en Dios, y así fue que el doctor me dijo que mi cáncer se había encapsulado en un solo sitio y que parecía que allí se quedaba, pero la última palabra era el resultado de la biopsia del dos de febrero.
Fui al control, el doctor Moisés Oyasac leyó los resultados y me dijo: “No te preocupes, no necesitas ni quimioterapia ni radioterapia, anda tranquila y regresa dentro de tres meses a tu control” Yo, de emoción me puse a llorar... no sabía que decir, sólo repetía: “Gracias Jesús, gracias Jesús”, y lo seguiré repitiendo muchas veces.
Doy gracias a todo el Grupo de Oración por los Enfermos “Sí Señor”, que son instrumentos de Dios, y que dedican su tiempo desinteresadamente a pedir por la salud de los enfermos. Qué Dios los siga ayudando y fortaleciendo su fe, y a la vez, transmitiéndonosla a nosotros que a veces decimos tenerla y nos equivocamos... no sabemos tenerla. Yo los viernes decía tener fe, pero era a medias, hasta que viví el amor del perdón y la sanación de Jesucristo misericordioso y de su santa Madre María... que también es mi Madre. Gracias.
Genoveva Edelmira Araujo Barboza
Nota: Quisiera recalcar, que era la primera vez que yo invocaba en una sanación, la intercesión de la Santísima Virgen María a través de su Útero... esta invocación vino del Espíritu Santo...y resultó. ¡Alabado sea Dios y su Santísima Madre!
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