miércoles, 4 de septiembre de 2013

SOY RICO

MI JESÚS, YO SOY RICO.... EN EL ESPÍRITU.

No me bastas Tú solo. No estoy desapegado de las cosas de este mundo. Concédeme un corazón afectuoso para que yo pueda amar con desapego y libertad.

"Bienaventurados los pobres de Espíritu" (Mt 5, 1-12).

Mi Jesús, yo soy rico en el espíritu. No me bastas Tú solo. No estoy desapegado de las cosas de este mundo. Concédeme un corazón afectuoso para que yo pueda amar con desapego y libertad.

"Bienaventurados los Mansos"

Enséñame a ser manso, Jesús mío. Con frecuencia la ira consume mis días y no puedo distinguir la fuerza de la mansedumbre. Concédame control de mí mismo para que mi prójimo no sufra por mi falta de virtud.

"Bienaventurados los que lloran"

Señor Espíritu, haz que sienta horror por el pecado y sepa arrepentirme cuando caiga. Permíteme ser humilde de corazón ante cualquier pensamiento de mis debilidades, para que siempre esté dispuesto a decir:

"Lo siento, perdóname".

"Bienaventurados los que tienen Hambre y Sed de Santidad"

Me he disculpado diciendo que la santidad es para unos cuantos escogidos. Me da miedo darme cuenta que Tú quieres que yo sea Santo. Debo sentir hambre de santidad antes de que Tú me puedas alimentar con tu gracia. Debo tener sed antes que me des a beber agua de vida.

"Bienaventurados los Misericordiosos".

Quisiera que todo mundo comprendiera mis flaquezas, pero me muestro duro e implacable frente a las flaquezas de los demás. Jesús, ayúdame a perdonar de modo que tu misericordia pueda cubrir mis debilidades.

"Bienaventurados los Puros de Corazón"

Tantos deseos, metas y ambiciones se acumulan en mi mente, amado Jesús. Auxíliame para tener un solo corazón, para desearte sólo a ti, para trabajar por tu honor y tu gloria, para buscar primero el Reino y juzgar las cosas a la luz de la eternidad.

"Bienaventurados los que hacen la Paz"

Yo no soy pacificador. Temo resultar herido, comprometerme. El respeto humano es la norma de mi vida y prefiero estar solo. Jesús mío, a ti no te importaban nada las opiniones de la gente. Haz que pueda yo ser pacificador, erradicar la discordia y sembrar semillas de unidad.

"Bienaventurados aquellos que son Perseguidos por causa de la Justicia".

Me gusta ser del montón, Señor Jesús. Permite que pueda yo estar aparte, si es necesario, para pelear por tu Iglesia, tus mandatos y tus principios. Haz que mi lema sea: "Quién como Dios" y mi meta que todo hombre conozca tu amor y redención.

"Bienaventurados cuando la gente os maltrate y persiga, y os calumnie por causa Mía"

Señor mío, fácilmente cambio de opinión, me desdigo de mis afirmaciones y me quedo callado ante la mayoría. Ayúdame con el don de la fortaleza para formarme mis propias opiniones de acuerdo a tus estándares, para tener el valor de confesar la fe y la moral enseñada por la Iglesia y rechazar cualquier forma de permisividad.

Permíteme sentirme satisfecho con saber que hago lo que te agrada. Hago oración por aquellos que se sienten perturbados por ser fieles a tus mandatos. Danos a todos perseverancia, valor y fuerza para sobreponernos a los ataques del enemigo y del mundo.

Padre Nuestro, que estás en los Cielos:

Señor y Dios mío, no sé apreciar cumplidamente el privilegio y la dignidad que Tú me has dado. Utilizo la palabra "Padre" con un corazón frío y una mente en blanco. He rebajado la dignidad de ser tu hijo al nivel de un peregrino en casa ajena. Tu amor y cuidados paternales me parecen algo tan alejado de mí como el cielo de la tierra. Me asombra mi ingratitud, y mi falta de comprensión manifiesta mi inmadurez espiritual. Perdóname, Señor. Dame una confianza de Niño, saber buscar tu protección y una total confianza en tu providencia.

Santificado sea tu Nombre:

Mucho me temo, Señor mío, que dedico la mayor parte de mi tiempo y mis cuidados a mi propio honor y dignidad. No aprovecho las múltiples ocasiones que se me dan cada día para glorificar tu nombre. El respeto humano parece tener mi lengua amarrada y ahogar mis inspiraciones. Tu Espíritu me permite proclamar tu nombre. Dame la gracia de considerar la opinión de los demás como nada. No dejes que me vea arrastrado para acá y para allá, cambiando constantemente de una a otra opinión para poder darle gusto al mundo. ¡Qué infructuosa es una vida dedicada a dar gusto a quien no puede ser complacido!

Venga tu Reino:

Soy muy negligente a la hora de difundir tu palabra, Señor Padre. Mi vida no refleja las perfecciones de Jesús de tal modo que el mundo pueda saber que Él es el Señor. Dejo que sean otros quien carguen con la obligación de extender la Buena Noticia. Dame un espíritu misionero de modo que sepa aprovechar cada oportunidad para salvar almas. Muchas almas se pierden porque a nadie parecen importarles ellas o su salvación. Dame energía y amor para que no haya obstáculo que no pueda vencer en la tarea de extender tu Reino en los corazones de los hombres y del mundo.

Hágase tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo:

A veces tu voluntad es muy difícil, Señor mío, y por eso me rebelo. No tengo bastante criterio como para discernir tu voluntad, ni para juzgar mi vida o mis decisiones de acuerdo al Evangelio. Siempre encuentro excusas para no hacer tu voluntad, excusas que son diseñadas para ablandar mi conciencia, aunque en el fondo de mi alma sé que lo que hago es mi propia voluntad. No permitas que asfixie mi conciencia y me haga ciego a tu voluntad. Ayúdame, perdóname y otórgame la fuerza para preferirte a Ti en vez de a mí mismo.

Danos hoy el Pan Nuestro de cada Día:

No siempre soy agradecido, Padre mío. Mi orgullo me hace pensar que soy yo quien proveo todo lo necesario para la vida. Dame un espíritu de humildad y dependencia. Deja que vuelva a Ti mi mirada en cada necesidad de cuerpo y alma. Purifica mi alma de tal modo que pueda recibir la Eucaristía apropiadamente.

"Humilla mi corazón para que sepa dar gracias a tu providencia y confiar siempre en tu sabiduría".

Perdona nuestras Ofensas así como también Nosotros Perdonamos a los que nos Ofenden.

No nos dejes Caer en Tentación y Líbranos del Mal:

Señor, ten misericordia de mí. En esta petición te pido que me perdones, de la misma forma como yo perdono a los demás. Cuando se me haga difícil perdonarlos, deja que esta petición se haga presente en mi mente de modo que pueda perdonar con verdadero amor.

Ayuda mi debilidad y dame fuerzas para no ponerme en circunstancias que me puedan llevar a ofenderte.

No permitas que soslaye u omita buenas obras por pereza o respeto humano. No dejes que entre en la eternidad para ver lo que yo podría haber sido, sino haz que pueda corresponder a cada luz, a cada gracia y a cada inspiración.

Preciosa Sangre de Jesús, purifica mi corazón, sensibiliza mi conciencia acerca del pecado, haz mi corazón humilde y dócil, y lávame de mis pecados y equivocaciones. Preséntame ante tu Padre un día como una imagen perfecta de Ti mismo.

Al copiar este artículo favor conservar o citar la Fuente: EL CAMINO HACIA DIOS

www.iterindeo.blogspot.com

Publicado por Wilson f.

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