jueves, 31 de diciembre de 2015

¿POR QUÉ EL AÑO COMIENZA EL 1 DE ENERO?


La elección del 1 de enero para comenzar el año es una parte más de la vasta herencia que nuestra civilización debe al Imperio Romano y, como vamos a ver, nada casual, sino obediente a razones muy concretas y bien conocidas.

Todo habría comenzado con el primer calendario romano, que venía compuesto por diez meses acompasados por la luna, llamados Martius (dedicado a Marte), Aprilis (del latín aperire, abrir, por los brotes vegetales), Maius (dedicado a la diosa Maia), Junius (dedicado al dios Juno), y luego ya Quintilis (el mes quinto), Sextilis (mes sexto), September (mes séptimo), October (mes octavo), November (mes noveno), y December (mes décimo).

De esta manera, Martius, era el primer mes del año y aquél en el que éste empezaba, y debía coincidir con la primavera. ¿Por qué? Porque Marte no era sino el dios de la guerra, y éstas empezaban con las fechas propicias de la primavera, evitando los romanos guerrear en el desagradable invierno (como si las guerras no fueran ya de por sí suficientemente desagradables). De hecho, práctica similar se trasladó a la España de la Reconquista, en la que los generales del Califato esperaban también a las fechas consideradas más propicias, relacionadas en España con el verano, para realizar sus famosas razzias o aceifas, palabra que, por cierto y no por casualidad, proviene del árabe clásico “ṣā'ifah”, “cosecha”, que relaciona las operaciones de botín con la estación estival en la que las cosechas se producen.

Para que estos diez meses lunares no se desacompasaran excesivamente del año solar, los pontífices (literalmente hacedores de puentes) romanos, cargo que acabará asumiendo el Emperador pero que anteriormente al Imperio era independiente, añadían de manera arbitraria y sin criterio alguno, dos meses cada año de duración igualmente arbitraria.

Es el rey Numa Pompilius el que para poner algo de orden en el calendario, oficializa el añadido de esos dos meses de duración lunar, que aunque en teoría se emplazan al final del año, en la práctica venían a caer delante de Martius, de modo que este siempre cayera en primavera, principio de las guerras: son los nuevos meses de Ianarius, dedicado a Jano, y Februarius, dedicado al dios Februus, el dios de la purificación romano, procedente de la mitología etrusca. Con lo que el año seguía comenzando en marzo, inicio de las guerras y con ellas, del mandato de los cónsules romanos, nombrados como se sabe, de dos en dos y con un mandato anual.

Pronto sin embargo, se percatan los inteligentes romanos de que para poder organizar las guerras, que por cierto cada vez son más costosas y más lejanas, -las cuales siguen comenzando en primavera y por lo tanto con el mes de marzo-, era mucho más inteligente que el mandato anual de los cónsules no empezara el propio 1 de marzo, sino algo antes. Y así, en el año 153 a.C., durante el período histórico que se conoce como el de la República, entre los años 509 a.C. y 60 a.C., se fija el principio del mandato consular, vale decir, el del año, el día 1 de Ianarus, en sustitución del 1 de Martius. Una tradición, la del comienzo del año en el 1 de enero que, no sin pocas vicisitudes, ha venido prevaleciendo y ha superado todas las reformas del calendario, entre las cuales las dos más importantes: la juliana en el año 45 a.C. y la gregoriana en el año 1582 d.C..

Y bien amigos, con estas pequeñas historias de la historia, me despido hoy de Vds. no sin desearles a Vds. un muy feliz año 2016 en el que como siempre, hagan Vds. mucho bien y no reciban menos.

Luis Antequera

FIN DE AÑO


Hoy se acaba el 2015. Prensa, radio, televisión, dedican espacios a recordar los eventos más importantes que han ocurrido durante este año que finaliza. Como lo malos suele ser más noticia que lo positivo, estos programas están llenos de violencia, guerra, catástrofes. Es cierto, todo esto ha sucedido; pero seguro que han sucedido más cosas buenas...pero esas no venden.

Para nosotros también acaba un año. Sería bueno que nosotros también dedicáramos un tiempo a reposar qué ha sido de nuestra vida durante este período. Lo que hemos hecho bien y donde nos hemos equivocado. Las cosas buenas que nos han sucedido y las malas. Las personas que hemos podido amar y aquellas que se nos han ido para siempre.

Frente a un nuevo año, siempre hacemos propósitos. Nuestra experiencia nos dice, que la mayoría de ellos no los cumplimos, a pesar de que los repetimos cada año. Será bueno que hagamos pocos propósitos, quizá sólo uno; pero que nos decidamos realmente a luchar por cumplirlo. Propósitos que estén a nuestro alcance. Es paso a paso que se avanza.
Para los creyentes desear, que en este año, avancemos en nuestro encuentro con Dios; que es avanzar en el encuentro de nuestros hermanos. Que sepamos entregarnos cada día un poco más a los necesitados. Que luchemos por la justicia. Que nuestra Fe sea nuestra vida y no sólo palabras.

Y se trata de mirar al nuevo año con esperanza. Ya sé, las perspectivas no son muy halagüeñas. Nosotros solos no podemos arreglar el mundo; pero sí podemos arreglarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno. Es así como se arregla el mundo, parcela a parcela.

Y nada más. Desearos a todos que el AÑO 2016 sea un gran año para todos vosotros.

EL BUEN PASTOR


¡ACOGEOS AL AÑO DE LA MISERICORDIA DIVINA, PARA QUE RECIBÁIS LAS GRACIAS DEL PERDÓN Y PODÁIS VOLVER AL REDIL DE MI AMADO HIJO!
DICIEMBRE 28 DE 2015 – 8:20 A.M.

LLAMADO DE MARÍA ROSA MÍSTICA A LOS HIJOS DE DIOS

Hijitos de mi corazón, la paz de mi Señor esté con todos vosotros.

Pequeños, cada vez están más cerca los días de la gran prueba y qué tristeza que la inmensa mayoría de mis hijitos, no saben lo que está por llegar; andan como potrillos desbocados en pos del pecado; unos lo toman en charla, otros dudan y se muestran escépticos y la inmensa mayoría no creen en una realidad que está por llegar. Sólo una pequeña minoría acoge los mensajes y pone en práctica las directivas del cielo.

Los hijos de la oscuridad siguen siendo más listos que los hijos de la luz, porque llevan mucho tiempo preparándose para darle la bienvenida a su falso mesías; mientras los hijos de Dios están aletargados y muchos no saben, ni creen, que está próxima la segunda venida de mi Hijo. ¡Cuánto sufro con todo esto!; la fe cada día languidece más y más y los mensajes del cielo no son escuchados.
 
Hijitos, una vez más os digo: está cerca vuestro paso por la eternidad, ¿qué estáis esperando para poner vuestras cuentas en orden?. Acordaos que muchos no vais a resistir esta prueba y si vivís en pecado en este mundo, correréis el riesgo de perderos eternamente. Mi Corazón de Madre de la humanidad sufre al ver perderse tantas almas de jóvenes. Miles y miles caen en el averno todos los días de vuestro tiempo y el cielo no puede hacer nada por ellos, porque han renegado de Dios y se han apartado de Él. La falta de amor está llevando a la muerte eterna a muchos de mis jóvenes; mi adversario se deleita con la pérdida de la juventud.
 
Hijitos, la crisis familiar va en aumento, la inmensa mayoría de las parejas jóvenes ya no contraen matrimonio por la Iglesia Católica, sino que prefieren vivir en fornicación, sin compromiso, ni fidelidad. Llegan los hijos y un gran número de estos niños son rechazados por uno de sus padres. Criaturas carentes de amor que van creciendo sin valores; niños tristes y rebeldes que van formándose sin el conocimiento de Dios y llegan a la juventud con todas estas carencias afectivas y espirituales y es ahí cuando muchos eligen la mala vida que los conduce a los vicios, la maldad, la oscuridad y la muerte eterna.

Este mundo hijitos está lisiado por falta de amor; y es la falta de amor la que está llevando a las sociedades a una decadencia moral, social y espiritual. El amor es vida y la vida proviene de Dios que es el perfecto amor. Todo gira en torno al amor y por amor fuisteis creados. Si os apartáis de él, seréis frutos muertos. Volved a Dios hijitos que es la vida, que lo es todo, no sigáis caminando como sombras errantes; mirad que está cerca la hora de la justicia divina y muchos vais a perecer por falta de conocimiento. El aviso de mi Padre está llegando y va a coger a muchos sin estar preparados. Os pregunto: ¿Cuándo estéis en la eternidad, qué le responderéis al Tribunal Supremo?
 
Hijitos, el mundo ya está atribulado, sólo falta que llegue el día de la Gran Misericordia, para que todo se cumpla como está escrito. Enderezad vuestro caminar hijitos rebeldes, no sigáis dándole la espalda al Dios de la Vida, porque de seguir como vais, vuestras almas se van a perder al paso de la justicia divina. Como Madre de la humanidad, intercedo por todos vosotros y muy especialmente por todos aquellos que están más apartados de Dios. Quiero rescataros de la muerte eterna mis pequeños rebeldes, pero no puedo hacer nada si vosotros continuáis apartados de Dios y os negáis volver a Él.
 
Acogeos al año de la Misericordia Divina, para que recibáis las gracias del perdón y podáis volver al redil de mi Amado Hijo. Os estoy esperando hijitos rebeldes, no me cansaré de rogar e interceder por vosotros, porque os amo y no quiero veros morir eternamente. Desgarrad hijitos vuestros corazones, porque se acerca el regreso triunfal de mi Hijo.
 
Vuestra Madre, María Rosa Mística.
 
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.

DESEO DORMIR EN PAZ LA ÚLTIMA NOCHE DEL AÑO


Quiero asomarme a la ventana de mi casa y mirar hacia atrás, hacia ese camino que he recorrido durante todo el año.

Por: P Mariano de Blas | Fuente: Catholic.net

Se fue un año más.

Al final del año es conveniente hacer un balance de los 365 días, para ver qué se hizo con ese año de vida. Conviene también saldar todas las deudas que se tienen con Dios y con los demás.

Quiero asomarme a la ventana de mi casa y mirar hacia atrás, hacia ese largo camino que he recorrido durante todo el año.

Si algo puedo ver, es que cada día de ese año transcurrido estuvo lleno del amor de Dios. Estoy en deuda con Él; por eso mi primera palabra al final del año es: ¡Gracias!.

Pero, al lado de tantas bondades de ese Dios, está la triste historia de la ingratitud y la mediocridad para con ese gran amigo. Por eso la segunda palabra tiene que ser: "¡Perdóname todos los errores, todas las mediocridades! ¡Yo sé que me perdonas!"

Pero hay una tercera palabra que quiero decir: "Te pido un gran año para hacer con el una gran tarea, ayúdame a que este año que empieza sea mejor, que valga la pena vivir. Conviértelo en un gran año. Que aquello de "próspero año nuevo" no se quede en una ironía, sino en una verdad.

También quiero, al final del año, saldar cuentas con mi prójimo, quiero sacar de mi espíritu, arrancar, tirar todos los rencores, odios, resentimientos hacia mis hermanos. Quiero terminar el año bien con todos. Quiero poder decir que no tengo malos sentimientos hacia ningún ser humano.

Es hora de pedir perdón a todos los que en el camino he herido, molestado, desairado. A los que tenían derecho a esperar una respuesta y no se la di, a los que necesitaban una palabra de aliento y me quedé con ella. A los que encontré tirados en el camino de la vida, desesperados, tristes, vacíos de Dios y de ilusión, y pasé de largo porque tenía mucha prisa. Quiero pedirles perdón.

Deseo dormir en paz la última noche del año y despertar con el alma renovada para emprender la nueva jornada de este año que comienza.

Es importante recordar que este año será lo que cada uno haga con él. ¿Será el mejor o será el peor? ¿Será uno de tantos, ni bueno ni malo, sino todo lo contrario? De cada uno de nosotros depende.

Dios que te da ese año nuevo es el que más ardientemente te dice: ¡FELIZ AÑO 2016!

Al Dios que me dio la vida, ¡gracias!
Al Dios de mis días felices, ¡gracias!
Al Amor de mis amores, ¡gracias!

Puesto que al final de la vida me examinarán del amor, perdóname por no haber amado lo suficiente, y concédeme morir de amor.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

SANACIÓN – LIMA-PERU – 30 DE DICIEMBRE 2015


LA REUNIÓN DE SANACIÓN DE TODOS LOS VIERNES A LAS 8 PM SE HA ADELANTADO DEBIDO A LAS FIESTAS. A PARTIR DE ENERO SEGUIRAN SIENDO COMO SIEMPRE.

DIRECCIÓN:

NUESTRAS REUNIONES DE SANACIÓN DE LOS VIERNES A LAS 8 PM, SE LLEVAN A CABO EN EL CONDOMINIO PARQUE CENTRAL TORRE A – 802 QUE QUEDA EN EL CRUCE DE AV. COLONIAL Y JR. GARCIA VILLON 674 – A CINCO CUADRAS DE LA PLAZA 2 DE MAYO

Si tienes alguna duda sobre cómo llegar: Llama a los siguientes teléfonos antes de la 8 p.m.

Claro: 9-9718-6681 – Claro 9-4114-8188  - Fijo 310-6460

Si deseas que te visite en tu casa, usa los mismos teléfonos. Puedes llamar también a la sub-coordinadora del grupo, Srta. Ana Ticona al celular 9-9704-4417 por detalles. Gracias por tu comprensión.

Nota: No recibo mensajes de texto a mis celulares. Colaboración si te es posible: S/ 5.00 (Niños no colaboran)

Nota: En nuestra reunión de los viernes puedes adquirir:

-Libros sobre Exorcismo a 30 soles cada uno.

-La Cruz-medalla de San Benito Abad (en metal, con oración de liberación en latín y castellano) y el Escapulario de La Virgen del Carmen bendecidos a 50 soles – (dos en uno), de madera con metal 65 soles.

A LOS SEGUIDORES DE MI BLOG

Agradezco de corazón a los “179 seguidores” que se han formalizado en mi blog, y a los cientos de personas que entran diariamente. ¡Invita a tus contactos a conocer mi blog, así me ayudarás a llevar La Palabra de Dios!

PEDIDOS DE ORACIÓN A TRAVÉS DE ESTE BLOG O A MIS CORREOS PERSONALES (Ver Perfil)

Nota: Por favor, no traten de entrar por medio del Messenger. Pongan el nombre completo de la persona por la que deseen que oremos.

Si deseas ser seguidor: Bajo la imagen del Señor de la Misericordia encontrarás las indicaciones.

¡Qué Dios y su Santísima Madre los bendigan!

Grupo Católico de Oración por los Enfermos “Sí Señor”

José Miguel Pajares Clausen

BENDECIR A LOS HIJOS, ORAR JUNTOS EN LA MESA: EL PAPA MUESTRA A LAS FAMILIAS LOS «PEQUEÑOS GESTOS»


Eucaristía dedicada a las familias.

El Papa Francisco alentó a los padres católicos a mostrar "pequeños gestos" diarios con sus hijos, como compartir una "oración antes de comer juntos", y pidió que, durante el Jubileo, "toda familia cristiana sea un lugar" en el que experimentar "el perdón".

"Que en este Año de la Misericordia, toda familia cristiana sea un lugar privilegiado en el que se experimenta la alegría del perdón. El perdón es la esencia del amor, que sabe comprender el error y poner remedio", afirmó el papa Francisco.

Jorge Bergoglio pronunció estas palabras durante una misa celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano y dedicada a las familias, dentro de los actos por el Jubileo Extraordinario de la Misericordia.

Subrayó que es "en el seno de la familia" donde se educa desde pequeños "al perdón, porque se tiene la certeza de ser comprendidos y apoyados no obstante los errores que se puedan cometer", y animó a no perder "la confianza en la familia".

Durante su homilía, Francisco exhortó a los padres católicos a mostrar diariamente "pequeños gestos" con sus hijos para educarles en la fe cristiana.

"Qué importante es para nuestras familias caminar juntos para alcanzar una misma meta. Sabemos que tenemos un itinerario común que recorrer; un camino donde nos encontramos con dificultades, pero también con momentos de alegría y de consuelo", sostuvo Bergoglio.

"¿Qué puede ser más bello para un padre y una madre que bendecir a sus hijos al comienzo de la jornada y cuando concluye? Hacer en su frente la señal de la cruz como el día del Bautismo. (...) Bendecirlos, es decir, encomendarles al Señor, para que sea él su protección y su apoyo en los distintos momentos del día", añadió.

Este es uno de los gestos que citó el Papa, como también lo es "encontrarse en un breve momento de oración antes de comer juntos, para dar las gracias al Señor por estos dones, y para aprender a compartir" lo recibido "con quien más lo necesita".

"Son pequeños gestos que, sin embargo, expresan el gran papel formativo que la familia desempeña", concluyó.

GRANDEZA DE LA SENCILLEZ


"También estaba allí una profetisa llamada Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era muy anciana. Se había casado siendo muy joven y vivió con su marido siete años; pero hacía ya ochenta y cuatro que había quedado viuda. Nunca salía del templo, sino que servía día y noche al Señor, con ayunos y oraciones. Ana se presentó en aquel mismo momento, y comenzó a dar gracias a Dios y a hablar del niño Jesús a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.

Cuando ya habían cumplido con todo lo que dispone la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su pueblo de Nazaret. Y el niño crecía y se hacía más fuerte y más sabio, y gozaba del favor de Dios."


Este texto es la continuación del de ayer. Hoy es otra persona sencilla, la profetisa Ana, la que reconoce a Jesús. Una viuda que dedica todo su tiempo a servir al Señor. Una persona de oración. Ella nos muestra las dos actitudes que debemos extraer de la oración:

- Saber dar gracias a Dios.

- Hablar a todos de Jesús.

Quien ora de verdad no puede quedarse encerrado en uno mismo. Ha de comunicar a los demás las bondades del Señor.

José y María ya han cumplido todo lo prescrito por la ley y regresan a Nazaret. Allí, Jesús, irá creciendo, haciéndose poco a poco consciente de su misión. Allí llevará una vida humilde, sencilla, de pobre. Porque es desde la humildad como podemos crecer y hacernos auténticos hijos de Dios.

SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS


FESTIVIDAD: ENERO 03


Honramos el Nombre de Jesús no porque creamos que existe un poder intrínseco escondido en las letras que lo componen, sino porque el nombre de Jesús nos recuerda todas las bendiciones que recibimos a través de Nuestro Santo Redentor. Para agradecer estas bendiciones reverenciamos el Santo Nombre, así como honramos la Pasión de Cristo honrando Su Cruz (Colvenerius, “De festo SS. Nominis”, ix). Descubrimos nuestras cabezas y doblamos nuestras rodillas ante el Santísimo Nombre de Jesús; Él da sentido a todos nuestros afanes, como indicaba el emperador Justiniano en su libro de leyes: “En el Nombre de Nuestro Señor Jesús empezamos todas nuestras deliberaciones”. El Nombre de Jesús, invocado con confianza:

* Brinda ayuda a necesidades corporales, según la promesa de Cristo: “En mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien” (Marcos 16, 17-18). En el Nombre de Jesús los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hechos 3, 6; 9, 34) y vida a los muertos (Hechos 9, 40).

* Da consuelo en las aflicciones espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador al padre del Hijo Pródigo y del Buen Samaritano; le recuerda al justo el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.

* Nos protege de Satanás y sus engaños, ya que el Demonio teme el Nombre de Jesús, Quien lo ha vencido en la Cruz.

* En el nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y la eternidad, pues Cristo dijo: “lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre.” (Juan 16, 23). Por eso la Iglesia concluye todas sus plegarias con las palabras: “Por Jesucristo Nuestro Señor”, etc.

Así se cumple la palabra de San Pablo: “Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos.” (Fil 2, 10).

Un especial devoto del Santísimo Nombre fue San Bernardo, quien habla de él con especial ardor en muchos de sus sermones. Pero los promotores más destacados de esta devoción fueron San Bernardino de Siena y San Juan Capistrano. Llevaron consigo en sus misiones en las turbulentas ciudades de Italia una copia del monograma del Santísimo Nombre, rodeado de rayos, pintado en una tabla de madera, con el cual bendecían a los enfermos y obraban grandes milagros. Al finalizar sus sermones mostraban el emblema a los fieles y les pedían que se postraran a adorar al Redentor de la humanidad. Les recomendaban que tuviesen el monograma de Jesús ubicado sobre las puertas de sus ciudades y sobre las puertas de sus viviendas (cf. Seeberger, “Key to the Spiritual Treasures”, 1897, 102). Debido a que la manera en que San Bernardino predicaba esta devoción era nueva, fue acusado por sus enemigos y llevado al tribunal del Papa Martín V. Pero San Juan Capistrano defendió a su maestro tan exitosamente que el papa no sólo permitió la adoración del Santísimo Nombre, sino que asistió a una procesión en la que se llevaba el Santo Monograma. La tabla usada por San Bernardino es venerada en Santa María en Ara Coeli en Roma.

El emblema o monograma que representa el Santísimo Nombre de Jesús consiste de las tres letras: IHS. En la mal llamada Edad Media el Nombre de Jesús se escribía: IHESUS; el monograma contiene la primera y la última letra del Santísimo Nombre. Se encuentra por primera vez en una moneda de oro del siglo VIII: DN IHS CHS REX REGNANTIUM (El Señor Jesucristo, Rey de Reyes). Algunos equivocadamente sostienen que las tres letras son las iniciales de “Jesús Hominum Salvator” (Jesús Salvador de los Hombres). Los jesuitas hicieron de este monograma el emblema de su Sociedad, añadiéndole una cruz sobre la H y tres clavos bajo ella. Consecuentemente se inventó una nueva explicación del emblema, pretendiendo explicar que los clavos eran originalmente una “V”, y que el monograma significaba “In Hoc Signo Vinces” (En Esta Señal deben Conquistar), palabras que, de acuerdo a un registro muy antiguo, vio Constantino en los cielos bajo el signo de la Cruz antes de la batalla en el puente Milvian (312).

También se sostiene que Urbano IV y Juan XXII concedieron una indulgencia de treinta días a aquellos que añadieran el nombre de Jesús al Ave María o se hincaran, o por lo menos hicieran una venia con las cabezas al escuchar el Nombre de Jesús (Alanus, “Psal. Christi et Mariae”, i, 13, and iv, 25, 33; Michael ab Insulis, “Quodlibet”, v; Colvenerius, “De festo SS. Nominis”, x). Esta afirmación puede ser cierta; pero fue gracias a los esfuerzos de San Bernardino que la costumbre de añadir el Nombre de Jesús al Ave María fue difundida en Italia, y de ahí a la Iglesia Universal. Pero hasta el siglo XVI era desconocida en Bélgica (Colven., op. Cit., x), mientras que en Bavaria y Austria los fieles aún añaden al Ave María las palabras: “Jesús Christus” (ventris tui, Jesús Christus). Sixto V (2 de julio de 1587) concedió una indulgencia de cincuenta días a la jaculatoria: “¡Bendito sea el Nombre del Señor!” con la respuesta “Ahora y por siempre”, o “Amén”. En el sur de Alemania los campesinos se saludan entre ellos con esta fórmula piadosa. Sixto V y Benedicto XIII concedieron una indulgencia de cincuenta días para todo aquél que pronuncie el Nombre de Jesús reverentemente, y una indulgencia plenaria al momento de la muerte. Estas dos indulgencias fueron confirmadas por Clemente XIII, el 5 de setiembre de 1759. Tantas veces como invoquemos el Nombre de Jesús y de María (“¡Jesús!”, “María”!) podremos ganar una indulgencia de 300 días, por decreto de Pío X, el 10 de octubre de 1904. Es también necesario, para ganar la indulgencia papal al momento de la muerte, pronunciar aunque sea mentalmente el Nombre de Jesús.

es.catholic.net

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS


FESTIVIDAD: ENERO 01


La Solemnidad de Santa María Madre de Dios es la primer Fiesta Mariana que apareció en la Iglesia Occidental, su celebración se comenzó a dar en Roma hacia el siglo VI, probablemente junto con la dedicación –el 1º de enero– del templo “Santa María Antigua” en el Foro Romano, una de las primeras iglesias marianas de Roma.

La antigüedad de la celebración mariana se constata en las pinturas con el nombre de “María, Madre de Dios” (Theotókos) que han sido encontradas en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa en tiempos de las persecuciones.

Más adelante, el rito romano celebraba el 1º de enero la octava de Navidad, conmemorando la circuncisión del Niño Jesús. Tras desaparecer la antigua fiesta mariana, en 1931, el Papa Pío XI, con ocasión del XV centenario del concilio de Éfeso (431), instituyó la Fiesta Mariana para el 11 de octubre, en recuerdo de este Concilio, en el que se proclamó solemnemente a Santa María como verdadera Madre de Cristo, que es verdadero Hijo de Dios; pero en la última reforma del calendario –luego del Concilio Vaticano II– se trasladó la fiesta al 1 de enero, con la máxima categoría litúrgica, de solemnidad, y con título de Santa María, Madre de Dios.

De esta manera, esta Fiesta Mariana encuentra un marco litúrgico más adecuado en el tiempo de la Navidad del Señor; y al mismo tiempo, todos los católicos empezamos el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María.

EL CONCILIO DE ÉFESO

En el año de 431, el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, afirmando: “¿Entonces Dios tiene una madre? Pues entonces no condenemos la mitología griega, que les atribuye una madre a los dioses”. Ante ello, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso –la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años– e iluminados por el Espíritu Santo declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. Y acompañados por todo el gentío de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

Asimismo, San Cirilo de Alejandría resaltó: “Se dirá: ¿la Virgen es madre de la divinidad? A eso respondemos: el Verbo viviente, subsistente, fue engendrado por la misma substancia de Dios Padre, existe desde toda la eternidad… Pero en el tiempo él se hizo carne, por eso se puede decir que nació de mujer”.

MADRE DEL NIÑO DIOS

“He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”

Es desde ese fiat, hágase que Santa María respondió firme y amorosamente al Plan de Dios; gracias a su entrega generosa Dios mismo se pudo encarnar para traernos la Reconciliación, que nos libra de las heridas del pecado.

La doncella de Nazareth, la llena de gracia, al asumir en su vientre al Niño Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad, se convierte en la Madre de Dios, dando todo de sí para su Hijo; vemos pues que todo en ella apunta a su Hijo Jesús.

Es por ello, que María es modelo para todo cristiano que busca día a día alcanzar su santificación. En nuestra Madre Santa María encontramos la guía segura que nos introduce en la vida del Señor Jesús, ayudándonos a conformarnos con Él y poder decir como el Apóstol “vivo yo más no yo, es Cristo quien vive en mí”.

aciprensa.com

LAS 12 DE LA NOCHE...UN AÑO NUEVO ESTÁ POR COMENZAR


¿Qué pasó con aquellos deseos que brotaron en nuestro corazón al terminar de oír las doce campanadas y nos hicieron decir:

Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net

Mañana sonarán las campanas en el reloj.

Las 12. Las 12 de la noche.

Parece que los meses del año que termina, con sus días y sus horas se columpian en cada una de ellas... Doce meses, doce campanadas. El año se va. El año 2015 se acaba. Se esfuman los doce meses como en un conjuro de tiempo y eternidad. Los tuvimos en nuestras manos paro ya no volverán.

Fueron instantes nuestros, únicos e irrepetibles, vividos dentro de nuestro libre albedrío, hora tras hora y ahora se van, perdiéndose en la noche última del año. La noche vieja.

El poeta dice:

El indivisible tiempo lo hemos dividido en años y así decimos que pasa cuando nosotros pasamos.

Así es, decimos que el tiempo se va cuando somos nosotros los que nos vamos. Decimos que el tiempo corre, que el tiempo vuela, pero los que corremos, los que volamos sobre el tiempo somos nosotros. El tiempo siempre está, el tiempo ni tiene tiempo, ni es joven ni viejo, nosotros si.

Las 12. Noche Vieja. Un año nuevo está por comenzar.

Las 12 horas del 31 de diciembre de 2015... ¿Qué hicimos con estos trescientos sesenta y cinco días? ¿Qué dijimos, qué pensamos una noche como esta pero del año pasado? ¡Cuántos planes, cuántas promesas, cuántos propósitos! ¿Somos los mismos de aquella noche de otras muchas noches o sentimos que fuimos limando las aristas de nuestro carácter, rellenando "baches" en los que caíamos una y otra vez, quitando obstáculos, que quizá amábamos pero que nos hacían tropezar en nuestro plan de ser mejores como seres humanos en nuestra plenitud y dignidad? ¿Qué pasó con aquellos deseos vehementes que brotaron en nuestro corazón al terminar de oír las doce campanadas y nos hicieron decir: "¡Ahora sí, este año nuevo sí!

Poco a poco se nos fueron aminorando las fuerzas, el entusiasmo, y llegó esa desgana o indiferencia por las cosas. La bruma de la rutina nos envolvió en sus días grises y nos heló el corazón y el coraje.

O no fue así... y sentimos que sí ha habido un cambio positivo. Que el sol del amor nos arropa y podemos repartir el calor que hay en nuestra alma a los demás. Que estamos en pie de lucha, que las 12 campanadas resuenan en nuestro corazón como el tañer de las campanas de la ermita invitándonos a orar.

Que cada campanada se un:
Perdón y gracias, Dios mío, me estás regalando otro año para crecer en la fe y en el amor a Ti y a los demás. El tiempo pasado está en Tus manos , el que comienza en las mías, pero quiero que Tú me acompañes a vivirlo!

Y con el año que se va y el nuevo que comienza, en esta Noche Vieja, la más vieja del año, recordamos al poeta que nos dice:

Un año más, no mires con desvelo la carrera veloz del tiempo alado que un año más en la virtud pasado un paso es más que te aproxima al cielo.

Y siguiendo con los versos terminaremos esta pequeña reflexión con uno que una noche como esta me inspiro:

Esta noche es "noche-vieja" y yo hago un alto en mi camino, sentada bajo la luna abro mi alforja y la miro. ¿Qué es lo que tengo en ella? Oro y plata:-Te lo cambio por la sonrisa de un niño.

Quiero caminar descalza por lo prados con rocío quiero soltar mis amarras y extender libre mis alas y sentir mi poderío.

Poderío y libertad olvidando el claro-oscuro de ambiciones que esclavizan tan pesadas como un yugo.

Esta noche es "noche vieja" tengo el alma transparente, cuando llegue el año nuevo que me encuentre en la vereda como quién vuelve a nacer, sin sandalias, sin alforja, con la piel limpia de luna las estrellas en mi pelo y cantando el "aleluya".

Esta noche es noche vieja, y yo tengo el alma nueva... ¡quién lo pudiera creer!

martes, 29 de diciembre de 2015

SANACIÓN – LIMA-PERU – 30 DICIEMBRE 2015


LA REUNIÓN DE SANACIÓN SE LLEVARÁ A CABO ESTE MIERCOLES 30 DE DICIEMBRE 2015 A PARTIR DE LAS 8 PM DEBIDO A LAS FIESTAS… EN ENERO PARA ADELANTE SEGUIRÁN SIENDO TODOS LOS VIERNES A PARTIR DE LAS 8 PM

DIRECCIÓN:

NUESTRAS REUNIONES DE SANACIÓN DE LOS VIERNES A LAS 8 PM, SE LLEVAN A CABO EN EL CONDOMINIO PARQUE CENTRAL TORRE A – 802 QUE QUEDA EN EL CRUCE DE AV. COLONIAL Y JR. GARCIA VILLON 674 – A CINCO CUADRAS DE LA PLAZA 2 DE MAYO

Si tienes alguna duda sobre cómo llegar: Llama a los siguientes teléfonos antes de la 8 p.m.

Claro: 9-9718-6681 – Claro 9-4114-8188  - Fijo 310-6460

Si deseas que te visite en tu casa, usa los mismos teléfonos. Puedes llamar también a la sub-coordinadora del grupo, Srta. Ana Ticona al celular 9-9704-4417 por detalles. Gracias por tu comprensión.

Nota: No recibo mensajes de texto a mis celulares. Colaboración si te es posible: S/ 5.00 (Niños no colaboran)

Nota: En nuestra reunión de los viernes puedes adquirir:

-Libros sobre Exorcismo a 30 soles cada uno.

-La Cruz-medalla de San Benito Abad (en metal, con oración de liberación en latín y castellano) y el Escapulario de La Virgen del Carmen bendecidos a 50 soles – (dos en uno), de madera con metal 65 soles.

A LOS SEGUIDORES DE MI BLOG

Agradezco de corazón a los “179 seguidores” que se han formalizado en mi blog, y a los cientos de personas que entran diariamente. ¡Invita a tus contactos a conocer mi blog, así me ayudarás a llevar La Palabra de Dios!

PEDIDOS DE ORACIÓN A TRAVÉS DE ESTE BLOG O A MIS CORREOS PERSONALES (Ver Perfil)

Nota: Por favor, no traten de entrar por medio del Messenger. Pongan el nombre completo de la persona por la que deseen que oremos.

Si deseas ser seguidor: Bajo la imagen del Señor de la Misericordia encontrarás las indicaciones.

¡Qué Dios y su Santísima Madre los bendigan!

Grupo Católico de Oración por los Enfermos “Sí Señor”

José Miguel Pajares Clausen

RELATOS DE LA ENVIADA DE JESÚS A LOS INFIERNOS: APARICIONES A SOR JOSEFA MENÉNDEZ, FRANCIA (25 DE AGOSTO Y 29 DE DICIEMBRE)


Sor Josefa Menéndez Humilde hermanita coadjutora de las religiosas del Sagrado Corazón, fallecida el 29 de Diciembre de 1923 a los treinta y tres años.

Recibió mensajes dictados por Nuestro Señor Jesucristo en el convento de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús en Les Feuillants, en Poitiers, Francia, entre 1920 y 1923.


ELEMENTOS BIOGRÁFICOS

Josefa Menéndez nació en Madrid el 4 de Febrero de 1890, en un hogar modesto pero muy cristiano, bien pronto visitado por el dolor.

La muerte del padre, dejó a la jovencita como único apoyo de su madre y dos hermanas, a las que sostenía con su trabajo.

Josefa hábil costurera, conoció las privaciones y preocupaciones, el trabajo asiduo y las vigilias prolongadas de la vida obrera, pero su alma enérgica y bien templada vivía ya del amor del Corazón de Jesús, que le atraía a sí irresistiblemente.

Durante mucho tiempo deseó la vida religiosa, sin que le fuese dado romper los lazos que la unían al mundo; su trabajo era necesario a los suyos y su corazón, tan amante y tan tierno, no se resolvía a separarse de su madre, que a su vez creía no poder vivir sin el cariño y el apoyo de su hija mayor. Un día sin embargo, el divino llamamiento se hizo irresistible, exigiendo los mayores sacrificios.

El 5 de Febrero de 1920, Josefa dejaba a su hermana ya en edad al cuidado de su madre y abandonaba su casa y su Patria querida, para seguir más allá de la frontera a Aquél cuyo amor divino y soberano tiene derecho a pedírselo todo.

Sola y pobre se presentó en Poitiers, en el convento del Sagrado Corazón de los Feuillants, santificado en otros tiempos por la estancia en él de Santa Magdalena Sofía Baral. Allí se había reanudado hacía poco la obra de la Santa Fundadora y a su sombra florecía de nuevo un Noviciado de Hermanas Coadjutoras del Sagrado Corazón.

Nadie pudo sospechar los designios divinos que ya empezaban a ser realidad. Sencilla y laboriosa, entregada por completo a su trabajo y a su formación religiosa, Josefa en nada se distinguía de las demás, desapareciendo en el conjunto.

El espíritu de mortificación de que estaba animada, la intensa vida interior que practicaba, y una sobrenatural intuición en cuanto a su vocación se refería, llamaba la atención de algunas personas que la trataron con más intimidad.

Pero las gracias de Dios permanecieron ocultas a cuantas la rodeaban, y desde el día de su llegada hasta su muerte, logró pasar desapercibida, en medio de la sencillez de una vida de la más exquisita fidelidad.

APÓSTOL DE LA MISERICORDIA DE JESÚS

Y en esta vida oculta, Jesús le descubrió su Corazón.

“Quiero – le dijo- que seas el Apóstol de mi Misericordia. Ama y nada temas. Quiero lo que tú no quieres… pero puedo lo que tú no puedes… A pesar de tu gran indignidad y miseria, me serviré de ti para realizar mis designios”.

Viéndose objeto de estas predilecciones divinas, y ante el mensaje que debía transmitir, la humilde Hermanita temblaba y sentía levantarse gran resistencia en su alma. La Santísima Virgen fue entonces para ella la estrella que guía por camino seguro, y encontró en la Obediencia su mejor y único refugio, sobre todo, al sentir los embates del enemigo de todo bien, a quien Dios dejó tanta libertad.

Su pobre alma experimentó terribles asaltos del infierno, y en su cuerpo llevó a la tumba las huellas de los combates que tuvo que sostener. Con su vida ordinaria de trabajo callado, generoso y a veces heroico, ocultaba el misterio de gracia y de dolor que lentamente consumía todo su ser.

Cuatro años bastaron al Divino Dueño para acabar y perfeccionar su obra en Josefa, y confiarle sus deseos. Como Él había dicho, llegó la muerte en el momento señalado, dando realidad a sus palabras:

“Como eres víctima por Mí escogida, sufrirás y abismada en el sufrimiento morirás”. Era el sábado 29 de diciembre de 1923.

Pronto se dejó sentir la intercesión de Sor Josefa. El Corazón de Jesús cumplía su promesa:

“Este será nuestro trabajo en el cielo: enseñar a las almas a vivir unidas a Mí”.

Y otro día:

“Mis palabras llegarán hasta los últimos confines de la tierra”.

Su corazón preparaba el camino que hoy descubre al mundo, hambriento de Verdad y de Caridad.

Historia sencilla y sublime a la vez la que a las almas presenta el precioso libro: “Un Llamamiento al Amor” de Sor Josefa Menéndez, Religiosa Coadjutora de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús. El Papa Pío XII (en aquel momento Cardenal Eugenio Pacelli) dio su bendición a la primera edición.

Jesús pidió el 13 de Noviembre de 1923:

deseo que hagan conocer Mis Palabras. Quiero que el mundo entero Me conozca como Dios de amor, de perdón y de misericordia. Yo quiero que el mundo lea que deseo perdonar y salvar… Mis Palabras serán luz y vida para muchísimas almas”.

En Sus mensajes, Jesús dice:

Amor busco, amo a las almas y deseo ser correspondido. Por eso Mi Corazón está herido, porque encuentro frialdad en vez de amor. Yo soy todo Amor y no deseo más que amor. ¡Ah! Si las almas supieran cómo las espero, lleno de misericordia! Soy el Amor de los amores… Tengo sed de que las almas se salven… ¡Que las almas vengan a Mí!… ¡Que las almas no tengan miedo de Mí!… ¡Qué las almas tengan confianza en Mí!”

EL INFIERNO DE SOR JOSEFA

Sor Josefa tuvo un fenómeno muy raro en la vida de los santos: conocer en carne propia los sufrimientos del infierno.
.
Dios permitió al diablo que la bajase hasta el infierno. Allá, pasa largas horas, algunas veces una noche entera, en una indescriptible agonía.
.
A pesar de que fue llevada al infierno más de un centenar de veces, a ella le parece que cada vez es la primera, y cada una le semeja tan larga como una eternidad.
.
Soporta todas las torturas del infierno, con una sola excepción: el odio a Dios. No fue el menor de estos tormentos oír las estériles confesiones de los condenados, sus gritos de odio, de dolor y de desesperación.

A pesar de todo, cuando tras una larga espera vuelve a la vida, destrozada y agotada, con su cuerpo agonizante por el dolor, ella no se fija en el sufrimiento, por muy severo que sea, si con ello consigue salvar un alma de aquella espeluznante caverna de tormentos. A medida que empieza a respirar mejor, su corazón estalla de alegría al saber que aún puede amar al Señor.

Sor Josefa escribe con gran reticencia sobre el tema del infierno. Ella lo hizo solamente para conformar los benditos deseos de Nuestro Señor.

Nuestra Señora le dijo el 25 de octubre de 1922:

“Todo lo que Jesús te da a ver y a sufrir de los tormentos del infierno es para que puedas hacerlos conocer al mundo. Por lo tanto, olvídate enteramente de ti misma, y piensa en la gloria de la salvación de las almas.”

Ella repetidamente testifica sobre el mayor tormento del infierno:

“Una de estas almas condenadas gritó con desesperación: “Esta es mi tortura… que deseo amar, y no puedo hacerlo; no hay nada que salga de mi excepto odio y desesperación. Si uno de nosotros pudiese hacer tanto como un simple acto de amor… esto ya no sería el infierno, pero no podemos. Vivimos en el odio y la malevolencia.” (23 de marzo 1922)

Otro de estos desgraciados dijo:

El mayor de estos tormentos aquí es que no podemos amar a Dios. Mientras tenemos hambre de amor, estamos consumidos con el deseo de Él, pero ya es demasiado tarde.”

Ella registra también las acusaciones hechas contra sí mismos por estas infelices almas:

Algunos gimen a causa del fuego que quema sus manos. Quizás ellos eran ladrones, porque dicen: “¿Donde está nuestro botín ahora?… Malditas manos… ¿Por qué deseé poseer lo que no era mío… y que en cualquier caso, sólo podría haber poseído por unos pocos días?”

Otros maldicen sus lenguas, sus ojos… cualquiera miembro que fuese la ocasión con la que pecaron… “¡Ahora, oh cuerpo, estás pagando el precio de los placeres con que te regalaste a ti mismo!… ¡¡¡Y todo ello lo hiciste por tu propia y libre voluntad…!!!.” (2 de abril 1922)

“Me pareció que la mayoría se acusaba a sí mismos de pecados de impureza, de robo, de comercio fraudulento; y la mayor parte de los condenados están en el infierno por estos pecados.” (6 de Abril de 1922).

Algunos acusan a otras personas, otros a las circunstancias, y todos maldicen las ocasiones de su condenación.” (Septiembre de 1922).

“Vi a mucha gente del mundo terrenal caer dentro del infierno, y ahora las palabras no pueden describir ni por asomo sus horribles y espantosos gritos: ‘Condenado para siempre… Yo me engañaba a mí mismo… Estoy perdido… Estoy aquí para siempre jamás

“Hoy vi un vasto número de gente caer dentro del ardiente abismo… Parecían unos vividores acostumbrados a los placeres del mundo, y un demonio gritó con estruendo: “El mundo está maduro para mí… Yo sé que la mejor manera de conseguir el control de las almas es acrecentar su deseo por la diversión y el disfrute de los placeres… “

“Ponme a mí en primer lugar…”; “Yo antes que los demás…”; “Y sobre todo nada de humildad para mí, sino que déjame disfrutar a mis anchas…”. Esta clase de palabras asegura mi victoria… y ellos mismos se lanzan en multitudes al fondo del infierno”. (4 de octubre de 1922)

“Hoy”, escribe Josefa, “no bajé al infierno, sino que fui transportada a un lugar donde todo estaba oscuro, pero en el centro había un enorme y espantoso fuego rojo. Me dejaron inmóvil y no podía hacer ni el más mínimo movimiento. Alrededor de mí había siete u ocho personas, sus cuerpos negros estaban desnudos, y yo podía verlos sólo por los reflejos del fuego. Estaban sentados y hablaban”.

CONVERSACIÓN ENTRE DIABLOS

“Un diablo dijo a otro:

“Tenemos que ser muy cuidadosos para que no nos perciban. Podríamos ser fácilmente descubiertos”.

“El diablo respondió: “Insinuaos procurando que el descuido y la negligencia se apoderen de ellos, pero manteniéndoos en la sombra, para que no os descubran… gradualmente, ellos se volverán más y más descuidados, indiferentes al bien y al mal, sin ningún tipo de compasión ni amor, y vosotros seréis capaces de inclinarlos hacia el mal.
.
Tentad a estos otros con la ambición, con el amor por sí mismos, que no busquen nada más que su propio interés, con adquirir riquezas sin trabajar… de forma legal o no.
.
Excitad a aquellos otros hacia la sensualidad y el amor al placer. Dejad que el vicio los ciegue”.”(Aquí usaron palabras obscenas)

“Y con el resto… explorad sus corazones… así conoceréis sus inclinaciones… haced que amen apasionadamente… Actuad sin ningún escrúpulo… no descanséis… no tengáis piedad… El mundo debe ir hacia la condenación… y que las almas no se me escapen.

De vez en cuando, los discípulos de Satán respondían: “Somos tus esclavos… trabajaremos sin descanso. Sí, muchos luchan contra nosotros, pero trabajaremos noche y día. ¡Conocemos tu poder!”

Hablaban todos a la vez, y el que yo entendí que era Satán usaba palabras espantosas. En la distancia, pude oír un bullicio de fiesta, el tintineo de las copas, y gritó:

¡Dejad que ellos mismos se junten en sus comidas! Eso lo pondrá todo más fácil para nosotros. Dejadlos que vayan a sus banquetes. El amor al placer es la puerta por la que vosotros os apoderaréis de ellos… Y esas almas ya no serán capaces de escapar de mí”.

Añadió cosas tan horribles que nunca podrían ser escritas ni dichas. Luego, como sumergidos en un remolino de humo, se desvanecieron. (3 de febrero de 1923)

El demonio gritaba rabiosamente por un alma que se le escapaba:

Llenad su alma de miedo, llevadla a la desesperación. ¡Si ella pone su confianza en la misericordia de ese… (Aquí usó palabras blasfemas contra Nuestro Señor). Todo estará perdido! Pero no; llévala a la desesperación, no la dejéis ni por un instante, por encima de todo, haced que se desespere…”

Entonces el infierno resonó con gritos frenéticos, y cuando finalmente el diablo me arrojó fuera del abismo, se fue amenazándome.

Entre otras cosas, decía:

“¿Es posible que tales enclenques criaturas tengan más poder que yo, que soy tan poderoso?…

Debo enmascarar mi presencia, trabajar en la sombra, cualquier esquina será buena para tentarlos… susurrando a un oído… en las hojas de un libro… debajo de una cama…

Algunas almas no me prestan atención, pero hablaré y hablaré, y a fuerza de hablar, alguna palabra quedará… ¡Sí, debo ocultarme en lugares en los que no pueda ser descubierto!” (7, 8 febrero de 1923)

SU RETORNO DEL INFIERNO

Josefa, en su retorno desde el infierno, notó lo siguiente:

“Vi varias almas caer dentro del infierno, y entre ellas estaba una niña de quince años, maldiciendo a sus padres por no haberle hablado del temor de Dios ni por haberla avisado de que existía un lugar como el infierno”.

Su vida fue muy corta, decía ella, pero llena de pecado, porque ella le concedió hasta el límite todo lo que su cuerpo y sus pasiones le pedían en el camino de su autosatisfacción, especialmente había leído malos libros.” (22 de marzo de 1923)

Los ruidos de confusión y blasfemias no cesan ni por un sólo instante. Un nauseabundo olor asfixia y corrompe todo; es como el quemarse de la carne putrefacta, mezclado con alquitrán y azufre… una mezcla a la que nada en la Tierra puede ser comparable”. (4 de septiembre de 1922).

UN RELATO

Otra vez, escribe:

Las almas estaban maldiciendo la vocación que habían recibido, pero no seguido… la vocación que habían perdido, porque no tenían la voluntad de vivir una vida oculta y mortificada…” (18 de marzo de 1922)

“La noche del miércoles al jueves 16 de marzo, serían las diez, empecé a sentir como los días anteriores ese ruido tan tremendo de cadenas y gritos.

En seguida me levanté, me vestí y me puse en el suelo de rodillas. Estaba llena de miedo. El ruido seguía; salí del dormitorio sin saber a dónde ir ni qué hacer. Entré un momento en la celda de Nuestra Beata Madre…

Después volví al dormitorio y siempre el mismo ruido. Sería algo más de las doce cuando de repente vi delante de mí al demonio que decía: “atadle los pies… atadle las manos”. Perdí conocimiento de dónde estaba y sentí que me ataban fuertemente, que tiraban de mí, arrastrándome.

Otras voces decían: “No son los pies los que hay que atarle… es el corazón”. Y el diablo contestó; ese no es mío. Me parece que me arrastraron por un camino muy largo.

Empecé a oír muchos gritos, y en seguida me encontré en un pasillo muy estrecho. En la pared hay como unos nichos, de donde sale mucho humo pero sin llama, y muy mal olor. Yo no puedo decir lo que se oye, toda clase de blasfemias y de palabras impuras y terribles.

Unos maldicen su cuerpo… otros maldicen a su padre o madre… otros se reprochan a ellos mismos el no haber aprovechado tal ocasión o tal luz para abandonar el pecado. En fin, es una confusión tremenda de gritos de rabia y desesperación.

Pasé por un pasillo que no tenía fin, y luego, dándome un golpe en el estómago, que me hizo como doblarme y encogerme, me metieron en uno de aquellos nichos, donde parecía que me apretaban con planchas encendidas y como que me pasaban agujas muy gordas por el cuerpo, que me abrasaban.

En frente de mí y cerca, tenía almas que me maldecían y blasfemaban. Es lo que más me hizo sufrir… pero lo que no tiene comparación con ningún tormento es la angustia que siente el alma, viéndose apartada de Dios.

Me pareció que pasé muchos años en este infierno, aunque sólo fueron seis o siete horas… Luego sentí que tiraban otra vez de mí, y después de ponerme en un sitio muy oscuro, el demonio, dándome como una patada me dejó libre. No puedo decir lo que sintió mi alma cuando me di cuenta de que estaba viva y que todavía podía amar a Dios.

Para poderme librar de este infierno y aunque soy tan miedosa para sufrir, yo no sé a qué estoy dispuesta.

Veo con mucha claridad que todo lo del mundo no es nada en comparación del dolor del alma que no puede amar, porque allí no se respira más que odio y deseo de la perdición de las almas”.(…)

“Cuando entro en el infierno, oigo como unos gritos de rabia y de alegría, porque hay un alma más que participa de sus tormentos. No me acuerdo entonces de haber estado allí otras veces, sino que me parece que es la primera vez.

También creo que ha de ser para toda la eternidad y eso me hace sufrir mucho, porque recuerdo que conocía y amaba a Dios, que estaba en la religión, que me ha concedido muchas gracias y muchos medios para salvarme… ¿Qué he hecho para perder tanto bien…? ¿Cómo he sido tan ciega…? ¡Y ya no hay remedio…!

También me acuerdo de mis Comuniones, de que era novicia, pero lo que más me atormenta es que amaba a Nuestro Señor muchísimo… Lo conocía y era todo mi tesoro…

No vivía sino para Él… ¿Cómo ahora podré vivir sin Él…? Sin amarlo.., oyendo siempre estas blasfemias y este odio… siento que el alma se oprime y se ahoga… Yo no sé explicarlo bien porque es imposible”.

LA LUCHA DEL DEMONIO PARA ARREBATAR ALMAS

Más de una vez presencia la lucha encarnizada del demonio para arrebatar a la misericordia divina tal o cual alma que ya creía suya. Entonces los padecimientos de Josefa entran, a lo que parece, en los planes de Dios, como rescate de estas pobres almas, que le deberán la última y definitiva victoria, en el instante de la muerte.

El diablo estaba muy furioso porque quería que se perdieran tres almas… Gritaba con rabia: ¡Que no se escapen…! ¡Que se van…! ¡Fuerte…! ¡Fuerte! “Esto así, sin cesar, con unos gritos de rabia que contestaban, de lejos, otros demonios. Durante varios días presencié estas luchas.

Yo supliqué al Señor que hiciera de mí lo que quisiera, con tal que estas almas no se perdiesen. Me fui también a la Virgen Y Ella me dio gran tranquilidad porque me dejó dispuesta a sufrirlo todo para salvarlas, y creo que no permitirá que el diablo salga victorioso“.(…)

“El demonio gritaba mucho: ¡No la dejéis…! ¡Estad atentos a todo lo que las pueda turbar…! ¡Que no se escapen… haced que se desesperen…! Era tremenda la confusión que había de gritos y de blasfemias. Luego oí que decía furioso: ¡No importa! Aún me quedan dos… Quitadles la confianza… Yo comprendí que se le había escapado una, que había ya pasado a la eternidad, porque gritaba: Pronto… De prisa… Que estas dos no se escapen… Tomadlas, que se desesperen… Pronto, que se nos van.

“En seguida, con un rechinar de dientes y una rabia que no se puede decir, yo sentía esos gritos tremendos:

¡Oh poder de Dios que tienen más fuerza que yo…! ¡Todavía tengo una.., y no dejaré que se la lleve…! El infierno todo ya no fue más que un grito de desesperación, con un desorden muy grande y los diablos chillaban y se quejaban y blasfemaban horriblemente. Yo conocí con esto que las almas se habían salvado.

Mi corazón saltó de alegría, pero me veía imposibilitada para hacer un acto de amor. Aún siento en el alma necesidad de amar… No siento odio hacia Dios como estas otras almas, y cuando oigo que maldicen y blasfeman, me causa mucha pena; no sé qué sufriría para evitar que Nuestro Señor sea injuriado y ofendido.

Lo que me apura es que pasando el tiempo seré como los otros. Esto me hace sufrir mucho, porque me acuerdo todavía que amaba a Nuestro Señor y que Él era muy bueno conmigo. Siento mucho tormento, sobre todo estos últimos días.

Es como si me entrase por la garganta un río de fuego que pasa por todo el cuerpo, y unido al dolor que he dicho antes. Como si me apretasen por detrás y por delante con planchas encendidas…

No sé decir lo que sufro... es tremendo tanto dolor… Parece que los ojos se salen de su sitio y como si tirasen para arrancarlos… Los nervios se ponen muy tirantes. El cuerpo está como doblado, no se puede mover ni un dedo…

El olor que hay tan malo, no se puede respirar, pero todo esto no es nada en comparación del alma, que conociendo la bondad de Dios, se ve obligada a odiarle y, sobre todo, si le ha conocido y amado, sufre mucho más…”.

Josefa despedía este hedor intolerable siempre que volvía de una de sus visitas al infierno o cuando la arrebataba y atormentaba el demonio: olor de azufre, de carnes podridas y quemadas que, según fidedignos testigos, se percibía sensiblemente durante un cuarto de hora y a veces media hora; y cuya desagradable impresión conservaba ella misma mucho más tiempo todavía.

Oí a un demonio, del cual había escapado un alma, forzado a confesar su impotencia. ‘Desconcertante… ¿cómo pueden hacer para que se me escapen tantas? Eran mías’ (y enumeró sus pecados)… ‘Trabajé muy duramente, y aún así se escaparon entre mis dedos… Alguien debe estar sufriendo y reparando por ellos.” (15 de enero de 1923).

FUENTES:


Foros de la Virgen María