viernes, 20 de septiembre de 2013

VEN, SEÑOR JESÚS

Te esperamos pronto, Señor, Ven, Señor Jesús.

Gracias, Trinidad Santísima

Que estás en el Trono y el Cordero, y los Siete Espíritus de Dios

(el Espíritu Santo), por las luces, mensajes y exhortaciones que nos das en el Apocalipsis.

Gracias porque nos muestras que este libro último de la Biblia no se trata sólo de monstruos y amenazas, sino que es un mensaje de esperanza y una guía para nuestra vida personal y eclesial.

Gracias, Señor, porque nos das la oportunidad de comprender algunas cosas importantes que ordenaste a San Juan

Escribir en este libro.

Gracias por la Iglesia que nos dejaste instituida aquí en la tierra y por la Iglesia Triunfante del Cielo que nos muestra el Apocalipsis.

Gracias por tu Madre, nuestra Madre, que aparece como el fiel reflejo tuyo en el lago cristalino y como la Mujer vestida de sol.

Gracias porque nos haces comprender que nuestras Misas son la reactualización de la celebración Litúrgica del Cielo.

Gracias, porque así podemos apreciar mejor todo lo que nos das en las Liturgias de la tierra.

Quiero, Señor, estar contado en la muchedumbre inmensa de los salvados, quiero estar inscrito(a) en el Libro de la Vida.

Quiero tomar parte en el Banquete de Bodas del Cordero, para vivir para siempre en la Jerusalén Celestial, que es tu regalo para quienes perseveremos hasta el final.

Gracias porque nos das a entender que esa ciudad eres Tú mismo,

Porque es tu presencia eterna entre los hombres.

Te esperamos pronto, Señor, Ven, Señor Jesús.

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