martes, 19 de abril de 2016

PREPARACIÓN DE 33 DÍAS PARA CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA [REVELADA POR LA VIRGEN EN MEDJUGORJE


]La consagración al Inmaculado Corazón de María es un acontecimiento que sólo podrá llevar a cabo un número escogido de personas. ¿Quién las escogerá?

¡Nada más ni nada menos que la propia Virgen Santísima! Ella a través de los videntes de Medjugorje, elaboró un plan de preparación de 33 días, (33 es el número de años de la vida de Jesús, su Hijo amado) indicando las líneas maestras de cada uno de los días con mensajes para cada uno de ellos.

Ella invita a todo hombre o mujer que reciba este pequeño libro para que se aliste en el ejército que Ella está preparando para los tiempos finales que preceden al Triunfo definitivo de su Inmaculado Corazón, hecho que acaecerá irreversiblemente según los designios de Dios, tal como la Virgen de Fátima lo anunció en su momento.

Los que llevan a cabo la consagración al Inmaculado Corazón de María, con una verdadera y sincera preparación, tal cual es solicitada por Ella misma y según sus propias palabras, transcritas en este libro, recibirán al Espíritu Santo en sus corazones y sus vidas se encaminarán hacia una santidad y perfección radical, bajo la protección especial de la Santísima Virgen.

A partir del momento de la consagración, Ella los alistará en su ejército triunfador y formarán parte de su séquito el día del Señor. Sólo se requiere meditar cada día lo que la Santísima Virgen habla para cada uno de ellos, poner en práctica lo que Ella misma sugiere en sus locuciones y prepararse intensa y sencillamente con la mejor disposición de ánimo, confiados de que Ella nos ayudará para que realmente surja una verdadera conversión en nuestro corazón. Es una promesa que Ella tiene al que desee formar parte de su gran Ejercito Triunfador.

Si a lo dicho se une la oración sincera de corazón, durante todo el periodo de preparación, la eficacia de esa oración estará garantizada por la propia promesa y palabra de la Santísima Virgen que está ya en el tiempo en que va a lograr aplastar definitivamente la cabeza de la serpiente infernal.

Si rechazas esta gracia particular, gratuita y no merecida por nadie y que Ella te está ofreciendo por medio de este libro, estarás renunciando voluntariamente a una de las más grandes y mejores oportunidades que Dios ha concedido para tu Santificación y Salvación final. Esta es una gracia y un don que el Corazón de Jesús tenía reservado únicamente para estos tiempos finales.

INSTRUCCIONES DADAS PARA REALIZAR LAS TREINTA Y TRES SESIONES PREPARATORIAS A LA CONSAGRACIÓN

PARA CADA UNO DE LOS TREINTA Y TRES DÍAS:

A. MENSAJE, GUÍA, DIRECCIÓN Y MEDITACIÓN DEL DÍA

Como se ven de las páginas 9 en adelante

Luego se hace la Coronilla de las Virtudes diariamente

B. LA CORONILLA DE LAS VIRTUDES

Nuestra Señora tenía en su mano izquierda una coronilla rosada y dorada y rezaba con la mano derecha. Ella recitaba todas las oraciones muy despacio y reverentemente con mucho amor.

En la oración de esta coronilla Nuestra Señora hace unas promesas:

La promesa de la perseverancia en la oración para el crecimiento de las virtudes

La siembra de las semillas de santidad por las cuales la gracia será cultivada.

Esta coronilla contiene todas las virtudes que Nuestra Señora desea encontrar en nuestras almas.

Las gracias contenidas en esta coronilla de oraciones son para guiar y dirigir nuestras almas para lograr estos dones del Cielo. Por medio de estas siete virtudes, nuestra alma vuela a las manos de Dios Padre.

Queridos míos: estas oraciones son para obtener las virtudes. Se empieza con el Credo, luego sigue la Consagración a Mi Corazón Inmaculado y después el Ángelus. Posteriormente se reza la virtud seguida por el Padre Nuestro, el Gloria al Padre y la oración al Espíritu Santo. Después se recita la siguiente virtud y así se contemplan las siete virtudes: Fe, Esperanza, Caridad, Humildad, Paciencia, Perseverancia y Obediencia. (Octubre, 1 de 1.992)

LA CORONILLA SE REALIZA DE LA SIGUIENTE FORMA

I. ORACIONES INTRODUCTORIAS

CREDO
CONSAGRACIÓN A LA
SANTÍSIMA VIRGEN
EL ÁNGELUS

EL CREDO

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a las cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha devenir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

CONSAGRACIÓN CORTA A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como hijo y posesión vuestra.
Amén

EL ÁNGELUS

V. El ángel de Señor anunció a María.
R. Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Ave María

V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Ave María

V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Ave María

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén

Oremos: «Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para que habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación de tu hijo, podamos llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la Gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. »
Amén

II. PETICIÓN DE LAS VIRTUDES

Se realiza de la siguiente forma:

Se pide en oración, secuencialmente, cada una de las siguientes virtudes:

a. Virtud de la Fe

b. Virtud de la Esperanza

c. Virtud de la Caridad

d. Virtud de la Humildad

e. Virtud de la Paciencia

f. Virtud de la Perseverancia

g. Virtud de la Obediencia

Con cada una de la petición por las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:

1. Padre Nuestro…
2. Gloria al Padre…
3. Oración al Espíritu Santo

La Oración al Espíritu Santo fue revelada:

Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón, para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de Dios. Amén. (Diciembre 23 de 1991)

III. ORACIONES FINALES

Para terminar, se hacen las siguientes oraciones también reveladas:

¡OH MARÍA
ORACIÓN DE PENTECOSTÉS

¡OH MARÍA!

«Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre como una ofrenda de mí para ti.

Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón más conocido cada día». (Marzo 19 de 1993)

ORACIÓN DE PENTECOSTÉS

Mientras se reza esta oración dada por Nuestra Señora que nuestros corazones estén abiertos para reconocer y aceptar los obsequios del Espíritu Santo, y así avancemos confiadamente en esta batalla por el triunfo del Inmaculado Corazón. Estamos llamados para transformarnos en el reflejo de Cristo, un reflejo del rostro de Dios que será una atracción para todos, para que su gloria sea magnificada a través de nuestras vidas.

«Mis queridos hijos: hoy ustedes les traen tanta alegría a mi Jesús. Yo les doy a ustedes una gran bendición de Dios. El desea crear en sus hijos unidad y gloria a Su Nombre. » (Junio 6 de 1992)

«Espíritu de Cristo: despiértame;

Espíritu de Cristo: muéveme;

Espíritu de Cristo: lléname;

Espíritu de Cristo: séllame.

Oh Padre Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad;

Sé en mí una fuente de virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una luz que todos vean». Amén (Junio 7 de 1992)

ESQUEMA DE CADA UNA DE LAS TREINTA Y TRES SESIONES DE PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN

A. MENSAJE, GUÍA Y DIRECCIÓN DEL
DÍA …

B. CORONILLA DE LAS VIRTUDES
DIARIA

I. ORACIONES INTRODUCTORIAS
Credo de los Apóstoles
Consagración corta
Ángelus

II. PETICIÓN DE LAS VIRTUDES

Te pido Madre que alcances para mí la Virtud de la:

Fe
Esperanza
Caridad
Humildad
Paciencia
Perseverancia
Obediencia

Luego de cada una de las siete peticiones las siguientes oraciones:

1. Padre Nuestro
2. Gloria
3. Oración al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón, para ver las cosas que son de Dios;
Ven Espíritu Santo, dentro de mi mente, para
conocer las cosas que son de Dios;
Ven Espíritu Santo, dentro de mi alma ,para que yo le pertenezca solamente a Dios;
Santifica todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de Dios.
Amén

III. ORACIONES FINALES

¡OH MARÍA:

Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; Colócale alrededor una corona de pureza adornada con virtud; Toma mi corazón querida Madre consagrado como tuyo propio; Preséntaselo a Dios Padre como una ofrenda de mí para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón más conocido cada día

ORACIÓN DE PENTECOSTÉS

Espíritu de Cristo: despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme; Espíritu de Cristo: lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad; Sé en mí una fuente de virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una luz que todos vean. Amén

SECUENCIA PARA LA PREPARACIÓN A LA CONSAGRACIÓN DURANTE LOS TREINTA Y TRES DÍAS

PRIMER DÍA

MENSAJE

«Queridos hijos: el acto de Consagración a mi Corazón Inmaculado, como yo les digo, es un acto de amor y no simplemente palabras. Me llena de regocijo saber que sus corazones lo entienden así.

Les digo que sus corazones son la ventana del alma, el acto de consagración abre esa ventana; sus almas son como un prisma diseñado por Dios, como su propio reflejo. Si en este prisma hay impurezas, no podrá reflejar la gloria para la cual fue diseñado; para llevar claridad al alma ustedes deben rezar, para traer claridad al alma tienen que rezar; solamente por medio de la oración pueden ser disueltas todas las impurezas.

Queridos míos: miren dentro de mi Corazón pues al asomarse a él recibirán a la Trinidad; Yo solo puedo reflejarles la presencia de Dios.

Escuchen, hijos míos: les aseguro, abran sus corazones para recibir la luz de Dios y permitan que solo Él se refleje en ustedes» (Julio 7 de 1992)

GUÍA

Nuestra Señora nos trae un llamado a su misión: La misión para su Triunfo.

Esta misión comienza con nuestra Consagración a su Inmaculado Corazón; de esta manera nosotros respondemos al llamado de santidad y a la búsqueda de paz dentro de nosotros mismos y en el mundo entero.

Debemos comenzar por darnos cuenta que este es un llamado a una conversión personal, que envuelve nuestra propia alma y corazón, que permite a Dios obrar en nosotros y por medio de nosotros.

El acto de Consagración es exactamente lo que Nuestra Señora ha dicho: un acto. El acto de Consagración unirá nuestros corazones con el de Ella hacia su Hijo a través de una gracia especialmente creada.

DIRECCIÓN

La oración es la que crea nuestra relación con Dios. Mediante este acto de comunión, Dios viene a nuestros corazones y nosotros vamos hacia Él. Por medio de la oración, todas las impurezas que hay dentro de nosotros, pueden ser llevadas ante El y transformadas por su Gracia. Tener serenidad en el alma es estar lleno de la presencia de Dios. Primero debemos unirnos como uno a Dios; entonces, por medio de nuestra unión con Él, Él podrá obrar maravillas por medio nuestro.

MEDITACIÓN

¡Oh Corazón Inmaculado de María!, ayúdame para que la ventana de mi alma permanezca siempre abierta y transparente para que todas las impurezas puedan ser borradas y que Dios sea magnificado y glorificado, a través de mi propia conversión, consagración y testimonio. Madre querida, que yo pueda poner en acción las palabras que te prometo. Abre mi corazón para que yo me convierta en la señal del Triunfo en todo el mundo.

«Serán como Ángeles en el Cielo». (Mateo 22:30)

Coronilla de las virtudes

SEGUNDO DÍA

MENSAJE

«Mis queridos hijos. Vengo a ofrecerles mi más grande regalo: darles mi amor en un intercambio muy especial – Mi Corazón por el de ustedes. En este intercambio, ustedes harán el Acto de Consagración a mi Inmaculado Corazón participando así en mi Triunfo. Hijos míos, yo lo pido pero la decisión es solamente de ustedes». (Agosto 9 de 1992)

GUÍA

Nuestra Señora nos recuerda cual es el propósito de la Consagración. La Consagración encierra la promesa del alma de ser poseída por Ella y por medio de Ella por Dios, por el Espíritu Santo. Como Ella permanece como la esposa del Espíritu Santo, todo le es dado por Dios y de este modo, nuestros corazones también están prometidos a Dios por medio de nuestra Consagración a Ella.

Como el propósito entero de Nuestra Señora es llevar a todos los corazones a su Hijo, Ella en efecto, está recogiendo todas las almas para Él.

En el Acto de Consagración, por medio de la gracia divina, nuestro corazón es intercambiado por el corazón de Nuestra Señora y entonces nuestras almas son purificadas y sanadas por medio de una reconciliación enfocada hacia Dios. Cuando el alma llega a unirse con Nuestra Señora, el deseo de imitarla a Ella se convierte en el propósito de esta unión.

El corazón es elevado al nivel de pureza necesaria para que corresponda con la imitación de Nuestra Señora y así llegar a la atmósfera Espiritual necesaria para que pueda ocurrir el intercambio de corazones. En esta invitación, nuestro corazón es atraído por la fuerza del deseo para que pueda encontrarse al otro lado con Dios para el intercambio. El Acto de Consagración es una comunión Espiritual con Jesús a través del Corazón de Nuestra Señora.

DIRECCIÓN

Nuestra Señora nos dice que nosotros no reconocemos el poder que se nos da por medio de la oración. Nosotros llevamos la llave para la paz del mundo en nuestros corazones. Por medio de la oración, la relación entre Dios y nosotros es aumentada; y mediante este tiempo que pasamos con Él, de corazón a corazón, todas nuestras necesidades serán satisfechas.

Nosotros debemos dedicar un tiempo para hacer crecer esta relación. No es posible tener una relación de uno solo nada más. Debemos darle tiempo a Él, para que Él revele a nuestro corazón sus designios para nosotros. En la soledad de la oración, nuestra alma aprende todos los misterios del Cielo.

MEDITACIÓN

¡Oh Corazón Inmaculado de María!, ayúdame a rezar para que el fuego de mi corazón pueda llegar, por medio tuyo, al nivel necesario para el intercambio de mi corazón por el tuyo. Madre querida, yo ruego para poder darte el «Sí» de la simplicidad, creada por la pureza de mi corazón con la intención de imitar a tu corazón. Santa María, asísteme en mi deseo para amar a Dios con toda mi alma, para hacer todo lo que esté en mi poder para agradarlo a Él, que me ama tanto. Deseo unirme a Ti eternamente para que Tú puedas presentarme ante el trono de Tu Hijo en un estado de perfección y lleno de amor sagrado.

«Y todo el que deja casa, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o propiedades, por amor de mi Nombre, recibirá cien veces lo que dejó y tendrá por herencia la vida eterna. (Mateo 19, 29)

Coronilla de las virtudes

TERCER DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, te pido que renueves tu consagración a mí de una manera muy especial. En el día de tu consagración, pido que todos mis hijos se unan a mí, que vengan todos juntos y se consagren a mi Inmaculado Corazón. Ustedes no perciben cuantas gracias hay encerradas en este Acto, anhelo llevarlos a todos en mis brazos maternales y presentarlos a Dios Padre en el Cielo. Yo te presento a mi Hijo, que es tu verdad, tu vida y el Camino hacia la vida eterna en el Cielo.

Vengo a la tierra tan frecuentemente porque el mundo está influenciado por decepciones y por maldad. Deseo guiarlos hacia el mensaje completo del Evangelio, de esta manera ustedes podrán moldear sus vidas y así ganar la corona del cielo. Te advierto, querido Ángel, el mundo sucumbirá ante las tinieblas de las grandes tribulaciones. Les ruego que todos se entrelacen con mi Inmaculado Corazón que pueda protegerlos y guiarlos a través de tanta oscuridad. Les aseguro que ustedes no saben que difícil es, queridos hijos, escapar a las trampas de maldad que Satanás les prepara. Sus seducciones se han hecho atractivas y tan sutiles que sólo mediante la unión de nuestros corazones ustedes podrán salvarse de ellas.

Cada día se hará más claro que el rebaño que está consagrado a mí Corazón y llevado en mis brazos en esta hora final, será la de aquellos que son fieles al mensaje del Evangelio, al Vicario de Cristo y que adoran la presencia de mi Hijo en la Eucaristía; estos serán envueltos en los pliegues de mi manto mediante la Consagración a mi Inmaculado Corazón.

Es esta la forma como Yo deseo guiarlos a la glorificación de la Santísima Trinidad. Ustedes encontrarán el paso por la puerta de mi Corazón y por este medio esparcirán la luz del esplendor divino. Cuando la luz que ustedes contienen sea esparcida sobre la tierra y mi parte, como portadora de esta luz se haya ya cumplido, mi Jesús reclamará el Reinado de su Sagrado Corazón y restaurará su Reino.

Con los esfuerzos más pequeños ustedes derramarán esta gloria y así permanecerá en sus manos el Triunfo y la proclamación de nuestros dos corazones entre la humanidad». (Octubre 17 de 1992)

GUÍA

La preparación para la consagración le da al alma una base para recibir una gracia excepcional, porque para que Dios conceda una gracia al alma, ésta tiene que estar preparada para recibirla. La preparación es un acto de purificación del alma y este acto de preparación debe ser completado a un nivel comparable con la grandeza de la gracia que será otorgada por Dios.

Este acto de consagración es una comunión Espiritual con Él, por medio del Corazón de María y nunca deber ser hecho a la ligera. Debemos hacer nuestra consagración con un profundo sentido de la realidad de la gracia que está contenida en este acto. La preparación que precede al acto debe ser tomada muy seriamente. El propósito de esta preparación es darle al alma una base para recibir esta gracia tan grande. Nuestra Señora dice que antes que Dios pueda conceder una gracia en toda su plenitud, el alma debe estar preparada para recibirla.

DIRECCIÓN

Lo primero que debemos buscar en nosotros es un ardiente deseo de perfección en el alma. Este es el medio por el cual se adquiere la santidad. Nuestra consagración al Inmaculado Corazón de María, nos facilita la perfección en el alma. Primero tenemos que progresar en virtud y aspirar al grado más alto de santidad por medio de nuestro propio deseo.

Los deseos santos son las alas benditas con las cuales uno escapa de los lazos mundanos. Por este medio nosotros estaremos aptos para volar hacia las alturas de perfección, donde encontraremos la paz que el mundo no puede darnos.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ayúdame a abrir mi alma para recibir la gracia inmensa que Dios desea concederme. Que yo me prepare con un entero conocimiento de los dones preciosos que mi alma va a recibir; que me entregue con toda sinceridad, humildad y pureza para obtener lo que Dios se digne extender sobre mí, sin que yo lo merezca.

«La voluntad de Dios es que se hagan Santos» (1 Tesalonicenses 4, 3)

Coronilla de las virtudes

CUARTO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, es en la respuesta de mi llamado, como todos mis hijos reciben cada gracia que ellos imploren de mi Inmaculado Corazón. Tu convicción, puesta dentro de la Consagración a mi Corazón maternal, permite que el Espíritu Santo se mueva dentro de ti, a través de Mí.

Te lo digo otra vez para que lo recuerdes: será cuando ya no sientas la tierra bajo tus pies, cuando tú constatarás que estas en vuelo hacia mi abrazo.

Ángel mío, nunca dudes de las palabras que te he dicho sobre el deseo de Dios Padre para la santa ejecución de mi triunfo: Es en esta unión concedida entre mis escogidos, y la conformidad a la voluntad de Dios, como la afirmación de la convicción será inspirada en cada uno de sus corazones» (Diciembre 7 de 1992)

GUÍA

Se necesita una gracia excepcional para llevar el alma al estado en que este intercambio celestial de corazones pueda ocurrir; se necesita un fuego abrasador.

La consagración levanta el alma hasta el punto donde Dios se mueve hacia ella para elevarla por encima de la capacidad humana de amar; en esencia, Dios levantará el alma al conocimiento del Cielo.

El alma, puede moverse humanamente hasta el punto donde Dios puede corresponder a ella y atraerla hasta el momento del intercambio, pero solo Dios puede atraer el alma a este nivel espiritual. Se necesita un amor divino e intenso para causar la transformación del alma y del corazón, hasta el punto de la fusión necesaria para que se realice tal milagro.

Si la base para la consagración no está puesta dentro del alma, el alma no puede moverse libremente hasta el punto que debe alcanzar para que ocurra el intercambio.

Es el esfuerzo por parte del alma, el que alimenta el deseo de amar de Nuestra Señora, pero solo Dios como mediador puede realizar el acto divino del intercambio en el acto de la consagración.

La preparación debe ser vista con tanta importancia como el acto mismo de la consagración; de otra manera el alma no podrá recibir la gracia diseñada específicamente para la consagración.

DIRECCIÓN

¿Cómo es que los deseos fervientes hacen volar el alma a Dios?, los buenos deseos dan fuerza y coraje y disminuyen el trabajo y la fatiga de ascender la montaña de Dios. El que no tiene un deseo ardiente para obtener la santidad durante los tiempos difíciles, no podrá llegar nunca a la perfección.

Nosotros no debemos descansar en nuestro deseo intenso para alcanzar la santidad, sino que debemos correr continuamente para poder obtener la corona de pureza adornada con virtud; esta es una corona incorruptible que Nuestra Señora desea tanto colocar sobre nuestra alma a través de nuestra consagración a su Inmaculado Corazón.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ruega para que mi corazón se abra ante la gracia que lo transformará en imitación al tuyo. Haz que yo pueda obtener, por el poder del Espíritu Santo, el deseo que me mueva hacia ti y que mi corazón pueda ser conducido hacia el momento del intercambio; que sea creado un fuego abrasador que pueda arder tan brillantemente, para que el milagro de la transformación pueda envolver mi corazón y mi alma y ser levantada hasta las alturas prometidas por Dios.

« ¿Quién subirá hasta el monte del señor?, ¿Quién entrará en su recinto santo? El que tiene manos inocentes y puro corazón, el que no pone su alma en cosas vanas, ni jura con engaños» (Salmo 24, 34)

Coronilla de las virtudes

QUINTO DÍA

MENSAJE

«Queridos hijos: ustedes están despertando al amanecer de mi Triunfo. Ruego por su unidad en la respuesta a mi llamado.

Les doy la alternativa para la paz en el mundo: pongan en práctica queridos míos, la suplica de mi Inmaculado Corazón y espero sus respuestas en la tierra donde he obtenido mi mayor victoria, Rusia. Para contestar el llamado de estos hijos a mi Corazón, extiendan sus conversiones a través de este lugar; confío en ustedes la conclusión de mi mensaje del pasado para dar victoria y efecto a mis palabras». (Diciembre 7 de 1992)

GUÍA

Primero: en la preparación para la consagración, el alma debe permanecer abierta; y el deseo fundamental de amar a Nuestra Señora debe estar presente. Este tiene que ser un deseo puro, sin complicación y sin otro motivo más que el de puro amor hacia Ella.

Segundo: El alma debe desear una reconciliación con Dios; esta gracia es otorgada en parte con la consagración misma, porque es una gracia de unidad; pero sin reconciliación, la unidad total no puede formarse, porque la plenitud de la gracia que ha sido concedida está efectivamente bloqueada. La gracia debe ser colocada dentro de lo más profundo del alma, y es solo mediante la reconciliación que la gracia de Dios puede ser recibida perfectamente; como es tan inmensa la gracia otorgada, así debe ser la reconciliación.

Tercero: el alma debe encontrar solitud (soledad) para alimentar el estado de amor por Nuestra Señora; solo en la solitud, su amor puede ser manifestado y realizado en el alma.

Cuarto: el conocimiento de las expectativas de Nuestra Señora en el alma tiene que ser ganado. Es muy fácil para nosotros saber lo que esperamos de Ella, pero muy pocas veces permitimos que las expectativas de Ella sean conocidas por nosotros. Debemos tener una comprensión clara de lo que Ella espera de nosotros; sin este conocimiento es muy difícil para el alma realizar los frutos de la consagración.

Pidamos para poder comprender las expectativas de Dios a través de Nuestra Señora, para que sean manifestadas a nuestras almas.

DIRECCIÓN

En nuestro deseo de adquirir perfección, debemos buscar frecuentemente la virtud más exaltada: la de amar a Dios más que todos los santos, sufrir más que todos los mártires, tolerar y perdonar todas las injurias, aceptar toda clase de sufrimiento por el bien de salvar un alma y efectuar actos de caridad por amor al prójimo primero. Estas santas aspiraciones y deseos crearán en nuestra alma la llama de la virtud y el reino de pureza y simplicidad; estas son bases fundamentales para la consagración.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ayúdame a avanzar en perfección mediante el deseo de obtener virtud y pureza; que yo pueda contemplar la bondad de Dios en mi vida y abrir mi corazón a los menos capacitados, para reconocer los favores que Él les concede; pide perdón en mi nombre por la falla de amar y honrar tu tierno corazón más fervientemente. Madre querida, átame y úneme a tu Hijo, para que yo sea enteramente suyo como Él lo desea.

«Crea en mi, Oh Dios, un corazón puro, pon en mí Espíritu firme» (Salmo 51, 12)

Coronilla de las virtudes

SEXTO DÍA

MENSAJE

«Hijos míos; junten sus corazones como uno solo, recuerden la intención de sus respuestas a mi llamado para honrar, amar y servir a la Trinidad, tres personas en una.

Los amo y deseo para ustedes solo bondad y regocijo. ¡Mucho se alcanzará para este día!; Prepárense para la batalla: la batalla final, para la armonía y la paz; manténganse fuertes y unidos, sosténganse bajo la promesa de la paz global; el Padre Todopoderoso lo ha asegurado.

El acto de consagración ha sido presentado y aceptado; la conversión espera, Él ansia poseer cada corazón para llenar cada alma con su reino. Tomen mi mano no teman, corran conmigo, no vacilen, empujen todo su ser al corazón de esta misión, deseo sus respuestas al llamado de conversión.

Queridos hijos, esto significa, no solo que ustedes se consuman, sino repartir esta chispa de amor; la unidad no puede ser creada por uno mismo, sino alcanzando los corazones de los que te rodean y haciéndote al corazón que alcanza el tuyo. La conversión se encuentra en ti por medio del reflejo de Él». (Diciembre 31 de 1992)

GUÍA

El alma reconoce que al hacer la consagración, ciertas peticiones de gracia, intercesión, guía y dirección son concedidas por Nuestra Señora; pero también es importante comprender lo que Ella nos pide a cambio. Debemos recordar que no puede haber una relación de un solo lado, debe estar presente la participación de ambos lados; nosotros no podemos seguir adelante sin saber cual es el resultado que nos espera al final. Nuestra Señora nos pide que avancemos en santidad, pero es solo por su mano como se nos da el modo para cumplirlo.

DIRECCIÓN

Es verdad que cualquier bien que nosotros hagamos viene de Dios, y que sin su gracia, nosotros no podemos ni pronunciar su nombre; comprendamos que nosotros dependemos enteramente de la gracia. Pero Dios nos ordena tomar nuestra parte y cooperar con Él en la obra de salvación; muchos desean llegar a ser santos pero quieren que Dios haga todo el trabajo y que Él los lleve a la gloria eterna sin esfuerzo o inconveniencia para ellos; pero esto es imposible, la ley divina de Dios declara que la carga debe ser llevada por los dos, para mostrar que su mano divina y nuestra cooperación son indispensablemente necesarias para crear la santidad del alma.

Al llevar esta carga, se gana el mérito de la felicidad eterna; por esto, nosotros tenemos que someter nuestras voluntades a la vivencia evangélica para así aplastar el obstáculo a la santidad.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, confiado en la Misericordia infinita de Dios, ruego con firme confianza que pueda amarte con todo mi corazón; veo que las gracias que yo recibo, la luz, los buenos deseos y la buena voluntad que Dios me da, son el fruto de tu intercesión. Madre querida, continua intercediendo por este hijo, y ruega conmigo por mi santificación hasta que todo mi ser llegue a ser como Dios lo desea. Ruego para que mi consagración a Jesús, por medio tuyo, sea sin ninguna reserva y ruego que mi firme esperanza pueda ser realizada pronto.

«Así pues, debe brillar su luz ante los hombres para que vean sus buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los Cielos» (Mateo 5:16)

Coronilla de las virtudes

SÉPTIMO DÍA

MENSAJE

«Mis queridos hijos: vengo a convocarlos a esta misión de paz, les prometo no separarme de vuestro lado, regresar a ustedes en mi sábado de cada mes, para prepararlos y enseñarles su parte en este plan divino de gracia.

Queridos hijos míos, los llamo aquí para completar todo lo que les he pedido; la hora para la culminación de mi mensaje de paz ha llegado, reúnanse todos fielmente para su consagración con el «Sí» a Dios Padre en el día de mi fiesta. A mí se me dará el camino para hacer posible sus deseos de ayudar en esta misión; vengan todos juntos bajo la guía de mi Corazón y de mis pastores escogidos. Plantaré en ustedes la semilla de la santidad por la cual crecerá la gracia y la virtud». (Enero 1 de 1993)

GUÍA

El propósito central de la consagración es crear la unión. Nuestra Señora concederá una gracia especial para infundir esta unión; es necesario que preparemos nuestras almas para recibir esta gracia santa, de otra manera quedaremos con solo una parte de lo que Ella había intentado conferirnos. Esta gracia no se puede manifestar con la perfección que ha sido diseñada si el alma no ha preparado el vaso en que será recibida; el alma recibirá solamente el nivel de gracia que está preparada para recibir.

El alma debe entonces reconocer la intención por la cual Nuestra Señora nos trae esta gracia y la expectativa de los frutos de esta gracia; nosotros deberíamos recordar que todas las gracias son puramente dones que son conferidos con el propósito de glorificar a Dios; este es el propósito final de cada uno de los dones del Cielo.

DIRECCIÓN

No se desanimen cuando encuentren que no han llegado a la perfección que ustedes querían; si se decepcionan por las imperfecciones que desean corregir, esto sería ceder a una gran ilusión de Satanás. El alma que siempre acaricia el deseo ardiente de avanzar en la virtud y se esfuerza continuamente en seguir adelante, podrá obtener, con la asistencia divina, la perfección que se puede alcanzar en esta vida; el descorazonamiento da lugar a que se pierda la esperanza en las gracias obtenidas por medio de tu voto a la consagración; la promesa de la consagración es la marca del vínculo eterno de un puro «FIAT».

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, por estas luces interiores infundidas en mi alma por medio tuyo en el momento de mi consagración, ayúdame a recibir y ganar la gracia; que yo busque continuamente la voluntad de Dios como tú lo hiciste y a ejecutarla sin reservas. Me ofrezco totalmente para privarme de todos los apegos mundanos, a sufrir la cruz que abrazo con pasión y permanecer firme a tu lado en orden de batalla, listo para defender el Triunfo de tu Inmaculado Corazón.

«Él se fijó en la felicidad que le estaba reservada, y por ella no hizo caso a la vergüenza de la cruz» (Hebreos 12:2)

Coronilla de las virtudes

OCTAVO DÍA

MENSAJE

«Mis queridos hijos: no me abandonen, Yo anhelo acogerlos a todos en el calor de mis brazos; permanezcan fuertes en unidad. Satanás no puede causar daño cuando permanecemos todos unidos con mi Jesús como nuestro centro.

Les digo: vengo a llamarlos hacia una convicción, la convicción de la consagración global; vendré a recoger las cosechas de esta consagración unificada, mi corte. En la consagración a mi Inmaculado Corazón ustedes darán su «Sí» para ser escogidos y colocados a su servicio de un modo especial; ustedes están aceptando los sacrificios del triunfo, porque yo le pediré mucho a cada uno. Humillen sus almas y tomen mi mano, permítanme conducirlos a la paz; la paz de sus familias, la paz de sus países nativos y la paz en el mundo.

Queridos hijos; ábranme sus corazones a mí porque yo deseo colocar mi chispa dentro de ustedes, yo solo puedo dar lo que ustedes puedan aceptar, mientras más permitan el paso de mi mensaje a su alma, más se me permitirá llevarlos dentro a las profundidades de la comprensión.

Vivan las palabras que yo les doy; se las doy para enseñarles y para preparar sus almas para los días venideros. Vengo a ayudarles a transformar su corazón y su alma al verdadero sentido de la conversión; a la imagen de Dios.

¿Vendrán ustedes hacia a mí?, ¿Me permitirán llevar sus corazones al Padre?, Esta es la elección que ustedes tienen que hacer sin reserva, les pido que reflexionen acerca de la importancia de este día. » (Enero 10 de 1993)

GUÍA

Este acto de Consagración encontrará tu alma llena de un amor profundo; este amor es tan ardiente que llega hasta el corazón de Nuestra Señora con tanta fuerza que Ella es atraída a tu corazón. El deseo del alma de consagrarse a Nuestra Señora causa cierta atracción: un magnetismo. Es esa atracción la que lleva este intenso deseo de tu corazón a la atención de Nuestra Señora; en cuanto Ella encuentra y enfoca los deseos de tu alma, se concentra e intensifica este amor y los fundamentos para que se forme el intercambio divino.

DIRECCIÓN

El alma es como un jardín en el cual las malas hierbas crecen constantemente; entonces, tenemos que practicar la abnegación; manteniendo continuamente la pala en nuestras manos para arrancarlas y arrojarlas de nuestros corazones. Si no tu alma se volverá salvaje; una basura sin cultivar cubierta de espinas. ¿Cómo nos puede ayudar el cultivar nuestro exterior, efectuar devociones y dejar nuestro interior como un campo indomable? Es tu propia voluntad la que trae la rutina a tu alma; pero por medio de tu consagración se fertiliza la tierra. Al podar tu alma sientas las bases de las gracias en la consagración; es por medio de tus constantes esfuerzos que un jardín de pureza es creado para recibir las flores de virtud en medio de tu corazón.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, atráeme enteramente hasta tu Hijo y ayúdame a encender en mi corazón su santo amor por el cual yo deseo ser enteramente consumido; Madre querida, toma posesión de mi corazón y cámbialo por el tuyo. Llénalo con el deseo de todo lo que es santo y bueno, ilumínalo para que esté listo y dispuesto para ejecutar la voluntad del Padre y siguiendo tu ejemplo, pueda yo encontrar la santificación; únete a mi y yo a ti con un perfecto amor que nunca pueda ser disuelto. Haz que mi corazón no sea ya más mío, sino que sea enteramente de Dios a través de las gracias infundidas en mi corazón a través de tu corazón maternal.

«Un jardín es mi hermana, mi novia» (Cantar de los Cantares 4:12)

Coronilla de las virtudes

NOVENO DÍA

MENSAJE

«Queridos hijos: ¿Cómo se esconden del amor de mi Inmaculado Corazón?, vengo a traerles mi mensaje de paz dentro del mundo. Para ayudarme en esta tarea, deben permitir que yo habite dentro y a través de ustedes en sus consagraciones a mi Inmaculado Corazón; solo de esta manera podrán participar en lo más profundo de mi Triunfo. Cuando mi Corazón sea infundido en los suyos y los suyos se vuelvan míos, ustedes ganarán la victoria de la paz en la tierra.

Queridos hijos: les pido una intención en sus oraciones del Rosario; que todos los corazones se abran para responder a mi petición por esta consagración global. Lo que yo deseo más que todo, es estar con ustedes otra vez en este día. El próximo mes vendré con la abundancia de gracias del Espíritu Santo dentro de mi Corazón para prepararlos para el momento de su FIAT». (Febrero 14 de 1993)

GUÍA

El fundamento para la consagración se encuentra en un deseo magnético, este deseo atrae a Nuestra Señora hacia nosotros y a nosotros hacia Ella; por medio de esta atracción, el fundamento está puesto para continuar la preparación de la consagración.

El Espíritu Santo como el esposo de Nuestra Señora, viene del interior del corazón de Ella al nuestro; una vez que Nuestra Señora ha hecho madurar nuestros corazones, el Espíritu Santo vendrá a cosechar ese amor tan santo; porque todavía es a su Hijo a quien Ella lleva en cada corazón.

Nuestra Señora nos asegura que Ella vendrá a habitar dentro de nuestros corazones, y con Ella viene la chispa del Espíritu Santo para hacer fructífera nuestra consagración.

DIRECCIÓN

La humildad es la base y la guardiana de todas las virtudes; el Señor ha prometido escuchar todas nuestras oraciones. Al orgulloso, Él, le oye con oídos sordos y se resiste a sus peticiones; pero con el humilde, Él, es generoso más allá de toda medida; a ellos Él les abre sus manos y les concede todo lo que ellos pidan o deseen.

A través de nuestra consagración nosotros ganamos en esta gracia, pero es solo en la humildad como nosotros podemos realizar y disfrutar de nuestra promesa; con el FIAT que haremos vienen los bloques que forman el cimiento del Triunfo de Nuestra Señora dentro de nuestros propios corazones. Humilla tu alma ante el señor y espera de sus manos cualquier cosa que busques.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ten piedad de mí, ilumina mi alma y hazme ser y sentir lo que yo soy y lo que yo merezco. Ayúdame a descubrir que las costumbres del mundo sólo están llenas de tristezas y a encontrar los méritos del Cielo en las profundidades de la humildad.

Reina y abogada mía, asísteme para humillar mi corazón y mi alma ante la gloria de Dios, concédeme la gracia de la humildad en el momento de mi consagración para que yo pueda imitar la intensidad de tu propio Fiat

«Porque quiso mirar la condición humilde de su esclava» (Lucas 1:47)

Coronilla de las virtudes

DÉCIMO DÍA

MENSAJE

«Recuerda mi Ángel querido, que la verdadera devoción a mi Inmaculado Corazón es interior; es decir, viene solamente de dentro de tu corazón y es cultivado en el alma.

La perfección de la consagración es tener confianza como la de un niño en Mí, su Madre; esta confianza hace que tu alma recurra a mi Inmaculado Corazón con mucha sencillez y ternura; tú me implorarás a todas horas, en todo lugar y por sobre todas las cosas: en tus dudas para iluminarte, en tus extravíos para que encuentres de nuevo el camino correcto, en tus tentaciones para sostenerte, en tus debilidades para fortalecerte, en cada día para que yo pueda levantarte, en cada desánimo para que yo pueda consolarte, en tus cruces, afanes y tribulaciones de la vida para darte valor, para aceptar y soportar.

Estos momentos son dados a través del profundo amor en mi Corazón por ti; ven querido mío, recoge la gracia del Cielo; abre tu corazón y permite que el Espíritu Santo llene y penetre en ti plenamente. Extiende tus manos y expón tu corazón a los deseos de su toque majestuoso». (Marzo 6 de 1993)

GUÍA

En el centro del reinado de los dos Corazones, está el acto divino de la Redención; el único propósito de este acto es el de unirse a su propia unidad. Cuando el Espíritu Santo viene dentro del corazón, lo hace como divino unificador. Así como la atracción se junta en nuestro propio corazón, los dos corazones de Jesús y María se unen y la unión de ellos trae el acto de Redención y Corredención; siendo este el verdadero propósito de la consagración.

La consagración tiene como objetivo preparar el corazón para recibir a Jesús por medio del Espíritu Santo, y por este mismo, uniendo los poderes corredentores de Jesús y María; esto es lo que causa que el alma sea fructífera. En la unidad de los dos corazones viene la unión de nuestros propios corazones, ¡Una unidad muy especial de tres es creada!

DIRECCIÓN

Debemos comprender lo que significa la solitud del corazón; consiste en expulsar del alma cada afecto que no sea para Dios y en buscar en nuestras acciones solo la complacencia de su sagrado corazón. En esencia, la solitud de corazón implica que tú puedas decir con sinceridad: «Dios mío, yo te deseo a Ti solamente y nada más».

Nosotros debemos separarnos de todas las cosas, buscándolo solo a Él y así encontraremos su corazón en abundancia; no se puede buscar ni encontrar a Dios si Él no es conocido por el alma. El corazón ocupado por los afectos del mundo no puede reflejar puramente su luz divina; el alma que desea ver a Dios tiene que remover el mundo de su corazón, el alma que desea ver a Dios tiene que retirarse a un corazón abierto; un corazón simplemente enfocado a Él.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, guía mi corazón para encontrar solo a Dios en todas las cosas y sobre todas las cosas y descansar solo cuando haya encontrado solitud; concédeme que en mi consagración, mi corazón busque esa solitud en la tranquilidad de su paz; que el Espíritu Santo consuma todos mis afectos mundanos desde lo más profundo. ¡Oh María!, mi Madre, mi refugio, concédeme la gracia de un corazón que sepa estar en soledad.

«Tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y reza a tu Padre que comparte tus secretos, y tu Padre que ve los secretos te premiará» (Mateo 6:6)

Coronilla de las virtudes

UNDÉCIMO DÍA

MENSAJE

«Queridos hijos: en estos días les pido que se concentren en su preparación para el tiempo en que sus almas recibirán gracias excepcionales. En la fiesta del día de la consagración, la gracia de Dios Padre caerá sobre ustedes como lluvia del Cielo; entonces recogeré este rebaño escogido y lo juntaré con mis pastores escogidos. Únanse en un lazo de unión en nombre de mi triunfo.

Sepan, queridos míos, que Yo deposito mi esperanza en ustedes y a ustedes confío mi Corazón, en ustedes descansa la gracia de salvación para la humanidad.

Rueguen intensamente por el vicario de mi Hijo; unan su corazón al de Él de manera especial; ofrezcan en estos días todos los sufrimientos y alegrías como el sacrificio de ustedes para la consagración por la cual harán su promesa.

Entréguense del modo más virtuoso, miren hacia su prójimo antes que a ustedes, Dios Padre ve todo lo que hay dentro de sus almas; Él recompensará el amor y la misericordia con su propio amor, El hará justicia cuando se necesite.

Les suplico que junten este poderoso ejército de mi corte por que la batalla nos espera y solamente quedan unos momentos para que comience.

Queridos míos, yo soy su Madre, quédense como mis hijos; denme sus corazones porque yo les he dado el mío, confíenme todo lo que son que yo los moldearé en lo que deben ser». (Marzo 13 de 1993)

GUÍA

Nuestros corazones son poseídos por la fuerza de esta unión; este es el momento al que Nuestra Señora se refiere como el momento del intercambio. Cuando la consagración es hecha auténticamente con verdadero amor, es imposible que el alma no sea transformada; así es verdad, que cuando una persona le dice a otra que en la consagración su vida fue transformada, realmente manifiesta un cambio verdadero.

Esto sucede porque las fuerzas que se hayan reunido en la consagración están en un estado tan perfecto que en el momento intenso de gracia se crea una transformación que tiene lugar con tal magnitud, que no podría ocurrir de otra manera.

Dios ha dispuesto que esto suceda solo en este Reino Celestial de la consagración; nosotros comprendemos que es verdaderamente deseo y voluntad de Dios que el alma complete el acto de consagración.

DIRECCIÓN

Hacer llegar el alma hasta la presencia de Dios es el fundamento de la vida espiritual que consiste en tres formas: evitar el pecado, practicar la virtud y la unión con Dios. La presencia de Dios produce estos tres efectos: preserva el alma del pecado, la guía hacia la práctica de la virtud y la mueve para unirse con Dios por medio de un amor sagrado.

Para evitar el pecado, no hay mejor manera de resistir la tentación que convencernos que Dios tiene enfocados sus ojos sobre nosotros en cada momento; si nos mantenemos siempre en la presencia de Dios, con la conciencia de que Él lee todos nuestros pensamientos, oye todas nuestras palabras y observa todas nuestras acciones, esto nos preserva de la maldad en nuestros pensamientos, palabras y acciones.

El alma que permanece bajo su presencia divina, no busca solamente agradar a los demás, sino que sólo busca agradar a Dios; de este modo la virtud crecerá en el alma.

Finalmente, el alma crecerá rápidamente en gracia por medio de la constante unidad con Dios; esta unidad contiene una regla infalible: que el amor aumenta siempre con la presencia del objeto amado.

Son estos tres dones los que vienen en la gracia infundida del espíritu Santo en tu consagración.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, concédeme que yo te ame durante todo el resto de mi vida y que pueda ser eternamente tuyo, lleva mi corazón ante la presencia de tu hijo para que la llama de mi amor aumente. Ayuda a mi alma en la práctica de la virtud, tráele a mi corazón un abundante deseo de tener la fuerza y el coraje para convertirme en tu presencia dentro del mundo. Moldea mi alma para ser un soldado poderoso en tu corte y para desplegar la gracia de tu triunfo sobre la tierra.

Ruego, querida Madre, recibir estos dones infundidos en la venida del Espíritu Santo al momento de mi consagración.

«Que se alegren en el desierto, y que la tierra seca reverdezca y se cubra de flores la pradera. Que se llenen de flores como junquillos, que salte y cante de contento» (Isaías 35:1-2)

Coronilla de las virtudes

DUODÉCIMO DÍA

MENSAJE

«Queridos hijos: les pido permiso para que se cumplan por medio de ustedes las promesas de mi Inmaculado Corazón. El obsequio de Dios Padre para un mundo de paz depende de la culminación de mi triunfo; yo deseo darles la paz interior primero porque el reflejo de la paz exterior del mundo es alimentado primero dentro del alma.

Les pido, queridos míos, que recen el Rosario por esta búsqueda de la paz; solo en la unidad de esta oración el Corazón de Dios Padre puede sucumbir ante el amor de ustedes por mí. También les pido especialmente por la consagración de la juventud de hoy; ellos son mi triunfo futuro; ellos serán las almas que manifiesten la renovación de la Iglesia de las generaciones futuras.

Hijos míos, yo les prevengo sobre su destrucción, si ustedes no hacen reparación por la maldad de la humanidad. Regresen bajo la dirección y guía del Espíritu Santo, Él se apegará a sus corazones en el momento de su consagración a mi Inmaculado Corazón.

Les aseguro que yo no traigo el comienzo de la destrucción; sino que traigo solamente la luz del comienzo de la gracia divina y la culminación de mis promesas. Ruego para que ustedes unan sus corazones al mío en este divino «Si» a Dios Padre, para que el Espíritu Santo cubra sus propias almas. Permanezcan bajo la vista y el toque del Espíritu Santo, mi amado esposo». (Marzo 14 de 1993)

GUÍA

El propósito de la venida de Jesús a la tierra fue la salvación de las almas. Nuestra Señora permaneció en completa unión con todo lo que Él hizo, y su parte como corredentora no podrá nunca ser separada; la unión entre Jesús y María es tan intensa porque fue especialmente diseñada por Dios para el plan de la redención. Cada acto y deseo que Ella expresa es para culminación de su participación como corredentora en unión de su Hijo; la razón por la cual Nuestra Señora pide la consagración de esta manera es para su unión con Jesús y su parte en el plan corredentor.

DIRECCIÓN

La pureza de intención consiste en realizar nuestras acciones con el solo propósito de agradar a Dios; es necesario saber que la buena o mala intención de nuestros actos, hacen los actos buenos o malos ante los ojos de Dios. Con los ojos del alma comprendemos la intención y con el cuerpo emprendemos la acción.

Nuestra Señora pide que todas nuestras intenciones sean sencillas, es decir; que si nuestro objetivo es solamente agradar a Dios, nuestros actos serán buenos y brillarán con la luz de la pureza; pero si nuestras intenciones son de doble sentido, es decir que si tenemos otro motivo que el de no agradar a Dios, entonces ya no serán vistas como completamente puras y se volverán mundanas.

La simplicidad santa no permite otro final que el complacer a Dios; así que la intención pura de nuestra alma en nuestras acciones les da la vida y las hará siempre agradables ante los ojos de Dios. Nuestro puro y verdadero deseo de consagración hacia Ella debe ser el mismo deseo hacia Él; entonces bajo esta luz Santa Ella podrá presentar nuestras almas ante Dios.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, permíteme que en esta consagración yo adquiera por medio tuyo un ferviente amor hacia Dios; un amor fuerte que me haga vencer todas mis dificultades, un amor perpetuo que nunca más sea dividido, que mi corazón abierto pueda llevar el deseo de mi devoción a tu corazón.

Querida Madre, ayúdame a tener intenciones puras en todas mis acciones, simplicidad santa en cada una de sus ejecuciones y que el fin de todas ellas sea agradar a Dios, con la mente enfocada en Él solamente.

«Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; para juzgar, escucho (al Padre), así mi juicio es recto porque no busco mi voluntad, sino la de Aquel que me envió» (Juan 5:30)

Coronilla de las virtudes

DÉCIMO TERCER DÍA

MENSAJE

«Queridos hijos: yo espero la respuesta de sus corazones de una manera muy especial; apelo a ellos por medio de mi Corazón Inmaculado para que sean mis hijos. Sus corazones son la alegría de mis tiempos venideros, estén cada uno de ustedes en esta extraordinaria unión. Queridos hijos yo los invito a entrar en este sagrado refugio para ser su guía y protección para un futuro próximo; por favor escuchen y reciban mi Corazón de esta manera, porque yo solo tengo un deseo; este deseo es el de conducirlos hacia la santificación y que su santidad es el deseo más grande de Dios en el Cielo».

¿Madre, dinos que es lo que más necesitas de nosotros en estos días?.

«Ángel mío, yo necesito y deseo solamente un corazón abierto; rueguen por esto por encima de todo lo demás y todo puede ser y será alcanzado por cada alma.

Queridos hijos: vengan a su madre y permitan que mi triunfo llene sus esperanzas y deseos». (Octubre 1 de 1993)

GUÍA

El Hijo de Dios escogió encerrarse en el vientre de una humilde sierva; Él atrajo el esplendor de su gloria a este lugar escondido, Él glorificó a su Padre y dio su majestad a esta velada concepción, Él entregó su vida a su cuidado desde su nacimiento; durante sus treinta años ocultos y aún en la cruz Él unió sus sufrimientos a los de Ella, fue Ella quien le dio la vida, lo alimentó, lo mantuvo y luego lo sacrificó por nosotros. Él comenzó su ministerio por su humilde ruego en Caná.

El Espíritu Santo escogió hacer uso del vientre de una humilde sierva; aunque Él no hubiera tenido necesidad de Ella para llevar su fruto a la culminación. Sin embargo, al ser concebido en Ella y por medio de Ella, sucedió el misterio de gracia desconocido hasta para el más ilustrado; ¿si Dios escogió esa manera para venir al mundo, ¿Quiénes somos nosotros para merecer o siquiera pedir encontrar un camino diferente para llegar de nuevo a Él? Fue del Corazón Inmaculado de María de donde las gotas de sangre fueron impulsadas para que circularan desde su corazón a su vientre, y crear la concepción de Jesús. He aquí entonces que nosotros estamos llamados una vez más a abrir nuestros corazones y permitir que Jesús sea concebido espiritualmente dentro de nuestros corazones y de allí en nuestro ser.

DIRECCIÓN

Dios quiso crear una fuente de gracia en el Corazón de Nuestra Señora, desde las cámaras del Corazón de Ella; Él desea regar estas gracias sobre todos nosotros, Él nos invita a rendirle homenaje de la manera que Él más desea: por medio de la devoción al Corazón Inmaculado de su Madre.

Dios pide que nos consagremos al Corazón de María, Nuestra Señora no pide nada para Ella misma, solo desea que se cumplan los deseos de Dios Padre. Ella quiere traer la unidad al mundo de una manera divina. Nuestra Señora nos llama a unirnos a Jesús por medio de Ella y que cada corazón sea unido por este mismo lazo.

Esta es la obra de la gracia divina que en el final veremos como la mano de Dios. Hoy Él nos envía a su Madre para prepararnos para un tiempo que nosotros no podemos anticipar; Ella viene a desplegar un mensaje y advertirnos personalmente sobre los deseos de sus suaves caricias, y nos llevara de la mano hasta su abrazo sagrado; porque no hay caricia igual que la de una madre a su hijo.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, guíanos en esta batalla por la culminación de tu triunfo; haz que toda la humanidad se junte para toda la eternidad en lo más profundo de tu triunfante Corazón Inmaculado, permite que crucemos el umbral del Cielo hasta el Sagrado Corazón de tu Hijo, crea en mi un corazón puro adornado de virtudes, fortaléceme en mis pruebas, envuelve mi alma en tu ternura y en los momentos de regocijo junta tu sonrisa con la mía. Querida Madre coloca mi corazón dentro del tuyo.

«Ahora pues hijos escúchenme; felices los que siguen mis caminos, escuchen mi enseñanza y háganse sabios, no lo desprecien» (Prov. 8:32-33))

Coronilla de las virtudes

DÉCIMO CUARTO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío: la oración es el centro fundamental para la consagración; en la unidad de la oración Dios puede manifestarse al alma, encerrarla y guiarla de una manera especial; es por medio de la oración como nosotros podemos enfocar su voluntad.

El centro de preparación para la consagración está en la unión de la oración; la oración ha de ser la constante comunicación entre el alma y Dios, es la solitud la que permite acariciar al alma profundamente.

Rueguen para que todo les sea dado de su mano, para descargar sus corazones y para tener tranquilidad y calma; cuando sus almas hayan encontrado la profundidad de la solitud, es entonces cuando Dios podrá escribir en sus corazones… » (Marzo 18 de 1993)

GUÍA

El propósito de la consagración es para unirnos inseparablemente a Nuestra Señora; Ella en cambio, viene a unir cada alma con su Hijo quien tiene el propósito de traer la salvación a la humanidad. Todo lo que Nuestra Señora hará es aportar su donación para la misión de su Hijo en «El plan de salvación»; solamente para tomar parte en este plan es la razón por la cual Ella fue designada para seguir el flujo de gracia que viene de aquel que la envía.

En Nuestra Señora ha sido creada la manera de cumplir este plan: a Ella le fue otorgada la posición de Corredentora, todo lo que Ella pide es completar el propósito del Plan de Dios; la actuación de Nuestra Señora en el Plan total de Dios es en verdad la realización de su valor como Corredentora, la consagración a su Corazón sentará el fundamento de nuestras almas para colaborar con el Plan Universal de Dios.

DIRECCIÓN

Nuestra Señora nos recuerda que las almas que se entreguen a Ella encontrarán una vida llena de gracia y gloria eterna; así como a Ella la llaman «Estrella de Mar», la patrona que guía los barcos hacia el puerto, así Ella guiará nuestras almas a través de su portal Inmaculado hasta el Corazón de su Hijo. Por su intercesión, nuestras intenciones, oraciones y peticiones son dirigidas al Cielo de una manera especial.

El poder de su intercesión es tan grande en la manera de hacerlo que es imposible que no puedan ser escuchadas o rechazadas por su Hijo. Ella ruega continuamente por nosotros para obtener las gracias a nuestras necesidades, porque Ella está siempre dispuesta a asistir a todo el que la invoque; para obtener la salvación es suficiente pedir auxilio de sus oraciones. Por medio de esta consagración, nosotros invocamos su más poderosa intercesión que contiene la gracia de su propio corazón entretejido con el corazón de su Hijo.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, quien contiene el poder invencible de conquistar innumerables pecadores; nadie puede resistirse a tu poder ya que el Salvador lo considera como el suyo. Querida Madre que estás unida a Dios en la salvación de los pecadores concédele a mi alma tu gran intercesión ahora y en la hora de mi muerte; yo pongo todas mis peticiones a tus pies para que tú puedas llevarlas a lo profundo del Corazón de Jesús. Consuélame en mis momentos de aflicción, protégeme en mis momentos de desesperación, ten compasión de las miserias de mi alma.

¡Oh Virgen Santa! mediadora de todas las gracias del Cielo, reina en mi corazón.

«En verdad, el Todopoderoso hizo grandes cosas para mí; reconozcan que Santo es su Nombre» (Lucas 1:49)

Coronilla de las virtudes

DÉCIMO QUINTO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío: Dios Padre considera de suma importancia la consagración de las almas a mi Inmaculado Corazón; por esta razón, yo les pido rezar el Rosario todos los días, practicar la devoción de los primeros sábados y recurrir a mi con tus peticiones para yo exponerlas ante Él. Haz todo esto por amor a mí, que yo todo lo ofrezco por amor a ti.

Querido ángel mío, comienza cada día de esta manera:

«Oh María transforma mi corazón como el tuyo; colócale al rededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre como una ofrenda de mí para ti. Ayúdame, ¡Oh! María, en hacer tu Corazón más conocido cada día». (Marzo 19 de 1993)

GUÍA

La consagración es un acto necesario para que se cumpla el Triunfo de Nuestra Señora. Su triunfo elevará a los creyentes al estado de culminación necesaria para el Reinado del Sagrado Corazón y juntos abrirán el paso para la causa de la Redención y Corredención que nace de la unión de los dos corazones.

Nuestra Señora nos llevará de la consagración al triunfo; y el triunfo será entonces la base para el Reino del Sagrado Corazón; dentro de estos dos corazones se encierra el plan de Dios para redimir y corredimir al mundo.

DIRECCIÓN

Al entregar nuestros corazones a la Madre de Dios no nos hagamos la ilusión de que no tenemos que pagar su precio, Ella pide ser Nuestra Madre y nosotros prometemos ser sus hijos; pero exige ciertos requisitos: primero, nosotros debemos enmendar nuestra vida y rechazar el pecado y la maldad mundana; segundo, es necesario entregarles nuestros corazones, nuestras mentes y el cuidado de nuestras almas; tercero, debemos atraer a otros para que amen su Corazón Inmaculado; por ultimo, debemos permanecer para siempre a sus pies y dar gracias incesantemente al Señor por el regalo de su propia Madre.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ruega para que yo obtenga la pureza del alma porque a ti se te otorga todo lo que pides; ¡Oh María!, yo encomiendo mi alma a tu cuidado maternal, alcánzame la virtud de la perseverancia para obtener la gracia divina; permíteme por medio de esta consagración recurrir a ti siempre en todas mis tentaciones y en todos los peligros de perder la vida eterna. En la hora de mi muerte asísteme y encomienda mi alma en las manos del Padre; en ti pongo toda mi confianza y mi convicción enfocadas hacia el bien de tu triunfo.

«Comprueben ahora que no he trabajado por mi solo, sino para los que buscan la sabiduría» (Eclesiastés 24:34)

Coronilla de las virtudes

DÉCIMO SEXTO DÍA

MENSAJE

«¿Queridos hijos: podemos ser todos uno?, les pido la unidad del alma y del corazón; las tareas que les mando realizar son de naturaleza divina; sí es cierto que yo ayudaré a mis hijos de Occidente, pero por encima de esto serán ustedes los que harán posible la culminación de mi triunfo para el plan divino de la gracia de Dios al mundo.

Queridos hijos: miren al Cielo, allá arriba, vean como el viento cuando sopla, mueve todas las nubes al mismo tiempo, el viento sólo las mueve y las lleva con la brisa del cielo a donde Dios quiere; de esta manera vendrá el Espíritu Santo. El hará volar tu alma y la llevará ante Él al unísono con mi Corazón».

Madre, ¿cómo haremos volar nuestros corazones de esta manera?

«Por medio de la consagración; ustedes serán liberados del mundo y capturados por Mí, vayan en paz y amor y el Espíritu Santo los moverá a convertir sus almas» (Marzo 23 de 1993)

GUÍA

Nuestra Señora nos llevará de la consagración al triunfo y de allí al Reino del Sagrado Corazón que es la parte de la Corredención en el plan de Dios; de esta manera seremos llevados a la hora final de la gracia. El propósito del triunfo es para preparar las almas a recibir la gracia redentora del Sagrado Corazón. La gracia de la hora final, es la gracia que será otorgada a las almas al momento de proceder a la venida definitiva del reino de Dios sobre la tierra; la hora en que la tierra volverá a su estado original. Nuestra Señora se refiere a la hora final como al segundo adviento que traerá la unión de los dos corazones.

DIRECCIÓN

Las almas consagradas no tienen una necesidad absoluta de mundo material, las cosas de la tierra se olvidan y las almas preservan su ser únicamente para Dios; por lo tanto, nosotros debemos consagrar cada nuevo día a su servicio, uniendo nuestra voluntad a su voluntad en su constante aceptación.

Lo más querido que tenemos es nuestra propia voluntad y Dios nos pide continuamente que se la ofrezcamos como un sacrificio; nada contenta más a Dios que el ofrecimiento de nuestra propia voluntad, sin reserva; feliz el alma que no tiene más voluntad que la de Dios

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, permite que mi alma sea conducida de la manera que Dios desea; te suplico Madre querida, que me hagas saber qué es lo que más complace a Dios. Ayúdame para que mi alma viva en su divina voluntad y para que así pueda traerle el sacrificio de mi voluntad propia como una ofrenda de mi unión con Él. Haz que mi alma vuelva al unísono con los deseos del Espíritu Santo, para que pueda ser llevada solamente a los lugares que Él designe.

«Yo soy la sierva del Señor; hágase en mí lo que has dicho» (Lucas 1:38)

Coronilla de las virtudes

DÉCIMO SÉPTIMO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío: La culminación de mi triunfo estará a la altura de la respuesta de mis hijos; te digo que vendrá como el viento. No verás de qué dirección viene, ni cuán cerca o lejos está, solo sentirás su roce y oirás su voz; tienes que estar listo». (Agosto 3 de 1993)

GUÍA

Sin la consagración es imposible la conexión de Dios y Nuestra Señora, al grado en que Él ha destinado que ofrezcan nuestras almas. Quien se niegue a Nuestra Señora nunca podrá alcanzar la altura donde Dios desea llevarla; estas gracias que vienen de Dios son dadas con la intención de que sean aceptadas únicamente dentro de la unión que Él ha creado.

El alma se formará en Jesús y Jesús dentro del alma, porque la cámara de los sacramentos divinos está en el seno de Nuestra Señora, donde Jesús y todos los elegidos han sido formados.

Esta es la razón por la cual nos comprometemos a la consagración a Nuestra Señora: para establecer más perfectamente la consagración de nuestros corazones a su Hijo.

DIRECCIÓN

Para ocupar nuestro lugar en el triunfo de Nuestra Señora, nosotros debemos ser como las diez vírgenes que esperan la llegada del novio; debemos esperar con las lámparas llenas de aceite y estar listos en estado de gracia para la llegada de su triunfo; mantengámonos fuertes en esta batalla final por la paz del mundo.

Cuando los golpes de la persecución nos alcancen, demos el ejemplo y permanezcamos imperturbables y alcemos en alto nuestra espada de la verdad para alumbrar el camino de los que buscan en la oscuridad. Para los consagrados a su Corazón Inmaculado todo es ocasión de mérito y consuelo.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ayúdame para que mi alma nunca contradiga la voluntad de Dios; permíteme esperar con la lámpara encendida la llegada de tu triunfo. Querida Madre, yo deseo corresponder a los deseos de Dios así como tú lo has hecho siempre; haz que las llamas de amor que consumieron la vida de mi Jesús en el altar de la Cruz, vengan y tomen posesión de mi Corazón entero; concédeme que esté envuelto solamente en tu amor y que solo suspire por amarte más. Todo lo espero por la intercesión de tu corazón; ¡Oh Virgen Santísima!.

«Guárdame en tu corazón como tu sello» (Cantar de los cantares 8, 6)

Coronilla de las virtudes

DÉCIMO OCTAVO DÍA

MENSAJE

«El centro de mi misión es traer todos los corazones a un estado de unidad; unidad es ser un corazón, tener la mente puesta solamente en la imitación de mi Inmaculado Corazón. Este es el camino a la santidad que mi Jesús perfeccionó en mí. Vengo a traerles todo lo que fue creado en mí y todo lo que yo aprendí; amen sólo lo que es santo y bueno y no sucumban ante la idea de pecar.

Les digo que para alcanzar la más profunda paz y el amor de Dios, hay que dar la vida por la luz de esta misión; la unidad es el Espíritu de mi triunfo y la luz de mi misión es la paz, el cumplimiento de este plan de gracia divina está en la conversión de los corazones y ésta es la respuesta que yo les pido». (Agosto 10 de 1993)

GUÍA

Jesús escogió a Nuestra Señora como compañera inseparable de su vida, de su muerte y de su poder en el Cielo y sobre la tierra; según su majestad, Él le dio a Ella por medio de la gracia todos los derechos y privilegios del Reino. Por medio de esta unión celestial y por su puesto en la Trinidad, Jesús concede a Nuestra Señora las gracias divinas de compartir completamente todo lo de Él y en igual medida, este es el objeto de la Inmaculada Concepción.

DIRECCIÓN

Busca alegría en tu consagración; cuando te humillen y te traten como último, cuando seas objeto de ridículo y tratado como tonto, cuando seas censurado aunque sea sin motivo, no trates de excusarte, no busques ser excusado por otros, no pongas obstáculos cuando otros revelen tus faltas, cuando recibas una humillación no busques de quien viene; y si lo descubres, ten cuidado de no reprochárselo y no demuestres que lo sabes, al contrario, inclúyelo en tus oraciones por los demás, busca una unión humilde con Dios.

Responde con la gracia de tu consagración a ser como uno en la misión de Nuestra Señora. El triunfo de su Corazón Inmaculado en nosotros sólo se podrá encontrar cuando tú te consideres como nada, porque es entonces cuando Dios llevará tu alma hasta las alturas de una sagrada unión.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, te pido tu intercesión para obtener la gracia de la humildad para mi alma; para que reconociendo la grandeza de la obra de Dios en mí pueda yo humillarme ante su presencia. Madre querida, ayúdame en los tiempos de persecución, ridiculez y ofensas para que yo pueda ofrecer los sufrimientos de mi alma por la gracia de tu triunfo; que pueda ofrecerte una mente ingenua para que mi consagración sea más provechosa a tu Inmaculado Corazón.

Ruego para que cada sufrimiento me traiga conocimientos al Divino plan de Dios para su triunfo, y que el Reino del Sagrado Corazón de tu Hijo pueda llegar a la culminación por medio de la consagración de cada corazón unido a través del tuyo.

«Si os insultan por el nombre de Cristo, felices ustedes; por que el Espíritu que comunica la gloria descansa sobre ustedes» (1 Pedro 4:14)

Coronilla de las virtudes

DÉCIMO NOVENO DÍA

MENSAJE

«Para llegar a ser un hijo de mi triunfo, se necesita una metamorfosis del corazón; esto requiere una gracia extraordinaria en el alma, una unión de naturaleza divina. La batalla está revelada ya, ahora todos deben escoger de qué lado van a estar de alianza; no existe un área neutral, si no me permites poseer tu corazón te prometo que Satanás no permitirá que se quede dormido, y el lo poseerá en el momento en que éste se me niegue.

Te digo que es verdad que mi triunfo traerá futuras consecuencias sobre el mundo; el mundo necesita hoy más que nunca de la oración para alcanzar la unidad, no de las manos, sino de los corazones; es necesario que cada hijo comprometido en este plan divino una su corazón al mío, solo así se unirán todos los esfuerzos.

Recuerda que el orgullo es el mayor adversario del hombre, es la semilla de la discordia y de la ilusión; el tiempo es tan crítico ahora, que yo no puedo expresarte la importancia de tus sinceros esfuerzos en estos días».(Agosto 21 de 1993)

GUÍA

Nuestra perfección consiste en ser moldeados, unidos y consagrados a Jesús; para hacer esto, debemos buscar la manera de cumplir con estos requisitos. Si deseamos ser consagrados total y completamente en unión con Jesús, debemos seguir el camino hacia Él, diseñado para este propósito específico.

Si el alma de Nuestra Señora es la que estaba más en conformidad con Jesús, no hay nada más natural que llegar por medio de Ella a una profunda conformidad por Dios. La ruta para llegar a esta perfecta unión es por medio de la consagración; mientras más unidos estemos con Ella, más profunda será nuestra unión con su Hijo, de modo que la perfecta consagración a Dios sólo es completa por medio de nuestra consagración al Corazón Inmaculado de Nuestra Señora.

DIRECCIÓN

Nosotros debemos sentir regocijo en nuestra consagración por el bien que se difundirá a todos en pro del triunfo de Nuestra Señora.

Debemos reconocer: ¿cuándo nos hemos extraviado de la caridad ejemplar de Nuestra Señora?, ¿hemos sufrido más por los demás que por nosotros mismos?, ¿tenemos envidia del éxito de los demás creyéndolos desmerecedores, tal vez porque lo consideramos un obstáculo para nuestro propio avance?; La consagración a Nuestra Señora nos ayuda a avanzar en caridad hacia el bien de los demás.

El triunfo vendrá cuando busquemos el ejemplo de Nuestra Señora dentro del mundo; sin embargo, Satanás vendrá a apartarnos de este santo intento; por esto, debemos fortalecernos cada día más, para sentir siempre el fervor que experimentaremos al momento de la penetración del Espíritu Santo en nuestras almas, de acuerdo a la promesa de Nuestra Señora al pronunciar nuestro fiat.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ayúdame a permanecer siempre como en el momento de mi consagración y que busque siempre dar el amor de Dios por medio de la caridad a todo los que yo encuentre; deseo no ver las faltas que Satanás exagera en los demás, que todos sean para mí como tus hijos queridos, así como tú has hecho conmigo.

Destierra de mi alma el pecado del orgullo, que no me deje llevar por ilusiones y engaños creados por Satanás; deseo buscar el corazón de cada persona para que con nuestras obras juntemos nuestros corazones por el bien de tu triunfo.

Madre querida; tu triunfo, es una gracia de amor y unidad movida por la acción de Espíritu Santo para crear una metamorfosis dentro de mi corazón; Virgen Santa, posee mi corazón para que no caiga en las garras de Satanás.

«En realidad, Dios no está lejos de cada uno de nosotros, pues en Él vivimos, nos movemos y existimos» (Hechos 17:28)

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, ángel mío: que feliz está mi Corazón; en este momento se ha revelado mi triunfo, les he dicho que mi triunfo siempre lo iban a sentir primero en el corazón; yo lo he sentido en sus corazones hoy. Ustedes están más cerca y más fuertes en mí por medio de su consagración; como yo les he dicho: El Espíritu Santo hace esta promesa fructífera.

La consagración es un acto de unión y de transformación de nuestro interior hacia Dios primero y después hacia todo lo que Él ha creado; ahora les pido que pongan toda su concentración en Mi corazón solamente. Esta consagración debe ser constante, para que yo pueda siempre estar presente en ti; debes encontrar tu fuerza dentro de tu corazón.

Corazón mío, ángel mío; busca como lo ha hecho cada uno, encontrar mi Corazón Inmaculado; sigue adelante cuando lo encuentres, este es el verdadero don de la gracia que yo les he prometido y que les dije se les revelará por completo; esta es mi promesa solemne: ustedes sólo necesitan lo que se encuentra en mí, esta es la unión de la Trinidad hacia la cual yo los guío.

Encuentra la confianza y la solución para cada decisión en mi Inmaculado Corazón; les aseguro que por eso yo soy su refugio, a través de ustedes les doy la intensidad de esta gracia con el propósito de unidad, para que encuentren en mí, la solidaridad y el sentido de dirección.

Vengo a traerles esta dirección ahora, en tal forma que en este corto tiempo pueda llevar a feliz término todo lo que sea necesario y más allá de su comprensión, tratad de encontrar solamente lo que yo les he dicho y todo será realizado según los deseos de Dios. Recuerda que permanecer conmigo es como ser uno con mi Inmaculado Corazón y con el Corazón de mi Hijo».(Agosto 29 de 1993)

GUÍA

La consagración viene a ser una perfecta renovación de los votos bautismales. Antes del bautismo, estuvimos entregados a la maldad, mientras que en el bautismo hemos sido dados a Jesús; en nuestra declaración de la consagración y en la renovación de estos votos, estamos siendo entregados a Jesús por medio de Nuestra Señora; de esta manera, al rendirle honor a Él se lo rendimos a su más grande creación de gracia. Perteneciendo a Nuestra Señora, le pertenecemos también a Él.

DIRECCIÓN

Dios siempre desea hablarle al corazón y no a la mente; la mente está llena de mucha más voluntad propia, mientras que nuestros corazones permanecen en el umbral del alma. En esencia, cuando Nuestra Señora nos pide abrir nuestros corazones, también nos pide abrir nuestras almas para recibir su gracia; por medio de la consagración, nosotros descubrimos como su Corazón palpita dentro del nuestro, para transmitir esa fuerza que Ella adquirió a través de sus propias pruebas y sufrimientos.

Por este acto somos transformados interiormente; nuestra alma está moldeada para ser un receptáculo de gracias, así como Dios se lo pide a Nuestra Señora, Ella nos pide que mantengamos nuestro corazón fijo en su Corazón Inmaculado, porque por medio de esta decisión ganamos su protección y estaremos siempre envueltos en su abrazo maternal; en nuestras tareas diarias busquemos siempre a su Inmaculado Corazón, en Ella encontraremos refugio.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ruego con toda la intensidad de los deseos de mi corazón, encontrar refugio en tu Inmaculado Corazón y ruego siempre que yo sepa recurrir a ti para todas las cosas. Que tú me guíes y me des tu protección para encontrar mi solidaridad y mi punto de dirección.

Enséñame Madre querida, a encontrar tu Corazón en todo lo que piense, diga y haga; inunda mi corazón con los goces de tu triunfo para que ellos me sostengan cuando llegue el momento de la tribulación, dirige esta alma errante para llegar hasta el fondo de tu Corazón donde tu me ofreces el amor, la consolación y la compasión de la Santa Trinidad.

«A esto han sido llamados; pues Cristo también sufrió por ustedes, dejándoles un ejemplo con el fin de que sigan sus huellas» (1 Pedro 2:21)

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO PRIMER DÍA

MENSAJE

«Ángel mío: yo te traigo el goce del Corazón de mi Hijo; regocijémonos por todo lo que hemos alcanzado en este tiempo, y pido que todos permanezcan fieles a esta gracia divina del Cielo; si todos permanecemos como uno, el Plan de Dios no podrá ser destruido por la influencia del orgullo.

Vengo Para traer la abundancia de los bienes del Cielo; Dios Padre me envía con la gracia de estos bienes preciosos para ser conferidos al alma, el halo de pureza adornada con todas las virtudes. Es mi deseo colocar esta corona sobre cada uno de los corazones, que se arrodillen ante mí altar para entregarme su corazón.

Les pido a cada uno de ustedes convertirse como signo de unidad para todo el mundo; esta es la señal sempiterna de Dios, tres en uno, de mí todo es posible pero sólo si me dan su corazón.

Dios dará todo para llevar a cabo su plan, debo decirles que estos tiempos son muy urgentes, muy pronto el mundo espera una transformación de tal grado que no es posible imaginarse; es la hora de abrirse el Cielo sobre la tierra y las puertas del infierno serán cerradas y removidas, es la unión de los corazones, sus corazones, hacia la unión con nuestros dos Corazones; ruego que tú aceptes mí suplica de reconciliación, unión y paz, esto es lo que te espera en mi corazón. » (Septiembre 1 de 1993)

GUÍA

Esta es la era de la gracia divina, está en medio de nosotros para penetrarnos profundamente con la bondad de la Misericordia de Dios. Un Padre amoroso y extraordinario se ha dignado enviarnos una Madre porque Él conoce bien la ternura que hay en sus caricias; con su infinita sabiduría, Él ha escogido darnos este regalo. El corazón de Jesús fue derretido muchas veces bajo la dulzura de la sonrisa de su Madre; Él encontró confort y protección en sus brazos y sabiduría en sus palabras. ¿Cuánto ha debido amarnos para que también nosotros experimentáramos esos mismos momentos?

Su dirección en los momentos de extravíos, su sonrisa en los momentos de alegría o sus lágrimas que se mezclan con las nuestras en los momentos de pecado; el modo como enseña una madre es un regalo de amor, mantener cerca el corazón de una madre nutrirá y ayudará a lo largo del camino. Ella nos llama de una manera muy suave y cariñosa hacia la misión de su triunfo y hacia lo profundo de su triunfante Corazón Inmaculado, nuestra consagración es nuestro Si puesto a su servicio.

DIRECCIÓN

En la consagración de nuestros corazones, nosotros nos afirmamos en una unidad eterna y también aceptamos los sacrificios de esta misión; es la misión de la luz, de la verdad que es recibida con desdén y disgusto por el mundo. Nosotros no debemos exponernos a lo que no sea la verdad; también debemos reconocer que un esfuerzo a medias no sirve de mucho en esta misión, este es un llamado a la convicción, una firme e inflexible creencia en el triunfo del Inmaculado Corazón de María. Debemos buscar cada día esta seguridad en nuestra alma.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, haz que yo pueda reposar en la grandeza de tu triunfo; acepta mi plegaria de reconciliación en unión con la paz de mi corazón y de mi mente y lleva este deseo a Dios Padre. Ruego para que mi alma sea tan pura que su brillo ciegue la maldad y lleve la gracia a los que poseen igual necesidad.

Abre mi corazón, querida Madre, cada día más y no permitas que se cierre ni siquiera un momento, penetra en su profundidad y descubre todos los rincones escondidos de mi corazón para que no quede ninguna imperfección; te ruego que obtengas la victoria dentro de mi propio corazón primero, para luego llevar esta gracia a todo el mundo.

«Señor, Dios de Israel, dame las fuerzas en este momento» (Judith 13:7)

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO SEGUNDO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, escucha como nunca antes y comprende. Hoy Dios desea cumplir lo que comenzó en Fátima, el mundo esta al borde de recibir la gracia del poder del Cielo como nunca antes. Dios desea donar a cada alma las posibilidades de ganar lluvia de gracias que El envía del Cielo. Mi Triunfo es la unión mística de los corazones, una gracia que no puede ser vista ni oída, sino solo sentida en las profundidades del alma. Se sincero en esta misión celestial, necesito tu corazón ahora más que nunca, a través de ti vendrán un canal de gracia sobre todos aquellos mis hijos que esperan con corazón abierto.

Esta ola de gracia vendrá a inundar el alma y todas las impurezas pueden ser lavadas solamente si uno lo desea sinceramente. Te doy la llave para recibir esta gracia, ésta se encuentra en una sencilla palabra en medio del corazón. Decir «Sí» permite que tu alma florezca y que se le infunda la virtud. Os invito para que cada corazón responda de la manera más deseada por Dios Padre: ser consagrado a Mi Inmaculado Corazón, porque esto no solo abre sus corazones hacia mí, sino que los abre hacia El, que es lo más importante. Lucha con todas tus fuerzas para que todas las almas sean tocadas con este ruego del Cielo. El más ardiente deseo de Dios Padre es que todas las multitudes sobre la tierra se junten como un lazo sagrado de unidad. Únanse como nunca antes, junten corazón con corazón para que esta unión de millones resuene en una sola voz: responde universal y ecuménicamente al llamado a ser consagrado a mi Inmaculado Corazón y a mi abrazo Maternal (Septiembre 4 de 1.993)

GUÍA

La consagración es la verdadera unión mística de los corazones, es la unidad que transforma y convierte. Es una infusión de gracia tan intensa que hace imposible que el alma pueda permanecer como antes de hacer esta promesa. Una ola de virtud caerá sobre el alma lanzándola a un ardiente deseo de agradar a Dios en este acto de culminación y por la dedicación a los tiernos deseos de su Madre.

Como sabemos que su reino desciende del reinado de Ella, nosotros trabajamos la unión de los corazones, para la unión de nuestros corazones hasta el centro de esta divina unión, por medio de la consagración. De esta manera la unidad es creada por naturaleza divina y si permanecemos unidos a su Corazón Inmaculado, también estaremos unidos a todos los corazones consagrados a Ella, entonces nosotros seremos participantes de una unión universal de corazones por medio de su corazón maternal.

DIRECCIÓN

Nosotros debemos tomar muy seriamente ésta promesa. Para recibir tal abundancia de gracias debemos ir con el corazón lleno de agradecimiento; debemos renovar nuestra consagración diariamente implorando el auxilio de Nuestra Señora para todo lo que el resto del día nos pueda traer. Debemos esforzarnos cada día para extender la devoción de la consagración al Inmaculado Corazón de María a todas las almas que esperan el Triunfo de su misión. Nosotros estamos obligados a corresponder globalmente a su llamado.

Es así como nosotros debemos luchar para extender su deseo para que todos los corazones permanezcan unidos, esto es también un llamado a toda la humanidad. El día de nuestra consagración debe ser un día de Triunfo y exaltación, siempre que cada alma esté dedicada totalmente a Dios, a su propia santificación y que sacrifique todo para atraer otra alma a la misma conciencia de estas alturas.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, concede a mi alma el don de la gracia para obtener un ardiente deseo de sinceridad, pureza y simplicidad! En estos dones del alma me será posible retener la inocencia de mi consagración. Ayúdame a luchar con todas mis fuerzas para preservar lo que ya poseo, la genuina respuesta a tu llamado. Que todos los que yo encuentre, reciban el genuino regalo de tu Corazón a través de mi, que los favores que yo reciba por mi unión contigo sean, querida Madre, como una ofrenda mía para todos. Acudo a tu Corazón Inmaculado para continuar dirigiendo mi alma en la búsqueda de la serenidad y tranquilidad.

«Porque de la manera que juzguen, serán juzgados y con la medida con que midan, serán medidos»

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO TERCER DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, vengo para asegurar tu corazón en la intención y en la dirección de mi petición colocada dentro de ti. Querido, el llamado que pido compartas, no es por título ni por área geográfica. Mi única misión en estos días es traer la unión a todos los corazones y guiarlos a un abrazo con mi Hijo a través de la consagración a mi Inmaculado Corazón y su origen esta en el Cielo. Yo les concederé a todos el realizar éste esfuerzo, pero necesito los corazones de ustedes.

Deseo que tú pongas ante mis hijos, tus hermanos, el llamado a ser uno bajo la bandera de mi Inmaculado Corazón y de su Triunfo. Vengan juntos ahora como yo lo he pedido, ya que desconocen el impacto global de mi Corazón sobre el mundo en estos días. Por favor acepten la gracia que tanto deseo concederles. Estoy aquí para ser su refugio, no tengan miedo de este deseo». (Septiembre 7 de 1.993)

GUÍA

Nuestra Señora nos suplica que seamos consagrados a su Inmaculado Corazón y recibir y vivir un llamado que nunca antes fue hecho. Ella nos pide este día abrir nuestros corazones y permitir que la gracia del Cielo fluya como una corriente en cada uno de nuestros corazones. La grave naturaleza de su voz permanece una vez más en la serenidad de todos los deseos de Dios para lograr que sean conocidos hoy.

Este llamado es de tal magnitud que nosotros no podemos medirlo, Ella nos habla de la importancia de estos tiempos, nosotros estamos a punto de recibir la gracia de Dios como nunca antes; así el tiempo de gracia en que estamos es de una dimensión extraordinaria.

Ella pide que unamos nuestros corazones al de Ella sin vacilación, sin reserva, o sin dispensa; que nos abandonemos a Ella totalmente. A pesar de todo lo que Ella le ha dado al mundo en el curso de los siglos, muy especialmente en el curso de nuestra vida, nosotros continuamos creyendo firmemente que nuestros corazones están mejor cuidados por nosotros mismos.

DIRECCIÓN

Tanto como nuestro pobre y frágil corazón sea capaz, nosotros estamos llamados a buscar los deseos de Dios que serán realizados a través de nuestra consagración. Mateo 7:2)

¿A qué altura está llamada a volar nuestra alma?. Estamos invitados al Reino de una Coronación Celestial; por lo tanto debemos prometer primero nuestros corazones a su Sagrado abrazo. Debemos abandonar nuestras almas para que sean adornadas tanto con penas como con alegrías. Se nos pide que relevemos nuestros deseos y que resistamos a nuestra voluntad, para así poder estar vacíos, para después ser llenados con voluntad.

En la diaria aplicación de nuestra consagración debemos encontrar un crecimiento de virtudes y gracias; marcas a las almas vírgenes que pertenecen a su toque majestuoso.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, consume mi alma en Dios a través de tu abrazo maternal. Concédeme a través de la meditación que la virtud pueda impregnarme y guiarme a una imitación de su estado de gracia. Enciende mi corazón cada día para comprender más profundamente este divino plan de Dios. Cultiva en las profundidades de mí ser el anhelo de verdad y de justicia. Levanta la conciencia de mi alma a las alturas que Dios ha querido para ella. Anímame, querida Madre, a pertenecer al Cielo y permanecer con mis pies por encima de todo el mundo sin tocarlo. Amén.

«Tu palabra es antorcha de mis pasos y luz en mi camino» (Salmo 119:105)

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO CUARTO DÍA

MENSAJE

Queridos hijos; el regalo más grande que ustedes pueden ofrecerme es la consagración a mi Inmaculado Corazón; es a través de este regalo de ustedes como Yo puedo ofrecerle este regalo a Él.

Decir «Sí» a Dios es la contestación de todos sus ruegos a Él, porque cuando ustedes digan esta palabra con toda sinceridad, se volverá contra sus naturalezas el preguntar el ¿porqué? de su Santa Voluntad, la respuesta de ustedes deberá ser ¿cómo? quiere Dios que hagamos su voluntad y entonces Dios podrá revelarla solución a cada problema.

Imitar a mi Inmaculado Corazón es seguir su Sagrada Voluntad y desear cumplir cada deseo de su Sagrado Corazón. Reflejar mi Corazón es volverse lleno de gracia, practicar la virtud y mantenerse en estado de pureza.

Entréguenme sus corazones y yo les prometo darles todas las gracias que Dios me ha otorgado a mí. Además, esto significa dejar sus corazones a mi cuidado eterno. El «Sí» que Dios desea es el «Sí» de la eternidad. Por tanto, hijos míos, este sí debe ser renovado cada día. Vayan ahora y háblenle a todos sobre los regalos que yo deseo que todos reciban».(Septiembre 8 de 1.993)

GUÍA

Debemos recordar dejar nuestros corazones al cuidado maternal de Nuestra Madre, nosotros conocemos la magnitud de su victorioso Corazón Inmaculado, estamos invitados a una celebración de increíbles proporciones; una conquista de corazones con una dimensión imposible de medir.

Esta coalición formada entre el Inmaculado Corazón de María y nuestro corazón es tal que trae regocijo y tribulación. Nuestra Señora pide mucho del alma que tiene la alianza con Ella.

Por medio de nosotros lograremos el cumplimiento de sus suplicas a Dios Padre. Debemos comenzar a preguntar «¿cómo?» en todo lo que El pida. En nuestra consagración descartamos la necesidad de preguntar «¿por qué?» a Él. Es la profundidad de nuestra sinceridad lo que nos permite abrir más nuestros corazones para comprender la Santa Voluntad de Dios, debemos entregamos con alegría a convertimos en el reflejo de este Corazón majestuoso.

DIRECCIÓN

Consuélate en los sufrimientos de las pruebas de tu consagración, con la esperanza del paraíso; aceptamos nuestras cruces con paciencia para que nuestros sufrimientos puedan ser meritorios. Para ganar el Cielo toda labor en la tierra es pequeña, sería poco sufrir todas las penas de la tierra por el disfrute de un solo momento en el Cielo.

Cuanto más debemos abrazar las cruces que Dios nos manda sabiendo que los cortos sufrimientos aquí, nos ganarán una felicidad eterna. No debemos sentir tristeza, sino consuelo de Espíritu cuando Dios nos manda las pruebas aquí abajo. Los que pasan a la eternidad con los más grandes meritos, recibirán los más grandes premios. A cuenta de esto, Dios nos manda tribulación. Las virtudes, que son las fuentes del mérito, son practicadas solamente con hechos hechos.

Los que tienen más frecuentes ocasiones de pruebas hacen más actos de paciencia; los que son insultados tienen mayores oportunidades de practicar la humildad, benditas las almas que sufren aflicción con paz, pues ellas, por estos méritos recibirán la corona de la gloria. Ellas son las almas que ganarán el centro de la virtud y la corona de la pureza.

El triunfo del Inmaculado Corazón de María garantiza todos los méritos del Cielo, porque verdaderamente traerá las pruebas para así ganar la gracia.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ruego tener las fuerzas para sobrellevar las aflicciones con las cuales Dios probará mi amor. Que los méritos del Cielo permanezcan imbuidos en mi mente y que la llama del amor sagrado permita a mi alma alcanzar la gloria eterna. Envía tus ángeles, Madre querida, para proteger y cosechar este corazón consagrado. Me abandono a tu cuidado compasivo, solo deseo ser tu hijo. Guarda mi espíritu con tu manto de protección, ayúdame, Virgen Santísima a buscar ayuda y refugio en ti.

«Es verdad, me parece que los que sufrimos en la vida presente no se puede comparar con la gloria que ha de manifestarse después en nosotros» (Romanos 8:18)

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO QUINTO DÍA

MENSAJE

«Queridos hijos: vengo a llamarlos a la conversión en una forma muy especial. Os invito a consagraros a mi Inmaculado Corazón en la fiesta del día escogido para vuestra consagración a fin de que podáis glorificar a mi Hijo en la forma más preciosa. Fue Él, el primero en escoger mi Corazón para que fuese manifestado a vosotros y ahora Él os invita a vosotros a hacer lo mismo. Vengan a encontrarlo a Él, donde tocó por primera vez la carne de la humanidad, aquí donde la sangre mi Corazón se convirtió en su presencia en mi vientre. Es en el centro de mi corazón donde Él os espera, justo como en el momento antes de hacerse carne.

Vengan a este refugio para que yo también pueda tomarlos a cada uno de vosotros en mi vientre para convertirme en vuestra Madre y entonces seréis mis preciosos hijos. Es aquí dentro de mi Inmaculado Corazón a donde yo os llamo». (Septiembre 9 de 1.993)

GUÍA

Dios le ha confiado a Nuestra Señora el mantenimiento, administración y distribución de todas las gracias del Cielo para que así todas sus gracias y regalos pasen a través de sus manos. Nuestra Señora regala a quien Ella desea, cuando Ella quiere, en la forma que Ella quiere, y tanto como quiere las gracias de Dios, las virtudes de su Hijo y los regalos del Espíritu Santo. Por naturaleza un hijo debe tener un padre y una madre. Esto es también cierto en el ámbito de la naturaleza divina. Un Hijo de Dios lo recibe a Él como Padre y la Santísima Virgen le es entregada como Madre.

Como María le dio carne a Jesús, el Rey de los elegidos, así también Dios quiere convertirnos en hijo de esta Madre. Quien desee ser uno con Dios también tiene que recibirla a Ella como Madre por medio de la gracia, la cual Ella posee en su totalidad. Esto significa que Ella continúa pasando las gracias de Dios a todos sus hijos.

Como el Espíritu Santo es el esposo de Nuestra Señora, Él trabaja en unión con Ella y para Ella. Su mas divino trabajo es el verbo Encarnado, Jesucristo. El Espíritu Santo continúa formando a los elegidos en Ella y por Ella en una forma divina y verdadera. Así como un hijo logra satisfacer todas sus necesidades por su madre, en la misma forma nosotros, sus hijos obtenemos todas las gracias por Nuestra Sagrada Madre.

DIRECCIÓN

Debemos buscar todo nuestro refugio dentro de su Inmaculado Corazón; así entraremos en su vientre y nacemos de Ella hacia la misma luz de Cristo. Somos llevados por su cuidado al centro de esta luz para que nuestra senda hacia la santidad sea dirigida y guiada por su tierna protección maternal. En nuestra consagración le entregaremos a Ella nuestras inseguridades y debilidades y depositamos nuestra confianza dentro de su Inmaculado Corazón. Le debemos ofrecer a Ella nuestros corazones cada día y así Ella puede darnos su guía y alegría en cada obstáculo que encontremos. Finalmente, debemos entregarnos a Ella en total abandono poniéndonos completamente a su servicio. A cambio Ella coloca todas nuestras obras a los pies de su Hijo.

Por lo tanto, «debemos lograr todo por el triunfo de Ella. Debemos defender su Gloria y sus privilegios cuando sean atacados, acercar todas las almas a su cuidado y levantar la voz contra aquellos que abusan de Ella, sin esperar ninguna recompensa por nuestros pequeños servicios, excepto pertenecer al Corazón de Nuestra Madre».

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, te ofrezco la disposición de mi pequeño corazón. Enséñale la virtud y construye dentro de él un alma de pureza, de simplicidad y un espíritu infantil. Dame la fortaleza, querida Madre, para convertirme en un campeón de tu triunfo; que no descanse ni un momento, ni ahorre un minuto de oración. Tómame en tu corazón, acaricia y cuida esta alma infantil como la tuya propia. Líbrame, Madre mía, de mí mismo!.

«¡Llévame! Corramos tras de ti» (Cantar de los Cantares 1:3)

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO SEXTO DÍA

MENSAJE

«Queridos hijos: los he llamado aquí a mi alcoba para extenderles a ustedes esta agradable noticia de alegría. Les hago el llamado de los siglos. Los invito a convertirse en mi Triunfo. Les pido solamente ir hacia adelante a compartir la gracia que he concedido a cada uno de ustedes.

Deseo que ustedes extiendan la devoción a Mi Inmaculado Corazón por medio de la Consagración de sus corazones. Deseo que ustedes enciendan todas las almas al regalo que ustedes están recibiendo. Recuerden esto: los invito a reunirse aquí en esta alcoba, creen una unidad celestial: la unidad de Madre e hijo.

Tráiganme sus corazones el día de su consagración, vengan juntos ecuménica, universal y globalmente. Eleven sus peticiones para el cumplimiento de mi Triunfo como nunca antes. Yo estaré con ustedes.

Vendré a recibirlos dentro de mi Inmaculado Corazón, concédanme mi ardiente deseo, queridos hijos.» (Septiembre 11 de 1.993)

GUÍA

Nuestra Señora fue creada para Dios solamente y nunca ha conservado nada para Ella misma. Ella le presenta y le da todo a Dios uniéndose a Él, con mucha más perfección que el alma que está unida a Ella. Nuestra Señora es el eco de Dios. A través de su Corazón, nosotros habremos encontrado la salvación eterna; María le da vida al alma así como Ella le dio la vida a Jesús.

Ella es mediadora con las almas que son puras de corazón y buenas intenciones, y les da la razón de su ser y el poder fructificar en las virtudes con que Ella misma fue adornada. Nuestra mente será iluminada por su fe pura, el corazón será bañado por su humildad, inflamado por su caridad, hecho limpio por su pureza y hecho noble y grandioso por su constante abrazo maternal. Estos son los frutos de nuestra consagración a su Inmaculado Corazón.

DIRECCIÓN

Debemos acercarnos a Nuestra Señora con un corazón lleno de agradecimiento por las intensas e inmensas gracias y regalos vertidos en nuestra alma por su permanencia en nuestros corazones. La retribución más importante que recibimos de Nuestra Señora por nuestra consagración, es que Ella nos ama con un amor inconmensurable para el criterio humano.

Ella acoge, nutre el alma infantil, conduce y dirige cada alma personalmente. La Santísima Virgen nos defiende y protege contra nuestros enemigos y contra nosotros mismos. Finalmente, Ella intercede ante Dios Padre en el Cielo por cada alma puesta a su cuidado. Ella la preserva, la cuida, la vigila y retiene en cada corazón la gracia de su Inmaculado Corazón. Nuestra Señora vive en el centro de nuestros corazones debido a la alianza de la consagración.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, deseo presentarte mi inmutable esperanza para la conversión. Aumenta en mí el fuego del sagrado amor. Envía tus santos ángeles a abanicar las llamas de este amor para que pueda embelesar mi corazón y hacer fructífera mi consagración. Ayúdame a orar en todos los momentos, Madre querida, para que yo pueda permanecer siempre en la presencia de tu Santísimo Hijo. Une mi alma con el Espíritu Santo para que pueda ganar la gracia de la Evangelización, de la santificación y de la oración continua.

«Alégrate, llena de gracia, el Señor esta contigo». (Lucas 1:28)

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO SÉPTIMO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, mi Hijo le dijo a las mujeres del mundo que no derramaran sus lágrimas por Él, sino por sus propios hijos. Eran ustedes, mis hijos de esta generación, a quienes Él se refería con tanta compasión; hijos tan profundamente hundidos en la oscuridad, con la luz de mi Jesús tan escondida de vuestros ojos y especialmente de vuestros corazones.

Es a esta generación a la que llamo especialmente, para darles una gracia, la gracia de mi Inmaculado Corazón. Deseen la santidad de tal manera que sus corazones se quemen con este ardiente deseo. Rueguen por su santificación; pidan que mi Corazón los favorezca con las virtudes y que dote sus almas con pureza. Cada uno de estos regalos pueden ser otorgados por vuestros deseos y aumentados con su práctica y aplicación.

Con vuestra consagración a mi Inmaculado Corazón, ustedes están respondiendo a mi llamado por mi Triunfo en la forma más divina y completa. Desde ese momento en adelante, no hay nada que no se pueda lograr: pues estaréis realmente ligados a mi Corazón por toda la eternidad.» (Septiembre 15 de 1.993)

GUÍA

El Espíritu Santo espera dentro del alma por la llegada de Su Esposa. Cuando Él encuentra que Su Esposa ha llegado a tomar posesión dentro de un alma, entonces Él entra en totalidad, Él se comunica con el alma tan plenamente que llega hasta el punto de encerrar a Su Esposa dentro del alma. Entonces ellos vivirán allí en armonía con todos los regalos y gracias celestiales. Esta es la mayor contribución de la unión de Sus Corazones dentro de los nuestros por medio de la consagración.

Cuando Nuestra Señora ha plantado sus raíces dentro del alma, Ella produce allí las maravillas de las gracias que solo Ella trae. Por lo tanto, cuando no existen maravillas dentro del alma es porque el Espíritu Santo ha entrado en nosotros y no ha encontrado suficientemente unión entre nuestro corazón y el de Su Esposa.

DIRECCIÓN

Por medio del deseo de santidad, Nuestra Señora puede darle a tu alma su propia fe, que es la mayor que puede existir en la tierra. Ella te da confianza, porque tú no te acercaras a Dios solo, sino siempre con Ella.

Este regalo te es dado porque tú le has dado a Ella tus méritos, gracias y necesidades e incluso tus debilidades; en cambio, Ella te dará sus virtudes y te rodeara de sus propios méritos. En esta forma tú estarás listo para pedir que la voluntad de Dios esté contigo también. Pero la razón por la que tú prosperarás en gracia y confianza es que tú ya no confiaras más en ti mismo, el espíritu de Ella ocupara el lugar del tuyo para que te regocijes en Dios. ¡Qué transformación ocurrirá al momento de vuestra consagración, en los humildes lugares donde la presencia del Espíritu Santo descansará!.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, te lo suplico humildemente; forma en mí un corazón de invencible fe, profunda humildad, oración ardiente, firme esperanza y caridad viva, para que esta mi consagración pueda ser fructífera. Reina de los Corazones, ven a reclamar mi corazón; trae contigo a tu esposo, el Espíritu Santo, para que ustedes puedan morar juntos para siempre en su profundidad en el.

«Celebra todo mi ser la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en el Dios que me salva» (Lucas 1:46)

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, ten conocimiento que yo tengo grandes expectativas de estos días. Ten la seguridad de que yo permanezco contigo. Te pido que traigas a la luz la importancia de los deseos de Dios por la consagración. Espero traer la luz de las gracias sobre mis hijos de esta forma. Por medio de un corazón abierto, puede el mundo convertirse en un paraíso interior y exteriormente.

Yo vengo a traerle al mundo regocijo, consuelo y una advertencia, con cariño. Quédate conmigo, mí querido Ángel, permite que mi corazón brille al mundo en ti ya través de ti. Que la paz de mi hijo esté contigo». (Septiembre 18 de 1.993)

GUÍA

Fue por medio de Nuestra Señora como la salvación del mundo comenzó y es a través de Ella como será consumada. La Santísima Virgen nos ha sido revelada y dada a conocer por el Espíritu Santo, a fin de que a través de Ella, Jesús pueda ser conocido y amado. Ahora, en estos últimos tiempos, Dios desea que conozcan a Su Hija, la obra maestra de su creación.

El desea ser glorificado y alabado en Ella y a través de Ella por todos. Jesús vino a nosotros por el portal del Cielo dentro de su vientre, y Ella debe ser reconocida a fin de que Jesús también lo sea. De modo que es por Ella que todas las almas que han de brillar especialmente en Santidad, han de encontrara Nuestro Señor dentro de su Inmaculado Corazón. Nadie puede encontrara María si no la busca. Nadie puede desearla sin conocerla. Es entonces necesario, para la mayor gloria de Dios, que cumplamos con su profundo deseo de honrar a su Madre.

DIRECCIÓN

Debemos buscar la faz de Nuestra Señora cada mañana tal como un niño busca la cara de su madre cuando se despierta; y si no la ve, comienza a llorar hasta que ella se acerca. Así debemos tratar a Nuestra Madre, María. No debemos temer llamarla a Ella cuando estamos seguros de su paradero. Si nos sentimos solos, no debemos dudar en llamarla inmediatamente. Debemos escudriñar en busca de su mano, asirnos a Ella y no soltarla jamás. Es por medio de nuestra consagración como estaremos aptos para encontrar su mano en medio de la oscuridad.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, tú tienes el poder de cambiar corazones, transforma el mío. Hazme un hijo digno de tenerte a ti por Madre. Fijo mi mirada de esperanza en Ti, a fin que pueda encontrar tu bello rostro cada mañana. Permíteme que por medio de mi consagración a Ti pueda tomar tu mano para siempre.

«María, por su parte, observaba cuidadosamente todos estos acontecimientos y los guardaba en su corazón» (Lucas 2:19)

Coronilla de las virtudes

VIGÉSIMO NOVENO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, cada alma que es consagrada a mi Corazón maternal, estará dotada con todos los méritos de mi gracia celestial. Esta le es dada sin ninguna restricción, pues se ha convertido en el cumplimiento de mi triunfo. Tú eres mi donativo de salvación, tú eres, al final, el testigo del Sagrado Corazón de mi Hijo y la manifestación de su amor y misericordia, por tu participación y dedicación en tu consagración a mi triunfante Corazón Inmaculado. Esto es lo que yo deseo que tu viertas sobre tu corazón, que permitas que la luz de mi Hijo sea mas conocida y Yo más amada. Este es su más caro deseo que yo anhelo ver cumplido». (Septiembre 19 de 1.993)

GUÍA

En estos últimos tiempos, Nuestra Señora resplandecerá como nunca antes en misericordia, poder y gracia. En misericordia, para traer de regreso y amorosamente recibir a los pobres pecadores, y para traer conversión, consagración y renovación a la Santa Iglesia. En poder, Ella viene a traer un ejército potente contra la guerra levantada por Satanás quien alzará una rebelión contra Dios. En gracia, Ella resplandecerá en gracia, para sostener sus valientes soldados que combaten por su triunfo.

Más que todo, Nuestra Señora viene a hacer la guerra contra el demonio, porque el levantará una cruel persecución y pondrá terribles trampas en la senda de la santidad. Está escrito que en la gloria final del Triunfo, «Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya». (Génesis 3:15) Ella aplastará la cabeza del Demonio con su talón, esta enemistad es entre María y Satanás; es en esta batalla final en donde nos uniremos para proclamarla a Ella nuestra Reina «El Triunfo de su Inmaculado Corazón». Este triunfo comienza dentro de nuestros corazones donde por tanto tiempo ha estado dormido.

DIRECCIÓN

Nuestra Señora se manifiesta al mundo por medio de nuestra consagración; es así como estamos aptos para reflejar su gracia a toda la gente. Estamos llamados a ser los faros de verdad en la batalla por su Triunfo. Esta es una guerra hecha contra los hijos de María. Lo que Satanás ha perdido por su orgullo, María lo ha ganado por su humildad, lo que ha sido perdido por desobediencia, Nuestra Señora lo ha ganado por su completa sumisión y abandono.

Con el pecado original el paraíso que Dios creó fue perdido; pero María siendo una sierva fiel, ha venido a salvar a sus hijos. Estos hijos, que son también siervos junto con Ella, han consagrado todos los corazones ganados por Ella para el reinado del Sagrado Corazón de Jesús. Así es como esta batalla es establecida entre los hijos de la luz y los de la oscuridad. Es está la persecución que nosotros sentiremos más que nunca, debemos recordar que el espíritu humilde siempre vencerá sobre el orgullo.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, manifiesta en mí la gloria de tu Triunfo! Fortaléceme en la batalla, porque verdaderamente es ésta la más fiera conocida por la humanidad. Consígueme total abandono en mi consagración. Vísteme con la orden de batalla de la virtud, con la espada de la verdad como bandera de tu Triunfo.

Anímame, por medio de la convicción de sostener los valores y la moral enseñados en los mensajes del Evangelio. Fortifícame en mi plaza fuerte con la oración, para que pueda encontrar una invencible unidad contigo y tu esposo. Realza mi alma con la gracia para soportar la persecución y las pruebas que vendrán, para que pueda regocijarme en la gloria de tu Victoria Triunfante.

«En adelante todos los hombres dirán que soy feliz. En verdad el Todopoderoso hizo grandes cosas para mi» (Lucas 1: 48 – 49)

Coronilla de las virtudes

TRIGÉSIMO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, mira las oportunidades que se te han concedido en el mundo para propagar el llamado a la consagración a mi Inmaculado Corazón. No permitas que ninguno se te escape, muchos esperan hoy recibir y crecer en este llamado. Te digo que este es el llamado a la santidad en estos días, es la gracia de renovación y transformación, en forma igualmente personal y universal.

Mi Triunfo será sentido en ambas formas: interna y externamente en la Iglesia. La restauración de la verdad del mensaje de salvación de mi Hijo está en camino y ningún rincón del globo quedará sin ser tocado por Su gracia y justicia.

Trata de recordar e iluminar a todos los que actualmente pertenecen a esta misión, la importancia y urgencia que yo pongo en su cumplimiento. No tengan un momento de duda de cómo va a ocurrir todo esto; solamente escuchen cuidadosamente y respondan inmediatamente a todo lo que se les pida ahora. Te aseguro que la tierra temblará ante la fuerza que el Cielo lanzará sobre ella.

Muy pronto el encuentro de la batalla será visto en la calles y en el Cielo, ningún corazón permanecerá solo, será tomado por mi Inmaculado Corazón o tomado por Satanás. Aquí están las verdaderas selecciones, el alma será protegida por la gracia o arrebatada por el demonio. Consideren esto seriamente, todos los que oigan mi Corazón».(Septiembre. 22 de 1.993)

GUÍA

Dios desea que su Madre pueda ser más conocida y amada. Todos sus hijos conocerán su grandeza y consagrarán sus corazones a Ella. Ellos experimentarán su bondadoso y maternal abrazo, su misericordia, de la cual Ella está llena y la necesidad que tienen de su ayuda. Ellos vendrán a pedirle todo a Ella, serán sus apóstoles, la corte de los tiempos modernos, ellos serán ministros para el Triunfo, quienes como fuego ardiente, encenderán el fuego del divino amor en todas partes.

Nuestra Señora penetrará los corazones de los enemigos con el fuego de estos corazones consagrados, Ellos serán los truenos que llenen los Cielos, estos corazones se separarán de todo y al no ser distraídos por nada, regarán sobre el mundo la lluvia de la verdad y del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora. Estamos llamados a convertirnos en soldados de su poderoso ejército de Triunfo, nuestra consagración nos unirá para enfrentar esta guerra final cuyas proporciones no podemos comprender.

DIRECCIÓN

Seremos los verdaderos apóstoles de los últimos tiempos, es decir el ejército al cual el Señor le dará su espada de la verdad y que traerá las maravillas de la consagración a todos los que esperan con corazones anhelantes. Ellos no tendrán dinero, ni posesiones, pero tampoco tendrán preocupaciones sobre eso. Se encontrarán en medio de sacerdotes escogidos para dirigir esta fuerza del Espíritu Santo. Tendrán las alas de la pureza y la llama para la salvación de las almas e irán a donde el Espíritu Santo los llame. No predicarán más que el oro de la caridad y traerán el amor de Dios y la ternura de la Santísima Virgen.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!: Guíame en la batalla, hazme un verdadero apóstol de tu Triunfo. Pon mi corazón en la fila de tu escogida corte, al servicio de tu Hijo en forma especial. Mándame hacia el mundo para que pueda ganar para ti aunque sea un corazón para presentárselo a Dios Padre como tu donación de salvación. Une mi consagrado corazón con aquellos que tú has escogido para guiar esta fuerza de verdad. Ayúdame, Madre querida, a no vacilar un momento, sino permanecer fuerte, convencido y comprometido con tu Triunfo.

«Entonces se le apreció un Ángel del Cielo que venía a animarlo» (Lucas 22:43)

Coronilla de las virtudes

TRIGÉSIMO PRIMER DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, te he pedido divulgar el acto de la consagración a mi Inmaculado Corazón en todas las formas. Deseo proteger y guiar a todos aquellos qué trabajan diligentemente para este llamado. Son estas mismas las qué ganaran gran favor ante los ojos de Dios.

Permíteme ayudarte a contemplar la magnitud de los deseos de Dios Padre. El desea tener todos los corazones unidos al de Él, por medio mío, porque es a través de Mi Corazón como El vendrá a todos ellos. Es su amor por mi el que crea esta gracia para las almas.

El desea grandemente compartir la riqueza del Cielo con todas las almas y es por este medio como El desea compartir mi corazón con ellos también.

El tiempo se hace corto, mi ángel, haz un llamado para que estén preparados para el gran don del Cielo por la consagración a mi Inmaculado Corazón. Vengan juntos para que yo pueda enseñarles a todos su importancia y así otorgar mi gracia sobre los líderes que tendrán el regalo de mi Corazón y el poder del Espíritu Santo, que por medio de estos regalos, ellos pueden evangelizar las multitudes, y que nosotros, todos juntos podamos cumplir el más ardiente deseo de Dios.

Te digo, querido ángel, que solemnemente solicito qué le des tu completa confianza y atención a este asunto». (Septiembre 23 de 1.993)

GUÍA

En una palabra sabemos que los apóstoles de estos tiempos serán verdaderos discípulos de Cristo. Ellos vienen a enseñar el mensaje del Evangelio en toda su verdad, sin compromisos. Les enseñaremos la vía angosta de la verdad pura, según el Evangelio, y no la mala representación del mundo. Cargarán la cruz en sus hombros y llevarán el Rosario en sus manos. Imbuidos en sus corazones está el nombre de María y el reflejo de Cristo en sus ojos. Este es el gran ejército que Ella está reuniendo, pero es Nuestra Señora quien, a petición de Dios Padre los forjará para el propósito de crear la unidad por la gracia divina por medio de la consagración a su Inmaculado Corazón.

DIRECCIÓN

Aquellos que han oído el llamado a esta misión, encontrarán que la llama arde tan brillante dentro de sus corazones que nada puede extinguirla y nada puede calmarla excepto el calor y el abrazo del Corazón de Nuestra Señora. Nosotros somos escogidos para estar a su servicio en la batalla más importante de todos los tiempos. La batalla ha comenzado, las señales son evidentes dentro del mundo. Cada día, continuamos la pelea por su victoria. Por el don de la cruz, seremos fortalecidos y fortificados con su peso. Al final nosotros también estaremos llenos de regocijo en el momento de la resurrección.

Al final de la carrera, cuando inclinemos la cabeza para recibir la corona de la victoria encontraremos que la luz que ha guiado nuestro camino, fue el Corazón de Nuestra Madre. Ella graciosamente dirigió nuestra alma por una senda que ningún hombre podía conocer. Solo Ella conocía y veía las trampas y lazos colocados frente a nosotros, Nuestra consagración es nuestra garantía de Victoria en el fin.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, recógenos dentro de tu manto de protección con tu abrazo maternal; dentro del refugio de tu Inmaculado Corazón. Ayúdame a conocer mi lugar en el plan divino de Dios.

«Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la verdad. Todo hombre que está de parte de la verdad, escucha mi voz» (Juan 18:37)

Coronilla de las virtudes

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, vengo en estos días a darte aquello que será necesario para cumplir todos los requisitos de Dios. Por mi intenso amor, mi Corazón le es dado al mundo. A través de mi Inmaculado Corazón, esta segunda gracia puede descender hoy sobre la humanidad. De la misma manera que el vino de mi vientre como el Caballero de Salvación para el mundo, así Él desea traer su tierno y amoroso Corazón una vez más a sus hijos. El ha decidido entregar su Sagrado Corazón otra vez, por medio de mi Inmaculado Corazón.

Por lo tanto ya ves, ángel mío, lo importante que es cada corazón consagrado a mi Triunfo porque, a través de mi Corazón, ellos encontrarán el de Él, de una manera más profunda.

Pido que este llamado sea dado a todos los corazones para que esta inmensa gracia celestial pueda derretirlos y moldearlos en la imitación de mi Inmaculado Corazón. Así, en esta forma, y solo en esta forma, podrán ellos ser traídos al portal del Cielo y colocarlos donde Dios siempre ha deseado que ellos descansen en su luz». (Septiembre 29 de 1.993)

GUÍA

De la corte que le pertenece a Nuestra Señora, vendrán los santos y los ejemplos para el futuro. Esos serán aquellos que han fundado el Triunfo de su Inmaculado Corazón y han sido probados a fuego. Estas grandes almas estarán llenas de celo y llenas de gracia. Estas serán escogidas para luchar contra los enemigos de Dios. Esta batalla se enfurecerá a su alrededor y ellos permanecerán singularmente concentrados en el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.

Ellos serán iluminados por su luz, fortalecidos por su mano, guiados por su Espíritu, soportados por su brazo, y acogidos bajo su manto de protección. Con sus palabras y ejemplos, ellos atraerán al mundo entero al Inmaculado Corazón de María, ellos se harán de muchos enemigos pero también traerán victorias y gloria a Dios. Estos son los apóstoles del Triunfo unidos al Corazón de Nuestra Señora por la consagración.

DIRECCIÓN

La devoción a Nuestra Señora es necesaria para todo el mundo a fin de conseguir su salvación. Es aún más importante para aquellos que aceptan el llamado a la perfección. No es posible adquirir una intima unión con Dios y con el Espíritu Santo sin una sincera unión con Nuestra Señora. Esta unión conlleva una gran dependencia a su buena voluntad e instintos maternales. Es el corazón de Nuestra Señora el que gana el acceso a la puerta del estrecho camino al Cielo.

Nuestra consagración nos llama al escondido mundo del vientre de Nuestra Madre María; que está llena de todos los misterios del Cielo, esperando ser dispensados a todos los humildes de corazón. Nosotros, llamados a ser elegidos, somos llamados a este paraíso secreto dentro de la Santísima Virgen.

Es desde este reino místico donde nosotros seremos transformados y moldeados conforme la imagen perfecta de Dios, nos convertiremos el ejemplo de unidad, conversión y santidad.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, dale a mi alma la perfección a la que he sido llamada!. Concede a mi alma la habilidad que se requiere para permanecer en el llamado a la santidad. Escóndeme en tu vientre, querida Madre, consagrado como hijo tuyo y cosa tuya, ilumina la tarea que estoy llamado a realizar. Mándame a los campos a recoger la cosecha de tu Triunfo: todas las almas que anhelan tu abrazo.

«Apareció en el Cielo una señal grandiosa: una mujer vestida de sol (Apocalipsis 12:1)

Coronilla de las virtudes

TRIGÉSIMO TERCER DÍA

MENSAJE

«Ángel mío, deseo pedirles a todos mis hijos: antes de comenzar el Acto de la Consagración, antes de la primera palabra de promesa de sus corazones, que deben examinar su vida interior. La unión de nuestros corazones esta hecha de puros obsequios de amor. Si no encuentran que este es el motivo, el alma debe detenerse, retroceder y volver a comenzar. Solamente cuando esté invadida por un irresistible amor por mi Inmaculado Corazón podrá consagrarse definitivamente».

«Este es el verdadero Acto de Consagración, un intercambio de corazones con una total entrega tuya a mi amor y una entrega total de mi amor hacia ustedes. El amor es el único regalo del Padre, con el amor viene todo lo demás. Tu no puedes florecer en este acto sin la base de amar».

«Ángel mío, con esto grabado en el centro de tu corazón, estaré en condiciones de traer a cada corazón a la senda de mi Hijo».

Madre, «¿Es ésta la única razón por la que tu deseas que el alma se dirija a ti?».

«Si, mi ángel, yo comienzo hoy a preparar la actitud de los corazones que van a ser consagrados». (Marzo 3 de 1.993)

GUÍA

El propósito total de todo esto es traer cada alma a su estado original ante Dios, sin pecado, como Él la creó en un principio. Si el enfoque del Cielo es traer a las almas de regreso dentro de la perfección para la cual fue creada, la consagración debe ser realizada como un acto para el mismo propósito. El plan inicial de Dios Padre, al enviar a su Hijo sobre la tierra, fue el de llevar a todas las almas a su estado original, entonces cada acto que cualquiera haga debe ser por la misma razón.

La consagración, por lo tanto, debe tener todas las cualidades redentoras que estarán presentes dentro de Nuestra Señora. Este es el camino que le permite a Ella realizar su misión como Corredentora y en unión con Jesús traer las cualidades redentoras de El, lo que se convierte en el verdadero propósito de la Consagración.

DIRECCIÓN

En todas nuestras acciones para complacer a Dios encontraremos estas señales por las que podemos conocer si realmente lo hemos hecho solo por Dios:

Primero: Si cuando tu trabajo no ha tenido éxito, tú no estás molesto sino que permaneces tan tranquilo como si hubieras alcanzado tu meta.

Segundo: Te regocijas en las cosas buenas hechas por otros como si hubieran sido hechas por ti mismo. Al alma que busca nada más que la divina voluntad de Dios no le importa si algo bueno ha sido hecho por otro o por uno mismo.

Tercero: Si no deseas un trabajo más que otro porque estás contento con el que te asignan.

Cuarto: Si realizas un buen trabajo, no deseas gracias o reconocimiento sino que permaneces con la misma tranquilidad de mente, aún cuando seas maltratado, satisfecho porque le has dado alegría a Dios.

Quinto: Si tu trabajo es interrumpido en un momento dado, no te molestas.

Es por medio de estás guías como podrás darle paz a tu alma y traer la mayor gloria a Dios.

MEDITACIÓN

¡Oh Inmaculado Corazón de María!, concede a mi alma en esta consagración a través de Ti, las gracias para conservar la paz y la tranquilidad en todas mis acciones. No permitas que mis propios deseos nublen las riquezas de tu cosecha. Ruego que nunca busque mis propios fines en mis tareas, sino conseguir el cumplimiento de tu Triunfo.

Dale a mi alma la gracia de aceptar mi trabajo y de completarlo por amor a Él. En mi «Sí» le doy a Él todo mi pasado, presente y futuro, alegrías y tristezas, oraciones y sacrificios, todo lo que soy y todo lo que el Padre moldeara en mi.

«También sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman» (Romanos 8:23)

Coronilla de las virtudes

EN QUÉ FECHAS EMPEZAR LA PREPARACIÓN PARA CONSAGRARSE EN UNA FESTIVIDAD MARIANA

Individual, pero preferentemente con un grupo de devotos, haga(n) lo siguiente:

1. Escoja(n) una festividad de la Santísima Virgen
2. Cuente(n) 33 días antes de esa festividad o utilice(n) la tabla que viene a
continuación
3. Haga(n) la preparación en cada uno de esos 33 días siguiendo los mensajes, reflexiones
y meditaciones como aparece en las páginas siguientes.
4. Conságrese (Conságrense) el día de la festividad correspondiente.

Fecha de inicio Día de la Consagración Festividad de esa fecha
29 de Noviembre 1 de Enero María Madre de Dios
31 de Diciembre 2 de Febrero Purificación de María
9 de Enero 11 de Febrero Nuestra Señora de Lourdes
1 de Febrero 6 de Marzo Santa María de la Providencia
20 de Febrero 25 de Marzo La Anunciación
10 de Abril 13 de Mayo Virgen de Fátima
21 de Abril 24 de Mayo María Auxiliadora
28 de Abril 31 de Mayo La Visitación a Santa Isabel
Movible Inmaculado Corazón de María
14 de Mayo 16 de Junio Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
10 de Junio 13 de Julio Virgen Rosa Mística
13 de Junio 16 de Julio Nuestra Señora del Carmen
3 de Julio 5 de Agosto Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor
13 de Julio 15 de Agosto La Asunción de Marta
20 de Julio 22 de Agosto María Reina
6 de Agosto 8 de Septiembre Nacimiento de María
9 de Agosto 11 de Septiembre Nuestra Señora de Coromoto
10 de Agost 12 de Septiembre El Dulce Nombre de María
13 de Agosto 15 de Septiembre Virgen de los Dolores
22 de Agosto. 24 de Septiembre Virgen de la Merced
4 de Septiembre 7 de Octubre Ntra. Señora del Santísimo
Rosario
9 de Septiembre 12 de Octubre Virgen del Pilar
16 de Octubre 18 de Noviembre Virgen de Chinquinquirá
19 de Octubre 21 de Noviembre Presentación de la Virgen en el templo
25 de Octubre 27 de Noviembre Virgen de la Medalla Milagrosa
5 de Noviembre 8 de Diciembre La Inmaculada Concepción
9 de Noviembre 12 de Diciembre Nuestra Señora de Guadalupe
21 de Noviembre 25 de Diciembre Nacimiento de Nuestro Señor

SUGERENCIAS PARA LA REALIZACIÓN EXITOSA DE LA PREPARACIÓN A LA CONSAGRACIÓN Y DE LA CONSAGRACIÓN MISMA

1. LA PREPARACIÓN DEBE SER VISTA CON TANTA IMPORTANCIA COMO EL DÍA DE LA CONSAGRACIÓN

“La preparación debe ser vista con tanta importancia como el acto mismo de la consagración; de otra manera el alma no podrá recibir la gracia diseñada específicamente para la consagración.

Es necesario que preparemos nuestras almas para recibir esta gracia santa, de otra manera quedaremos con solo una parte de lo que Ella había intentado conferirnos. Esta gracia no se puede manifestar con la perfección que ha sido diseñada si el alma no ha preparado el vaso en que será recibida; el alma recibirá solamente el nivel de gracia que está preparada para recibir.”

“Queridos hijos; ábranme sus corazones a mí porque yo deseo colocar mi chispa dentro de ustedes, yo solo puedo dar lo que ustedes puedan aceptar”

2. SE DEBE HACER EN ESTADO DE GRACIA

Es necesario estar en gracia de Dios durante la preparación y la consagración.

“El alma debe desear una reconciliación con Dios; esta gracia es otorgada en parte con la consagración misma, porque es una gracia de unidad; pero sin reconciliación, la unidad total no puede formarse, porque la plenitud de la gracia que ha sido concedida está efectivamente bloqueada. La gracia debe ser colocada dentro de lo más profundo del alma, y es solo mediante la reconciliación que la gracia de Dios puede ser recibida perfectamente; como es tan inmensa la gracia otorgada, así debe ser la reconciliación.”

3. HÁGALO EN LO POSIBLE CON UN GRUPO O CENÁCULO DE ORACIÓN

“Permanezcan fuertes en unidad. Satanás no puede causar daño cuando permanecemos todos unidos con mi Jesús como nuestro centro.

Vendré a recoger las cosechas de esta consagración unificada, mi corte. En la consagración a mi Inmaculado Corazón ustedes darán su «Sí» para ser escogidos y colocados a su servicio de un modo especial.

Entonces recogeré este rebaño escogido y lo juntaré con mis pastores escogidos. Únanse en un lazo de unión en nombre de mi triunfo.”

La perseverancia hasta terminar los 33 días puede ser ayudada al hacerse con un grupo de amigos espirituales. Unos pueden animarse a los otros y compartir el visualizar los beneficios buscados manteniendo el entusiasmo hasta terminar. Pero en caso de que las circunstancias lo dificulten se puede realizar en forma individual.

Es conveniente que se haga, de tenerlo, con los compañeros del grupo de oración con que cuente la persona.

Para los que no tengan un grupo o cenáculo de oración, se da una guía en el capítulo 6 “Cómo realizar un Cenáculo de Oración” en el libro (esto es un extracto)

4. HACER COINCIDIR EL DÍA DE LA CONSAGRACIÓN CON UNA FESTIVIDAD MARIANA

“Queridos hijos: vengo a llamarlos a la conversión en una forma muy especial. Os invito a consagraros a mi Inmaculado Corazón en la fiesta del día escogido para vuestra consagración a fin de que podáis glorificar a mi Hijo en la forma más preciosa.

Para ello sigamos las instrucciones del cuadro dispuesto atrás para el efecto.

5. PREPARE CON ANTICIPACIÓN LA CEREMONIA DEL DÍA DE LA CONSAGRACIÓN

“En la fiesta del día de la consagración, la gracia de Dios Padre caerá sobre ustedes como lluvia del Cielo; entonces recogeré este rebaño escogido y lo juntaré con mis pastores escogidos. Únanse en un lazo de unión en nombre de mi triunfo.

Tráiganme sus corazones el día de su consagración, vengan juntos ecuménica, universal y globalmente. Eleven sus peticiones para el cumplimiento de mi Triunfo como nunca antes. Yo estaré con ustedes.”

Para ayudar a darle tal importancia será lógico apoyarse en un sacerdote que acompañe el proceso. Con él se puede organizar con anticipación una pequeña ceremonia adecuada dentro de una misa especial el día de la consagración. Debe dársele la trascendencia que merece. De no ser posible se puede suplir con un laico que dirija la iniciativa y en último termino hacerlo en forma individual. Pero parece natural que la consagración se realice dentro de una misa en ese día de fiesta mariana escogido.

6. ESTUDIE EL CONTENIDO DEL MATERIAL DE LA PREPARACIÓN Y SUS COMPLEMENTOS PARA ENTENDER MEJOR SU PROPÓSITO Y CONSECUENCIAS

a. Estudio temático del material preparatorio revelado para la consagración. El contenido de los mensajes, guías, direcciones y meditaciones dispuestos para los 33 días es de un contenido doctrinal y teológico maravilloso (obvio por venir del cielo). Está dispuesto de tal forma que habla al corazón y al espíritu más que a la mente.

“Dios siempre desea hablarle al corazón y no a la mente; la mente está llena de mucha más voluntad propia, mientras que nuestros corazones permanecen en el umbral del alma.”

Por eso está dispuesto en corriente de pensamiento, dejando en segundo lugar la importancia a la agrupación temática o la secuencia lógica tan apreciadas en nuestra cultura occidental.

Pero si queremos también apreciar el sencillo pero profundo contenido doctrinal y de teología de la historia que se incluye, podemos verlo en el Estudio Temático Del Contenido.

Este material no suple la secuencia diaria pedida por la Virgen, pero ayuda a motivarse a realizar la preparación y la consagración, al entender mejor lo que se está haciendo, a ser persistentes al admirarse de todo los beneficios ofrecidos y dados, y como material de estudio para la renovación diaria de la consagración que se espera hagamos a posteriori. (ver más adelante).

b. Las Virtudes concedidas en la coronilla, por la Virgen “Vuestra Señora de las Virtudes” en la Consagración. De otro lado como veíamos atrás, el vidente nos señala por inspiración del cielo, respecto a la Coronilla de las virtudes:

“En la oración de esta coronilla Nuestra Señora hace unas promesas: La promesa de la perseverancia en la oración para el crecimiento de las virtudes, y la siembra de las semillas de santidad por las cuales la gracia será cultivada.

Esta coronilla contiene todas las virtudes que Nuestra Señora desea encontrar en nuestras almas.

Las gracias contenidas en esta coronilla de oraciones son para guiar y dirigir nuestras almas para lograr estos dones del Cielo. Por medio de estas siete virtudes, nuestra alma vuela a las manos de Dios Padre.”

Para facilitar la apertura a la gracia y para recibir estas virtudes, convendría recapacitar en qué es lo que estamos pidiendo y cómo se manifiestan estas en la vida diaria. Para ello se hace un corto tratado que convendría ir estudiando durante la preparación y no esperar hasta terminar los 33 días para hacerlo algún día.

7. APROVECHE EL TIEMPO DE LA PREPARACIÓN PARA DESARROLLAR LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA VIRGEN MARÍA Y SU MANIFESTACIÓN EN LA VIDA DIARIA

Nos dice el vidente de Medugorje, inspirado por el cielo:

“Cuando la consagración es hecha auténticamente con verdadero amor, es imposible que el alma no sea transformada; así es verdad, que cuando una persona le dice a otra que en la consagración su vida fue transformada, realmente manifiesta un cambio verdadero.

La consagración es la verdadera unión mística de los corazones, es la unidad que transforma y convierte. Es una infusión de gracia tan intensa que hace imposible que el alma pueda permanecer como antes de hacer esta promesa. Una ola de virtud caerá sobre el alma lanzándola a un ardiente deseo de agradar a Dios en este acto de culminación y por la dedicación a los tiernos deseos de su Madre.”

Pero esto no ocurre solamente después de haber hecho la consagración el día 33. Debe empezar a manifestarse en la vida diaria de los que se están preparando y con más razón luego de esta infusión del Espíritu.

8. RENOVACIÓN DIARIA DE NUESTRA CONSAGRACIÓN

“Para recibir tal abundancia de gracias debemos ir con el corazón lleno de agradecimiento; debemos renovar nuestra consagración diariamente implorando el auxilio de Nuestra Señora para todo lo que el resto del día nos pueda traer.

Esta consagración debe ser constante, para que Yo pueda siempre estar presente en ti; debes encontrar tu fuerza dentro de tu corazón.

Ángel mío, te pido que renueves tu consagración a Mí de una manera muy especial.”

El “Intercambio de Corazones” prometido, y que se transcribe en la contracarátula al principio de este libro, se alcanza en proporción a la calidad espiritual de la preparación y a la devoción puesta. Nunca estará uno suficientemente “Consagrado” como nunca alcanzará uno la santidad final acá en la tierra. Debe seguir progresando día a día, no “echar para atrás”, y reanudar el camino cuando bajamos la guardia, retrocedemos o nos estancamos. Así, esta consagración se puede repetir en varias oportunidades.

Es un proceso de nunca acabar. Los capítulos complementarios buscan ayudar en ese empeño. Se considera fundamental estudiar la obra de San Luis Grignon de Montort y de San Luis María de Ligorio, insuperables.

9. INVITE A OTRAS PERSONAS A QUE SE CONSAGREN

“Lucha con todas tus fuerzas para que todas las almas sean tocadas con este ruego del Cielo. El más ardiente deseo de Dios Padre es que todas las multitudes sobre la tierra se junten como un lazo sagrado de unidad.

Les pido solamente ir hacia adelante a compartir la gracia que he concedido a cada uno de ustedes.

Deseo que ustedes extiendan la devoción a Mi Inmaculado Corazón por medio de la Consagración de sus corazones. Deseo que ustedes enciendan todas las almas al regalo que ustedes están recibiendo.

A través de ti vendrán un canal de gracia sobre todos aquellos mis hijos que esperan con corazón abierto.

MODELOS DE ORACIONES DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

CONSAGRACIÓN PARA LA TRIUNFANTE VICTORIA
DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

(El que debe hacerse el día de la Consagración)

En este despertar del amanecer de tu Triunfo, Yo, tu hijo, unido en la respuesta a tu llamado maternal, hago mi promesa de consagración a tu Inmaculado Corazón, participando así en tu Triunfo.

Te ruego, querida Madre, que me lleves en tus manos maternales para ser presentado a Dios Padre en el Cielo y ser así escogido y colocado al servicio de tu Hijo en forma especial, al aceptar los sacrificios del Triunfo de tu Inmaculado Corazón.

En este solemne acto yo me consagro a tu Inmaculado Corazón. Yo, como tu hijo, te ofrezco mi Sí al unísono con el tuyo propio; te ruego que sea fortificado y permanezca fuerte hasta el final de esta batalla por la culminación de las promesas que hiciste en Fátima: la conversión de Rusia, la tierra de tu más grande victoria, y por medio de la cual vendrá la conversión del mundo entero y el reinado de la paz global.

Reina de los Apóstoles, Corredentora, guíame en medio de la oscuridad de este tiempo, en el que los rayos de tu amanecer vienen a dar luz a mi horizonte. Con el refugio de tu Inmaculado Corazón como mi faro, mándame a los campos de batalla con tu espada de la verdad y con la coraza de la virtud, para ser su reflejo. Con este acto de consagración quiero vivir contigo, por medio de Ti, todos los compromisos asumidos en mi consagración bautismal.

Me comprometo a realizar en mí la conversión interior requerida por el evangelio, que me libre de todo apego a mí mismo, de los fáciles compromisos con el mundo, para estar como Tú, sólo disponible para hacer siempre la voluntad del Padre. Quiero confiarte, Madre dulcísima y misericordiosa, mi existencia y vocación cristiana, para que Tú dispongas de ella para tus designios de salvación en esta hora decisiva que pesa sobre el mundo.

Me comprometo a vivirla según tus deseos, con un renovado espíritu de oración y de penitencia; con la participación fervorosa en la celebración de la Eucaristía y en el apostolado, me comprometo a rezar el Rosario diariamente; me comprometo a un austero modo de vida conforme al Evangelio y me comprometo a ser un buen ejemplo para los demás en la observancia de la ley de Dios, en el ejercicio de las virtudes cristianas y en especial de la caridad, la humildad y la pureza de la infinita misericordia y amor de Dios Padre.

Prometo, Madre mía, la fidelidad a nuestro Santo Padre el Papa como el divino representante de Cristo entre nosotros. Que esta Consagración le dé a Él la unidad de nuestros corazones, mentes y almas: llevar a una realidad el Triunfo de Tu Inmaculado Corazón, para que pueda descender sobre la tierra bajo su pontificado.

Como un apóstol de tu Triunfo, te prometo, Madre, ser testigo de la divina presencia de tu Hijo en la Sagrada Eucaristía, la fuerza unificante de tu poderoso ejército. Que encuentre convicción, confianza en el único centro de unidad que es el Santísimo Sacramento. «Que sea creada por Él en mí un alma de perfección». Ruego que Su reflejo brille sobre todo el mundo y sobre todos los hombres. Oh Santísima Virgen de Pureza, Mediadora de todas las gracias celestiales, habita en mi corazón, trae contigo a tu Esposo, el Espíritu Santo; así mi consagración será fructífera por medio de los regalos, gracias y dones infundidos por Su llegada. Con el poder de Su presencia permaneceré firme en confianza, fuerte y persistente en la oración y entregado en total abandono a Dios Padre.

Que el Espíritu Santo se manifieste sobre el mundo como un murmullo de oraciones a través de la unión de corazones. Yo, (Nombre), tu hijo(a), en presencia de todos los ángeles de tu Triunfo, de todos los Santos del Cielo y en unión con la Santa Madre Iglesia, renuevo en las manos del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, los votos de mi Bautismo.

• ofrezco, querida Madre, todo mi pasado, mi presente y mi futuro, las alegrías y las tristezas, las oraciones y los sacrificios, todo lo que soy y todo lo que tengo y todo lo que el Padre moldeará en mí.

• doy, Madre, mi amor y compromiso para que siempre estemos unidos en el SI de la eternidad y en las profundidades de tu Triunfante Inmaculado Corazón. Colócame en tu Corazón Inmaculado y cúbreme con tu manto.
Amén

CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

(Tradicional de San Luis Grignón de Montfort)

Yo, pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en tus manos, Oh madre Inmaculada, los votos de mi bautismo.

Renuncio a Satanás, a todas sus presunciones y a sus obras, y me entrego enteramente a Jesucristo, la Sabiduría Encarnada, para llevar mi cruz siguiendo sus pasos, todos los días de mi vida, y serle fiel de ahora en adelante.

En presencia de la Corte Celestial, te escojo en este día como mi Madre y Señora. Me consagro a tu Corazón Inmaculado y te entrego, como esclavo, mi cuerpo, mi mente y mi alma; todos mis bienes, tanto interiores como exteriores; y aún el mérito de todas mis buenas obras pasadas, presentes y futuras. Particularmente te consagro a mi familia, otorgándote todo el derecho de disponer de mí y de todo lo que me pertenece según sea de tu agrado, para la mayor gloria de Dios en el tiempo y la eternidad.

CONSAGRACIÓN CORTA TRADICIONAL

Oh Señora mía, Oh Madre mía. Yo me entrego del todo a
Ti. Y en prueba de mi filial afecto te consagro desde este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra: todo mi ser.

Y ya que soy tuyo, Oh Madre de Bondad, protégeme y defiéndeme, como hijo y posesión tuya, Amén

ACTO DE CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARIA

(Movimiento Sacerdotal Mariano)

Virgen de Fátima, Madre de Misericordia, Reina del Cielo y de la Tierra, refugio de los pecadores, nosotros, adhiriéndonos al Movimiento Mariano, nos consagramos de modo especialísimo a tu Corazón Inmaculado.

Con este acto de consagración queremos vivir Contigo y por medio de Ti todos los compromisos asumidos con nuestra consagración bautismal. Nos comprometemos también, a realizar en nosotros aquella interior conversión tan requerida por el Evangelio, que nos libre de todo apego a nosotros mismos y a los fáciles compromisos con el mundo, para estar, como Tú, siempre dispuestos a cumplir sólo la Voluntad del Padre.

Y mientras queremos confiarte, Madre dulcísima y misericordiosa, nuestra existencia y vocación cristiana, para que Tú dispongas de ella para tus designios de salvación en esta hora decisiva que pesa sobre el mundo; nos comprometemos a vivirla según Tus deseos particularmente en cuanto se refiere a un renovado espíritu de oración y de penitencia, a la participación fervorosa en la celebración de la Eucaristía y al apostolado, al rezo diario del Santo Rosario y a un austero modo de vida, conforme al Evangelio, que sirva a todos de buen ejemplo en la observancia de la Ley de Dios y en el ejercicio de las virtudes cristianas, especialmente de la pureza.

Te prometemos también estar unidos al Santo Padre, a la Jerarquía y a nuestros Sacerdotes, para oponer así una barrera al proceso de oposición al Magisterio que amenaza los fundamentos mismos de la Iglesia.
Bajo tu protección queremos ser también los apóstoles de esta hoy tan necesaria unidad de oración y de amor al Papa, para quien Te suplicamos una especial protección.

Finalmente Te prometemos conducir a las almas con las que entremos en contacto, en cuanto nos sea posible a una renovada devoción hacia Ti.

Conscientes de que el ateísmo ha hecho naufragar en la fe a un gran número de fieles, que la desacralización ha entrado en el Templo Santo de Dios, que el mal y el pecado invaden cada vez más el mundo, nos atrevemos a levantar confiados los ojos a Ti, Madre de Jesús y Madre nuestra misericordiosa y poderosa, e invocar también hoy y esperar de Ti la salvación para todos tus hijos, oh clemente, oh piadosa.

CONSAGRACIÓN DESDE EL VIENTRE MATERNO

María, como un embrión que se va gestando en el vientre de su madre, me vengo a colocar en tu vientre bendito en un acto de amor y de obediencia a la Voluntad del Padre, mi Señor Jesús, que me dice: «hijo ahí tienes a tu madre».

Con este fin te consagro cada uno de mis órganos, miembros, sentidos y potencias: el entendimiento, la memoria y la voluntad, el inconsciente y subconsciente. Te consagro cada uno de los dones, virtudes y carismas con que el Padre creador ha adornado mi ser: mi libertad, mi imaginación, mis instintos, mi capacidad para amar y para elegir, mi capacidad de movimiento, los tiempos y espacios en que transcurrirá mi existencia.

Te consagro todo lo que ha de ser mi niñez, mi adolescencia, mi juventud y mi madurez. Aprenda a caminar de tu mano hacia Dios. Aprenda a reír, a encontrar el conocimiento y el sentido de una lágrima, aprenda en Ti a triunfar y fracasar; a esperar, a escuchar y respirar, a mirar y gustar y así no caer en el desorden de los sentidos.

Crezca, Crezca, pero no yo sino tu Hijo bendito en mí, para que todo mi ser vaya creciendo igualmente en la fe, la esperanza y la caridad, en amor hacia mi Padre Celestial, hacia mis padres en la tierra, comprendiéndolos, respetándolos desde su propia historia; crezca en amor hacia todos mis hermanos en el mundo, en especial hacia los más pobres y desamparados.

Crezca en mi tu pureza, tu castidad y tu virginidad. Hazme crecer en la justicia, la sabiduría y la prudencia para ser un joven y más tarde un hombre verdaderamente libre, verdaderamente feliz, no una víctima de los vicios, idolatrías y esclavitudes… de la muerte en vida. Mi condición futura: soltería, matrimonio, viudez o vida consagrada, de estudiante, trabajador, profesional o ama de casa, sea vivida en perfecta armonía con mi Padre del Cielo, no haciendo idolatrías de ninguno de estos estados de vida, como tampoco de los dones, gracias y carismas que Dios a través de Ti vaya desarrollando en mí.

Haz crecer también en mí el amor y el deseo que tuviste en el hacer siempre la Voluntad del Padre, al igual, que en la fortaleza para aceptar de Dios no solo los bienes, sino también los «males» (cf. Job 1, 21: 2, 10), y la sabiduría para entender que no son males, porque un Padre no quiere el mal para sus hijos.

Y por último Madre, coloco en tu Corazón Inmaculado mi vejez. Ensáñame a envejecer, a vivir con ánimo seguro y confiado este bello momento de la vida, como Tú lo viviste, confiando en el Padre, no en los hombres o en las dificultades de la vejez; y si alguna vicisitud surgiera en ella, poderla afrontar con entereza de ánimo como un digno Hijo de Dios, como un verdadero Hijo tuyo, con espíritu de oblación y sacrificio, de Eucaristía, como tu amado Hijo, mi Jesús; y no sea yo, sino Él en Mí.

Y junto a la vejez, te consagro también a mi hermana muerte corporal. Sea ella una continua experiencia de vida en Cristo, un morir para vivir, Y en el último suspiro, sea tu Hijo Jesús, su cuerpo místico expirando en mí, muriendo en mí a todo lo que no sea de Dios. Y en ese bello momento seas Tú dándome a luz para la vida eterna, para la Nueva Jerusalén, para el abrazo final del Padre.

En fin Madre, que mi experiencia de vida cristiana sea un hundir mis raíces en Ti, respirar en Ti: Tierra Nueva, para que entrelazadas mis raíces a tus raíces, tus propias virtudes, pueda obtener de ti el fruto bendito de tu vientre: Jesús. Amén. Amén

CONSAGRACIÓN A MARÍA

Virgen María, Madre mía, me consagro a ti y confío en tus manos toda mi existencia. Acepta mi pasado con todo lo que fue. Acepta mi presente con todo lo que es. Acepta mi futuro con todo lo que será.

Con esta total consagración te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de Dios. Te confío mi inteligencia, mi voluntad, mi corazón. Deposito en tus manos mi libertad; mis ansias y mis temores; mis esperanzas y mis deseos; mis tristezas y mis alegrías.
Custodia mi vida y todos mis actos para que le sea más fiel al Señor y con tu ayuda alcance la salvación.

Te confío ¡Oh María! Mi cuerpo y mis sentido para que se conserven puros y me ayuden en el ejercicio de de las virtudes. Te confío mi alma para que Tú la preserves del mal. Hazme partícipe de una santidad igual a la tuya: hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida. Te confío mi entusiasmo y el ardor de mi juventud, para que Tú me ayudes a no envejecer en la fe. Te confío mi capacidad y deseos de amar. Enséñame y ayúdame a amar como tú has amado y como Jesús quiere que se ame.

Te confío mis incertidumbres y angustias, para que en tu corazón yo encuentre seguridad, y sostén y luz, en cada instante de mi vida. Con esta consagración me comprometo a imitar tu vida.

Acepto las renuncias y sacrificios que esta elección me comporta, y te prometo, con la gracia de Dios y con tu ayuda, ser fiel al compromiso asumido.

Oh María, soberana de mi vida y de mi conducta, dispón de mí y de todo lo que me pertenece, para que camine siempre junto al Señor bajo tu mirada de Madre.

¡Oh María! Soy todo tuyo y todo lo que poseo te pertenece ahora y siempre. Amén

OTRA CONSAGRACIÓN CORTA TRADICIONAL

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea.
Pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.

A ti Celestial Princesa
Virgen Sagrada María
yo te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.

Mírame con compasión
No me dejes Madre mía

CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Adorable Corazón de Jesús, el más tierno, el más amoroso, el más tierno de todos los corazones. Lleno de gratitud ante tus beneficios, vengo a consagrarme enteramente y sin reservas a Ti. Permíteme ser dócil instrumento para hacer tu Divina Voluntad.

Deseo dedicar todas mis fuerzas a ganar en todo lo posible todos los corazones para Ti.

Recibe hoy mi corazón, Oh Jesús. Más bien hazte cargo del mismo, cámbialo, purifícalo; hazlo digno de Ti, humilde , tierno, paciente, fiel y generoso como el tuyo, inflamándolo con el fuego de tu amor. Guárdalo en tu Divino Corazón, junto con todos los corazones que te aman y están consagrados a Ti. Antes prefiero morir que herir tu adorable Corazón.

Tu sabes, Oh Corazón de Jesús, que el deseo de mi corazón es amarte siempre y ser todo tuyo en vida y en a muerte, en el tiempo y la eternidad. Sacratísimo Corazón de Jesús, ten misericordia de mí. Sagrado corazón de Jesús, en Ti confío

*NOTA: Este es un extracto del libro “Preparación para el triunfo de la Consagración al Inmaculado Corazón de María”, Librería Espiritual, Quito 2009

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