martes, 10 de julio de 2018

(212) LA ARGENTINA HA SIDO CONSAGRADA POR SUS OBISPOS A NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN.


 “A tí llamamos los desterrados hijos de Eva, a tí suplicamos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, ea, pues, Señora, abogada nuestra…”
Desde la mañana se comenzaron a disipar las nubes que amenazaban lluvia hasta el mediodía, el sol suavizó el frío que helaba a los peregrinos que iban llegando desde la noche anterior.
Finalmente, al término de la Misa celebrada a las 11 de la mañana, la avenida repleta de fieles llegados desde todos los puntos de nuestra lastimada nación, pudo ser testigo de la esperada Consagración a Nuestra Señora, que aquí compartimos:
Aunque personalmente hubiéramos preferido que se añada el adjetivo “humana” al triste lema ecologista de “vale toda vida", sabemos que Nuestra Señora ha comprendido bien, y no dudamos que ha tomado lo bueno, disimulando algunos pormenores que preferimos dejar para otra ocasión.
Lo cierto es que en Sus amorosos brazos estamos, descansamos y confiamos, porque Ella es vida, dulzura y esperanza nuestra. 
Que los que quieran cebarse con la sangre de los más débiles, se las vean ahora con Ella, y los que no comprendan las relaciones entre “religión y política” empiecen a entender que es prácticamente imposible divorciarlas, porque si Cristo Reina, el hombre vive, y si se pretende ocultar al Sol de las almas, sólo podemos esperar la oscuridad de la muerte.
Nuestra “Niña” Purísima guarda todas las cosas en su Corazón… ¡vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos, oh clemente, oh piadosa, oh dulcísima Virgen María, y defiende a tus hijos! Y concédenos otro milagro para nuestra patria: obispos santos y valientes para consolar a tu Hijo y a la Iglesia.
Mª Virginia

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