viernes, 30 de abril de 2010

VIDA EN EL MÁS ALLÁ


Una de las conclusiones más claras de las experiencias en el umbral de la muerte es que hay vida después de esta vida. Que la vida no acaba con la muerte. Que somos algo más que cuerpo, y tenemos un alma inmortal.

Algunos Santos Padres de los primeros siglos ya hablaban de un cuerpo etéreo, sutil, espiritual, que sale de nosotros, cuando uno muere, y al que identifican con el alma, espiritual e inmortal. San Ireneo, en el siglo II, dice: Las almas son dotadas de la misma forma y figura que el cuerpo, como el agua que toma forma del vaso en que está y, cuando se hiela, conserva la misma forma del recipiente
[1].
Orígenes, también del siglo II, decía: Aquellos muertos, que se han aparecido a los vivos, se han presentado en la misma forma que tenían cuando vivían en la tierra [2].

De hecho, en estas experiencias NDE, los interesados ven a otros muchos seres, familiares y amigos especialmente, que hace muchos años que han muerto y que les salen a recibir.

Veamos ahora algunas experiencias concretas, que nos pueden confirmar la existencia de la vida humana después de la muerte. Comencemos por citar al gran san Agustín, que habla de un caso que conoció personalmente.

Un hombre llamado Curma cayó enfermo y, privado de los sentidos, estuvo acostado como muerto durante algunos días. Un levísimo soplo de nariz que, apenas se sentía al acercar la mano, era el pequeño indicio de que tenía vida, para no permitir que fuera enterrado. No movía miembro alguno ni tomaba alimento. Los ojos y los demás sentidos parecían insensibles. Y, después de muchos días, como despertando, contó lo que había visto. En primer lugar, apenas abrió los ojos, dijo: Que vaya alguno a la casa de Curma el herrero y que vea lo que allí sucede. Luego que se fue allí, se encontró que había muerto en aquel mismo momento, en que él había recuperado los sentidos y había vuelto casi de la muerte a la vida. Entonces, manifestó que aquel (Curma el herrero) había recibido orden de presentarse ante Dios a la hora en que él había sido vuelto a la vida… Entre los difuntos que había visto reconoció a algunos que yo había conocido en vida. Yo, apenas le hubiese dado crédito si él no hubiese hablado también de algunos vivos que él no conocía; por ejemplo, algunos clérigos de su región, entre los cuales vio a un sacerdote que sería bautizado en Hipona por mí. Él había visto a un presbítero, a clérigos y a mí mismo; ciertamente vivos aún, en aquella visión en la cual vio después también a los muertos.

¿Por qué no se va a creer que él ha visto a los muertos como nos ha visto a nosotros vivos, esto es, a unos y a otros ausentes y sin saberlo?… Finalmente, después de las muchas visiones que él vio, contó que fue introducido también en el paraíso y que le dijeron: Vete y bautízate, si quieres venir un día a este lugar de los bienaventurados. Después, como advertido de que fuese bautizado por mí, respondió que ya lo había hecho. Pero aquel que le hablaba le replicó: Vete y bautízate realmente, porque tú te has visto bautizado en la visión. Después que se curó, vino a Hipona. Se inscribió entre los demás, desconocido de mí, pues él no se preocupó de contar aquella visión ni a mí ni a ninguno de mis presbíteros. Fue bautizado y, terminados los días santos, se volvió a su casa. Pasados dos años o quizás más, yo tuve conocimiento de todo esto. El primero que me habló de estas cosas fue un amigo mío y, a la vez suyo, que sentado a mi mesa, llevó la conversación sobre estas materias. Después, yo insistí y logré que él mismo, estando presente, me lo contase delante de hombres honrados, conciudadanos suyos, que lo atestiguaban todo: su curiosa enfermedad, su estado de muerte, durante muchos días, la muerte del otro Curma, el herrero… Así concluyo que, como él vio su bautismo y me vio a mí mismo y a Hipona, la basílica, el baptisterio…, también del mismo modo a los demás, algunos vivos sin que los mismos vivos lo supieran. ¿Por qué no habría visto también de la misma manera a aquellos muertos?
[3].

En la revista italiana Luce e ombra se refería el testimonio de un oficial norteamericano, que incluso dio su testimonio en televisión italiana, el 1 de marzo de 1982, en el programa Italia Sera. He aquí el testimonio: El 20 de mayo de 1969 tomé parte en un combate en Vietnam. Durante la batalla, los proyectiles volaban por todas partes. Fui herido gravemente y perdí, como pueden ver, las dos piernas y un brazo. Me di cuenta de que me moría, pues estaba perdiendo mucha sangre. Salí de mi cuerpo y vi a los compañeros de mi batallón, que también habían muerto antes que yo. Todos estaban inmersos en una luz y se comunicaban entre ellos como leyendo el pensamiento. Después vino el helicóptero y me llevaron al hospital. Vi que me cubrían el rostro con una sábana como se hace siempre con los muertos. No sentía nada, pero creía que estaba muerto. También los médicos creían que estaba muerto e iban a comenzar a embalsamarme, cuando uno de ellos levantó la sábana y me hizo llevar de inmediato a la sala de operaciones. Recuerdo haber querido detener al doctor, pues no quería que me operase. Me desperté diez días después de haber sido herido. He estado en coma diez días y, durante todo ese tiempo, me comunicaba con mis compañeros muertos y tenía una sensación de bienestar, no queriendo regresar a la vida. Cuando me desperté, conté a los doctores muchos detalles de lo que había sucedido en la sala de operaciones. Ellos quedaron asombrados. Pero lo importante es que hoy, a doce años de distancia, por efecto de esta experiencia, creo en la existencia del más allá y creo sin duda que existe Dios
[4].

La doctora Elisabeth Küller-Ross es famosa en el mundo entero por sus estudios sobre enfermos terminales. Sus libros han sido traducidos a más de 25 idiomas y se han vendido millones de ejemplares. Ella, con su seriedad científica, cuenta el siguiente suceso, que a ella misma le ocurrió.

Después de diez meses de que la señora Schwarz muriera y fuera enterrada, yo tenía problemas y quería dejar de dar mis seminarios sobre la muerte y los moribundos. Yo quería continuar, pero no podía en aquellas condiciones... Un día, estaba yo esperando el ascensor, cuando ella apareció frente a mí. Yo la conocía muy bien y sabía que había muerto. Ella era muy transparente, pero no tan transparente que se pudiera ver a través de ella. Ella me dijo: Doctora Ross, ¿le importa si vamos a su oficina? Sólo será un par de minutos. Ella conocía mi nombre y sabía dónde estaba mi oficina... Yo soy siquiatra y trabajo con esquizofrénicos todo el tiempo. Y yo me decía: Elisabeth, tú ves a esta mujer, pero eso no puede ser. Tú estas cansada y necesitas vacaciones, estás viendo visiones. La toqué para ver si era real. Yo era, a la vez, siquiatra y paciente. Me cuestionaba a mí misma.

Cuando llegamos a mi oficina, ella abrió la puerta con increíble amabilidad y ternura, y me dijo: Doctora Ross, yo tenía que regresar por dos razones: una para agradecerte a ti y al ministro por todo lo que hicieron por mí. Pero la otra razón es para decirte que tú no puedes dejar tu trabajo sobre la muerte y los moribundos. Todavía no.

Yo esperaba que desapareciera, pero no lo hacía. Ella insistía: “Tu trabajo no ha terminado. ¿Me prometes continuar?”. Entonces, yo le di un papel y un lápiz para que le escribiera al reverendo Gaines para agradecerle, pues estaba en Urbana. Y ella, con la más amable sonrisa y conociendo todos los pensamientos que yo tenía, tomó el papel y escribió una nota. Me dijo: “¿Estás satisfecha?”. Después se levantó, repitiendo: “Doctora Ross, me lo has prometido. Y en el momento en que yo le dije: “Te lo prometo, desapareció. Todavía tengo la nota que escribió
[5].

¿Hace falta más casos concretos? Hay un libro muy interesante sobre estos casos, escrito por Bill y Judy Guggenheim, titulado Hello from heaven (Hola desde el cielo). En él se presentan muchos testimonios de personas difuntas, que se han comunicado con sus amigos y familiares a través de sueños o haciéndoles oler un perfume especial, moviendo objetos, por medio del teléfono, haciendo oír solamente su voz, apareciéndose en una luz difusa o en una perfecta claridad. Además, es muy conocido el caso de que muchos familiares, que están cuidando de sus familiares moribundos, cuentan que, en un momento dado, antes de morir, dicen los moribundos que ven a familiares difuntos, que vienen a recibirlos y a acompañarlos al más allá
[6].
P. Ángel Peña: Libro: Experiencias del más allá

[1] Ireneo, Adversus haereses 2, 19; PG 7, 774.
[2] Contra Celsum PG 11, 95.
[3] S. Agustín, De cura pro mortuis gerenda XII, 15.
[4] Revista Luce e ombra, enero de 1983, pp. 31 ss.
[5] Kübler-Ross Elisabeth, On life after death, o.c., pp. 34-36.
[6] Otros libros interesantes sobre esto son Últimas visiones, de Melvin Morse y A la hora de la muerte, de Karlis Osis y Harladsson Erlendur.

DIOS VIVE EN EL CORAZÓN DE CADA UNO DE NOSOTROS Y NO NOS PIDE CONDICIONES...


Magnífico escrito sobre las cadenas de oración.

NO A LAS CADENAS DE ORACION.

Queridos amigos: Preocupado por las constantes Cadenas de Oración que me llegan, sobre trabajo, prosperidad, ángeles y la Madre Teresa de Calcuta, entre otras, con oraciones lindas, pero que terminan condicionando, el tener que mandarlas a otras personas, o si no..., le pedí al Padre Adolfo Franco, me escribiera algo al respecto y aquí les mando su respuesta.

Propaguemos el amor de Dios sin condicionamientos, libremente, como Jesús nos enseñó. Con todo cariño... Esto de las cadenas de oración es una ABERRACION, que va en contra de la fe; es querer manipular la Providencia de Dios, que por ser de Dios actúa libremente, y que no está sujeta a condiciones (como envíe esto a 10 personas...), ni está enviando amenazas (si no lo hace ya verá...”).

Y lo malo es que lo envían personas que deberían tener más formación cristiana; la fe cristiana destierra las amenazas y no acepta los tabúes.

Podrían leer entre otros, este texto del Deuteronomio capítulo 18, versículos 10-12. Esas fórmulas que hay en esas cadenas, tratan de convertir a Dios en una receta: "haz esto, más lo otro y te resultará un beneficio, si no lo hace se convertirá en una maldición".

Creer en Dios, en su paternidad y en su providencia, es algo muy diferente; no se trata de asegurarnos las cosas mediante nuestros recursos, sino sólo la seguridad de quien sabe que está en las manos de Dios. Ojalá esto te sirva para parar esas cadenas.

Un abrazo y mis oraciones...
P. Adolfo Franco

EL TERCER FEMINISMO


Actualmente está surgiendo un feminismo más evolucionado.

Un movimiento encabezado por las mismas mujeres que en un principio promovían un feminismo radical y que tras experimentar las consecuencias, en ellas mismas, de las ideas que defendían con pasión, han ido transformando su pensamiento y el cambio de rumbo no deja de sorprender a muchos.

Este grupo de mujeres se han sentado a analizar la situación actual de la sociedad, de las familias y de los individuos y han llegado a conclusiones que hace 50 años les eran imposibles aceptar.

El fenómeno ha incluido el análisis de dos aspectos esenciales: por un lado el de sus propias vidas, de su propia experiencia existencial, y por otro, el de tantas personas que han elegido otro tipo de valores para su vida y que a su vez, han obtenido distintos resultados y al final distintos niveles de felicidad a los que ellas objetivamente han logrado.

Como todas ellas son mujeres inteligentes, generalmente profesionistas, han tenido la capacidad de descubrir la realidad de lo que implica ser persona humana, la dignidad que encierra, y por lo tanto, la exigencia de un estilo de vida particular. Ha sido un camino en ocasiones muy doloroso para ellas, pero no han querido quedarse ahí. Con el mismo ímpetu, o tal vez mayor, que el de antes, ahora luchan incansablemente contra las mismas ideas que ellas promovieron.

Un caso sobresaliente es el de Eva Herman, periodista alemana de primera línea, que ahora se opone a la ideología de género que ella misma sostuvo y propugnó. Ella ha elegido, en ejercicio soberano de su libertad, optar por aquello que su capacidad intelectual le ha permitido ver en la realidad como bueno y ha puesto todos los medios para comunicarlo a más mujeres.

Lo que este tercer feminismo busca es una postura más madura y menos radical, que trata de encontrar un punto medio de equilibrio para sus vidas, rechazando el enfrentamiento y la lucha, buscando ciertamente la igualdad entre los géneros, pero sin renegar de su feminidad.

Un ejemplo de esta actitud renovada es la de Sharon Stone, la actriz, ícono erótico, rostro de Dior a sus 51 años, que tras varios fracasos matrimoniales, afirma: Hubo un tiempo en que ser la famosa Sharon Stone fue uno de los objetivos de mi carrera. He comprendido que la adoración vacía, estar sola en la cumbre, no es sustituto de la familia. He estado enamorada de mi profesión y ahora también lo estoy de mi familia”. “Siento que el verdadero amor es equilibrio, calma, paz, paciencia y amabilidad, no una emboscada como yo viví. Recibo cientos de ofertas para hacer televisión, pero el horario es muy intenso y yo tengo niños pequeños. Si tuviera un padre que cuidara de ellos, tal vez sería diferente.

Para estas mujeres el desafío es construir una sociedad con madre y una familia con padre. Para que sociedad y familia puedan convertirse en el lugar donde se respete y promueva la dignidad de cada persona: masculina y femenina. Se podría decir que es un feminismo de la complementariedad, donde se busca crear sinergias que, por su misma naturaleza, tienen la capacidad de enriquecer los ámbitos donde se generan. Que busca enriquecer nuestra época con la riqueza del ser masculino y con la riqueza del ser femenino, pero sobretodo del ser humano.

Aprovechando este momento de la historia de la humanidad en que los roles tradicionalmente masculinos y femeninos han ido perdiendo vigencia, por diversas razones. Se desea crear un modelo más igualitario, más bueno, más generoso, más digno, más alegre, más hermoso, más positivo y sobretodo más realista.

Un buen libro para profundizar sobre esta nueva propuesta es: Por un feminismo de la complementariedad. Ed. EUNSA, editado por los profesores de la Universidad de Navarra Ángela Aparisi y Jesús Ballesteros. Que a través de varios ensayos analizan, desde diversas perspectivas, las propuestas de esta nueva filosofía de vida, más acorde con la realidad espiritual del ser humano. No deja de ser interesante su punto de vista acerca de: el cuidado y la promoción de los más necesitados; la crítica que hacen a los presupuestos ideológicos de la reproducción artificial; la cultura de corresponsabilidad; la participación de la mujer como alma de la familia y la humanización del ámbito laboral. Y para terminar tan valiosísimo y recomendable volumen nos regalan con: El Plan Interdepartamental de Apoyo a la Familia del Gobierno de Navarra, elaborado por José Luis Allí, como ejemplo de lo que en algunos lugares se está logrando en ese sentido.

Estas mujeres cansadas de luchar contra sí mismas, de emplear sus mejores energías en un trabajo extenuante, de que sus hijos - si llegaron a tenerlos - los cuiden empleadas, abuelos o el Estado, y de llegar a ser extrañas en su propia casa. De sufrir la pesadilla del síndrome post-aborto. De ser altas ejecutivas pero estar solas. Intentan buscar un punto medio entre el sometimiento multisecular y las carreras suicidas del feminismo a ultranza.

El objetivo es aportar su capacidad humanizadora a la sociedad, al trabajo y a la familia, y por otro lado, promover al hombre para que ocupe también el papel y la responsabilidad que le corresponde en cada uno de esos ámbitos para construir una sociedad más justa, que explote la riqueza que comporta la complementariedad de varón y mujer. Se desea construir una sociedad que entienda y valore a la mujer por lo que es como mujer, y al varón por lo que es como varón, no por lo que se asemejen entre sí. Un ejemplo sería, que las empresas vean que la mujer, por sus propias características, es un elemento que vale la pena tener, a pesar de las bajas maternales o los horarios reducidos; o que la sociedad cobre conciencia que la ausencia del padre y/o de la madre biológicos supone un prejuicio para los hijos, difícilmente reparable.

Estas mujeres han llegado a la conclusión, por experiencia propia, de que la complementariedad aporta riqueza personal, social, y familiar; son consientes de que aún existe mucha desigualdad de derechos, por eso, el reto para este tercer feminismo es la consecución de la igualdad real y efectiva de oportunidades en todaslas esferas de la vida que una persona pueda aspirar, sin relegar su posibilidad y gusto de ser una buena madre, una buena esposa y a la vez una buena trabajadora, una buena ciudadana, en una palabra una buena persona, sin tener que quebrar su propia identidad.

El reto para la sociedad, desde esta perspectiva, es lograr conciliar trabajo y familiar tanto para varones como para mujeres, para que la realización de ambos sea integra e integral. Tenemos que recordar que la identidad de las personas es una identidad familiar. No olvidemos que el trabajo, por más importante o necesario o fructífero sea, jamás logrará ofrecer a la persona y, a través de ella, a la sociedad, la riqueza de valores y la felicidad que ellos aportan en el matrimonio y en la familia.
Blanca Mijares

UN CATÓLICO QUE VA POR LIBRE SERÁ LO QUE SEA PERO NO ES CATÓLICO


El católico que va por libre es una soberana incongruencia.

¿Qué significa ir por libre? ¿Interpretar el mensaje de Cristo al capricho de modas, latiguillos o dudosas teologías? ¿Decir que las herejías son cosa del pasado y poner a parir al Papa, que debería ser más razonable en lo que respecta a los dogmas, a los mandamientos, a los sacramentos o a la liturgia, y dejar hacer y decir a cada uno según su cósmica inspiración del instante? (El desplante al Papa de turno es muy característico, un pedigrí muy moderno que queda de lo más estupendo). Igual se trata de tener más en cuenta a Marx, a Hegel o a Heidegger. O a todos sus epígonos.

Ir por libre en la Iglesia Católica es síntoma claro de soberbia y descarrío. Es inventarse una ridícula iglesia adaptada a las conveniencias de determinados estereotipos, diseminados en opiniones u ocurrencias. Es poner la ideología de turno por encima de Cristo. Adaptando, tergiversando, etcétera. Lo que haga falta. Y a veces ni eso. Se trata simplemente de pereza, o tibieza. Y una gran dosis de ignorancia. Lo escuchamos de continuo. Me relaciono con Dios cuando me apetece, cuando lo necesito. O se trata de inercia. Sí, inercia, dejarse llevar por lo que se dice, o por lo que hace una supuesta mayoría. El tan manido creo en Dios pero no en la Iglesia. O el Vaticano no representa de verdad a los católicos. O el Purgatorio no existe, y tampoco el Infierno, y por supuesto el demonio. O es una exageración eso de la Virgen”. “¿El pecado? Pero si Dios es Padre. Sobre la marcha nos perdona. Puro morbo, una forma muy sibilina que tiene la Iglesia para tener controlado el chiringuito. Ir por libre en la Iglesia es, al cabo, un reduccionismo y una simpleza. De pensamiento y de obra, pero sobre todo de alma.

Pero cunde. Ya lo creo que cunde. Ir por libre es también tener miedo. Miedo a no enfrentarse al mundo y a la propia conciencia. No dar la cara. El vértigo del ser es demasiado tremendo. Quita, quita. Resulta más fácil engañarse, salir del paso con un par de frases delicuescentes, o con generalidades absurdas y hasta con estadísticas. Dios me entiende”. “La Iglesia es que no se entera de nada, dado su oscurantismo. Y nadie se lee un solo documento pontificio. Y la Biblia es sólo unas cuantas citas de tercera mano. Mejor unos versículos de Ernesto Cardenal o un libro estratosférico de… pongan aquí el nombre. “¿Todavía crees en eso del agua bendita?”. La falta de formación doctrinal y espiritual sobrecoge. Para la esperanza hay que poner ciertos medios. Y los pobres, los pobres. Por supuesto, los pobres. La Santa Madre Iglesia - que es Una - se ocupa de ellos desde hace siglos. La caridad y la gracia son el quicio, no la ideología (o un cúmulo de sentimientos). La misma ideología que defiende el aborto o la sodomía. O incluso lo hermosa que resulta la eutanasia. ¡Qué bonito! El Dios católico ya no mola. Porque exige. Hay otros dioses más llevaderos. Sin comparación posible. Por ejemplo, los instintos. Y la relajación zen y el gran Arquitecto. Y hay que volver a los orígenes de Jesucristo superstar, tan hippy y colega, y bailar hasta la inopia. ¿Y vivir en cristiano para cuándo? Digo. De cuerpo entero. Y de alma entera. Full time. A lo largo y a lo ancho de toda la jornada, de todo el horario de los días. Sin vacaciones ni resquicios, ni parsimonias, ni componendas.

El cristiano que va por libre, no nos engañemos, tiende a rezar más bien poco. O nada. La fuerza se le va por la boca. Todo es una excusa. Siempre hay un pero en su vida. Constantes pegas a la jerarquía apostólica, a la moral, a lo que sea. Todo es opinable, porque claro, Dios no puede ser tan obtuso. Y tampoco tienen estas cosas pías tanta importancia. Lo importante es el corazón, dicen. Pero ese corazón tiene que estar dentro del Corazón de Cristo. ¿La Verdad? Bueno, la Verdad es siempre un poco menos, es relativa, y acomodaticia. Es como si la Iglesia fuera una academia llena de asignaturas optativas. Católico a la carta. Católico los otoños e inviernos, no tanto las primaveras y los veranos. Católico con los católicos y con el resto cierto regusto pagano. Hay que quedar bien. Esto sí, desde luego. Esto otro no. Esto otro habría que modificarlo. Del primado de Pedro habría mucho que hablar, o eso del celibato es anti-natural o habría que dar un voto de confianza de género a las mujeres como sacerdotes. Ciertos prohombres y gente común dicen amar mucho a Dios, o incluso a la Iglesia, pero no cesan de vivir una doble vida, no dicen lo mismo sus actos. Católicos apáticos. Católicos a ratos. Y, me parece, Cristo no fue Cristo a ratos, ni padeció y murió a ratos. Ni cuenta con nosotros a ratos. Ni nos mantiene en la vida - y en Su misericordia - a ratos. Nos quiere enteros, completos. Para toda la eternidad.

La lucha por la santidad es incompatible con el ir por libre. O se es católico o no se es. O se ama a Dios con todo el corazón y con toda el alma o estamos hablando de otra cosa. O se ama al Papa y a la Iglesia nuestra Madre y a su entero Magisterio o nos hemos equivocado de club o de equipo.
Guillermo Urbizu

DECENAS DE BEBÉS VICTIMAS DEL ABORTO RECIBIERON EL BAUTISMO ESPIRITUAL EN MÉXICO


TRES AÑOS DE LA LEY DEL ABORTO EN EL D.F.

En respuesta a los tres años de aprobación de la ley del aborto hasta las tres semanas de gestación en Ciudad de México - son ya casi 40 mil niños muertos -, se realizó el bautizo espiritual de 75 bebés asesinados. Lo celebró el rector de la Antigua Basílica de Guadalupe.

El rector de la Antigua Basílica de Guadalupe (México), Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz, llevó a cabo en las afueras del centro de salud Beatriz Velasco perteneciente al gobierno del Distrito Federal, el bautizo espiritual de 75 bebés asesinados este martes en los 14 hospitales del DF.

Según señala el Servicio Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), el acto fue organizado por el Comité Provida como parte de las acciones en respuesta a los 3 años de «aprobación de la ley que permite el aborto hasta las tres semanas de gestación en la Ciudad de México, tiempo en el que más de 39 mil niños han muerto en el vientre de su madre», informa ACI.

Mons. Rivera, junto con los activistas pro-vida unidos por el rezo del Rosario, solicitaron a todas las madres que «tomen como imagen a la Santísima Virgen de Guadalupe para que tengan la capacidad de amar y respetar la vida dentro de su vientre»; e hizo un llamado a los médicos y colaboradores a «no desprestigiar su carrera por algunos centavos o intereses particulares».

Asimismo, Mons. Rivera oró «por los niños que en esos momentos eran abortados» y señaló que «los mexicanos no pueden pensar en las celebraciones del Bicentenario de la Independencia porque una sociedad no puede festejar la libertad y la justicia cuando padece de discriminación e intolerancia».

«No deja de ser significativo que encontremos cada vez más signos de desintegración social, familiar y personal en todo nuestro país como expresión de las nuevas esclavitudes que vamos creando y que brotan, ya no de fuerzas extranjeras sino del propio corazón de aquellos que nos identificamos como mexicanos y que ante todo deberíamos reconocernos como hermanos», agregó.
R.R./ReL

HERIDAS QUE AHOGAN EL ALMA


No puedo permitir que esas heridas paralicen mi alma. Tengo mil horizontes que se harán realidad si empiezo a dar un nuevo paso.

Los golpes de la vida dejan heridas. Algunas, gracias a Dios, cicatrizan con cierta velocidad. Otras tardan en cerrarse. Otras siguen abiertas por semanas, meses, incluso años.

Las heridas del corazón tienen un comportamiento parecido. Una ofensa, una traición, un desengaño, un fracaso, pueden hacernos daño durante un tiempo breve, pero sin dejar grandes huellas en la propia vida. Otras veces tardan más tiempo, pero al final cicatrizan. Pero existen heridas del alma que sangran durante un tiempo largo, muy largo, casi asfixiante.

Esas heridas ahogan el corazón y lo sumergen en depresiones intensas, en miedos que aturden, en odios que destruyen, en sospechas hacia todos y hacia todo, en desesperanza, en agonía interior.

Es casi imposible evitar los malos momentos, los golpes fuertes en el camino de la vida. Pero es importante saber afrontarlos con un corazón sano y con un realismo sereno. Sobre todo, con la esperanza puesta en Dios.

En el mundo no todos son buenos, pero tampoco todos son malos. No todas mis decisiones llevan a buenos resultados, pero no todas están condenadas al fracaso. Entre mis amigos no todos son fieles y sinceros, pero gracias a Dios no son todos traidores y miserables.

Las heridas forman parte de la vida, constituyen un ingrediente inevitable entre quienes emprenden un camino. A veces, porque uno mismo es torpe y no supo prever dónde estaba el peligro. Otras veces, porque los otros, con o sin culpa, obstruyen nuestra vida, provocan heridas en el cuerpo o en el alma, cortan nuestros mejores sueños o también (gracias a Dios) impiden que llevemos a cabo planes absurdos.

No puedo permitir que esas heridas paralicen mi alma. Tengo entre mis manos mil horizontes que se harán realidad si empiezo a dar un nuevo paso. Hay ojos y corazones amigos que piden, que suplican, que me levante de mi pena, que deje mis angustias, que supera ofensas, que pida perdón a Dios y a quien he dañado de algún modo, que ponga en marcha mi inteligencia y mi voluntad para conquistar metas buenas.

Hoy es un día en el que mi corazón puede recibir una terapia profunda, intensa, desde las manos de un Dios que no dejará nunca de amarme, porque soy obra de sus manos. Basta simplemente que le dé permiso para que limpie, para que cosa, para que le deje hablar en lo más íntimo del alma, para que consuele mi dolor, para que perdone mi pecado, y para que me lleve, suavemente, a perdonar a todo aquel que me haya provocado alguna herida en este camino misterioso del existir humano.
Autor: P. Fernando Pascual LC

CONTRA LA DICTADURA DEL CONFORMISMO


Muchos cristianos quisieran que la Iglesia llegara a algún tipo de compromiso progresista con el mundo.

Ha recordado el Papa que padecemos la sutil dictadura del conformismo, que nos obliga a pensar como piensan todos y a actuar como actúan todos.

Que se trata de una verdadera dictadura, salta a la vista cuando se busca silenciar y agredir a la Iglesia porque no comparte la propaganda de quienes quieren imponer su pensamiento único sobre lo políticamente correcto, sobre los nuevos derechos, sobre el lenguaje manipulado, sobre la ideología de género, sobre la sexualidad como placer sin restricciones, sobre la naturaleza por encima del hombre, sobre la indisponibilidad de la vida.

Si los cristianos nos resistimos a esta dictadura del progresismo, seremos excluidos de todos los foros, motejados de inmovilistas, hasta de enemigos de la humanidad, carcas, fascistas, meapilas y otros insultos al uso.

Pero lo más grave es que muchos cristianos se asustan, quieren aparecer también como progresistas de no se qué progreso, y quisieran que la Iglesia llegara a algún tipo de compromiso con el mundo, pensando que así nos aceptarían en los más altos y manipulados organismos.

Por eso dice el Papa que "hoy tenemos miedo de hablar de la vida eterna. Hablamos de las cosas que son útiles para el mundo, mostramos que el cristianismo ayuda también a mejorar el mundo, pero no nos atrevemos a decir que su meta es la vida eterna y que de la meta vienen luego los criterios de la vida".

Efectivamente, apenas si se habla de la vida eterna a no ser en las homilías de las misas de los entierros. Hay cristianos que se esfuerzan en demostrar que trabajan por hacer un mundo mejor, pero no aclaran que su meta es la vida eterna y que la única forma de alcanzarla es amando a los demás como Dios nos ama, buscando activamente el bien de todo hombre y de todos los hombres y que este amor que recibimos de Dios para vivir en el mundo es el criterio que inspira nuestras vidas.

Es la vida eterna con Dios la que se ofrece a quienes vivieron amando a los demás y trabajando por la verdad y la justicia y es la vida eterna sin Dios, la que espera a quienes hicieron lo contrario. Esto es más serio que el Código Penal. Desgraciados quienes piensen que no se les pedirá cuenta de su vida.

No es posible para un cristiano, que quiera vivir como tal, el conformismo con el mundo cuyos valores son el placer y el tener, que cree que puede decidir sobre todo: el bien y el mal, la naturaleza y el hombre, con plena autonomía, para lo cual tienen que borrar a Dios del horizonte y elevar a instancia última y definitiva, el consenso de la inconstante mayoría y este consenso puede ser consenso para el mal, como dice el Papa.

El voto de la mayoría entrega el poder a un partido y el elegido se cree en posesión de la verdad para conseguir aprobar leyes que deciden quién debe vivir y quién no, cómo deben ser educadas las nuevas generaciones, cómo debe vivirse la sexualidad, en qué lengua tiene que hablar, cuál es su historia, cómo expresar sus sentimientos religiosos, etcétera. Todo apoyado por un enorme aparato de agitación y propaganda.

Por desgracia, no tenemos la seguridad de que si el voto de la mayoría entrega el poder a un partido distinto la situación cambie sustancialmente.

Ahora más que nunca los cristianos tenemos que hablar de la vida eterna, de que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, de que no se puede construir un mundo fraterno sobre el egoísmo sino sobre el amor. No hay que colaborar con la dictadura del conformismo, sino proclamar en cualquier tiempo y lugar el mensaje de Jesús, cuya muerte y resurrección, es la única realidad que puede salvar al mundo. ¡No tengáis miedo!
Autor: Francisco Rodríguez Barragán

jueves, 29 de abril de 2010

SUPERSTICIONES


Sobre el artículo que viene a continuación he escrito bastante en este mismo blog. Me siento con la obligación de ponerlo nuevamente – con la anuencia del Padre Ángel Peña – porque a pesar de estar en el siglo XXI todavía hay gente que sigue con la misma cantaleta de las cadenas y con el miedo de hacer algo pensando que si no lo hacen Dios los va a castigar.

Estas personas que se mueren de miedo, son las más propensas a ser embrujadas, por su falta de fe en Dios.

¿Cómo puedes creer que Dios te va a pedir que busques a 10 personas y les pases un mensaje si es que quieres un milagro?

En esta época moderna, en que el Internet está en todo su apogeo, la gente ya no manda cartitas-cadenas, ahora manda Power Point, malogrando hermosas oraciones a Jesús o a su Madre Santísima al convertirlas en cadenas. Muchos se dejan llevar por estas hermosas oraciones y temen cortar las cadenas.

Recomiendo que cuando te lleguen estas cosas las elimines y así cortarás las cadenas que te atan a estas ridículas cadenas. Es más, si no te atreves, envíamelas a mí y yo las corto, aunque sería preferible que cada uno lo haga… ¡Pon tu fe en acción!
José Miguel Pajares Clausen
29 de Abril 2010

SUPERSTICIONES


"La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo mágica, a ciertas prácticas por otra parte legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición" (Cat 2111).

Por ejemplo, las llamadas cadenas de oración a San Judas Tadeo o a otros santos. Se deben escribir 81 copias y dejar nueve copias en nueve iglesias. Se pide una gracia y a los nueve días, dicen, será concedida. Como si Dios actuara como un robot automático, sólo por haber escrito 81 cartas de oración. Dice más o menos así: "El Sr. X hizo las copias y las envió. A los nueve días ganaba la lotería. La Sra. H la rompió y murió al mes siguiente. La Srta. Z la dejó de lado y perdió su empleo. Pero después la envió y fue nombrada jefa de sección. No detenga la cadena, pues le acarraría algún mal. Ruegue a San Judas Tadeo o a San Antonio... Rece diez Avemarías y recibirá la gracia a los nueve días". Esto es terrorismo espiritual.

No hay que actuar por miedo, sino por amor. Otras supersticiones se refieren a buscar la buena suerte y obtener beneficios o evitar problemas, prescindiendo de Dios. Hay quienes colocan un zapato en sus coches o llevan una uña de león, un diente de zorra, una moneda, un colmillo de elefante en miniatura... Hay cantantes que para salir a cantar deben ir con calcetines de distinto color. Hay quienes tienen miedo al número 13, al domingo siete, al martes 13, a pasar debajo de una escalera o a romper un espejo, porque les traerá mala suerte. En cambio, si el día de Año Nuevo salen a dar una vuelta con una maleta, van a poder viajar ese año; si llevan prendas interiores amarillas ese día o colocan una herradura en sus casas, van a tener suerte y van a estar protegidos. Y Dios, nuestro Padre ¿dónde queda? ¿Acaso no creemos en Él o nos olvidamos de que todo está en sus manos divinas y amorosas?

La superstición se basa en el miedo. Algunos se creen rodeados de fuerzas enemigas y quieren controlarlas, amansarlas o, al menos, no irritarlas. Por eso, procuran evitar sentarse trece a la mesa o "tocan madera" para que no les suceda algo malo. Pero no somos juguetes de un destino anónimo, ciego o caprichoso, Dios nos ama y como dice Jesús: "No tengas miedo, solamente confía en Mí" (Mc 5,36). "Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura" (Lc 12,29-31). "Hasta los pelos de la cabeza los tiene contados. No tengáis miedo" (Lc 12,7).

¿Tienes miedo a las fuerzas desconocidas del Cosmos?
¿No sabes que Dios es el Creador de todo el Universo y todo está bajo su control
?
P. Ángel Peña – Libro: La vida es una lucha contra el mal

DOMINUS IUSUS


Cuando Augusto transforma la República romana en Imperio intuye que debe conseguir el apoyo de la Religión para darle más solidez.

No es lo mismo que una legión luche por su emperador si éste es un simple mortal que si es un dios. En un contexto de politeísmo, los constructores ideológicos del Imperio sólo veían ventajas en divinizar al emperador; serviría para que todos los pueblos sometidos por Roma tuvieran un nexo religioso común y que el poder político se viera apoyado por el sentimiento religioso. El Imperio, pensaron, sería así mucho más fuerte. Total, nadie creía que Calígula o Nerón fueran dioses; lo que importaba era la contribución a la solidez del Estado, con un gesto como el de poner incienso en el altar del emperador. Hecho esto, podías seguir adorando a tus dioses o a ninguno.

Los cristianos, como es sabido, se negaron. Defendieron su fidelidad al Imperio y lo probaron entrando en el ejército o en la administración, por ejemplo. Pero rechazaron incluso la apariencia de adoración a alguien a quien consideraban un mortal, por muy elevado que fuera su cargo. Fueron vistos, entonces, como peligrosos para la supervivencia del Estado, y fueron perseguidos a muerte durante casi tres siglos.

¿No les suena esto a algo? Hoy el sistema se derrumba, como entonces el Imperio. Los ideólogos de ahora han copiado a los de antaño y han pensado que la Religión debe contribuir para que no se hunda todo. Han creado el Nuevo Orden Mundial, una de cuyas piezas es el sincretismo religioso, que permitirá que la Religión esté al servicio del poder político y no le critique. Para ello necesitan que la Iglesia deje de considerarse la religión verdadera. La Dominus Iesus de Ratzinger significó el no de los católicos a ese proyecto. De ahí viene todo. Por eso le odian. Pero, como entonces, venceremos.
Santiago Martin

ABOMINABLE REPUGNANCIA DEL PECADO


No es posible para nosotros; ni ver la belleza de un alma en gracia, ni la fealdad de un alma en pecado.

El Santo Cura de Ars, le decía a una de sus penitentes: Hija mía, no pida Vd. a Dios el conocimiento total de su miseria. Yo se lo le pedí una vez, y lo alcance. Si Dios no me hubiese sostenido hubiera caído al instante en la desesperación. () Quede tan espantado al conocer mi miseria aquel día, que enseguida pedí la gracia de olvidarme de ella. Dios me escucho, pero me dejo la suficiente luz sobre mi nada, para que entienda que no soy capaz de cosa alguna.

Un alma en gracia tiende a semejarse a Dios; pero un alma que no vive en gracia, está a merced del demonio porque el pecado huye de la semejanza a Dios y busca semejanza con el demonio que es su gran patrón. El amor tiende a la semejanza, un alma en gracia tiende a semejarse a su Creador. El odio antítesis del amor también tiende a semejar, pero a semejarse al demonio. Se comprende que un alma en pecado carezca de belleza, pero no simplemente que carezca de belleza, sino que como antítesis a la suma belleza del Bien supremo, reúna las revulsivas monstruosidades de repulsión, que deben de emanar del demonio.

Podríamos decir que hay dos clases de semejanzas; una la del amor que lleva hacia arriba, otra la del pecado que empuja al alma hacia abajo. No hay término medio, más que la tibieza, representada por aquellos que unas veces bajan y otras suben manteniéndose entre dos aguas: Son los tibios aquellos de quienes en el Apocalipsis, se dice: "Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. (Ap 3,15-16).

Hay dos verdades la de Dios y la nuestra. Mantenerse uno en la verdad de Dios y olvidarse de nuestra propia verdad, es ser conscientes de la grandeza de Dios y de nuestra propia y miserable condición. Jean Lafrance escribe:Todas tus miserias vienen del choque de tus puntos de vista personales, cortos y limitados, y la voluntad de Dios amplia y espaciosa. Quieres realizarte según un plan que has concebido en tu pequeño taller de perfeccionamiento y Dios tiene para Ti un designio de amor mucho mejor. Abandona tus pretensiones de querer construirte y deja hacer a Dios, aunque no comprendas su plan Al final de tu vida te maravillarás del proyecto de amor de Dios para contigo”. Y estas verdades nuestras que no coinciden con la Verdad de Dios, es la que nos genera nuestras miserias o pecados.

Nosotros, en nuestra alma, tenemos en su interior una vasija de arcilla, cuyo tamaño va aumentando en la misma medida que aumenta nuestra nivel de vida espiritual, que es la que nos genera nuestro amor al Señor. El contenido de esta vasija son las divinas gracias que recibimos de Señor y que nos permiten mantenernos en el estado de gracia. Si pecamos mortalmente, la vasija se rompe y las gracias desaparecen en su totalidad, si pecamos venialmente la vasija se agrieta y por estas grietas también se nos escapan las gracias. Si una alma plena de las divinas gracias peca, echa a Dios, lo expulsa de su seno. Es siempre la criatura humana, la que toma la iniciativa de la ruptura de la unión establecida entre ella y el Creador. Dios no tiene ningún deseo de abandonar el alma en la que ha establecido su morada. Pero el alma se aparta de Dios, porque ha encontrado unos falsos señuelos, en los que cree que encontrará la ansiada felicidad que con tanto anhelo busca y para la que está hecha. El corazón vacío es ocupado por el demonio, porque como manifiesta el obispo Fulton Sheen: El pecado en su plenitud es rechazar a Cristo”. Cuando el alma ha pecado y ha sido abandonada por Dios, sus gracias han desaparecido también. El placer que motivó el pecado ocupa ahora el corazón de ese hombre y ese placer se convierte en su nuevo dios, porque en él ha puesto su mirada. San Jerónimo decía: Lo que alguien desea, si lo venera, es para él un dios".

El pecado puede ser mortal o venial; el primero mata, el segundo enferma al alma; el primero rompe la vasija, el segundo la agrieta. Que nadie piense que el pecado venial carece de importancia, la tiene y mucha. Tan nefasta es la actuación del pecado mortal como la del venial, lo que ocurre es que la actuación del primero es rápida y contundente y la del segundo es lenta, pero por acumulación de sus efectos, al final serán también mortales. San Agustín ponía el ejemplo de ser aplastados por el plomo o por la arena. El primero el pecado mortal es plomo y el segundo el pecado venial es arena, pero lo mismo le aplasta a uno, cinco toneladas de plomo que cinco toneladas de arena. El plomo es compacto, pero la arena por acumulación también pesa. Para el abad Baur, nuestra miseria se consuma con el pecado venial habitual. La ruina de las almas radica en el pecado venial frecuente, habitual; nos lo enseñan la experiencia y la historia de tantas almas. El pecado venial se ciñe como la hiedra a la delicada plantita de la vida en la gracia, para ir sofocándola lentamente.

La persona que quiere caminar para encontrar a Dios, tiene que comprometerse irremediablemente en la lucha contra el gran enemigo que mata su alma y le aparta de Dios; con el pecado. Ningún hombre está libre de pecar: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no decimos la verdad” (1Jn 1,8). San Agustín manifestaba: Aunque adelantes mucho en el camino de la virtud, mientras vivas en este mundo no te librarás del pecado.

Realmente nadie está libre y lo que es peor, no se conoce a sí mismo y no ve sus propias faltas. Para Jean Lafrance: El que se toma un poco en serio el sermón del monte o el consejo de Cristo de renunciar a sí mismo y llevar su cruz, descubre más pronto o más tarde su impotencia para amar al Padre con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas. Este descubrimiento es fruto del don de ciencia que no solo nos hace comprender la santidad de Dios, sino también la pobreza de la criatura que se recibe a si misma de Dios en cada momento.

A este respecto el Venerable Libermann, decía: No hay mayor miseria, que ser miserable y ni siquiera sospecharlo. Es como cuando entramos en una habitación en penumbra, no acertamos a ver el polvo y los pequeños defectos del mobiliario, pero en la medida en que aumenta la luz en la habitación empezamos a ver defectos y polvo que antes nos pasaban desapercibidos.

Pero si alcanzamos a ser lo suficientemente humildes, Dios nos descubrirá, toda nuestra pecaminosidad y nos hará ver y comprender que somos mucho peor que otros que consideramos pecadores y a quienes despreciamos. Si somos capaces de avanzar en humildad llegaremos a descubrir la espantosa miseria que tenemos arraigada en nosotros y cada día que pase si perseveramos, veremos como poco a poco se abre ante nosotros la luz que ilumina nuestras faltas y defectos más arraigados y la absoluta convicción de que no somos nada de nada.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Juan del Carmelo

SACERDOTE EXORCISA A MUJER EN MÉXICO


Tenía muchas fuerzas y le quemaba el Agua Bendita

«Tenía muchas fuerzas y le quemaba el agua bendita; manifestó al principio resistencia a la oración, mostraba rechazo al sacerdote» reveló el sacerdote José Luis del Río, quien asegura que el pasado lunes realizó un exorcismo a una mujer enferma en la ciudad de Saltillo, estado mexicano de Coahuila.

Se trata del primer exorcismo que ha realizado el sacerdote en el 2010. Se trataba, según Del Río, de una mujer de unos 60 años, enferma de diabetes y del riñón que, en busca de la salud, recurrió a fuerzas malignas, informa El Saltillo.

Sin embargo, «a medida que avanzamos fue cambiando, su comportamiento hostil cambió y colaboró para su liberación, de tal manera que al finalizar ya no tenía signos diabólicos», explica el sacerdote que ha realizado casi 20 exorcismos en su vida dentro del presbiterio.

Si bien el padre José Luis del Río sostiene que la juventud es la más propensa a presentar posesiones demoníacas por su curiosidad y deseo de superioridad a través de las ciencias ocultas, en el caso de esta mujer hay antecedentes de que consultó algunos curanderos, desesperada por su enfermedad y orillada por la familia.

El exorcismo, que duró casi tres cuartos de hora, es el primero en 2010, pues en 2009 practicó otro en el templo de Santiago Apóstol, donde una joven en misa presentaba una mirada de odio, decía blasfemias, emitía alaridos y gritos.

«En este caso la presencia demoníaca fue más leve, cuando se presenta el sacerdote exorcista también el demonio se da cuenta, entonces a veces prefiere retirarse que dar la batalla porque para él es humillante y le atormenta el enfrentamiento», puntualiza el sacerdote.
R.R./ReL

UNA TARDE ANTE EL SAGRARIO


Afuera todo es gran agitación, ruido de tráfico y ajetreo, de velocidad, de impaciencia... ruido de vida... y la Vida está aquí.

Cuando las personas tienen mucho que pensar, mucho que caminar, mucho que correr... andan ahí, Señor, ahí afuera. Desde aquí se oye el clamor del mundo. Ruido de coches, motocicletas, ruido de gran tráfico y ajetreo, de velocidad, de impaciencia. Hace mucho calor. Afuera todo es gran agitación, ruido de vida... y la Vida está aquí. En esta soledad, en este silencio, en esta semipenumbra, en esta quietud...

La nave desierta... Mármol, vitrales, imágenes... nada tiene vida, todo es materia muerta, solo hay algo que tiembla, que se mueve, que parpadea... es la lámpara roja del Sagrario. Está señalando que en ese silencio, en esa quietud, en esa gran paz está Dios. Un Dios que siendo el Rey de todo lo creado, está oculto tras unas cortinillas y una pequeña puerta. Silenciosa y humilde espera. Entrega y sumisa esperanza de un Dios que es todo amor. Mansedumbre infinita, paciencia de siglos... Locura de amor de un Dios enamorado de sus criaturas. Sólo a un Dios que muere por amor se le podía haber ocurrido semejante entrega.

Ahí estás, Señor, encerrado en todos los Sagrarios del mundo, desde los de oro y piedras preciosas, en las imponentes y majestuosas catedrales hasta los más humildes y simples de madera, en las iglesias perdidas de las sierras y en las casi legendarias misiones. Ahí te quedaste, Señor, paciente y sumiso, esperando. Porque los enamorados no pueden dejar a quien aman y tu te ibas a la Casa del Padre Celestial, a tu verdadero Reino con tu Madre, con los Santos, con los Ángeles... y nosotros aquí, solos, tropezando, cayendo perdiendo el CAMINO..., teniendo cada vez más lejano, más borroso, el recuerdo de tu paso por la tierra.

Pero no, te quedaste aquí, dando todo por nada; esperando, siempre esperando en tu gran locura de amor; para que sepamos que no te fuiste, que estás aquí, para ser nuestro alimento, carne de nuestra carne, sangre de nuestra sangre; para compartir nuestra alegría, para acompañarnos en nuestra soledad y nuestras penas.

-Supremo amor de todos los amores que no pudo dejar solo al corazón del hombre porque sabía que tarde o temprano el corazón del hombre lo buscaría, lo necesitaría, lo llamaría...
Y Él, sin pérdida de tiempo le daría la respuesta de amor:
-Aquí estoy, siempre me quedé contigo... nunca me fui, siempre te estoy esperando...
Autor: Ma Esther de Ariño

miércoles, 28 de abril de 2010

MALEFICIOS


Los maleficios son daños provocados con la intervención del demonio.

Hay quienes pueden hacer daño a otros con su poder mental o hipnotizándolos; pero, si no lo hacen por medio de Satanás, no es maleficio, aunque puedan influenciar negativamente en los otros. Para hacer maleficios, los brujos suelen valerse de objetos con los cuales expresan su voluntad de hacer daño, invocando a Satanás, para que les imprima su fuerza diabólica. Es lo contrario de una bendición, a través de la cual imprime Dios en las cosas benditas una virtud de bien, que ayuda a ser buenos y a protegernos del mal y del maligno, pues irradian luz, amor, bondad...

Muchas veces, los maleficios no consiguen su efecto, porque Dios no lo permite o porque la persona afectada está bien protegida con una vida de unión con Dios. Pero, ciertamente, en ocasiones producen su efecto negativo y alteran la paz de las personas, de las familias y de comunidades enteras.

Por otra parte, hay personas que dicen que les han hecho "daño" o maleficio, porque simplemente no se explican el porqué les suceden ciertas cosas desagradables, que pueden deberse a su propia irresponsabilidad para asumir sus obligaciones o por simples causas naturales. Otras veces, son personas sicológicamente enfermas y creen que los han embrujado, pero la raíz de todo está en su propia sicología débil y enferma y necesitan tratamiento sicológico y psiquiátrico.

Hay gente que habla de "mal de ojo" y sólo quieren decir que su hijo está mal y no saben cómo curarlo y creen que lo han "ojeado", es decir, que una persona les ha hecho daño al mirarlos con mala voluntad; pero, aun cuando esto fuera posible, lo que no es seguro, no es maleficio, si no se ha hecho invocación de Satanás para hacer daño con la mirada. Conocí en mi parroquia a un anciano sacristán a quienes todas las mujeres del pueblo le llevaban sus hijos, cuando estaban enfermos por causas desconocidas y ellas decían que estaban "ojeados". Él solamente rezaba un Credo y un Padrenuestro y decían que se curaban casi todos. Evidentemente, no eran verdaderos maleficios, eran, más bien, problemas simples de salud o sencillamente el nerviosismo de la madre y, al tranquilizarse ella con la oración del "especialista", se curaba el niño del contagio nervioso transmitido por la mamá, que le quitaba el apetito y le hacía llorar inconsolablemente.

Con relación a las maldiciones, si se hacen con verdadera perfidia y se invoca el poder diabólico (no basta con decir palabras de maldición, que se las lleva el viento), sobre todo, cuando hay vínculos estrechos de sangre entre el que la dice y el afectado, puede tener efectos negativos. Se han dado casos de padres o abuelos, que maldijeron a sus hijos o nietos, y éstos se vieron realmente afectados, especialmente, cuando su unión con Dios es muy débil, ya que están desprotegidos contra el poder del maligno. En estos casos, es buena la oración de liberación para que Dios desate cualquier vinculación maléfica o diabólica que exista con los antepasados, que hayan estado metidos en brujerías o hechicerías.

Lo que nunca hay que hacer es acudir a brujos o curanderos para liberarse de cualquier influencia maléfica, pues sería como aumentar más el problema. Hoy día abundan los curanderos, que solucionan cualquier clase de problemas. Pero, aunque tengan la habitación llena de santos e imágenes religiosas y aun en el caso de que no trabajen con el diablo, son personas negativas que buscan ganar dinero, engañando a los incautos, a quienes procurarán hacerlos clientes fijos para los diferentes problemas que les harán creer que tienen y que ellos solos pueden curar. En el mejor de los casos, les harán ciertos ritos o llevar ciertos talismanes o "portafortunas" u otros objetos supersticiosos, como "pelos de tejón" o "dientes de lobo" o pequeños cuernos al lado de un crucifijo, ligándolos así al pecado de la superstición.

El Padre Gabriel Amorth, en su libro "Narraciones de un exorcista", dice: "Han venido a verme madres que habían llevado a sus hijos a curanderos y les habían hecho llevar al cuello cosas, que para los inexpertos pueden parecer fruslerías (cosas sin importancia); pero que, por sus consecuencias negativas, habían resultado ser verdaderos maleficios... Nunca se sabe. Más vale prevenir que curar".

Sigamos en todo las normas de la Iglesia que, con su experiencia de dos mil años, nos enseña cómo hacer el bien y evitar el mal. Dice el Catecismo: "Todas las prácticas de magia o hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo, aunque sea para procurar la salud, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún, cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible" (Cat 2117).

a) Maleficio directo
El maleficio directo se da, cuando se hace comer o beber cosas a las cuales se ha mezclado aquello con lo cual se intenta hacer el maleficio. Los ingredientes suelen ser: polvo de huesos de muertos, sangre, porquerías, partes de algún animal, etc. Pero la eficacia no depende tanto del material usado, sino de la voluntad de hacer daño con el poder demoníaco, que se imprime en ellos y que se manifiesta en los ritos y fórmulas usadas. Con frecuencia, en el momento de la liberación, la persona arroja cosas que ha comido o arroja hilos de algodón, cintas, clavos, etc., de una manera incomprensible. El Padre Gabriel dice en su libro: "A veces, se expulsa una saliva densa y espumosa o una especie de papilla blanca y granulosa. Otras veces, se trata de objetos más variados: clavos, pedazos de vidrio, pequeñas muñecas de madera, hilos de cuerda anudados, grumos de sangre... A veces, estas cosas son expulsadas por las vías naturales o vomitando. Nótese que nunca el organismo sufre daño al expulsarlos (en cambio, obtiene alivio), aunque se trate de vidrios cortantes. Otras veces, la persona siente un dolor en el estómago como si tuviera un clavo y después encuentra un clavo en tierra junto a sí y desaparece el dolor".

Hay casos en que se encuentran estos extraños objetos, enterrados cerca de la casa. En todos estos casos, hay que quemar estos objetos y echar las cenizas en agua que corre, al río o al mar, pero hay que rezar mientras se sacan y se queman y después lavarse las manos que los han tocado con agua bendita. Es bueno que las personas, que han tomado algo maleficiado, beban agua bendita.

En algunos casos, los brujos preparan filtros o mixturas que provocan sugestión y vejación diabólica en aquellos que beben estos brebajes. Son conocidos los llamados "filtros del amor", que pueden imponer un horrible vínculo (llamado ligadura) en virtud de poderes satánicos, para atar a una persona al amor de otra. Cuánta gente incauta, quizás buscando la salud, se pone en las manos de brujos y curanderos que los "ligan" al diablo y, aunque los curen de su problema, les producen otros que no les dejarán tranquilos, porque el diablo siempre se toma su comisión. En el Perú, en algunos lugares, van a las "huaringas", lagunas de las alturas de los cerros, para meterse en el agua helada a las doce de la noche, mientras el brujo invoca al diablo. Otras veces, los brujos dan brebajes a base de licor para que se duerman y no se acuerden lo que han hecho con ellos, con fórmulas mágicas, que en el mejor de los casos serían supersticiosas; pero que, en muchos casos, son verdaderas fórmulas mágicas de invocación del poder del espíritu del mal. Por eso, un católico no puede ir a esos lugares ni a esos brujos o hechiceros que trabajan con fuerzas negativas y que alejan el espíritu de Dios. Dice Dios: "Maldito el hombre que pone en el hombre su confianza y aleja su corazón de Dios" (Jer 17,5).

¿Has ido tú alguna vez a curarte a esos brujos o curanderos? Renueva tus promesas bautismales.

b) Maleficio indirecto
El maleficio indirecto se da, cuando se hacen invocaciones maléficas sobre objetos que representan al que se quiere hacer daño: un muñeco, una foto, un sapo, vestidos... Unas veces, se clavan alfileres, puntas, cuchillos, etc., en el muñeco o en la foto para que el interesado sufra en carne propia lo que están haciendo. A veces, se deja podrir carne fresca, maleficiada y enterrada, para que la persona se vaya pudriendo de enfermedad. En ocasiones, se mete un sapo maleficiado en una caja para que se muera poco a poco de hambre tal como se desea que le ocurra al interesado. Otras veces, se quema el objeto de transferencia personal para que la víctima se consuma también.

Hay casos en que se liga el material maleficiado como cabellos, cintas, tiras de paño, etc., que representan el impedimento que se quiere causar a la víctima. En estos casos, de ligadura o anudamiento, hay cosas misteriosas, pues los más extraños objetos se encuentran en las almohadas o colchones de la víctima: por ejemplo, lana anudada o plumas anudadas en formas sorprendentes. Sea cual sea el caso de que se trate, no nos asustemos. Nuestros enemigos pueden echarnos porquerías en nuestra casa o enterrar cosas "raras" o hacernos comer cosas maleficiadas... Para estos y todos los casos de influencia maléfica, es bueno usar agua bendita, que se puede beber, o echar sal bendita en los rincones de la casa, el uso de imágenes sagradas bendecidas, rosarios, crucifijos y hacer frecuentemente la señal de la cruz sobre uno mismo. También es bueno recitar frecuentemente la oración a San Miguel Arcángel. Pero, sobre todo, es muy importante la confesión frecuente (es mejor que cualquier exorcismo, según el Padre Gabriel Amorth).

Mientras la persona no se arrepienta de sus pecados y no deje el mal camino que llevaba, perdone a quienes le han ofendido y no renuncie a todo ocultismo, magia, hechicería, etc., desprendiéndose de todos los objetos que usaba (sean amuletos, talismanes) no se podrá curar ni tener paz.

En verdad, la oración y el ayuno no sólo personal, sino también de la familia y de otras personas nos liberará, con seguridad, hasta de los demonios más difíciles. Pero no nos dejemos llevar del miedo o del pánico con autogestiones negativas. Dios es más fuerte que el diablo y Él nos da poder contra él. "El que cree en mí expulsará demonios" (Mc 16,17).

¿Alguna vez has hecho o mandado hacer hechizos o maleficios contra otros? ¿Has maldecido? ¿Has usado talismanes o amuletos para la buena suerte?
P. Ángel Peña: Libro: La vida es una lucha contra el mal

EL NIÑO POBRE


Había una vez un niño pobre, sin estudios, que no había conocido a sus padres e iba por el mundo mendigando un poco de pan para vivir.

La mayoría de la gente le despreciaba y nadie se preocupaba por él. Un día fue a pedir limosna a casa de un hombre muy rico, un Rey poderoso que tenía muchos hijos, siervos y muchas posesiones. El Rey tuvo misericordia de él y lo adoptó como hijo. La Reina lo cuidó y lo llenó de amor. Fue encomendado para su educación a un gran Maestro, de manera que poco a poco, con el tiempo, llegó a ser un hombre grande y poderoso en su Reino. Vivía feliz y, como era bueno, todos los pobres y enfermos, ancianos y necesitados acudían a él para pedir ayuda. Y el Rey le nombró administrador de sus bienes para los pobres. Se hizo muy amigo del hijo primogénito del Rey, el príncipe heredero, y amaba con cariño a todos los siervos y siervas del Rey. Cuando murió lo enterraron en un gran mausoleo a donde acudían a visitarlo los pobres y necesitados, a quienes tanto había ayudado y para quienes era un ejemplo, cuyo recuerdo los animaba en el camino del deber y del amor agradecido a su Rey y Señor.

Hermano, tú puedes ser ese niño. Tu eres un hijo adoptivo de Dios. Dios es el Rey, su Hijo heredero es Jesús, el Espíritu Santo es el gran Maestro que te educa, María es la Reina que te cuida y te llena de su amor, los hijos del Rey son los Santos, los ángeles son sus siervos y siervas, los pobres y necesitados son las Almas del Purgatorio y los hombres de la Tierra. Y tú puedes llegar a ser santo e hijo de Dios. Dios no necesita de tus méritos, porque te ama infinitamente y ya te ha adoptado como hijo. Él espera de ti que le ayudes a salvar a tus hermanos y les distribuyas sus bienes, que Jesús nos ganó en la Cruz, y que ayudes también a los que esperan en el purgatorio. Tú puedes ser un ejemplo para las generaciones venideras. Tú `puedes ser un buen administrador de los tesoros de Dios. Tú puedes ser un gran hombre a los ojos de Dios. Basta que te hagas como niño y te dejes ayudar. María te ama y te llenará de su amor y tus hermanos mayores están dispuestos a ayudarte si tú se lo pides. ¡Ojalá lo consigas!

EL AUTÉNTICO VALOR DE LAS PROFECÍAS DEL FIN DEL MUNDO


Cuando hay desgracias, fenómenos naturales dolorosos, proyectos socio-políticos contrarios a la dignidad del ser humano, odios, crímenes, degradación de la sociedad, etc., muchos piensan que la humanidad así no puede seguir mucho tiempo. Y recurren a profecías y augurios dolorosos. ¿Hay realmente vaticinios sobre el presente y el futuro? Los hay en abundancia. Pero vamos a ofrecer los que nos merecen más garantía. Advirtiendo que nada hay de infalibilidad en ello, y que la verdadera profecía está en la Sagrada Escritura. Muy especialmente en el Apocalipsis.

LA PROFECÍA DE ANNA KATERINA EMMERICK (Beata de la Iglesia Católica). Originaria de Dullmen, vivió de 1819 a 1822. Siendo una pobre campesina y desconociendo completamente cualquier doctrina católica escribió el libro "Visiones y Revelaciones Completas donde describe aspectos muy detallados sobre la vida de Cristo, destacando principalmente Su Pasión sufrida (estos mismos sirvieron como guía principal de la reciente película La Pasión de Cristo de Mel Gibson). Así mismo entre las visiones que recibió se encuentran varias revelaciones sobre el Final de los Tiempos Mesiánicos. En realidad su profecía es muy extensa y completa.

Entre sus profecías menciona que llegará un momento en que la Iglesia será muy atacada y habrá muchos sacerdotes tibios. No obstante, la Iglesia será protegida por la Virgen y un Papa.

Este Papa se esconderá y la gente no sabrá dónde está. Surgirá una Iglesia falsa y perversa. Aparecerá el Anticristo y perseguirá a los Católicos, también desaparecerá la presencia Eucarística de la Iglesia. La tierra quedará desolada y en ruinas. Habrá luchas y batallas por doquier. Sin embargo, 12 nuevos apóstoles obrarán el bien. Finalmente la Virgen y los suyos vencerán Aparecerán un nuevo Papa (¿Pedro El Romano?) y la Nueva Jerusalén.

LA PROFECÍA DE SAN JUAN BOSCO (Santo de la Iglesia Católica) Advirtió al Papa Pío IX (siglo XIX) de que llegará un día en que una luz brillante resplandecerá en el cielo, en pleno fragor de una batalla. En ese instante, el Papa y sus servidores abandonarán el Vaticano pasando por una plaza cubierta de muertos y heridos. Todo el país sufrirá una gran pérdida de población y la tierra se agitará como arrasada por un huracán y caerá un fuerte pedrisco. Durante doscientos amaneceres, el Papa y su séquito vagarán por tierras extranjeras.

PROFECÍA DE PIO X. Tuvo una visión similar a la de Don Bosco en 1909. Durante una audiencia, el Papa se desmayó y, al recobrar el conocimiento, dijo que llegará un día en el que el Papa abandonará Roma y será transportado, enfermo, por encima de los cadáveres de sus cardenales.

SOR FAUSTINA KOWALSKA. La profeta que reveló a Juan Pablo II como el Papa previo al Fin de todos los tiempos.

Sor Faustina nació en Glogowice, cerca de Lodz (Polonia) en 1905. Recibió de sus padres, Estanislao y Mariana, una gran educación cristiana, lo que hizo que a los veinte años, Faustina decidiera ingresar en la Congregación de las Hermanas de la Caridad de la Madre de Dios, o lo que es lo mismo, las Magdalenas. Éstas se dedicaban a la formación moral de los más necesitados, principalmente jovencitas.

Sor Faustina moriría muy joven a la edad de 33 años, en 1938. Unos años antes sería cuando comenzaría a recibir las grandes revelaciones. Precisamente el 22 de febrero de 1931, sor Faustina pudo ver, muy cerca de Cracovia, la figura de Jesús. Éste se le apareció en frente, y lo contaba diciendo: Vi a Jesucristo vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir, y con la otra mano se tocaba el vestido en el pecho. De su manto brotaban dos rayos de luz: el uno rojo y el otro blanco. Él me dijo: estos dos rayos de luz representan la sangre y el agua que brotaron de mi corazón al ser herido por la lanza del soldado en la cruz. El rayo rojo significa la sangre y el blanco el agua. Debes mandar pintar una imagen mía así como la estás viendo ahora, y que lleve esta inscripción: “JESÚS, YO CONFÍO EN TÍ”.

Deseo que esta imagen sea venerada en todas partes, y prometo que a quienes veneren mi imagen y confíen en mí, les concederé gracias y favores mucho más grandes de los que me pidan. Y los asistiré en el momento de su muerte”.

Faustina fue religiosa que propagaría la devoción a la Divina Misericordia y expondría claramente sus visiones: fue capaz de anunciar ocho años antes la última guerra mundial y también le fue revelado el bombardeo a Varsovia, además de, por supuesto, saber con total exactitud, el día y el año de su muerte, debida a que sufría tuberculosis.

El 15 de abril de 1978 la Santa Sede permitió la práctica a ésta devoción, después de prohibirla durante 19 años. El artífice de esto fue el cardenal Vojtila, arzobispo de la diócesis de sor Faustina, en Cracovia. Juan Pablo II sería elevado a Sumo Pontificado el 16 de octubre de 1978.

Más tarde, sería beatificada por el Papa el 18 de abril de 1993.

Entre sus revelaciones, se encuentran otras como: Esta mirada que aparece en mi rostro es la misma que desde la cruz dirigí en favor de los pecadores. Dile a los pecadores que si acuden a mi Misericordia, entonces por más grandes que sean sus pecados, en vez de castigarles, les concederé mi perdón. Que recurran a mi Misericordia y me supliquen perdón, antes de que les llegue mi justicia.

"Antes de venir como juez, abro de par en par las puertas de mi Misericordia. Solamente quienes no quieran acudir a mi Misericordia tendrán que recibir todo el peso de mi justicia. Precediendo el día de la justicia, HARÁ UNA SEÑAL EN EL CIELO a todos los hombres. Toda luz será apagada en el firmamento y en la Tierra. Entonces aparecerá venida del Cielo la señal de la Cruz, de cada una de mis llagas de las manos y de los pies saldrán luces que iluminarán la Tierra por un momento".

"Quiero a Polonia de una manera especial. Si es fiel y dócil a mi voluntad, la elevaré en poder y santidad, y DE ELLA SALTARÁ LA CHISPA QUE PREPARARÁ AL MUNDO A MI ÚLTIMA VENIDA".

Puede parecer que se refería al Papa Juan Pablo II. En ese caso, coincidiría con aquellas profecías de la Virgen en las apariciones de Umbe y Garabandal, cuando decía que Juan Pablo II era el último Papa previo al fin de los tiempos.

Pocas veces Jesús se revela de forma tan manifiesta, mostrándonos un aspecto tan profundo como el de su misericordia; estas revelaciones tan actuales y aplicables a los tiempos que vivimos, nos pueden dar a entender que el final de los tiempos podría estar realmente cerca. Pero, ¿a que llamamos final de los tiempos? ¿Es lo mismo que final del mundo? No parece. Sí puede tratarse del final de una etapa importante de la historia de la humanidad. Aunque la oración y la ofrenda de sacrificios expiatorio, sobre todo el Santo Sacrifico de la Misa, puede cambiar los planes de Dios, como tantas veces ha ocurrido.

No se trata de atemorizarnos, sino de ser conscientes de que los camino torcidos del hombre no llevan a nada bueno, y eso ha ocurrido muchísimas veces en la historia. Decía hace muy poco el Cardenal Cañizares que hay que releer con frecuencia el Apocalipsis.

Son muy conocidas las advertencias y anuncios que hizo a los tres pastorcitos la Virgen en Fátima.

Y están publicadas las advertencias constantes de la Virgen en Medjugorje.

¿Cuándo ocurrirán estas cosas? Solo Dios lo sabe. Pero no estaría de más que pusiéramos los medios para mejorar la Iglesia y el mundo.
Juan García Inza