Debido a la Tiroides, mi madre tenía un buen sobrepeso. Un día antes que decidiera operarse, para acomodar su estómago ladeado por trabajar echada sus manualidades que le fascinaban, me enteré de su decisión. Nadie podría haber cambiado su opción de operarse... era una mujer de decisiones.... ¡Lo hago y basta!
Su edad... hasta ahora no la sé. Como toda mujer – sin generalizar – siempre ocultó su edad.
Muchas veces tuve que exigirle que me permitiera poner fin a ciertas cosas que la perjudicaban, pero siempre me decía: “¡No! ese es mi problema y no te permito que lo hagas”.
Lo mejor que me enseñó es a perdonar. Pero no se trataba de un perdón común, se trataba de un perdón de corazón. Un perdón que sólo una madre podría darlo. Lamentablemente los hombres no podemos ser madres, aunque Dios sí, el es Padre y Madre. Creo que su perdón lo heredó directamente de Dios Madre.
Ella entró al quirófano con el “Riesgo quirúrgico” a su favor. Para mí, que hasta convenció al analista para que dijera que no habrían problemas, así que no le costó nada a éste el darle el pase para la operación. Y él aceptó pensando que tenía la edad que decía tener... probada con documentos. Encontré entre sus papeles – después de su partida al Señor – que tenía tres edades. ¿Cuál era la verdadera?, sólo Dios sabe.
La operación, al inicio fue un éxito... todos contentos. Al poco tiempo se le abrieron los puntos debido a la fragilidad de su piel y luego vino la infección, las escaras y todo se fue empeorando.
Yo la visité durante los seis meses que estuvo en “Cuidados Intensivos”. También me opuse que la bajaran a “Piso”, porque sabía que lo hacían para desconectarla y para que se vaya, hasta que un día pasó...
Yo me encontraba trabajando, cuando recibí la noticia que ya había partido. No lloré, sólo le di gracias a Dios por habérsela llevado y por todo el tiempo que me la regaló. Nunca maldije, nunca le reclamé nada, sólo le di las gracias.
Decidí, como el mayor de los hijos, que ella debería ser incinerada, y que sus cenizas se esparcieran en el mar, que era lo que a ella más le gustaba. Nos preparamos para llevarla al sitio de la incineración pero antes pasaron ciertas cosas que me gustaría compartirlas.
Mi padre, fue uno de los que se encargó de trasladarla en una camilla, y esto fue lo que pasó: Justo al lado que mi padre cargaba, uno de los brazos de mi madre se descolgó a su lado. Mi padre dijo en voz baja: “Por favor Violetita, no empieces”, él le levanto el brazo, lo puso nuevamente en la camilla y seguimos caminando. Volvió a caerse nuevamente su brazo al lado de mi padre. No se imaginan la cara que puso. Volvió a repetir lo mismo: “Por favor Violetita, no sigas”. Todos sabemos que el “Rigus Mortis” no permite que pasen esas cosas... te quedas rígido y no te mueve nadie, pero... ella se movió.
La incineración tomó el tiempo normal y luego me la entregaron en una cajita de madera, sin ningún adorno... algo muy simple.
Una hermana de la “Comunidad de Jesús” - de la cual yo participaba – me llamó y me dijo que había recibido un mensaje de mi madre para que la llevara a su casa para decorar la cajita. La llevé y al llegar a su casa me preguntó: “¿Tú mamá era muy alegre? porque así la he sentido -esta persona nunca la había conocido - le respondí que sí. Ella me dijo, inclusive, cómo era que mi madre le había pedido que adornasen su cajita... eso sucedió en la tarde.
Luego de todo eso, me dirigí a la Comunidad de Jesús y la coloqué a los pies de la Virgen sin consultarle al p. Roberto. Era la primera vez que alguien hacía eso, de llevar a un difunto a la Comunidad.
Estaba programado para ese día un homenaje a San Martín de Porras y a Puno. (Noviembre 3). Varios grupos iban a danzar y la cosa era festejo.
Apareció el p. Roberto y le dije que la había traído. El me pidió, si podía esperar para que la gente asistente poco a poco se enterara de lo que yo había puesto a los pies de la Virgen. Le respondí que no había ningún problema. Una de las cosas que más le gustaba a mi mamá era la música folclórica, sobre todo la de la Sierra. Así que no me importó aceptar que ella escuchara, por ultima vez en este mundo. la música que más le gustaba.
Terminado el festejo, y después de que el p. Roberto preparó a la gente, mi madre recibió el homenaje más hermoso que yo pueda imaginar... hasta la llamó, durante la Misa, “Santa Violeta”.
Yo pensé que ya había acabado todo, hasta que vi el video - porque todo fue grabado -. En este video se nota claramente, como un haz de luz sobre la cajita, nos siguió hasta el Santísimo – cosa que el p. Roberto pidió - . Ya en el Santísimo, una rosa que pusieron sobre la cajita se iluminó – esto sólo se aprecia en el video – y otras cositas más.
Al día siguiente, decidí llevarla a una playa para echar sus cenizas – la noche anterior fue una de las noches más tranquilas de mi vida... dormí perfectamente bien -. Llegamos a una de las playas al sur de Lima, y no había ninguna lancha disponible. Recorrimos varias playas y, tampoco las habían. Sólo quedaba una playa disponible, entonces mirando al cielo dije: “Mira mamá, sólo queda esta playa, si no encontramos una lancha, te echo desde cualquier cerro”.
Llegamos al malecón, y que sorpresa, había una lancha en el agua, y dentro de ella dos personas que me hacían señas para que nos acercáramos. Nos acercamos – no nos preguntaron nada – y nos hicimos a la mar.
En un momento dado, le dije a mi hermana adoptiva, que abriera la caja y comenzara a echar las cenizas al mar. Ella no calculó el viento, y las cenizas me cayeron en la cara y, prácticamente en todo el cuerpo, entonces dije: “Ya pues, mamá, ¿hasta para despedirte tienes que hacer cosas raras?”.
Mi hermana cambió de posición, echo las cenizas al mar y luego echo la cajita que comenzó a hundirse poco a poco.
¡Linda mujer mi madre! Sé que me cuida y que me está preparando el camino para cuando yo tenga que partir. Porque así es, los que se van primero te esperaran con los brazos abiertos... si te portaste bien.
Encontré un hermoso poema, que hablaba sobre cómo le gustaría que sea su cielo. ¡Hermoso! y estoy seguro que lo consiguió.
Ahora si lloro. En este momento se me caen algunas lágrimas. Lloro, no porque se la haya llevado el Señor, sino por no haberla llevado a comer comida china que tanto le gustaba, por no haberle cocinado las cosas que ella me dijo en alguna oportunidad que le gustaban, lloro porque creo que yo hubiese podido hacer muchas más cosas por ella en vida. Ya me confesé por mis pecados de omisión... que Dios me perdone.
Muchos creen que porque viven juntos no necesitan expresarse... que falso es eso. De qué sirve vivir juntos si, realmente, están muy alejados. Es deber de cada uno es hacer feliz a alguien, al prójimo, al que está más próximo a ti... todos necesitamos de cariño.
¡Cuantos abrazos, caricias y besos me perdí! ¡Cuánto de ella me perdí!
¡Gracias, Señor, por todo el tiempo que me la regalaste... Tú me la diste, Tú te la llevaste! ¡Gloria a ti, Señor!
Nota: Borren de su cerebro la palabra “Muertos”, cámbienla por “Resucitados”. Esa es la promesa de Jesús que venció a la muerte para que nosotros podamos también resucitar a una vida nueva y eterna junto a Él. Lo que Él promete siempre se cumple.
José Miguel Pajares Clausen
4 comentarios:
este es una entrada realmente hermosa y aunque ya me habian comentado de ella esta es la primera ves que la leo y no pude evitar llorar recordando a las personas que mas quise y que solo en el momento de su partida recorde todo lo que les podia dar ...
Gracias Claudia...Bendiciones desde el cielo para ti... te estarán esperando cuando te toque partir.
Aún no pierdo a mi madre pero el año pasado perdí a mi abuelita..aún siento ese dolor de extrañarla .Y como bien usted dice , tal ves el dolor mas grande sea ...el no haber hecho mas por ella para que fuese feliz años antes.
A Mi abuelita le pronosticaron 6 meses de vida (por un cancer terminal pancreatico y biliar) alcanzó a estar solo 2 con nosotros .Pero siento que esos 2 meses fueron eternos , llenos de experiencias de amor que vivimos todos como familia con ella.Mi mamá no entiende por que mi abuelita decidió solo hablar conmigo sobre lo que ocurriría después que ella partiera.yo creo k fué para no hacerla sufrir más...usted k cree??Me hizo prometer tantas cosas , entre ellas la mas importante es cuidar hasta siempre a mis hermanos y mi mamá(yo soy la hija mayor de 5 herm,mi mamá hija única)MANTENERNOS UNIDOS.
Pero las cosas han sido mas difíciles de lo que yo creía,despues de fallecer ella todos nos hemos separado ,era ella quien nos unía los domingos a almorzar juntos , en las fiestas importantes ella era el centro....ahora está vació y por pena a ese vació que dejó poco nos juntamos.Al hablar de ella entre nosotros es divertido y recordamos lo linda y genial que era como mujer , abuela , madre ,amiga.Intentamos capturar sus enseñanzas de amor y aprender de ellas.Pero sabe??...luego de hablar vuelve el vacío y todo se pone mal,mamá llora porque la extraña mucho y ahí dejamos todos en evidencia cuanto la extrañamos y lo que creo que es lo peor es...que "no sabemos vivir sin ella." Y todos asertamos que ella era nuestra madre y hoy nos sentimos pollitos solos ....sin saber a donde ir ,ni que hacer.
Agradecería mucho sus palabras , otros dependen de mí y yo no sé k hacer o decirles.
cariñosamente VIVIANA
Gracias Viviana. Lo primero que tienes que hacerles entender es que sólo han emprendido un viaje, que al igual que todos, debemos emprender algún día... y que ese día nos encontraremos nuevamente.
También diles que ella esta en un lugar hermoso, sin dolor, sin sufrimientos... un lugar al que nosotros debemos aspirar.
Sé que tu abuelita desde el Cielo los está cuidando y que será la primera en esperarlos cuando ustedes partan.
¡Dios te la dio... Dios se la llevó! ¡Bendito y adorado sea el Señor! Nada es nuestro.
Bendiciones.
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